Desarrollo del argumento
Quienes defienden que se informe sobre la nacionalidad de las personas detenidas o investigadas sostienen que esta transparencia puede ser beneficiosa para la propia población inmigrante. Su razonamiento es que cuando no se ofrecen datos, se produce un efecto de “saco común”: sectores de la sociedad que ya tienden a generalizar acaban atribuyendo cualquier delito a todos los extranjeros. Al dar información precisa y desagregada, se evita que minorías inocentes carguen con un estigma difuso y se facilita que el debate público se base en cifras reales, no en percepciones distorsionadas.
Quienes sostienen la postura contraria —como el caso citado de Marlasak— prefieren mantener el anonimato sobre la nacionalidad para evitar que la publicación de datos conduzca a discursos estigmatizadores, sensacionalistas o a la demonización de colectivos concretos. Consideran que, incluso con datos exactos, ciertos sectores pueden utilizarlos fuera de contexto, ignorando factores como la edad, la situación socioeconómica o las condiciones de vulnerabilidad que influyen en la delincuencia.
La negativa a dar las nacionalidades favorece la delincuencia flotante.
Lo que muestran los primeros datos
Los datos del Gobierno vasco aportan un matiz esencial: la criminalidad no se reparte de manera uniforme entre hombres y mujeres, y este factor es más determinante que la nacionalidad.
Los extranjeros representan el 64,2% de las detenciones, pero los españoles son mayoría en las investigaciones policiales (57%). Esto sugiere diferencias en el tipo de actuaciones policiales o en las circunstancias particulares de cada grupo, no necesariamente una relación directa y simple entre origen y delincuencia.
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Detenciones por la Ertzaintza (ene–sep)
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Españoles: 1.871 detenidos
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Extranjeros: 3.358 detenidos
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Personas investigadas
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Españoles: 13.423
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Extranjeros: 10.090
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Más que reforzar estereotipos, estos números sirven para entender que la delincuencia se concentra en perfiles concretos, sobre todo hombres jóvenes, independientemente de la nacionalidad. La policía conoce hace décadas esta pauta: el género y la edad son variables mucho más predictivas que el origen.
El caso de Cataluña (Mossos d’Esquadra)
Los datos publicados por prensa sobre 2024 señalan que, aunque los españoles siguen siendo el grupo con mayor número total de detenidos (34,5%), hay colectivos extranjeros sobrerrepresentados por razones que también pueden relacionarse con vulnerabilidad social, marginalidad, falta de oportunidades o mayor presencia en el espacio público.
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Principal nacionalidad extranjera detenida: marroquíes (20,2%)
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Mayores tasas por mil habitantes: argelinos (349,27 por mil)
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Otras nacionalidades relevantes en números absolutos: rumanos, colombianos, peruanos, dominicanos.
Sin embargo, incluso en estos informes, aspectos clave como la reincidencia no están desglosados por nacionalidades, lo que confirma que la lectura de los datos debe ser cautelosa y contextual.
Conclusión desarrollada
Dar el dato de nacionalidad puede ser útil siempre que se contextualice adecuadamente y se eviten interpretaciones simplistas. La transparencia estadística permite que la ciudadanía tenga una comprensión más precisa del fenómeno y evita que la falta de información alimente rumores o generalizaciones injustas que dañan a la mayoría de inmigrantes, que no cometen delitos.
La postura contraria no es infundada: existe el riesgo de que ciertos discursos utilicen los datos para alimentar prejuicios. Por eso, el debate no debería ser “dar o no dar el dato”, sino cómo comunicarlo:
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con contexto (edad, género, situación social),
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con explicaciones claras,
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y con el objetivo de informar, no de señalar colectivamente.
Así, la información pública puede convertirse en una herramienta de convivencia y no en un arma política o mediática.
La Policía danesa publicará detalles sobre la nacionalidad de los delincuentes, pero no sobre su etnia.España en temas de delincuencia llega siempre tarde. En Barcelona la delincuencia se ha descontrolado sobre todo en el Metro y zonas centro turismo. Son mafias. En el Metro de Madrid también.
Los inmigrantes ilegales, sin control de documentación, son como delincuentes invisibles.
El problema de Marlaska que su socio Bildus se niga a dar la nacionalidad de los delincuentes.

