El Sabadell y CaixaBank han perdido en conjunto casi 3.000 millones en Bolsa
en solo tres días, como consecuencia de las dudas que tienen los
inversores sobre la marcha de su negocio en Cataluña, tras la
incertidumbre creada por la posible declaración de independencia.
Esta situación se acompaña de la preocupación que han mostrado los
clientes —de Cataluña y de fuera— por los depósitos en las oficinas de
ambas entidades. Desde las cúpulas de los bancos se ha transmitido
tranquilidad a los clientes y empleados, pero la situación no es fácil.
CaixaBank ha remitido una nota interna a su plantilla en la que
asegura que todas las decisiones que tome serán para conseguir preservar
los intereses de clientes, empleados y accionistas. Con motivo de la
huelga del lunes, la entidad subrayó que respeta los derechos sindicales
e insistió en que su único objetivo es proteger los intereses de estos
tres colectivos y garantizar la integridad de los depósitos.