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viernes, 12 de diciembre de 2025

Jose Castro Guío, un ejemplo de que la edad nada tiene que ver con la pérdida de neuronas.

 

José Castro, un estudiante de matrícula de honor a los 78 años: "La jubilación te da bastante tiempo libre"

José Castro, ingeniero retirado y voluntario social, destaca en el Grado de Derecho de la UNED en Huelva y continúa ahora sus estudios en Psicología.

José Castro, un estudiante de matrícula de honor a los 78 años

La trayectoria de José Castro Guío ha llamado la atención en la UNED de Huelva, donde a los 78 años ha completado el Grado en Derecho con uno de los mejores expedientes de su promoción. "La jubilación te da bastante tiempo libre y, entre otras cosas, pues a mí me interesaba, digamos, aumentar mis conocimientos, tanto para provecho mío como para provecho de los demás", explica José a Antena 3 Noticias. "Lo que pasa es que sí, tenía una duda: ¿cómo estaré yo de memoria? Porque esto requiere un esfuerzo memorístico importante", reconoce.

Sus excelentes resultados han acallado ese temor: su media de 8,7, con 8 matrículas de honor, 15 sobresalientes y 13 notables, refleja un proceso de estudio constante que comenzó tras su jubilación. De hecho, ha obtenido el Premio al Mejor Expediente de Grado del 2024-25, que concede la Fundación Atlantic Copper. "Pues la verdad es que jamás he pensado en notas. Yo he pensado en adquirir conocimientos, nada más. O sea, las notas, nada. Las notas van de por sí", asegura.

Castro, ingeniero industrial de profesión y residente en Huelva desde hace más de 50 años, compaginó el grado con su rutina habitual. Comenzó matriculándose en Derecho Civil, hasta que pasó a inscribirse en cuatro asignaturas por curso. Su ritmo vital de jubilado universitario lo compagina con las partidas de dominó con amigos y el voluntariado en Cáritas. Su labor en la organización, centrada en la atención a familias y personas migrantes, fue uno de los motivos que lo llevó a estudiar Derecho, al encontrarse a menudo con situaciones que requerían orientación legal básica. "Hay que dar, después de haber recibido de la sociedad lo que nos ha ayudado y que nos ha hecho vivir, en mi caso afortunadamente también, hay que devolverle parte de lo que te ha dado. Qué menos que hacer también un voluntariado. Y para ese voluntariado también te sirven estos conocimientos", afirma Castro .

Aprovechar cada minuto de la jubilación

Después de finalizar el grado, lejos de cerrar su etapa académica, ha iniciado los estudios de Psicología. Considera que esta nueva formación complementa su trabajo social y le permitirá comprender mejor las necesidades de las personas a las que acompaña. Su caso se ha convertido en un ejemplo dentro del centro universitario onubense por la manera en que ha integrado el aprendizaje en su vida cotidiana, sin necesidad de renunciar a ninguna de sus actividades habituales.

José Castro es un ejemplo inspirador; sobre todo, anima a aprovechar cada minuto tras la jubilación. "Así que animo a todos. Y, además, eso te hace estar tan activo que te impide que dejes entrar al hombre viejo que te está llamando constantemente a casa, que te diga 'no hagas esto, que te vas a caer', 'no hagas esto, que te vas a hacer daño', 'no hagas esto, que a tu edad hay cosas que no se deben hacer'. Pues no, a nuestra edad se puede hacer todo con calma y bien", confirma el flamante jurista.

.................... ...............Mi enhorabuena José......................


Sobre Ramón Palmeral,  que también tiene 78 años es un "escripintor"

Es evidente que, cuando se tiene una buena base intelectual y se cultiva la mente, las neuronas no se pierden sin más, sino que pueden seguir generándose en el hipocampo. El Dr. Mario Alonso Puig lo explica muy bien en varios de sus vídeos y conferencias: el cerebro conserva una notable capacidad de neurogénesis a lo largo de la vida, especialmente cuando se le estimula adecuadamente.

Lo importante, a partir de la jubilación, es mantenerse activo con lecturas, crucigramas, sudokus, escribir, participar en actividades sociales y artísticas (Palmeral pinta), jugar a juegos de mesa o caminar diariamente son prácticas que contribuyen a mantener el físico y la mente en forma y a fortalecer las conexiones neuronales, debido al riego sanguíneo. Si la memoria se usa, no se pierde (salvo alguna enfermedad neuronal).

También hay que reconocer que ya no se poseen las mismas capacidades que cuando se era joven. Sin embargo, lo vivido se convierte en sabiduría, y esta etapa puede verse como una fase de maestría, en la que se tiene mucho que aportar y enseñar a las generaciones más jóvenes.

Las neuronas no desaparecen sin remedio; muchas se regeneran y fortalecen gracias al uso y al aprendizaje continuo. La clave está en aceptar en qué punto se encuentra cada uno y no frustrarse por la pérdida natural de fuerza física o por cierta disminución en la rapidez mental. Lo esencial es seguir avanzando, adaptarse y disfrutar plenamente de esta etapa de la vida. Si es posible reunirse con gente joven, hablar dialogar y discutir si es necesario