ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

miércoles, 30 de abril de 2025

PRÓLOGO: "La moralidad ante el desafío educativo" por Ramón Fernández Palmeral. Libro de José Moratinos Iglesias

 

"Escuela de padres. Una necesidad educativa" por José Moratinos Iglesias


Escuela de Padres. (Una necesidad educativa)

13,90
Disponible en todas las librerías y plataformas como: Amazon, Casa del libro, El Corte Inglés, Agapea o Edisofer, entre otros.
¿Por qué es hoy en día tan importante la función educativa de los padres? Este libro trata de dar cumplida contestación a esta pregunta trascendental. Si siempre la función de los padres (padre y madre) ha sido esencial, lo es más en nuestros tiempos.
Los progenitores cumplen una función primordial en el desarrollo de la personalidad de sus hijos. Una tarea educativa que ha de ser eminentemente en valores para que el día de mañana sean unas personas que aporten a la sociedad lo mejor de sí mismas.
El libro aborda una candente cuestión: orientar a padres y madres en esta difícil tarea. Tiene dos grandes partes. La primera, establece el marco general de la importancia de esta labor. La segunda, da las pautas para la creación de una Escuela de Padres y Madres.
No basta a padres y madres el tener una buena voluntad. Hoy, se les exige una cierta preparación técnica, tanto en valores humanos como en aspectos específicos de índole «instructiva.
Los padres no son pedagogos, pero pueden tener una base sólida para su labor. La presente obra pretende proporcionar esa base necesaria. No olvidemos que la familia, los progenitores, los padres y madres son una pieza clave de la mejora de la sociedad. Una obra imprescindible dentro de la pedagogía familiar.

Editorial ECU, San Vicente del Raspeig, Alicante
ISBN 9788417924508 Autor: Materia: JN: Educación Más biografía del autor: https://ultramaratonianojose-jose.blogspot.com/2010/10/minibiografia-de-jose-moratinos.html?showComment=1596038169690#c4857806275093411771
Formato: 15×21
Páginas: 252
Idioma: Español
Edición: 1
Prólogo:
de Ramón Fernández Palmeral (Escritor y conferenciante) 

PRÓLOGO

La moralidad ante el desafío educativo

    Entiendo que un prólogo  o prefacio no es un juicio crítico de la obra presentada, sino un escaparate de lo que trata el libro y para quién va dirigida, que debe ser sinóptico o especie de tratado esquemático enunciativo. Por ello, cuando José Moratinos Iglesias me pidió que le prologara su libro Escuela de padres. (Una necesidad educativa), en principio me extrañó, porque mi especialidad es la teoría de la expresión poética y no las ciencias pedagógicas. Pero como me insistió le pedí que me hiciera llegar el original para leerlo y poder hablar de su contenido, que es lo razonable y lógico. Aunque, por otra parte, es instructivo entrar en otras materias diferentes a la habituales de mis ensayos literarios.

   No iba yo a hacer como  el gran “Azorín” con el libro del alcoyano Rafael Coloma Viajes por tierras de Alicante (1957) que, ante la petición de un prólogo, el maestro de Monóvar le mandó su artículo titulado «Campo sin nada» y al final escribió que el libro de Rafael Coloma Payá era «muy bonito», que es como no decir nada; pero Coloma quedó contento en su empeño, porque es que, además había viajado a Madrid a pedírselo personalmente, en aquel piso cuya puerta la abría una criada con cofia.  Porque hemos de aclarar que  el autor de La Ruta de don Quijote no era partidario de escribir prólogos a los amigos ni admiradores. Años atrás en 1923 “Azorín” le respondió al escritor y periodista Ernesto Giménez Caballero, de seudónimo Gecé, cuando éste le pido un prólogo para su libro Notas marruecas de un soldado, que: «Si el libro es bueno no necesita prólogo» y no se lo escribió, y Gecé se quedó  a la luna de Valencia: frustrado en lo que se desea, o derrumbado en un propósito loable.

   Me pregunto ¿qué tengo yo  de pedagogo? y, cuando, pausadamente, reflexiono me encuentro que soy padre de dos hijos estupendos a los que les he inculcado que, sin disciplina de trabajo no se puede conseguir nada en la vida, y que había que estudiar duro – eran mis continuos consejos– para obtener una carrera universitaria, y por tanto  ser un miembro respetable en la sociedad en la que  iban a vivir, y, sobre todo debían aplicar un lema familiar el de «actuar  en conciencia y con lógica». ¿Y qué es esto de «actuar en conciencia» que a la vez heredé de mis padres?, simplemente que los seres humanos sabemos por intuición: ¡Qué está bien y qué mal!; es decir, que tenemos conocimiento innato de nuestra existencia y de nuestros actos, instintivamente, de los que somos responsables que es en definitiva: la conciencia. Pienso que, siendo el estudio un esfuerzo, un trabajo debería  estar remunerado con becas desde la infancia, puesto que, en definida el individuo resultante acabará siendo útil al Estado-Sociedad para el que se ha formado y, por supuesto, como ciudadano al que pertenece con derechos y también  con obligaciones. Puesto que el eje piramidal de la prosperidad de una Nación radica en la enseñanza de todos; que a la vez empieza por la educación de los padres o tutores (en el más amplio sentido de la patria potestad).

    Pero la educación de los hijos es un tema más complejo de lo que  parece, y que va  más allá de la escuela primaria, y se imbrica en los distintos tipos de núcleos familiares (parentales, monoparentales o del mismo sexo, tutores…), y en la identidad de la etnia, raíces o apellidos que llevan (la familia). En estos tiempos de paridad laboral son los abuelos tienen también tienen un papel preponderante, porque lo cierto es que  todos somos pocos para la educación de la infancia. Recuerdo  el dicho africano de que «para educar a un niño hace falta toda la tribu», metáfora cierta y se amplifica a que la educación requiere la colaboración de toda la comunidad; pero, hoy con la influencia indiscriminada de  los medios audiovisuales, como «una gran cabeza diabólica» (móviles, internet, correos electrónicos o redes sociales) también  influyen y dirigen los nuevos valores de los niños y adolescentes.  (Uso el masculino lingüístico según las directrices de la Real Academia Española (RAE), se entiende que se refiere a los dos géneros).

     Pienso que el niño sale de su claustro familiar incólume con sus pocos años de vida, y ha de sociabilizarse (sin espíritu elitista ni clasista)  y aprende el lenguaje inclusivo, no sexista, desde párvulo, lealtad, compañerismo, fidelidad…, antes que las ciencias; pero nunca sin perder su identidad de género, es decir, saber quiénes son en una educación no diferenciada. Porque es obvio que para la educación integral de los infantes no es suficiente la escuela sino también la de educar a los padres. En estos días la prensa y la televisión nos hablan del «pin parental», que es el derecho los a vetar ciertas asignaturas en las aulas de acuerdo el art. 27 de nuestras Constitución.

      Bien,  hecha esta reflexión personal, la acoto y la dejo aquí de momento, para retomarla más adelante,  y cumplo el encargo de prologar el libro del pedagogo José Moratinos Iglesias, y para ello me  he leído las  más 200 páginas  del original de su Escuela de padres. (Una necesidad educativa),  que como el propio nombre indica es un libro sobre la educación para padre dividido en tres partes diferenciadas con once capítulos cada uno de las dos primeras parte:

-Parte primera: El importante papel educativo de la familia (bases pedagógicas de la escuela de padres). De la familia como educadora.

-Parte segunda: El funcionamiento de una escuela de padres. Que es el núcleo básico del ensayo. Con las líneas directrices de la escuela de padres.

-Parte tercera: Conclusiones, notas importante y bibliografía.

    Contiene una introducción del autor y una amplia bibliografía final  que es necesaria en todo trabajo académico que se precie,  como el presente libro, que se ha editado en ECU, (Editorial Club Universitario) de  San Vicente del Raspeig de Alicante.

   A nadie le enseñan a ser padre, sino que uno actúa por instinto o recordando cómo lo hicieron nuestros padres con nosotros, pero los tiempos cambian, y si antiguamente a los padres se le hablaba con respeto «de usted» en las sociedades agrícolas, hoy la cuestión y vigilancia directa de los hijos se hace necesaria, sobre todo,  para prepararlos ante el reto de  un mundo globalizado en todos los aspectos: técnicos, laborales económicos y sociales. La autoridad patena ha ido cambiando con los siglos, desde el padrea-autoridad indiscutible hacia los «padres-amigos» actuales e incluso colegas;  cuando en realidad esta cuestión filial es una gran responsabilidad. ¿Dónde y cómo educar a los progenitores o padres? Moratinos nos da en este libro las claves. La respuesta a este tema tan controvertido  reside en este  libro que tengo el honor de prologar, donde  se dan  unas pautas en esquemas comprensibles,  unas directrices que son como una guía, que ayuden y contribuyan a facilitar el desenvolvimiento de una Escuelas de Padres, además de a los padres, debería ser extensiva a educadores y docentes.

                                   Breve currículum de José Moratinos Iglesias

    Pero antes de continuar con la sinopsis del libro he de mostraros quién es José Moratinos Iglesias, además de un gran deportista de fondo o “running” que corre maratones y medias maratones, ha sido docente de carrera, nació José Moratinos en Tetuán en 1944 cuando era Protectorado español de Marruecos, pero se considera alicantino, cursó la carrera de Magisterio, plan 67, en la Escuela Normal “Concepción Arenal” de Alicante, finalizando sus estudios con Premio Extraordinario y Premio Nacional Fin de Carrera, siendo el primer alumno de la Normal que obtuvo tan preciado galardón. Aprobó en 1974 las Oposiciones al Cuerpo de Maestros de Primera enseñanza, después Profesorado de EGB, con el número uno de la Promoción.

    Fue destinado en comisión de servicios a la Escuela Aneja de Alicante -centro piloto de la Reforma-, donde ejercería como profesor de la Segunda Etapa de EGB durante ocho años. En ese tiempo, superaría los cursos de Especialización en Jefatura de Estudios y en  Lengua Inglesa. Posteriormente fue nombrado Técnico del Servicio de Orientación Escolar y Vocacional (S.O.E.V.) de Alicante, ejerciendo durante dos años esa labor.

   Aprobó en 1980 las Oposiciones al Cuerpo de Inspectores de Educación Básica del Estado con uno de los primeros números, siendo  destinado a la Inspección de Albacete donde ejercería durante dos años (desempeñando el cargo de Inspector Secretario) para pasar después, por concurso de traslados, a la Inspección de Educación de Alicante. Aquí ejercería su labor veinticinco años, hasta su jubilación.

    Es doctor en Pedagogía, Premio Nacional de Ensayos Pedagógicos, y tiene las carreras  de Turismo (número 1 de la promoción) y  Magisterio (con Premio Nacional). Es el primer doctor egresado, por la UNED. Estudios parciales de Psicología, Filosofía Pura, Derecho, Filología Hispánica y  Geografía e Historia.

    Tiene más de veinte publicaciones, tanto en el campo de la narrativa como en el del ensayo pedagógico, posee una fecunda trayectoria como escritor. Pero con este breve currículum es suficiente para presentarlo.

 

Cómo educar a los padres para que eduquen a sus hijos

      Volviendo al libro  Escuela de padres  he observado es un riguroso ensayo científico sobre de la enseñanza a los padres y de cómo educar  a los hijos es una especie  diríamos de «el oficio de ser padre»,  como nos advierte Moratinos en la Introducción: «La presente obra, pretende ser un trabajo de “síntesis” acerca de esta apasionante cuestión» (de la educación).

       Introduce el autor, nada más empezar, una palabreja técnica de la jerga pedagógica como es paidocenosis, que sintetiza el ámbito educativo, natural como la familia o artificial como la escuela, que debe ser estimado, cuidado y ordenado para que pueda realizar adecuadamente su función formadora. La etimología de s (paidéuo = enseñar y koinos = común)  se fundamenta en todos aquellos estímulos que van a hacer posible que una sociedad tenga a su disposición y de manera más eficaz, una herramienta educativa de mayor nivel de socialización de los medios educativos que disponemos. La  paidocenosis, concepto inventado  por el pedagógico español Víctor García de la Hoz (1911-1998), según anota el autor y que se desarrolla en el presente libro.

     La educación hace a las personas más libres y, además, completa sus dimensiones éticas y molares, intelectuales y estéticas, y sobre todo nos enseña razonar y a disponer un acervo de espíritu crítico. Cervantes puso en boca de Don Quijote la siguiente frase: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida». (LVIII, II. Don Quijote de la Mancha). Cierto es que cuando no se tiene se desea y cuando se tiene no se aprecia.

     ¿A quién se le ocurrió crear una Escuela de Padres?, y Moratinos nos lo cuenta: «Es en el año 1929 cuando Madame Vérine, en un claro clima de defensa de los altos valores familiares, crea en París la Escuela de Padres, cuya máxima era: “Unirse. Instruirse. Servir”. Pretende ser ante todo, esta primigenia iniciativa, una “escuela  mutua”, una inter-educación».  Iniciado el Siglo XX la sociedad industrial preocupada por las condiciones de la niñez, asume la educación como un aspecto formativo hondamente importante para los escolares, orientándola a la coyuntura permanente entre la escuela y las familias, y por ello se crean  las escuelas de padres en Estados Unidos y Francia, casi simultáneamente, como respuesta a estas necesidades formativas.

   Y yo exclamo ¡chapó!, buena idea, pero lo dificultad radica en poder llevarse a la práctica.  Escuela de padres. (Una necesidad educativa), nos da las pautas y las coordenadas con numerosos esquemas, para crearlas dentro de los centros escolares y con la cooperación de los directores de institutos, jefes de estudios y APMAS (Asociaciones de Padres de Alumnos), porque son instituciones diferentes.

 

     Moratinos, como gran pedagogo y estudioso del tema de la docencia, expone detalladamente, en este libro-ensayo  –obra  fundamental– los antecedentes, caminos, beneficios y organigramas para ayudar para todas aquellas personas e instituciones dispuestas a poner en marcha una Escuela de Padres, así como para aquellos centros educativos que ya la tienen en marcha y deseen perfeccionarlas. Pero sin duda alguna en una era post-industrial y de la era digital paraíso de la información, donde por lo general, trabajan los dos progenitores e incluso fuera de la localidad de residencia, se plantea una cuestión de incompatibilidades, pues ya no come la familia junta y se pierden las directrices de la sobremesa y otras cuestiones sobre los deberes de los padres en la etapa de la educación obligatoria. Todas y cada una de estas cuestiones se abordan en este libro Escuela de padres. (Una necesidad educativa).

 

    Y para concluir este enunciado,  únicamente me queda felicitar a José Moratinos por este, nunca mejor dicho, pedagógico libro publicado por la Editorial ECU de Alicante, y animarle a que continúe  con su voluntad de erudición y pedagogía; y a los docentes y padres (en el amplio concepto anunciado anteriormente), recomendar que es un libro que debe estar en los  Centros Educativos  y darse como asignatura en Magisterio.

 

Ramón Fernández Palmeral

Escritor y conferenciante

Alicante, 21 de enero 2020

 

La dedicatoria de José Moratinos Iglesias dice:

A Ramón Fernández Palmeral, con todo afecto y mi simpatía, agradeciéndole su excelente Prólogo, y su apoyo y aliento para poder culiminar este libro.

Y deseándole que su lectura sea de su completa agrado.

Alicante,23-07-2020

Día Internacional del libro

Firmado y rubricad el autor José Moratinos Iglesias



NOTA.- Mi nombre Ramón Fernández Palmeral no aparece en los créditos ni en la página 11, que es donde termina mi prólogo. Todo ellos debido a un error de la Editorial ECU de San Vicente del Raspeig.