ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

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sábado, 5 de abril de 2025

Trump: el Mesías del desastre económico y moral del mundo.

 

                                    (Trump con al tablas de la Ley de Moises en la manos)

Trump: el Mesías del desastre económico y moral

Votar a Donald Trump equivale a apostar por una visión del mundo anclada en dogmas del pasado, tan antiguos como ineficaces. Con una retórica mesiánica y una política económica que parece sacada de una Biblia de hace 2000 años, Trump representa una derecha retrógrada, negacionista y orgullosa de no rectificar nunca, aunque el error sea evidente. El mesías crucificado, no el de LA ESPERANZA Y LA RESURRECCIÓN.  En su empecinamiento ha arrastrado al abismo a millones de inversores, incluidos muchos multimillonarios que alguna vez lo respaldaron con entusiasmo. Lo que sucede es que Trump tiene muy buena labia (lenguaje) y pocos sesos (cerebro). Trump mintió porque no le salen las cuentas de lo que dijo en campaña.

El primer experimento de los aranceles en la primera presidencia de Trump fue un fracaso, este segunda mandato será otro, por que los países importadores aprendieron. El líder supremo ordena y todos a a obedecer en regañadientes. Luego dirá: "A mí los expertos me engañaron".

Sucede que Trump cuenta lo que importa  de otros países; pero no todo lo que exporta al mundo como las armas. Los aranceles son una forma de amenaza para después negociar. Con España le sale el tiro por la culata porque no los va  aceptar, y tenemos el respaldo de Europa.

Durante siglos, la esclavitud fue el motor oculto del crecimiento económico estadounidense del algodón en el sur con los esclavos negros. Hoy, esa lógica de explotación no ha desaparecido, solo se ha externalizado. Mujeres y niños trabajan en condiciones infrahumanas para las grandes multinacionales norteamericanas en países como India o Bangladesh, convertidos en los nuevos campos de trabajo forzado del capitalismo global. Trump, lejos de cuestionar este sistema, lo celebra como una muestra de la supremacía americana, reafirmando su "destino manifiesto" como si fuera una revelación divina. Expulsa la la mano de obra barata de los inmigrantes. Admite a millonarios a cambio de al nacionalidad. No tiene efectivo. El dólar es una moneda sobre valorada.

Un nacionalismo que huele a herejía moderna

La cosmovisión trumpista entra en tensión irreconciliable con los marcos axiológicos contemporáneos. Frente al universalismo liberal, que promueve la interdependencia global, el trumpismo ve una amenaza existencial. Frente al ecologismo, que advierte sobre los límites planetarios, Trump responde con un expansionismo sin freno. En abierta contradicción con los enfoques poscoloniales, que deconstruyen las narrativas imperiales, él reinstaura la idea del excepcionalismo estadounidense como mandato sagrado. Intentar rehacer el Imperio Amerino de después de la II Guerra Mundial, no se posible. Como le sucedió al Imperio Romano o Español.

Esta dimensión trascendental de su discurso explica su inmunidad a las críticas racionales. Trump no necesita tener razón en los hechos: apela a la fe, no a la lógica. Sus seguidores no le exigen coherencia, sino lealtad. La política, bajo su liderazgo, se convierte en un acto de identidad, donde las contradicciones empíricas —como su participación en negocios globalizados mientras reniega de la globalización— se vuelven irrelevantes. El verdadero desafío no es su programa económico o diplomático, sino su capacidad para moldear el imaginario colectivo a través de una narrativa de redención nacionalista, donde la disidencia se convierte en traición y el disenso, en blasfemia.

¿Pueblo contra élite o una élite populista?

Trump se presenta como la voz del pueblo frente a una élite corrupta, pero es él mismo una figura prototípica de esa élite. Su diagnóstico sobre el declive estadounidense es parcial y conveniente. Culpa a la globalización de la desindustrialización, obviando el impacto mucho mayor de la automatización. Sí, el libre comercio ha generado perdedores —sobre todo en sectores manufactureros—, pero también ha traído beneficios: abarató productos, amplió mercados y aceleró la innovación.

Aislar a Estados Unidos del mundo, como propone Trump, no revierte esa pérdida, sino que la agrava. Análisis de la Universidad de Yale muestran que su política proteccionista impactaría con mayor dureza en los hogares más vulnerables. Las respuestas internacionales ya lo anticipan: aranceles desde Canadá, represalias de la UE y advertencias de líderes como Macron. La historia se repite: las guerras comerciales de los años 30 llevaron al desastre. Hoy, con una economía frágil e inflacionaria, esos errores podrían costar aún más caro.

 Los aranceles tienen el propósito explícito de chantajear a aquellos de los que Trump y la tecnocasta quieren algo, desde los territorios de Groenlandia, hasta la desregulación para los negocios de la tecnocasta en Europa, pasando por la vía libre a las matanzas de Gaza o el latrocinio de los recursos naturales de Ucrania. Los aranceles sirven también para que Trump recaude en su país lo que perdona en impuestos a sus aliados tecnócratas.

Los aranceles tienen como objeto castigar a la Unión Europea, a la que Trump, Vance, Musk y compañía odian porque representa todo aquello que ellos quieren destruir: democracia, libertades, derechos humanos, ecología, feminismo, respeto a la diversidad sexual, Estado de Bienestar.

Europa debe defenderse de la Internacional Ultra, para defender nuestro modo de vida. Debe hacerlo acelerando su integración. Hemos de ser grandes para plantar cara a los gigantes que nos amenazan. Encontrando nuevos socios comerciales con los que compartir valores y prosperidad. Imponiendo a nuestra vez aranceles recíprocos con inteligencia, para no dañarnos a nosotros mismos, buscando la autonomía y la fortaleza estratégica.

Globalización y sus sombras: la externalización del sufrimiento

Sin embargo, tampoco puede idealizarse la globalización. Lejos de ser un paraíso de oportunidades, ha consolidado un modelo de explotación global. El caso del Rana Plaza en 2013, donde más de 1.100 trabajadores —en su mayoría mujeres— murieron en una fábrica textil en Bangladesh, es un testimonio brutal. Ese edificio albergaba talleres que producían para marcas del primer mundo, ignorando grietas estructurales, pagando salarios de miseria y exigiendo jornadas inhumanas.

La tragedia de Rana Plaza en Bangladés es un símbolo de la cara oculta de la globalización: mientras los consumidores occidentales disfrutan de precios bajos, el costo real lo pagan los trabajadores del Sur Global. El sistema ha convertido a seres humanos en piezas desechables dentro de cadenas de suministro gobernadas por una lógica despiadada de maximización de beneficios. En lugar de corregir estas fallas estructurales, Trump prefiere afianzar la lógica del abuso, presentándola como “libertad económica”. Ejemplo descomunal sus aranceles es ponerles a Botswana  aranceles del 37 % cuando allí solo hay elefantes.

Trump: ¿visionario o arquitecto del colapso?

La guerra en Ucrania sigue activa, y la posición ambigua de Trump solo fortalece a figuras autoritarias como Putin. Su falta de compromiso con aliados estratégicos, su desdén por las instituciones internacionales y su afinidad con regímenes autocráticos dibujan un panorama geopolítico alarmante. Para un líder que se presenta como defensor del mundo libre, su postura genera más dudas que certezas. Inseguridad, porque lo que dice Trump hoy no vale para mañana. es mejor buscar otros mercados.

En definitiva, el trumpismo no solo representa un retroceso político y económico, sino también una amenaza civilizatoria, por ser uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, como el Hambre.. Su éxito radica en su capacidad de transformar el miedo, la frustración y la pérdida en identidad. Su propuesta no es una solución, sino una regresión: un viaje hacia atrás en nombre de un pasado que nunca existió, y un futuro que, de seguir su curso, podría ser aún más desigual, conflictivo y devastador.

Comercio en España y EE.UU

 En 2024, España importó bienes de EEUU por 360.369 millones de euros, mientras que exportó bienes por 271.805 millones. Esto arroja un saldo comercial a favor de Estados Unidos de 88.564 millones de euros mientras que para España la balanza comercial es, lógicamente, negativa.

 Pese a la caída prolongada desde el jueves de las bolsas mundiales, entre ellas el Ibex, tras el anuncio del miércoles por la noche de Donald Trump, las exportaciones de bienes a aquel país suponen un 4,4% de las exportaciones mundiales de España, un porcentaje muy moderado.

 Trump se merece un sonados boicot a los productos estadounidenses.

 Ramón Palmeral

viernes, 28 de febrero de 2025

Plan de paz de Trump que no acepta Zelensky. Washington 28 de febrero 2025

 


Es increíble el giro que ha dado EE.UU., con el acceso de Donald Trump  la presidencia al aliarse con el invasor Putin para repartirse Ucrania. El Ejército ruso está prácticamente vencido se tiene que valer de los norcoreanos.

Si Putin consigue los territorios ucranianos de Oriente, quien peligra después es toda Europa y luego hacer deportaciones a Suberia como hizo en 1949 con los países Balticos. A Trump le gustaría una Europa dócil y destruida como tras la Segunda Guerra Mundial con la ayuda del Plan Marshal y su propaganda de Hollywood. 

Trump y su polémico plan para Ucrania: una rendición disfrazada de negociación.

 Los acuerdos

Trump quería que Zelensky firmara primero un acuerdo económico humillante y más adelante un acuerdo de seguridad, pero Zelensky lo quería al revés, primero en de seguridad y después el económico. Por eso se cabreó el americano, acabó echándolo como un brabucón de barrió, como lo que es. 

Lo lógico, si el ego de Tramp no fuera tan grande, hubiera sido que esta negociación se hubiera realizado en privado y no ante toda la prensa mundial, como si fuera un auto de fe para Zelensky. Pero la jugada le salió mal al americano salió trasquilado, para que vaya aprendiendo a negociar.

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Donald Trump ha afirmado en repetidas ocasiones que, de haber sido reelegido, habría puesto fin al conflicto en tan solo 24 horas. Sin embargo, recientes revelaciones sobre su plan sugieren que su estrategia no consistía en lograr una paz justa y duradera, sino en imponer una negociación favorable a Rusia y a sus propios intereses económicos al quedarse con las tierras raras y otras energías. Es decir el reparto de Ucrania. 


La mentiras y la provocación deliberada de Trump

Donald Trump sabe perfectamente que Kiev no invadió Rusia; sin embargo, utiliza esta afirmación falsa como una herramienta retórica para provocar una reacción de defensa y alimentar su discurso político. Si el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, realmente hubiera llevado a cabo una invasión contra Rusia, Trump jamás lo habría recibido en la Casa Blanca. ¿Quién ha secuestrado a más de 20.000 niños/as ucranianos. Por qué Europa ha impuesto sanciones económicas a Rusia. ¿A quién Tribunal de la Haya declara criminal de guerra a Putin? Ahora resulta que la victima se convierte en agresor porque le conviene a Trump.

Lo ve como un presa fácil, como un ciervo herido, con malas cartas.

Al hacer semejante acusación, Trump no solo distorsiona la realidad, sino que también ridiculiza a todo el aparato de inteligencia y defensa de Estados Unidos. Sus palabras implican que el Pentágono, sus asesores militares, la CIA y los sistemas de vigilancia de satélites no fueron capaces de detectar una supuesta invasión ucraniana a Rusia. Además, ignora deliberadamente las múltiples advertencias y análisis de la administración Biden sobre la verdadera agresión en este conflicto: la invasión rusa a Ucrania. En este asunto no puede engañar a nadie porque lo vimos todos por televisión, y las advertencias de Biden y de Macron a Putin. En esta guerra Putin es más zorro que Trump 40 veces o más. Un oficial de la KGB metido a político con todo el poder en su manos, más el carácter ruso de resistencia histórica que  ni Napoleón, ni Hitler les invadiera. Nadie jamás a podido invadir la Unión Soviética (Rusia)

El problema de fondo es que Trump actúa con la mentalidad de un líder autoritario. Para él, la lealtad es más importante que los hechos, y cualquier intento de contradecir sus afirmaciones es percibido como un ataque personal. Su estilo de liderazgo se basa en la imposición de su narrativa, sin importar cuán absurda o insostenible sea. Nadie dentro de su círculo cercano se atreve a llevarle la contraria, porque sabe que Trump no tolera la disidencia y reacciona con enojo ante cualquier cuestionamiento.

Este tipo de retórica, basada en distorsiones y manipulaciones, no solo socava la confianza en las instituciones democráticas, sino que también desinforma al público y contribuye a una polarización extrema en la política estadounidense; y desconfianza. Él va de faroles como gran jugador de cartas  (Poker) que debe ser, y luego va darse golpes de pecho a la iglesia anglicana.

Un acuerdo comercial disfrazado de diplomacia

Según fuentes cercanas a las conversaciones, la propuesta de Trump para acabar con la guerra se basaba en un acuerdo con Vladimir Putin: Rusia se quedaría con los territorios ucranianos que ya ha ocupado (invadido con medios bélicos), mientras que Estados Unidos, bajo su administración, se aseguraría el control de los recursos estratégicos de Ucrania, como sus tierras raras y otras riquezas naturales. Trump justificaba esta posición argumentando que Ucrania le debía millones de dólares en asistencia y apoyo financiero.

Este plan, lejos de buscar una solución equitativa al conflicto, habría significado la rendición de Ucrania tras más de tres años de resistencia contra la invasión rusa.

La reacción de Zelensky: un rechazo rotundo

Para avanzar con su estrategia, Trump invitó al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, a Washington con la intención de negociar un acuerdo de explotación de los recursos naturales de Ucrania. Sin embargo, Zelensky dejó claro que su prioridad no era la venta de su país, sino la seguridad real y garantías de defensa contra Rusia.

Al percatarse de que la propuesta no incluía un compromiso firme para garantizar la soberanía de Ucrania, Zelensky abandonó abruptamente la reunión en la Casa Blanca, rechazando cualquier negociación que implicara la cesión de territorio ucraniano.

Zelenski ha acabado abandonando la residencia presidencial en solitario, sin hacer declaraciones, y sin firmar el acuerdo tras una discusión casi a voz en grito con el mandatario norteamericano ante los principales medios de comunicación reunidos en el Despacho Oval. No es que Trump le echara, sino que Zelensky abandono la reunión.

Un precedente siniestro en la política exterior de EE.UU.

De concretarse un acuerdo de este tipo, habría sido la primera vez en la historia reciente que Estados Unidos se alineaba abiertamente con el agresor en una invasión, legitimando la anexión de territorio soberano por la fuerza. Esta postura contrastaría con la respuesta estadounidense a la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, cuando Washington impuso sanciones a Moscú en lugar de negociar con el invasor.

El plan de Trump habría cambiado radicalmente la postura de Estados Unidos en los conflictos de territorios invadidos, dejando a Ucrania sin apoyo real y estableciendo un peligroso precedente para la política internacional.

Estos Unidos se está convirtiendo en un país  en el que no se puede confiar para hacer negocios

La posición de Zelensky

Zelensky no puede aceptar una rendición a cambio de paz. Será llamado por al prensa estadounidensen "El que no quiere la paz". Con una rendición así cualquiera negocia la paz. Te doy lo que me has robado y se acabó. Trump ha cambiado su posición desde ka llegada a la Casa Blanca. Un desastre de presidente y empresario.

UCRANIA SÍ QUIERE LA PAZ PERO NO A CAMBIO DE UNA RENDICIÓN DESHONROSA

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 ACUERDOS secretos entre Estados Unidos y Rusia en Riad

 En febrero de 2025, representantes de Estados Unidos y Rusia se reunieron en Riad, Arabia Saudita, para abordar sus relaciones bilaterales y explorar posibles vías para poner fin al conflicto en Ucrania. Estas conversaciones se llevaron a cabo sin la participación directa de Ucrania ni de la Unión Europea, lo que generó críticas y preocupaciones sobre la legitimidad y eficacia de las negociaciones.

Principales acuerdos alcanzados:

  1. Restablecimiento de relaciones diplomáticas: Ambos países acordaron restablecer la funcionalidad de sus respectivas misiones diplomáticas en Washington y Moscú, buscando normalizar las relaciones bilaterales y facilitar futuras negociaciones.

  2. Creación de equipos de alto nivel para negociar la paz en Ucrania: Se decidió nombrar equipos especializados encargados de trabajar en un plan para poner fin al conflicto en Ucrania de manera duradera y sostenible.

  3. Exploración de oportunidades de cooperación económica y geopolítica: Las partes acordaron examinar posibles áreas de colaboración que podrían surgir tras el fin del conflicto, incluyendo inversiones y proyectos conjuntos.


Reacciones internacionales:

  • Ucrania: El presidente Volodímir Zelenski rechazó cualquier acuerdo alcanzado sin la participación de su país, afirmando que "no podemos reconocer nada ni ningún acuerdo sobre nosotros sin nosotros".

  • Unión Europea: Líderes europeos expresaron su preocupación por ser excluidos de las negociaciones y enfatizaron la necesidad de una implicación activa de la UE en cualquier proceso que busque resolver el conflicto en Ucrania. 

     Putín nunca  va a renunciar a los territorios ocupados o invadidos

    ESTE ERA EL PLAN

La exclusión de Ucrania y la UE de estas conversaciones ha generado dudas sobre la viabilidad y legitimidad de los acuerdos alcanzados, resaltando la complejidad de lograr una paz sostenible sin la participación de todas las partes involucradas. Esta exclusión sospechosa de un bilaterilismo, indica que que no son abiertas, sino ocultos. Es decir que no son de fiar. 

Cuando no se quieren testigos es que algo se oculta, y  se ocultan el reparto de Ucrania: Rusia se quedaba con los territorios invadidos desde 2014, exige además que Ucraai no entre en la OTAN ni en la Unión Europea; y por otra parte Estados Unidos explota todos sus recursos naturales como pago de la ayudad militar durante la presidencia de Biden.

Reacciones internacionales a las negociaciones entre EE.UU. y Rusia en Arabia Saudita
 
Recopilaciones de notas de Prensa.