Por Ramón Palmeral
Ayer tarde, fui al cine, ir al cine no es lo mismo que ver una película en
la televisión, son sensaciones diferentes, fui con mis hijos a ver
La llamada de la selva, se estrenó en
España el 21 de febrero dirigida por
Cris Sanders y protagonizada por
Harrison Ford y el acto de color francés de moda Omar Sy (el de
Intocable), basada en una novela del
escritor norteamericano
Jack London
(1887-1915) de la que ha habido múltiples adaptaciones como la protagonizada
por Clark Gable y Loretra Young, en 1935. En
la de Chis Sanders se mezcla imagen real con animación por ordenador
para recrear al perro san bernardo Buck. Se trata de un perro con un gran
corazón, con expresiones humanoides, cuya apacible vida doméstica se pone patas
arriba cuando de repente lo secuestra el jardinero de su hogar en California y
lo traslada en barco a las exóticas tierras del Yukón en Alaska durante la
fiebre del oro de los años 1890, para venderlo.
Dicho este preámbulo no os voy a
hacer una crónica de la película, porque lo que os quiero comentar en sobre un
relato polémico de ficción del autor de la novela
Jack London, titulado
La
invasión sin paralelo, de 1910, pero ambientada en el futuro concretamente
en 1976, sobre la superpoblación China.
Las
naciones occidentales responden bombardeando China con decenas de las
enfermedades más infecciosas (guerra bacteriológica). El genocidio, que se
describe con bastante detalle, es presentado y la única solución posible es la
superpoblación de China y su emigración a los EE.UU.
London
compartió la preocupación de muchos norteamericanos por la inmigración asiática
llamado entonces «peligro amarillo», equiparable a los de coronavirus de Wuhan
(población de 11.890.000 habitantes) que es una neumonía.
En relación a este relato de
ficción de
Jack London, con lo del coronavirus
(Covid-19) (es un neumonia y se cura) actual originado
en China y
que se va a extiende por el mundo entero, encuentro una gran clarividencia, pero
no se alarmen los lectores porque una de las pandemias del siglo XX fue la mal
llamada gripe española. El virus de la gripe, pese al nombre, no tuvo su
embrión en España, fue espoleado por diversos factores del momento como los
medios de comunicación, y por la desnutrición o la falta de higiene. Causó
cincuenta millones muertos (50 millones) lo pongo en números arábigos para que
ningún lector piense que me he equivocado. Pero evidentemente, la sanidad de
aquellos años, en plena Primera Guerra, dejaba mucho que desear.
Por otra parte, si el escritor
Jack London viera estos tiempos del coronavirus
chino se preguntaría: ¿Ha empezado la guerra biológica en China con el coronavirus?
Que era la que lo él proponía en su relato: la de bombardear Chica para eliminar
parte de la superpoblación. El relato
La
invasión sin paralelo tuvo su antecedente en un ensayo del mis autor de
1904, que causó polémica por
supremacista. La actual población de China es
de 1.386 millones en 2017, que coloniza los países vecinos,
África y Europa, por su pujanza económica y
bajos precios.
Si las guerras con armamento convencional redujeron la población mundial en
millones de habitantes. ¿Es acaso posible hoy, haya empezado la guerra biológica
como en el relato de ficción de
London
y no lo sepamos? Pero no nos alarmemos porque en 2003 hubo otra pandemia en
China por la
neumonía atípica, que
desapareció con la llegada
del verano.
Por otra parte, y sin deseos de
alarmar, pienso que las personas aprensivas no deben ver los telediarios ni
leer la prensa, que esto del coronavirus pasará como todas las gripes
estacionales, que la coge dependiendo de la fortaleza del sistemas inmunológico
de cada cual, recuerdo años pasados la alarma con lo de la gripe A, que no
llegó a
pandemia y vendieron millones de
vacunas. Según he investigado, y como he anticipado antes, en 2003 hubo otro
coronavirus
llamado
neumonía atípica o síndrome respiratorio agudo grave" o SARS (por
severe
acute respiratory syndrome), originada también en China y pasó a EE.UU y
Canadá, ocasiono 4.000 muertes. Debe queda claro que el coronavirus es una neumonia y se cura).
No todas las personas se contagia,
suele ser el 0.7 %, lo cual no es alto. Michael Ryan, director del programa de
emergencias del organismo internacional ha dicho: «No podemos paralizar el
mundo y no es realista decir que se puede parar la transmisión entre países.
Probablemente habrá epidemias en varios, pero se pueden contener». Los
movimientos de viajeros en el mundo son millones como el comercio global. Los
países con turismos serán más propensos a los contagios, que no son mortales,
llegará la Semana Santa con muchos desplazamientos internos y luego el verano
donde vendrán millones de turistas, pero en junio con el calor desaparecerá. La
expansión es irremediable, pero que no cunda el pánico.
Los aislamientos en Tenerife son
preventivos, aparecerán más en otras provincas, pero es normal.
Los medios de comunciacion son alarmistas. Las noticias de coronaviru en excesiva propiciadas por un gobierno que no quiere hablar de Cataluña o de los problemas reales, o de la manifestaciones de los agricultores. El ministro de Sanidad en un catalán de ERC, con eso lo digo todo.
Ramón Palmeral
Alicante, 24 de febrero 2020