EL SUEÑO DE UN PINTOR EN CIERNES
Ramón Palmeral
(“Niño con ambliopía”, óleo de 100 x
100 de Ramón Palmeral, 2022)
Child with amblyopia
En el mes
noviembre del actual me preseleccionaron
en XIII Certamen Nacional y X Internacional de Pintura 2023, organizado por la
Fundación Jorge Alió, (es un concurso
bianual, el más importante de Alicante), por mi cuadro titulado: "Niño con
ambliopía" (que encabeza este artículo) un óleo sobre lienzo de 100 x 100
cm. Del que estoy muy orgulloso y contento pues, solamente el hecho de que me
hayan preseleccionado, la obra tiene su mérito, sobre yodo cuando se participa sin firma del autor y por
internet, cuando concurren cientos de obras, esto ya es un premio en sí. Lo pinté
durante tres meses en mi taller durante la pandemia en el invierno de 2020.
Aunque el tiempo empleado en la realización de una obra no es un valor en sí, sino que lo
importante es el resultado, y más cuando es un concurso temático sobre
prevención de la ceguera.
Adjunto el
certificado de preselección siempre
existen suspicacias entre los pintores optantes a premios y algunos compañeros de las artes:
El sueño de un pintor en ciernes
Bien,
expuesta la estradilla, voy a comentar sobre mi actividad pictórica cuya base
principal era la ilusión por pintar, sin ilusión no hay nada que hacer. Cuando
yo era joven y vivía en Málaga visitaba con mucha frecuencia el Museo de Bellas
Artes que estaba en el Palacio
de Buenavista, en la calle San Agustín donde hoy está el Museo Pablo Picasso
inaugurado en octubre de 2003. Luego el museo de Bellas Artes lo trasladaron al antigua edificio de la Aduana. En aquellos años admiraba un excepcional cuadro del pintor malagueño
José Moreno Carbonero, “La meta sudante o Los gladiadores” 230 X 300 centímetros de 1882 donde me pasaba
horas mirándolo. Me decía que jamás pintaría yo un cuadro como éste:
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("Meta sudante" de Moreno Carbonero) |
Otros
cuadros de este mismo museo que yo admiraba eran unas marinas de Gómez Gil, de Emilio Ocón de Oro, y sobre todo el cuadro “La destrucción de la
Armada Invencible” de 130 X 420 cm todo José
Gartner de la Peña:
(Fragmento de “La destrucción de la Armada
Invencible” de Gartner, 1892)
En
aquel museo estaban representados, casi
toda la Escuela Malagueña del siglo XIX. Yo veía a aquellas imposibles obras y,
quise aprender en una Escuela de Artes y Oficios pero me cansé de dibujar
modelos de escayola, cuando lo que yo quería era pintar. Hasta que por mi
cuenta empecé a pintar a la acuarela, en láminas de papel de estraza. Un vecino de mi padre llamado Zorrilla me
enseñó, pero antes me dijo “Esto del óleo es una porquería, son aceites y
resinas, y huele a trementina que te deja asfixiado”. Pero no me desanimo, y yo compré los tubos
y los pinceles y los metí una caja de
lata de esas de galletas, y pintaba en mis ratos libres, copiando, evidentemente. Mi madre
decía que en casa no podía pintar porque dejaba toda la ropa “empercuía” como
de pobres mendigos. Cuando las vecinas y familiares me compraron algunos cuadros, mi madre ya no
protestaba tanto.
Pasados
los años y en Alicante en 1999, me apunté a la Asociación de Artistas
Alicantinos, su presidente era el maestro
Fernando Soria, yo iba a mucho a su casa de la calle Cervantes de San Juan,
luego vendió esta casa y compro un piso en el centro de San Juan del que
aprendí muchos consejos prácticos, y me hablaba de cuando estuvo en París. En una exposición que me presentó en el Ateneo en 2002, me
dijo “Tú pintas muy bien, pero yo no veo a Ramón por ninguna parte”. Se refería
a que no tenía un estilo personal y empecé con el intelectualismo.
No quiero
extenderme en exceso
Durante
veintitantos años he realzado más 200 exposiciones colectivas y varias
individuales. Formé el Grupo de Vanguardia Cinco. Estuve invitado para exponer
en Nueva York, pero no me compensaban los gastos de la galería y el transporte
de 20 cuadros en avión más seguros. ¿Y si no vendía nada qué? Además la Gran Manzana en una gran
colmena de hispanoamericanos buscando oportunidades artísticas de todo tipo. He
ilustrado una docena de libros, he diseñado sellos de Correos y he donado
cuadros para varias ONG´s y otras causas
benéficas.
Entre
los premios recibidos destaca mi mención de honor del Museo del Mar de Santa
Pola y otro de Cartagena, y he concurrido a muchos premios, y tengo una Mención honorífica del III Certamen Nacional de
Artes Plásticas de Miradas de Fundación Jorge Alió de Alicante en 2002,
certificado que se adjunta:
El presente año 2022 me han preseleccionado, lo cual agradezco
al jurado, es un gran reconocimiento que debo dar a conocer. Todo éxito, aunque no se llegue a finalista, debe ser dado a conocer, porque realza la firma que es la marca del
pintor.
Conclusiones
Como dice la
norteamericana Julia Cameron en El camino
del artista, lo que no se puede perder son los sueños ni las ilusiones, que
es la fe en uno mismo. No se pueden ganar todos los premios de los certámenes,
bienales o concurso a los que se opta, todo va en el gusto o en la tendencia
artística del jurado. El artista, todos, en música, pintura, escritura, poesía,
escultura, cine, jamás debe perder la ilusión y el placer de crear. Hay que tener
fe en la obra propia, el tiempo pondrá a cada artista en su sitio.
Ramón Palmeral
Alicante 12 de diciembe de 2022