El Gobierno ha cerrado esta mañana con los sindicatos una oferta
pública de empleo de 20.352 plazas para 2017, de las que unas 8.000 se
corresponden con reemplazos de jubilaciones, unas 5.500 con promociones
internas, otras 2.600 para convertir a interinos del
Ministerio de Justicia en indefinidos y 4.426 con puestos nuevos de una
oferta extraordinaria para la Agencia Tributaria, la Seguridad Social,
el Servicio Público de Empleo, la inspección de trabajo, Instituciones
Penitenciarias, las oficinas de tramitación del DNI y la Dirección
General de Tráfico, según fuentes sindicales. Esta tanda de plazas se
enmarca dentro de la macroconvocatoria prevista para los próximos tres
años que ya anunció el Ejecutivo.
Esta convocatoria entrará en vigor este viernes tras aprobarlo
en el Consejo de Ministros, donde se confirmarán las cifras de forma más
concreta. El martes se convalidará en el Congreso. "Se trata de
un plan de choque extraordinario para garantizar la viabilidad de la
Administración, que en apenas seis años ha visto diezmado su personal
joven. En estos momentos tan solo hay 1.388 personas con menos de 30
años en una plantilla de 190.858 efectivos. Por fin se crea empleo neto y
ahora toca subir salarios para empezar a recuperar poder adquisitivo",
comenta Francisco Iglesias, vicepresidente de CSI-F, el sindicato
mayoritario en la Administración Central del Estado.
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Ahora hace falta subir los sueldo porque las empresas están teniendo mucho margen de beneficios.Al subir los salariso se sube el consumo interno, que es el qaue crea empleo.
(Revista digital de ARTE, CULTURA Y OPINIÓN DESDE ALICANTE. Nuevoimpulso.net
ARTICULOS DE OPINION
Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.
jueves, 6 de julio de 2017
Europa se tiene que hacerse cargo de sí misma.
Europa se
tiene que hacer cargo de sí misma en cuestiones de defensa, y paralela a la
OTAN (donde están EE.UU, y Canadá) en defensa del pacto de Varsovia (Rusia).
Europa ya no puede contar con Estados
Unidos ni Reino Unido por el próximo brexit,
de “independencia de Europa”. La OTAN o Alianza del Atlántico Norte no es lo que erá
ni será (futuro inmediato) tras la presidencia de Trump, que apuesta por no aportar su comandita.
Los líderes europeos tiene razón en lo que
dicen que Europa se tiene que hacerse cargo de sí misma, reforzando su seguridad
militar, e incluso informática, pues al depender de las grande empresa de
Internet estadounidenses como Gooble o Facebook, estamos en a expensas de sus espías informáticos, y además
jaqueados por Rusia.
En realidad Europa es como un libro abierto, nada de
lo que se escribe o habla por lo medios de comunicación están libre de espías ni jaker.
Por ello, no podemos depender de los demás, y hemos de invertir en nuestra seguridad,
aumentando las partidas en los presupuestos generales de cada uno de los 27.
Aunque nos encontremos contra la opinión de las corriente populistas sobre el gasto
social. No hay paz sin seguridad.
Las amenazas de Corea del Norte, nos podrían
afectar directa o indirectamente, porque vivimos en un mundo globalizado bajo
el “efecto mariposa”. Pero los posibles enemigos pueden estar en el Oriente
Medio con el radicalismo islámico. Dar seguridad en Libia y Sira para evitar inmigraciones.
Si Europa quiere ser una gran potencia y líder
mundial, ha de cohesionarse, e invertir en Defensa. El Mundo siempre va a estar
igual de mal, no va a mejoras. Los conflictos se sucederán en el mundo.
Por ello, las ideas de Macron, como de Rajoy y de Ángelas Merkel, de más Europa es lo que nos conviene, sin duda alguna, siendo fuertes somos más poderosos. La cuestión es saber qué modelo nos conviene.
Por ello, las ideas de Macron, como de Rajoy y de Ángelas Merkel, de más Europa es lo que nos conviene, sin duda alguna, siendo fuertes somos más poderosos. La cuestión es saber qué modelo nos conviene.
Ramón Palmeral
Javier Solana escribe en El País, 6-07-2017
En este momento de incertidumbre y desconcierto, la Unión Europea está en disposición de asumir un papel de liderazgo. La victoria del Emmanuel Macron en las presidenciales francesas debe servir de acicate para los defensores de un orden liberal que, a pesar de sus déficits y de sus múltiples adversarios, sigue representando el paradigma más atractivo y moldeable. Una Unión Europea cohesionada puede ayudar a catalizar una serie de reformas que doten a las instituciones multilaterales de un mayor vigor y de una sensibilidad social más marcada. Tendiendo la mano a los países emergentes, sin por ello perder nuestra esencia, todavía estamos a tiempo de construir —esta vez sí— un orden verdaderamente global.
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En este momento de incertidumbre y desconcierto, la Unión Europea está en disposición de asumir un papel de liderazgo. La victoria del Emmanuel Macron en las presidenciales francesas debe servir de acicate para los defensores de un orden liberal que, a pesar de sus déficits y de sus múltiples adversarios, sigue representando el paradigma más atractivo y moldeable. Una Unión Europea cohesionada puede ayudar a catalizar una serie de reformas que doten a las instituciones multilaterales de un mayor vigor y de una sensibilidad social más marcada. Tendiendo la mano a los países emergentes, sin por ello perder nuestra esencia, todavía estamos a tiempo de construir —esta vez sí— un orden verdaderamente global.
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El presidente ruso, Vladímir Putin,
es el único dirigente de los grandes países influyentes del planeta que
no se ha reunido todavía con el líder de la principal superpotencia
mundial, Donald Trump, seis meses después de la llegada
de éste a la Casa Blanca. Por eso, Putin necesita cubrir el trámite del
encuentro, sobre todo de cara a su propia ciudadanía, aunque la
relación después no vaya mucho más allá. Y hoy en Hamburgo se verán por
fin las caras los dos mandatarios.
Después de la euforia con la que la cúpula rusa acogió la victoria electoral de Trump, con calurosos aplausos en el Parlamento y brindis con champán a diestro y siniestro, el Kremlin trabajó a fondo para organizar una cumbre con el nuevo presidente estadounidense. No lo consiguió. Ha habido que esperar medio año y todavía no está claro si la reunión de hoy tendrá la duración mínima que exigiría la cantidad de cuestiones acumuladas en unas relaciones que están completamente devastadas.
Rusia, y más concretamente el régimen de Putin, están hoy día en el centro del debate en Estados Unidos por su presunta injerencia en los pasados comicios, la supuesta connivencia con el equipo de Trump y la labor de zapa de hackers «patriotas» que el Kremlin dice no poder controlar. También por el apoyo militar del Kremlin a los separatistas del este de Ucrania, por sus simpatías con el dictador sirio, Bashar al Assad, y por la tibieza con la que trata las bravuconadas de Corea del Norte.
Altos cargos de la Administración norteamericana, especialmente la embajadora ante la ONU, Nikki Haley, y el secretario de Defensa, James Mattis, llevan tiempo lanzando puyas a Moscú. La semana pasada, Mattis denunció las «fechorías» que Putin está perpetrando «más allá de sus fronteras», en alusión al acoso que está sufriendo Ucrania.
Ayer, Trump mostró en Varsovia una dureza inusual hacia Rusia al acusarla de «desestabilizar» el este de Europa. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, le respondió señalando que «no estamos de acuerdo con ese enfoque».
En el terreno militar, son casi permanentes los incidentes entre aviones o barcos rusos y americanos en el Báltico, el Mediterráneo y el Mar Negro. El despliegue de la OTAN en el este de Europa está provocando un reforzamiento equivalente de fuerzas rusas a lo largo de la frontera oeste del país. Por si fuera poco y sin siquiera esperar a hablar con Putin, Washington reforzó la sanciones contra Rusia el mes pasado.
Así que en Moscú no son demasiado optimistas con los resultados que pueda arrojar la reunión que mantendrán hoy los dos presidentes en Alemania. A juzgar por las palabras de Peskov, en el Kremlin se conforman con que «se establezca un diálogo de trabajo (...) para hacer frente a los problemas y conflictos que aumentan día a día en el mundo».
Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, confía en que el primer encuentro entre Putin y Trump sirva para «aclarar» de una vez por todas «las perspectivas de cooperación». Lavrov cree que las relaciones entre los dos países «se han convertido en rehén de la lucha política interna en EEUU» y, a su juicio, eso es malo para el mundo en su conjunto.
Aunque no lo ha dicho explícitamente, es evidente que Putin confía en poder seducir a Trump. Sabe, por lo piropos que mutuamente se han dispensado, que hay admiración entre ellos y que la química a veces hace milagros. Ambos tienen una personalidad con aspectos coincidentes sobre todo en su conservadurismo, en la manera expeditiva con la que les gusta afrontar los problemas y en la tendencia a hacerse notar con todo tipo de lances y subterfugios, a menudo teatrales.
Bien es verdad que la agenda que probablemente este hoy sobre la mesa, si es que no se reúnen de pie en el pasillo, está plagada de obstáculos. El más evidente e irresoluble es Ucrania, de cuya solución depende un eventual levantamiento de las sanciones. Pero Putin no va a devolver Crimea ni parece proclive a ceder en su apoyo a los rebeldes separatistas de Donetsk y Lugansk. En la cuestión norcoreana puede haber esfuerzos comunes, siempre y cuando Washington renuncie al uso de la fuerza y a aplicar más sanciones. En Siria los puntos de vista son divergentes, pero tendrán que coordinar sus acciones militares para evitar disgustos que puedan llevar a una escalada de enfrentamiento entre ellos realmente peligrosa.
Después de la euforia con la que la cúpula rusa acogió la victoria electoral de Trump, con calurosos aplausos en el Parlamento y brindis con champán a diestro y siniestro, el Kremlin trabajó a fondo para organizar una cumbre con el nuevo presidente estadounidense. No lo consiguió. Ha habido que esperar medio año y todavía no está claro si la reunión de hoy tendrá la duración mínima que exigiría la cantidad de cuestiones acumuladas en unas relaciones que están completamente devastadas.
Rusia, y más concretamente el régimen de Putin, están hoy día en el centro del debate en Estados Unidos por su presunta injerencia en los pasados comicios, la supuesta connivencia con el equipo de Trump y la labor de zapa de hackers «patriotas» que el Kremlin dice no poder controlar. También por el apoyo militar del Kremlin a los separatistas del este de Ucrania, por sus simpatías con el dictador sirio, Bashar al Assad, y por la tibieza con la que trata las bravuconadas de Corea del Norte.
Altos cargos de la Administración norteamericana, especialmente la embajadora ante la ONU, Nikki Haley, y el secretario de Defensa, James Mattis, llevan tiempo lanzando puyas a Moscú. La semana pasada, Mattis denunció las «fechorías» que Putin está perpetrando «más allá de sus fronteras», en alusión al acoso que está sufriendo Ucrania.
Ayer, Trump mostró en Varsovia una dureza inusual hacia Rusia al acusarla de «desestabilizar» el este de Europa. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, le respondió señalando que «no estamos de acuerdo con ese enfoque».
En el terreno militar, son casi permanentes los incidentes entre aviones o barcos rusos y americanos en el Báltico, el Mediterráneo y el Mar Negro. El despliegue de la OTAN en el este de Europa está provocando un reforzamiento equivalente de fuerzas rusas a lo largo de la frontera oeste del país. Por si fuera poco y sin siquiera esperar a hablar con Putin, Washington reforzó la sanciones contra Rusia el mes pasado.
Así que en Moscú no son demasiado optimistas con los resultados que pueda arrojar la reunión que mantendrán hoy los dos presidentes en Alemania. A juzgar por las palabras de Peskov, en el Kremlin se conforman con que «se establezca un diálogo de trabajo (...) para hacer frente a los problemas y conflictos que aumentan día a día en el mundo».
Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, confía en que el primer encuentro entre Putin y Trump sirva para «aclarar» de una vez por todas «las perspectivas de cooperación». Lavrov cree que las relaciones entre los dos países «se han convertido en rehén de la lucha política interna en EEUU» y, a su juicio, eso es malo para el mundo en su conjunto.
Aunque no lo ha dicho explícitamente, es evidente que Putin confía en poder seducir a Trump. Sabe, por lo piropos que mutuamente se han dispensado, que hay admiración entre ellos y que la química a veces hace milagros. Ambos tienen una personalidad con aspectos coincidentes sobre todo en su conservadurismo, en la manera expeditiva con la que les gusta afrontar los problemas y en la tendencia a hacerse notar con todo tipo de lances y subterfugios, a menudo teatrales.
Bien es verdad que la agenda que probablemente este hoy sobre la mesa, si es que no se reúnen de pie en el pasillo, está plagada de obstáculos. El más evidente e irresoluble es Ucrania, de cuya solución depende un eventual levantamiento de las sanciones. Pero Putin no va a devolver Crimea ni parece proclive a ceder en su apoyo a los rebeldes separatistas de Donetsk y Lugansk. En la cuestión norcoreana puede haber esfuerzos comunes, siempre y cuando Washington renuncie al uso de la fuerza y a aplicar más sanciones. En Siria los puntos de vista son divergentes, pero tendrán que coordinar sus acciones militares para evitar disgustos que puedan llevar a una escalada de enfrentamiento entre ellos realmente peligrosa.
martes, 4 de julio de 2017
VTC (vehículo de turismo con conductor) y los taxi. Serviciso públicos en disputa.
El complicado mundo de las VTC
Por Ara Rodríguez
1/02/17 - 12:01
Vacío legal para unos, nicho de mercado para otros.
Son una de las mayores pesadillas para los taxistas desde hace algunos años. No hablamos ni de Uber y Cabify, que también, es algo que va mucho más a la raíz de la cuestión. La razón por la cual estas compañías tienen la potestad de trabajar en ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga. Si los taxistas tienen sus licencias, los coches con chofer tienen las suyas propias. Las famosas VTC o vehículos turismo con conductor. Aunque a muchos les pueda parecer que fue Uber el que vino con las licencias debajo del brazo, lo cierto es que estás han existido siempre por una razón muy simple: limusinas y choferes no son un invento del señor Kalanick. De hecho, Cabify, en su concepción original de compañía de transporte para empresas lleva operando años con estas licencias. No son nada nuevo ni original, pero sí es cierto que su concepción primigenia ha superado todas las expectativas y previsiones del conservador sector del taxi.
Son una de las mayores pesadillas para los taxistas desde hace algunos años. No hablamos ni de Uber y Cabify, que también, es algo que va mucho más a la raíz de la cuestión. La razón por la cual estas compañías tienen la potestad de trabajar en ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga. Si los taxistas tienen sus licencias, los coches con chofer tienen las suyas propias. Las famosas VTC o vehículos turismo con conductor. Aunque a muchos les pueda parecer que fue Uber el que vino con las licencias debajo del brazo, lo cierto es que estás han existido siempre por una razón muy simple: limusinas y choferes no son un invento del señor Kalanick. De hecho, Cabify, en su concepción original de compañía de transporte para empresas lleva operando años con estas licencias. No son nada nuevo ni original, pero sí es cierto que su concepción primigenia ha superado todas las expectativas y previsiones del conservador sector del taxi.
Hasta diciembre de 2015, concretamente el 20 de ese mes, no entró en vigor el Real Decreto que pretendía actualizar el decreto de licencias para transporte. Publicado en el BOE del decreto ROTT 1057/2015, la cuestión de las licencias VTC quedaba pendiente de un hilo. Olvidadas y relegadas durante muchos años a un segundo, tercero y cuarto plano, tomaron relevancia en el momento de la llegada de la competencia y su paso del servicio en grandes empresas a los usuarios comunes. Si bien es cierto que el sector de taxi había estado presionando desde hacía años –unos 8 aproximadamente– para cerrar una reforma, mucho más taxativa que la vigente en ese momento, la irrupción de Uber y Cabify provocaron que el proceso se acelerase por una fuerte presión del gremio. Coincidiendo, además, con el fin del Gobierno de Mario Rajoy y su nueva candidatura. O lo que es lo mismo: ley a cambio de votantes.
En cualquier caso, lo que buscaban era organizar el vacío legal que quedaba en la normativa de las licencias VTC y la concesión de las mismas que, como ocurriese con las del taxi, otorgadas por las comunidades autónomas en las que se quiera operar. Desde hacía tiempo, la Comunidad de Madrid había estado paralizando la cesión de las licencias –a un precio irrisorio comparado con el actual–. Sin embargo, si estas se alzaban por la vía judicial, y tras un largo tiempo de disputas, terminaban concediéndose con el pago de las costas del juicio por parte del consistorio. Era, por tanto, un negocio seguro, que el sector del taxi quería frenar a toda costa. Consiguieron parar la concesión de las licencias pero, por el camino les salieron otros problemas.
Los VTC no pueden recoger pasajeros en la vía pública directamente.
Permisos de conducir:
Observaciones:
Recordamos que el permiso de conducción de la clase BTP se ha suprimido para adaptarse a las categorías de permisos existentes en el Permiso Único Europeo de Conducción, común en los 28 estados de la Unión. Este permiso era exigido para para taxis, ambulancias y otros vehículos de emergencia y escolares. Está recogido en el Real Decreto 1055/2015, de 20 de noviembre, por el que se modifica el Reglamento General de Conductores, aprobado por Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo.
Antes se exigia este permiso BTP para los taxis, ambulancia y transporte escolar.
1 a 30
Pero no lo consiguieron o al menos no como ellos pensaban. La reforma de la regulación de transporte añadía algunas de las cláusulas que se solicitaban, pero dejaba fuera a todos aquellos que ya disponían de su licencia antes de la aprobación del decreto y que sólo tendrían que someterse a ella en el momento de su renovación:Aunque los vehículos que dichos titulares tengan adscritos a sus autorizaciones en el referido momento incumplan alguno de los requisitos señalados en el citado artículo, podrán continuar adscritos a aquéllas mientras no sean sustituidos por otros, los cuales sí deberán cumplir tales requisitos.Esto afecta directamente al artículo de posesión de licencias que, en la nueva regulación añadía que para poder ejercer con una VTC, la empresa debe tener 7 o más licencias. Directamente en contra de los empleados autónomos que ejercen al amparo de Uber o Cabiby, pero de los nuevos y no de los antiguos. Y aquí ha residido el problema de los taxistas desde el minuto uno: su idea estaba en que si obligaban a concentran grandes cantidades de licencia, la competencia sería menor porque la inversión requerida aumentaba por siete. Teniendo en cuenta que Uber es la mayor empresa de transporte sin ningún coche en propiedad era un movimiento perfecto. Pero falló ese epígrafe que ha dejado esa suerte de vacío legal de nuevo, o al menos temporal. Según Julio Sanz, de Federación Profesional del Taxi, "habrá que ver cómo se reorganizan cuando tengan que renovar, bien sea con cooperativas, asociaciones o lo que sea".
Quedaba entonces la limitación de las licencias: la norma de 1 a 30. Es decir, por cada 30 licencias de taxi sólo puede existir una de VTC. Una regla que, según la normativa, es modificable por cualquier ayuntamiento si así lo requiere y que busca tener un "equilibrio" entre los diferentes modelos de licencia. Pero que, según la CNMC, entra en conflicto con la concepción de libre mercado que debería tener el sector del transporte en Madrid y en el resto de España.
En Madrid por tanto, siguiendo esta norma y existiendo 15.772 licencias de taxi según el Ministerio de Fomento, deberían existir unas 525 VTCs. Sin embargo, el mismo documento confirma que hay exactamente 1.961. Y lo mismo ocurre en Barcelona, con 11.163 taxis y 769 VTCs. Según Julio esto se debe al vacío legal y la petición de licencias por la vía judicial de aquellos años hasta la aprobación del decreto de 2015. En este punto y ante el crecimiento de las licencias VTC, vinculadas a Uber o Cabify, ha sido cuando los taxistas han pedido una compensación fiscal que pueda competir con las condiciones del libre mercado.
El resto de normas atienden a la forma de operar de estos vehículos: no poder circular buscando o esperando clientes, tienen que parar en puntos de reunión y sólo pueden recurrir a su servicio a través de apps o llamando por teléfono. En cuanto a los modelos de coche y mantenimiento, la regulación no dista demasiado de a lo que debería someterse un taxista.
La ley de la oferta y la demanda no perdona
A precio de salida, es decir, en el Ayuntamiento, una licencia VTC vendría a tener un precio que rondaba los 5.000 euros. Comparados con los más de 140.000 euros que puede costar una licencia de taxi en la capital, a la baja en los últimos años, son un negocio seguro ya que amortizar las mismas es sumamente sencillo. O al menos lo era.Sin embargo, al igual que sucediese en su momento con las licencias de taxis –baratas en su concepción pública y medio de financiación de la jubilación para miles de profesionales del sector–, estas han sido objeto de dos leyes económicas inevitables. La primera de ellas es una que los taxistas, de forma involuntaria, se han encargado de alimentar: la escasez. Con la norma de 1 a 30, son bastantes pocas las que hasta la fecha están disponibles; y, aunque el ayuntamiento aún tiene algunas bloqueadas por sus procesos legales, son relativamente pocas las que están en circulación. Y la segunda de ellas es la pura y simple oferta y demanda. La llegada de Cabify y Uber ha puesto sobre la mesa una verdadera y lucrativa utilidad para las licencias VTC, por lo que contar con una de ellas se hace más que interesante pese a los problemas que han traído asociados con la actualización de las leyes.
En cualquier caso, el resultado ha sido palpable. Un rápido vistazo a una web de segunda mano y podemos ver varias ofertas de licencias VTC que se alejan considerablemente del precio de partida. 53.000 euros, 130.000 en el caso de una venta de sociedad con dos licencias asociadas (formando parte de la regulación anterior que aún permitía menos de siete permisos) y así sucesivamente. Demostrando que, el problema que se le achacaba al sector del taxi con sus licencias engordadas, bien puede replicarse en el de las VTC.
.............................VTC pretende bajar precios................
El anuncio de la empresa de arrendamiento de vehículos con conductor (VTC) Uber de rebajar la tarifa del traslado de pasajeros al aeropuerto deBarajas hasta
los 15 euros durante los meses de julio y agosto no ha sido bien
recibido por el colectivo de los taxistas, que ve muy escasas las
regulaciones tomadas desde las Administraciones en relación a este
sector.
«Lo que no puede ser es que no estén reglamentados, esto hace que fijen los precios como quieren mientras nosotros estamos ahogados por las limitaciones», asegura un taxista en la cola del aeropuerto en referencia a Uber. Esta mentalidad es compartida por muchos de sus compañeros de profesión como Manuel Sotelo, que sostiene que «es necesario regularlos para jugar con las mismas cartas» y se centra en el terreno administrativo ya que «están haciéndose con el mercado gracias a su situación ventajosa y mediante tácticas ilegales». Este taxista rechaza la posibilidad de que haya una huelga total debido a que esto «jugaría a su favor» pero deja abierta la posibilidad a flexibilizar sus tarifas a través de descuentos.
La falta de exigencias desde el Ayuntamiento para operar con Uber hace que, según taxistas como Francisco Romero, no sea necesario que estos cuenten con muchos requisitos imprescindibles y obligados para los taxistas como puede ser el certificado de penales del conductor, lo que hace que en la empresa «acaben trabajando exconvictos» que, en muchas ocasiones «timan a sus clientes con precios elevados». Romero también carga contra las «tarifas dinámicas marcadas por la ley de la oferta y la demanda» calificándolas de «injusticia» y sostiene la necesidad de que los clientes «conozcan las tarifas que deben pagar» por su traslado.
La nueva tarifa de Uber es la mitad de lo que vale en estos momentos la tarifa fija de los taxistas para trasladarse desde el interior de la M-30, lo que supone un importante ahorro para algunos de los pasajeros que deciden realizar este trayecto con la empresa en cuestión. Agustín Espinosa, usuario de compañías de transporte de viajeros similares a Uber, afirma que el choque entre ambos colectivos es beneficioso para los consumidores y mantiene la esperanza de que esta competencia «suponga un cambio que haga que los precios de los taxis bajen» y permita de esta manera «acabar con el monopolio que sustentan». Por otro lado, «la mayor disponibilidad, la seguridad y comodidad que suponen los taxis», hace que sean la opción preferida de consumidores como Pablo Plaza, que siempre opta por estos medios para trasladarse al aeropuerto.
Esta bajada supone un nuevo capítulo del conflicto entre los taxistas y las plataforma de transportes de viajeros después de que los primeros organizasen a finales de mayo una huelga en todo el territorio nacional para protestar contra lo que ellos calificaron como una «creciente competencia desleal» por parte de estos.
Según los taxistas, esta protesta fue aprovechada por Uber para inflar sus precios fijando sus precios muy por encima de lo establecido aprovechándose de la escasez de taxis debido a la celebración de la huelga. Otro de los motivos de sus protestas se encuentra en el aumento de las concesiones de VTC por parte del Ayuntamiento, lo que taxistas como Manuel Sotelo califican como «inviable» al creer que su número «ha crecido en exceso saltándose las normas y ya hay uno de estos vehículos por cada siete taxis».
«Lo que no puede ser es que no estén reglamentados, esto hace que fijen los precios como quieren mientras nosotros estamos ahogados por las limitaciones», asegura un taxista en la cola del aeropuerto en referencia a Uber. Esta mentalidad es compartida por muchos de sus compañeros de profesión como Manuel Sotelo, que sostiene que «es necesario regularlos para jugar con las mismas cartas» y se centra en el terreno administrativo ya que «están haciéndose con el mercado gracias a su situación ventajosa y mediante tácticas ilegales». Este taxista rechaza la posibilidad de que haya una huelga total debido a que esto «jugaría a su favor» pero deja abierta la posibilidad a flexibilizar sus tarifas a través de descuentos.
La falta de exigencias desde el Ayuntamiento para operar con Uber hace que, según taxistas como Francisco Romero, no sea necesario que estos cuenten con muchos requisitos imprescindibles y obligados para los taxistas como puede ser el certificado de penales del conductor, lo que hace que en la empresa «acaben trabajando exconvictos» que, en muchas ocasiones «timan a sus clientes con precios elevados». Romero también carga contra las «tarifas dinámicas marcadas por la ley de la oferta y la demanda» calificándolas de «injusticia» y sostiene la necesidad de que los clientes «conozcan las tarifas que deben pagar» por su traslado.
«Infringe la ley»
La Federación Española del Taxi (Fedetaxi) también presentó su disconformidad con la promoción de la empresa de arrendamiento de vehículos asegurando que esta medida «infringe la legislación». La Federación asegura que el único objetivo de este colectivo es «romper el mercado y arruinar a los taxistas» y que, con ese precio del traslado, «no se cubren los costes del vehículo y la mano de obra».La nueva tarifa de Uber es la mitad de lo que vale en estos momentos la tarifa fija de los taxistas para trasladarse desde el interior de la M-30, lo que supone un importante ahorro para algunos de los pasajeros que deciden realizar este trayecto con la empresa en cuestión. Agustín Espinosa, usuario de compañías de transporte de viajeros similares a Uber, afirma que el choque entre ambos colectivos es beneficioso para los consumidores y mantiene la esperanza de que esta competencia «suponga un cambio que haga que los precios de los taxis bajen» y permita de esta manera «acabar con el monopolio que sustentan». Por otro lado, «la mayor disponibilidad, la seguridad y comodidad que suponen los taxis», hace que sean la opción preferida de consumidores como Pablo Plaza, que siempre opta por estos medios para trasladarse al aeropuerto.
Esta bajada supone un nuevo capítulo del conflicto entre los taxistas y las plataforma de transportes de viajeros después de que los primeros organizasen a finales de mayo una huelga en todo el territorio nacional para protestar contra lo que ellos calificaron como una «creciente competencia desleal» por parte de estos.
Según los taxistas, esta protesta fue aprovechada por Uber para inflar sus precios fijando sus precios muy por encima de lo establecido aprovechándose de la escasez de taxis debido a la celebración de la huelga. Otro de los motivos de sus protestas se encuentra en el aumento de las concesiones de VTC por parte del Ayuntamiento, lo que taxistas como Manuel Sotelo califican como «inviable» al creer que su número «ha crecido en exceso saltándose las normas y ya hay uno de estos vehículos por cada siete taxis».
domingo, 2 de julio de 2017
Unai Sordo. Nuevo secretario general de CC.OO.
UNAI
SORDO, NUEVO SECRETARIO GENERAL DE CC.OO
Los sindicatos son como los mejillones,
moluscos bivalvos encerrados en su propio caparazón, unidos por la misma
corriente marina del trabajo obrero que deja en ellos como plancton la precariedad laboral con que se alimentan. A
menudo el agua llega contaminada y se intoxican de las palabras mansas del gobierno
de turno y la patronal, y dejan de ejercer su labor de presión, lucha,
manifestaciones o huelgas, a veces por chocar contra gruesos muros insolidarios, bajo el estandarte de: por el bien de España. Se relajan o se hacen
pacifistas, sin tener en cuenta que el patrón nunca será ni el amigo, ni el
compadre del obrero. Son eternos antagonistas. La mejoras laborales desde la
creación de la socialdemocracia a mediados del siglo XIX, se ha conseguido con
lucha obrera sin cuartel. El obrero debe
saber que el patrón nunca abre la mano si no es que se le dan un martillazo en
el codo.
Acaba de entrar en el ruedo nacional el
nuevo secretario general de CC.OO, Unai Sordo Calvo (Baracaldo, 1972), que
trabajó en la industria de la madera antes de incorporarse a la función
sindical. Ha salido como un toro bravo,
como si fuera nuevo en la plaza, con la divisa de «El pasado es pasado», pues
siempre se ha de correr un tupido velo sobre el antecesor Ignacio Fernández
Toxo (sólo hablaba el 1 de mayo). Los nuevos líderes son como los reyes
medievales castellanos que, llegados al trono, siempre emprendían nuevas batallas
de conquista de territorios enemigos.
Unai Sordo
pretende que se deroguen o modifiquen las reformas laborales de 2010 y 2012, y
ha afirmado que: “La gran prioridad del sindicato es organizar a la gente en los centros de
trabajo. Ese es el eje de bóveda de cómo se fortalece la lucha contra la
precariedad que sufren los jóvenes y las mujeres, para estar en mejor posición
en las negociaciones con Gobiernos y patronales”. No es nada nuevo, porque, tradicionalmente,
a los políticos no les han interesado ni los jóvenes ni las mujeres
–laboralmente hablando–, pero esto cambió en la elecciones de 2015 cuando
irrumpió Podemos como una tercera fuerza (detrás estaba los votantes jóvenes e
indignados). La crisis fue el detonante de despertar a los jóvenes y se
implicaran en la política.
La
imagen que hasta ahora, al menos a mí me lo parece, de los sindicatos hermanos
UGT y CC.OO, es de cierta sumisión o docilidad a los dictados de los llamados “diálogos
sociales”, en estas mesas a tres bandas, donde siempre pierden los sindicatos,
que vuelven a dejar sus lanzas en los astilleros hasta nuevas contiendas. Sin
embargo, el tema de la subida de los salarios es algo a lo que no se puede
renunciar por simple coherencia: Si no hay consumo interno no hay trabajo para
los demás. Para conseguir mejoras laborales no hay otro camino que la huelga,
como hemos visto semanas atrás con los estibadores de los puertos. Han conseguido
lo que pretendían: no perder puestos de trabajo.
Evidentemente cuando el problema de la
precariedad laboral se extiende a nivel nacional el problema es mucho más complejo
de resolver, porque además colisiona con la política de Europa, y la globalización
mundial, o la perdida de la industria pesada. Pero si los sindicatos se dejan
llevar por los cantos de sirena de Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad
Social, volverán a la docilidad, pero esperamos que el vasco Unai Sordo no se
haga el sordo dentro de unos meses.
ramón fernández palmeral
Alciante, 2 de junio 20017
Nueves meses sin licencia de obras. Ayuntamiento de Alicante.
Nueve meses sin licencia de obras
Algunos amigos míos, que leen mis quejas en Cartas al Director de Información, me preguntan al verme: ¿Cómo va el tema del célebre ascensor del edificio Hércules? Yo les respondo que Hércules perdió la fuerza, y aquí estamos a nueve meses desde que se presentó la documentación en Urbanismo del antiguo edificio de la Cámara de Comercio. Qué ironía esto de comercio, ¡verdad! Parece ser, según mis últimas investigaciones que la documentación está a la firma desde hace quince días, pero supongo que el funcionario de carrera que lo ha de firmar se ha lesionado la muñeca jugando al tenis. Es que algunos se creen Nadal.En mi primera carta del mes de abril dije que el tripartito no contará como mi voto en las próximas elecciones municipales. Un amigo, entendido en el tema consistorial local, me dijo que a los funcionarios les importaba un «cajarillo sin azúcar» que les voten o no, porque ellos siempre estarán ahí; los que cambian son los alcaldes y concejales, nada más. En fin, yo pienso que después de agosto a lo mejor con el agua de mar en las playas de San Juan al funcionario firmante se le cure la muñeca y el codo de tenista.
..................
La licencia se concedio a finales de junio. Cuando se publicó el articulo ya estaba concendida. Nade me dijo nada.
sábado, 1 de julio de 2017
El Fuerte y zona de los Mayarines. Entre Torrox y Frigiliana. junio 2017. La Axarquía. Fotos Palmeral
El Fuerte y el Mayarín, con cortijo de los Almendros.
El Fuerte
Cerro Lucero de 1772 metros de altitud.
Frigiliana desde la Coscoja de Torrox. foto de Palmeral
Cortijo de Las Piltillas. El Mayarín, zona de Frigiliana
El Fuerte
Cerro Lucero de 1772 metros de altitud.
Frigiliana desde la Coscoja de Torrox. foto de Palmeral
Cortijo de Las Piltillas. El Mayarín, zona de Frigiliana
Bosquecillo del tío José (Mayarín bajo) |
Restaurante Los Carcoles. Torrox. la Cocoja Un cortijo en el Mayarín. Panorámica (A lo lejos Nerja) |
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