Este año se cumple el 25 aniversario de aquel fatídico domingo 4 de agosto de 2002 en el que estalló un coche bomba estacionado junto a la valla del cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola, donde falleció Silvia Martínez de 6 años que jugaba en su casa, y Cecilio Gallego de 57 años que esperaba en la parada del autobús.
Acompañarles y arroparles en el homenaje, que como cada año se hace a Silvia y por ende al resto de las víctimas del terrorismo. Santiago pide “a los españoles de bien que sientan que esta pequeña podía haber sido su hija, hermana o nieta, que les acompañen el 4 de agosto a las 20:00h en la plaza Silvia Martínez Santiago”, donde está situado un monolito en su recuerdo junto al cuartel de la Guardia Civil donde fue asesinada. “No solo para rendirle homenaje a cada una de las víctimas del terrorismo”, explica Toñi Santiago, “ sino también para decirle a la clase política, que en mi caso, mi hija no va a ser moneda de cambio en un proceso de negociación con los terroristas, que me niego en rotundo a que el asesinato de mi hija acabe en saco roto, para que los terroristas de la mano de los políticos de turno se beneficien y salgan a la calle” . Concluye Toñi pidiendo por favor a los ciudadanos, que los acompañen “con banderas de España ya que es lo que más les molesta” y recuerda que “esta criatura de seis años no solamente la asesinaron por ser española, si no por ser hija de un Guardia Civil”.
Todo ocurrió una tarde de verano a las 20:15, una hora en la que los agentes y sus familias estaban en sus viviendas, y la calle concurrida. Ambas víctimas fueron asesinadas por el comando Argala formado por los etarras Óscar Zelarain y Andoni Otegi, que fueron condenados a 843 años de cárcel por este atentado.