Quien afirma que con el ascenso del coronel Rafael Yuste a general de brigada se “descabeza” la UCO demuestra un completo desconocimiento de cómo funcionan los ascensos en la vida militar o de la Guardia Civil. Para un oficial de carrera, el mayor honor es alcanzar el generalato, y Yuste, número uno, se lo ha ganado plenamente por sus méritos y trayectoria profesional: Asciendes y te destinan a otra Unidad de mayor rango y responsabilidad.
Su ascenso no supone ninguna pérdida para la institución de la UCO, porque quienes ocupan puestos de responsabilidad en una Unidad —o en cualquier puesto de responsabilidad— lo hará con la misma eficacia. Son profesionales altamente cualificados. Es una ventaja organizativa la de que todos los mando e individuos pueden ser sustituidos por otros, no son imprescindibles. Lo importante es la Unidad, no quienes la componen. El coronel que venga a sustituirlo será tan eficaz, competente e independiente como lo ha sido Yuste. Las carreras en las Fuerzas Armadas son individuales, no corporativas, y los ascensos y nuevos destinos forman parte natural del desarrollo profesional.
En definitiva, hablar de “descabezamiento de la UCO” es ignorar la estructura de la Unidad, la continuidad y el rigor con el que funciona la institución con 181 años desde que la fundo la Guardia Civil por el duque de Ahumada en 1844. Si los mandos fueran insustituibles sería un desastre militar y una ventaja del enemigo. Ya que un Cuerpo de Ejército o policial es como una cadena de hierro cuyo eslabones son los miles de miembros que la componen. Si se rompe un eslabón se pone otro.
