(Revista digital de ARTE, CULTURA Y OPINIÓN DESDE ALICANTE. Nuevoimpulso.net
ARTICULOS DE OPINION
Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.
Como
principal interlocutor del PP con el Gobierno y la carrera judicial
fija las claves del futuro de la negociación de la renovación del Poder
Judicial.
– ¿Puede acabar la Legislatura con el CGPJ bloqueado?
–La
imagen de politización del Poder Judicial está ahí y hay que acabar con
ella. ¿Cómo? La única forma es cambiando el modelo de elección del
Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y, también, del sistema de
nombramiento del fiscal general del Estado.
–Sin reforma,
no habrá renovación, según la posición del PP. Y el Gobierno ha dicho
que no habrá reforma. Si tuviera que apostar, ¿lo haría porque no habrá
acuerdo?
–No me gusta especular. Sí insisto en que
esperamos que Pedro Sánchez vuelva a la cordura y entienda que lo que
pide Europa es lo adecuado y no hay otra alternativa.
–¿Cómo llevan las presiones de la carrera judicial para que arreglen esta crisis?
–La
renovación es también un deseo de la Carrera judicial, pero la inmensa
mayoría nos está transmitiendo que quieren que sigamos luchando por el
cambio de modelo de elección del CGPJ.
–¿La caída de la fiscal general del Estado facilitaría retomar las negociaciones?
–La
reforma del sistema de elección del CGPJ debe ir ligada a otro cambio
en la elección de la Fiscalía para que no vuelva a repetirse lo ocurrido
con Dolores Delgado. No tengo nada en contra de ella. De hecho, tenemos
una buena relación, pero hasta Pedro Sánchez se ha dado cuenta de que
cometió un error eligiendo para ese puesto a una ministra de Justicia y
diputada porque lastra la imagen de imparcialidad de esa persona.
–No
me ha dicho si su caída, en función de lo que pueda decidir el Supremo
sobre la idoneidad de su nombramiento, facilitaría que se vuelvan a
sentar a hablar con el Gobierno.
–El problema es que
Pedro Sánchez no quiere sentarse. Pablo Casado le acaba de pedir una
reunión urgente y Moncloa ha contestado que «no», ni reunión ni siquiera
conversación por teléfono. No equivoquemos el foco porque lo realmente
grave es que el presidente de Gobierno no acepta una reunión con el
presidente del PP para alcanzar un acuerdo por la Justicia española
cuando parece que está todavía dudando de si se va a sentar o no en la
mesa bilateral con el Gobierno catalán, con Esquerra, cuyos líderes han
cometido graves delitos.
El Gasco, el ambicioso sueño de Madrid en el siglo XVIII: Llegar por canales hasta Sevilla
La
Comunidad de Madrid declara Bien de Interés Cultural una gran obra de
ingeniería que buscaba alcanzar el mar navegando el Guadarrama,
Manzanares, Tajo y Guadalquivir
La capital tiene una especial relación con el mar.
Lejos y a la vez, en el ánimo, el deseo de estar cerca. De llegar a
ella. La Comunidad de Madrid ha sido sensible a esa voluntad nunca
alcanzada, romántica, y ha querido recordar a todos aquellos que
trabajaron y se empeñaron en este objetivo. De ahí que el Gobierno
regional declarase Bien de Interés Cultural, en la categoría de Paisaje Cultural, un conjunto muy especial.
La presa de El Gasco
es una de las mayores obras inacabadas de las infraestructuras
españolas. Y tiene historia. A finales del siglo XVIII, sobre el río Guadarrama,
se intentó la “locura” de conectar Madrid con el mar. Sus ruinas se
encuentran en la confluencia de los términos municipales de
Torrelodones, Galapagar y Las Rozas.
Presa del Gasco FOTO: Comunidad de Madrid
Fue diseñada por el Ingeniero militar español, de origen francés Carlos Lemaur,
promovida y financiada por el Banco de San Carlos, con cargo a la
Hacienda Real de Carlos III. Una obra ligada a las obras del canal del
Guadarrama, que tampoco llegó a concluirse, y que hubiese sido su
embalse regulador. Mediante este proyecto, se pretendía realizar un
canal navegable de 667 km, que, salvando un desnivel de 700 m, hubiese
unido fluvialmente Madrid y la Meseta Sur con el Océano Atlántico. Ahí
es nada: se buscaba conectar el Guadarrama, el Manzanares (a la altura del Puente de Toledo), el Tajo (a su paso por Aranjuez) y el Guadalquivir, por Sevilla. Casi nada.
Plano de la presa del Gasco FOTO: Comunidad de Madrid
Aunque sólo se llevaron a cabo los primeros 27 km del canal y dos tercios de la primera presa reguladora, la presa del Gasco en el río Guadarrama,
el trazado del canal estaba replanteado en su totalidad, con una
precisión asombrosa en su trazado topográfico, desde el punto de vista
de los modernos aparatos de topografía. La longitud del canal serían, en concreto, 771 km y salvaría un desnivel total de 700 m, por medio de esclusas.
La
construcción fue dirigida por el propio Carlos Lemaur y tras su
suicidio, por sus cuatro hijos. Un esfuerzo hercúleo y desgraciado a
partes iguales. Tras una tormenta se abandonó la construcción de la presa por un derrumbe en
el paramento de aguas abajo, y por tanto también se paralizaron las
obras del canal en 1799. Aunque se intentó retomar la construcción de un
canal de abastecimiento a Madrid en el siglo XIX, para aprovechar la
infraestructura ya construida, las obras nunca se llevaron a cabo.
Se utilizó como mano de obra a soldados, que con el paso del tiempo fueron reemplazados por prisioneros condenados a trabajos forzados,
como medida de abaratamiento de costes. Al tiempo, muchos de ellos
enfermaron de paludismo, por lo que el retraso en las obras fue
consecuencia clara.
El proyecto, en concreto, finalizó en mayo de 1799, cuando, en opinión de los hijos de Lemaur, unas fortísimas lluvias,
hincharon el relleno arcilloso de los casetones de fábrica que
constituían el entramado sólido de la presa y propiciaron su derrumbe cuando alcanzaba unos 50 metros de altura.
Por iniciativa real, Juan de Villanueva fue designado para realizar un reconocimiento de la presa y el canal. Por parte del ministerio de la Guerra se encargó al ingeniero Fernando Gaver la misma misión. Tras estos informes, la Corona determinó la suspensión definitiva de las obras.
La presa de El Gasco fue diseñada en su momento como la más alta del mundo, con 93 m.
De la presa solo se conserva un lienzo de 53 m de altura y 251 de
longitud. La anchura oscila entre los 72 m de la base y los cuatro de la
parte superior.
Ahora, aquel sueño de navegación ha tenido su
justo reconocimiento. La empresa, ambiciosa sin duda, no pudo ser, pero
la distinción del Gobierno regional rinde homenaje, de alguna manera, a
todos aquellos que pusieron su esfuerzo y su alma en un sueño de
progreso.
Qué es un megavatio hora y cómo influye en la factura de la luz?
El
precio de la electricidad en el mercado mayorista ha vuelto a
dispararse hasta los 135,65 euros por megavatio hora (MWh), el miércoles
más caro de la historia
El
precio de la electricidad en el mercado mayorista ha vuelto a
dispararse este 8 de septiembre hasta los 135,65 euros por megavatio
hora (MWh), el miércoles más caro de la historia. Los consumidores
tienen claro que esta alarmante subida de precios sin techo repercute
directamente en su factura haciendo que paguen los recibos más altos de
la historia. De hecho, si los precios eléctricos de los primeros siete
días de septiembre se prolongan durante todo el mes, la factura del
usuario medio del mercado regulado (PVPC)
alcanzará los 104,81 euros, según el análisis de Facua. Es decir, casi
12 euros por encima del recibo más alto de la historia, el del pasado
mes de agosto (93,10 euros). Sin embargo, ¿conocen los clientes qué es un megavatio hora y cómo afecta su precio a su recibo mensual? LA RAZÓN resuelve da respuesta a esta cuestión.
¿Qué es un megavatio y kilovatio hora?
Para entender lo que es un megavatio y kilovatio hora primero hay que partir de la unidad: el vatio. Un vatio,
tal y como explica la comercializadora de energía Podo, es “una unidad
de potencia eléctrica producida por una diferencia potencial de 1 voltio
y una corriente eléctrica de un amperio, es decir, un voltiamperio”. De
esta manera, un kilovatio equivale a 1.000 vatios y un megavatio a un millón de vatios.
Por lo tanto, un kilovatio hora (kWh) es una unidad práctica de energía
equivalente a la energía producida por una potencia de 1.000 vatios
durante una hora y un megavatio hora (MWh) es una unidad de potencia equivalente a un millón de vatios o 1.000 kilovatios.
En
su factura eléctrica de su vivienda el consumo aparecerá reflejado en
kWh. Mientras, el MWh se utiliza para medir grandes potencias como por
ejemplo los buques de guerra, equipamientos científicos, grandes motores
eléctricos o consumos industriales. Para hacerse una idea, Podo explica
que un megavatio hora supone una cantidad de energía que puede dar electricidad a una media de 330 viviendas en una hora.
Cómo afecta a la factura de la luz
El
precio del kWh define el importe que cada cliente tiene que pagar por
la cantidad de energía consumida. Mientras que para los clientes del mercado libre
el precio del kWh dependerá de la tarifa y el tipo de comercializadora
contratada, explica Selectra, para los clientes del mercado regulado
(tarifa PVPC) el coste del kWh depende del coste del precio del MWh, que
se basa en el sistema eléctrico impuesto por el Ministerio de Industria
a través del ‘pool energético’, donde se compra y vende energía.
En caso de pertenecer al mercado regulado, el apartado “facturación por energía consumida” reflejará lo que el cliente debe pagar por su consumo real,
en función de lo que la compañía cobre por kWh o del precio fijado a
través del ‘pool energético’. En el caso de los clientes del mercado
regulado, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) viene
denunciando que el coste de la energía no viene desglosado por los tres
tramos de discriminación horaria que entraron en vigor el pasado mes de junio (punta, llano y valle), ya que el precio del kWh es distinto para cada uno de ellos. A la “facturación por energía consumida” hay que sumar la “facturación por potencia contratada”,
un término fijo que se paga aunque no se consuma nada. En el mercado
regulado, además, se pueden elegir dos potencias para adaptarlas a sus
hábitos de consumo.
El resto de la factura son peajes, impuestos y
otros costes. De hecho, el coste de la energía, antes de la subida del
precio del gas, representa un 35% de la factura. Dado que el transporte y
la distribución de electricidad representan en torno al 15%, se puede
decir que las actividades estrictamente necesarias para el suministro
eléctrico (generación y distribución) sólo explican el 50% de la
factura. El otro 50% se reparte entre impuestos (algo más del 20% del total, entre el IVA y el impuesto a la electricidad) y entre los sobrecostes vinculados a la política energética:
la subvención a las energías renovables (18%), la subvención al
sobrecoste del transporte eléctrico en Baleares y Canarias (4%), la
amortización de los déficits de tarifa históricos (3%) y otro porcentaje
de ayudas (5%). Es decir, la mitad de la factura son costes políticos
claves para bajar su coste.
¿Cómo ahorrar en kwh en su factura eléctrica?
Podo señala que en una vivienda casi
el 50% del consumo lo hace el aparato de aire acondicionado y la
calefacción, mientras que un 23% del consumo corresponde a los
electrodomésticos y la iluminación. Por lo tanto, para tener un
ahorro del 60% de la energía, esta empresa de energía recomienda usar
el microondas en vez del horno convencional, además también se puede
ahorrar en tiempo. Uno de los cambios que más afectan a la
bajada de la factura de la luz es el cambio de bombillas convencionales
por bombillas de bajo consumo. Y si es cliente del mercado
regulado, la mejor forma de ahorrar es concentrando su consumo en las
horas del día donde el precio de la luz es más barato.
El presidente del TS y del CGPJ ha puesto como ejemplo lo ocurrido
cuando, con ocasión del indulto concedido a los condenados en la causa
del ‘procés’, se llegó a contraponer, para explicar la medida, la
concordia frente al resentimiento, “como si la acción de la Justicia al
aplicar la ley a la que todos nos debemos fuese un obstáculo para la
convivencia u obedeciera a razones distintas de las previstas en las
normas”.
El presidente del TS y del CGPJ reivindica la independencia judicial como garantía de la democracia
En el acto de apertura del Año
Judicial 2021/2022, que el rey ha presidido este lunes en el Tribunal
Supremo. Carlos Lesmes destaca la labor del Tribunal Supremo en defensa
del orden constitucional y recuerda que la función de la Justicia es
“dar a cada uno lo suyo de acuerdo con las leyes, leyes que han sido
democráticamente aprobadas y que, por tanto, expresan la voluntad de la
mayoría”. El presidente del órgano de gobierno de los jueces urge a las
fuerzas políticas a dejar la institución fuera del escenario de la lucha
partidista y a alcanzar en las próximas semanas el acuerdo necesario
para su renovación
Autor
Comunicación Poder Judicial
El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, y la ministra de Justicia, Pilar Llop (Casa Real)
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del
Poder Judicial, Carlos Lesmes, ha reivindicado hoy -durante su
intervención en el acto de apertura del Año Judicial 2021/2022 que el
rey ha presidido este lunes en la sede del alto tribunal- la
independencia judicial como garantía de la democracia.
Lesmes ha considerado que esta reivindicación de la independencia
judicial -a la que se ha referido no como un privilegio de los jueces,
sino sobre todo como una garantía de los ciudadanos- es hoy más
necesaria que nunca por cuanto la labor de la Justicia se pone en
ocasiones en entredicho, especialmente desde algunas instancias
políticas, “cuando las decisiones judiciales se contraponen a sus
designios, dificultan sus estrategias o, simplemente, no son de su
agrado”.
El presidente del TS y del CGPJ ha puesto como ejemplo lo ocurrido
cuando, con ocasión del indulto concedido a los condenados en la causa
del ‘procés’, se llegó a contraponer, para explicar la medida, la
concordia frente al resentimiento, “como si la acción de la Justicia al
aplicar la ley a la que todos nos debemos fuese un obstáculo para la
convivencia u obedeciera a razones distintas de las previstas en las
normas”.
“Nada más alejado de la realidad. La función de los jueces y
magistrados, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, con independencia
absoluta de influencias externas o internas, políticas o de cualquier
otra índole, no se corresponde en modo alguno con la idea de revancha o
con el sentimiento de rencor, pues juzgar es dar a cada uno lo suyo de
acuerdo con las leyes, leyes que han sido democráticamente aprobadas y
que, por tanto, expresan la voluntad de la mayoría”, ha dicho Lesmes.
El presidente del órgano de gobierno de los jueces ha añadido que la
justicia “no es, ni ha sido nunca, un obstáculo para la paz, sino el
instrumento fundamental para salvaguardar el orden jurídico y, por ende,
la convivencia pacífica entre los ciudadanos” y ha reivindicado la
labor de los jueces españoles y muy especialmente del Tribunal Supremo
en defensa del orden constitucional y de la democracia.
La independencia, un deber profesional del juez
En su discurso, Lesmes ha señalado que dado el trascendental papel
que el juez tiene en la aplicación de las normas, en el contexto de un
ordenamiento jurídico extenso y eminentemente complejo, su independencia
es un principio ineludible para garantizar el buen funcionamiento del
Estado de Derecho, del sistema de libertades y de la propia democracia.
En el marco de una sociedad democrática -ha añadido-, la función del
juez consiste en aplicar soluciones razonables, socialmente
comprensibles y argumentadas en Derecho a los conflictos de intereses
que se someten a su consideración; labor que la complejidad y las
imperfecciones naturales del sistema jurídico convierten en un ejercicio
de especial dificultad, “sujeto a un escrutinio público que debe ser
aceptado desde la perspectiva crítica, pero que también abre la puerta a
posibles injerencias torticeras o inaceptables en el marco del debido
proceso, o de su resultado, por las eventuales incomodidades que puede
generar para los intereses en juego”.
“Esos elementos extraños que tratan de influir pueden ser de muy
diversa índole y corresponde al ordenamiento jurídico y, en su caso, al
órgano de gobierno de los jueces, pero también al propio juzgador,
establecer las barreras necesarias para que no lleguen a interferir en
la labor jurisdiccional”, ha dicho el presidente del Tribunal Supremo.
Lesmes ha concluido afirmando que “actuar con independencia, incluso
de las propias convicciones personales, constituye un deber profesional
del juez y forma parte de los principios éticos que informan su
actividad”.
Renovación del Consejo General del Poder Judicial
El presidente del TS y del CGPJ se ha referido también durante su
intervención a la “anormal situación en la que se encuentra a día de hoy
el Consejo General del Poder Judicial por causas que le son
completamente ajenas”, en referencia a su no renovación.
Lesmes ha recordado que la Constitución establece que el presidente y
los vocales de esta institución tengan un mandato de cinco años, “sin
que este plazo pueda ser considerado, en ningún caso, como meramente
orientativo”, por lo que el Congreso y el Senado, órganos a los que la
Carta Magna y la Ley Orgánica del Poder Judicial encomiendan a día de
hoy la renovación del CGPJ, están obligados a respetarlo.
“Y esta obligación es extensible a las fuerzas políticas allí
representadas, sin que un deber que dimana de la propia Constitución
pueda subordinarse en cuanto a su cumplimiento a razones de oportunidad
política, cualesquiera que estas sean, pues no hay mejor forma de
defender la Constitución que procurando su cumplimiento”, ha agregado.
Tras recordar que ha instado hasta en seis ocasiones a los
presidentes del Congreso y del Senado a cumplir con su deber
constitucional -reclamación que también ha sido hecha por el Pleno del
Consejo otras tres veces durante el último año- sin que ninguno de esos
llamamientos haya surtido efecto, el presidente del órgano de gobierno
de los jueces ha señalado que la situación se ha visto agravada por la
reciente Ley Orgánica 4/2021, que impide al Consejo realizar
nombramientos discrecionales mientras esté en funciones y que fue
tramitada sin recabar la opinión de esta institución.
“La urgencia de esta reforma y su propio contenido se han querido
fundamentar en una pretendida pérdida de confianza parlamentaria de
nuestra institución, como ocurre con el Gobierno en funciones, ignorando
que el Consejo goza, por voluntad constitucional, de plena autonomía
respecto de los demás poderes públicos”, ha dicho Lesmes, de manera “que
la justificación de la necesaria renovación del Consejo no resulta del
cambio de composición de las Cámaras, como algunos sostienen, sino
exclusivamente de la finalización del plazo del mandato establecido en
la Constitución”.
El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ ha considerado que
“unas y otras acciones” conducen inexorablemente al debilitamiento de la
legítima función constitucional del Consejo como garante de la
independencia judicial y que “urge, por tanto, y por el bien de todos,
que nuestra institución desaparezca del escenario de la lucha partidista
y que las fuerzas políticas concernidas, con patriotismo constitucional
y generosidad, alcancen en las próximas semanas el acuerdo necesario
para la renovación”.
Lesmes ha calificado de “insostenible para la Judicatura y para la
propia sociedad” la situación provocada por la no renovación del CGPJ y
ha señalado que la imposibilidad de efectuar nombramientos de cargos
gubernativos y de magistrados del Tribunal Supremo coloca en una muy
difícil situación a los órganos judiciales y en especial al alto
tribunal, donde son ya once las vacantes por cubrir de una planta de 79
magistrados.
“Y esto está teniendo lugar en un contexto social y político de la
máxima complejidad provocado -entre otras circunstancias- por los
devastadores efectos de la pandemia. Asistimos a una situación que exige
un extraordinario esfuerzo de adaptación a los nuevos tiempos y que, de
manera concreta, demanda de todos los órganos jurisdiccionales -y
también del Consejo General del Poder Judicial- una total plenitud de
funciones y una absoluta disponibilidad de todos los efectivos y de
todas las energías posibles, para continuar con una eficaz defensa del
Estado de Derecho”, ha concluido.
Galería de imágenes
El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, y la ministra de Justicia, Pilar Llop (Casa Real)
El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, durante su intervención
El rey junto a la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo presidida por Carlos Lesmes
Mucho antes de que aprendiéramos quiénes eran Godard, Louis Malle o Truffaut,
mucho antes de que supiéramos que existía una cosa llamada Nouvelle
Vague, que cambió para siempre la forma de hacer, ver y mirar el cine,
ya sabíamos quién era una de sus grandes figuras, una que se nos acaba
de ir, dejando un vacío imposible de llenar. Y es que Jean-Paul
Belmondo -Belmondo a secas-, era eso y mucho más: uno de los rostros
paradigmáticos del cine francés y universal. Un feo irresistiblemente atractivo, hasta el punto de pasar por guapo y ser capaz de hacerse la foto con Alain Delon, sin salir perdiendo.
Un actor que era también estrella. Condición hoy en vías de extinción
que consiste en ser más que la suma de sus partes. Más que las películas
que hacía, fundiendo persona y personaje, hasta hacerse querer dentro y
fuera de la pantalla, como hombre y como sombra.
El Belmondo que algunos recordamos y recordaremos siempre, más allá y más acá de nuevas olas, es ese genio irónico y gimnástico, ese ex-boxeador chulesco y simpático, caballero y ladrón, que protagonizó las más delirantes comedias de aventuras de Philippe de Brocca, como “Cartouche” (1962), “El hombre de Río” (1964), “Las tribulaciones de un chino en China” (1965) o, sobre todo, “Cómo destruir al más famoso agente secreto del mundo” (1973), delicioso delirio pop, romántico y posmoderno. Es ese honesto pícaro que podía ser trágico en “El confidente” (1962); dejarse llevar por “El furor de la codicia” (1971); convertirse en un “Simpático sinvergüenza” (1966); sentarse con un puro entre los labios a ver pasar “El cuerpo de mi enemigo” (1976) o ser, directamente, “El rey del timo” (1980). Un “As de ases” (1982) capaz de llevar como nadie el “Borsalino” (1970), en dueto con Delon, o ser “El incorregible” (1975), “El profesional” (1981) -que lo era como pocos-, “El marginal” (1983) e inevitablemente, “El solitario” (1987).
laudia Cardinale y Belmondo en una fiesta de la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma el 3 de noviembre de 1960. FOTO: AP AP
Un actor que, sin imponer su ley a sangre y fuego, imponía con su presencia física y moral,
sin hacer ascos al mejor cine comercial francés, europeo e
internacional, hasta formar parte de repartos tan variopintos y
estelares como los de “¿Arde París?” (1966) o la demencial “Casino Royale” (1967). Tanto o más que su compadre Alain Delon, Belmondo era y seguirá siendo el rostro troquelado a golpes del destino del mejor polar. Ese
cine negro francés donde fatalismo y romanticismo van de la mano de
ironía y violencia nihilista, sin estar desprovisto nunca de humor y
poesía. Su nombre es inseparable del de los directores del
mejor policial galo: Robert Enrico, Henri Verneuil, Jacques Deray, José
Giovanni, Georges Lautner, Philippe Labro y por supuesto Jean-Pierre
Melville. Con ellos fue gánster, policía, agente secreto, soldado de
fortuna, atracador, convicto, vengador… Siempre con ese gesto entre
burlón y ceñudo, entre Bogart y Tintín, dos de sus ídolos confesos, que hacía de su presencia algo tan especial y esencial.
Al tiempo y a la vez que “muso” de un Godard
en el fondo -ya que no en la forma- fascinado por el género popular,
Belmondo encarnó a la estrella por excelencia del cine de acción,
comedia y aventura netamente europeo. Respuesta burlona y lírica a Clint
Eastwood o Charles Bronson, con un algo que ellos nunca tendrán,
indefinible pero reconocible, un je se sais quoi que ahora se ha perdido para siempre. Porque
la Muerte misma ha descubierto cómo destruir a la estrella más famosa
del cine francés, pero su victoria es pírrica como pocas.Porque Belmondo siempre estará con nosotros,
en sus casi cien películas… Y en el rostro inmortal de ese Teniente
Blueberry de Jean Giraud que nunca llegó a interpretar, pero es, sin
duda, el mayor homenaje posible a la popularidad de un actor que se ha
ido, por supuesto, cuando Europa ya no tiene un cine digno de él. Chapeau!
Desde
diversos sectores gubernamentales, y a modo de globos sonda, se desliza
la idea de retrasar la mesa de diálogo con la Generalitat hasta después
de la celebración del congreso del PSOE o, en su defecto, celebrar el
encuentro sin la presencia del presidente del Gobierno, lo que, de
hecho, devaluaría la imagen de bilateralidad que se pretende ofrecer
desde ERC. En cualquier caso, la cuestión no tendrá mayor repercusión en
la opinión pública española, que, en general, ha dado por amortizado el
procés, aunque, sin duda, incrementará la presión que sufre el
presidente catalán, Pere Aragonès, por parte de sus socios de gobierno y
de los extremistas de las CUP, que consideran que la política pactista
de los republicanos sólo sirve para dar aire al Ejecutivo de Sánchez.
Que
la estéril mesa de diálogo puede esperar e, incluso, que convendría que
no llegara a celebrarse, es algo que parece asumido en el entorno de La
Moncloa, que ve la desactivación de la crisis en Cataluña como una baza
electoral que se niega a los partidos de la oposición. Es, también, a
tenor de los últimos movimientos de Pedro Sánchez y de la nueva línea
argumental de su discurso, la forma de aplazar un problema que, o bien,
es fuente de agravios comparativos con el resto de las comunidades
autónomas o, a poco que se complique el escenario, puede desembocar en
la pérdida de un apoyo parlamentario fundamental a la hora de aprobar
los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE).
En realidad,
la funcionalidad de la mesa de diálogo no va más allá de la propaganda,
hasta el punto de que el propio líder de Unidas Podemos en Cataluña,
Jaume Asens, ya ha advertido de que su formación no propondrá la
celebración de un referéndum de autodeterminación, al menos, a medio
plazo, a cambio del «blindaje del autogobierno», que no es más que un
brindis al sol, dado que la autonomía catalana ya está blindada por la
Constitución.
Por otra parte, y no menos importante, parece claro
que los partidos de la coalición gubernamental están obligados a variar
su estrategia política, centrándola en las cuestiones que más preocupan
al conjunto de los ciudadanos, puesto que, prácticamente, todas las
encuestas de opinión mantienen la tendencia de crecimiento del Partido
Popular, con la sola incógnita, no menor, de si a Pablo Casado le
bastarán los apoyos de VOX para alcanzar la mayoría absoluta
parlamentaria o se quedará al borde de la misma.
....................
Sánchez quiere posponer la mesa de diálogo con Cataluña a octubre
El objetivo es que sea después del Congreso que tiene previsto celebrar el PSOE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Palacio de la MoncloaJuan Carlos HidalgoEFE
Si
de Moncloa depende, y consiguen contener las posibles presiones de ERC,
la reunión pendiente de la «mesa» de diálogo con Cataluña recibirá otra
patada hacia adelante y no se convocará hasta después del Congreso
Federal del PSOE, previsto para los días 15, 16 y 17 de octubre, en
Valencia. Para la parte socialista del Gobierno no hay prisa en abrir de
nuevo ese «melón», del que, en un análisis pragmático y realista, temen
que sobre todo salga «ruido» que haga sombra a la campaña de
movilización, de un electorado que da síntomas de apatía, sobre el
mantra de la recuperación económica.
En
el entorno socialista aclaran ahora que Sánchez quiere, «como es
lógico», que el con Cataluña sea «tranquilo», «sin demasiado ruido tras
los indultos». «Un tiempo de sosiego», precisan, a modo de explicación,
cuando se pregunta por la sensación de enmienda que dan las formas y el
fondo del discurso de este arranque del nuevo curso político por parte
del jefe del Ejecutivo.
La aprobación, el pasado mes de junio, de
los indultos a los nueve líderes independentistas, condenados por
sedición y malversación en el «procés», se presentó envuelta en una
intensa campaña, alentada no sólo desde el independentismo sino también
desde los entonces satélites activos de La Moncloa. El objetivo era
ligar esta decisión con una gran operación de Estado que permitiría
-según contaban- abrir una nueva etapa y un nuevo encaje de Cataluña en
España para terminar con el «conflicto», en asimilación del discurso
secesionista.
Tan altas eran las pretensiones que en el lado
gubernamental hablaban de poder conseguir que la negociación bilateral
con la Generalitat sirviese para encauzar un acuerdo, en el que vía, por
ejemplo, de una nueva reforma estatutaria se hallara un sucedáneo de
votación que enterrase el referéndum de autodeterminación.
Es
verdad que ERC siempre ha negado en público que fuera a sentarse en la
«mesa» con disposición a conformarse con la marca blanca de su consulta.
Pero también el discurso de los republicanos forma parte de una puesta
en escena que mira por el retrovisor al ex presidente de la Generalitat,
Carles Puigdemont, a la CUP y demás agentes movilizadores del
secesionismo.
Las dos partes, Gobierno y Generalitat, saben que la
negociación bilateral no llevará, en ningún caso, al referéndum de
autodeterminación, pero sí confían en que pueda ser la función de la que
salga un diálogo que permita, sobre todo, ganar tiempo para que ERC se
recoloque en el pulso con Junts y el PSOE rentabilice en Cataluña los
indultos y su voluntad de diálogo.
Con la drástica remodelación en
su equipo el presidente del Gobierno ha aprovechado también para hacer
limpia en la plantilla de interlocutores con el independentismo. En un
tema tan sensible, de ser cierta la trascendencia, prácticamente
histórica, de la que hablaba el gurú presidencial, Iván Redondo, hace
unos meses, lo más lógico hubiera sido que Sánchez salvara de la quema a
los «contactos» ya establecidos con ERC para dar estabilidad al
proceso. Pero cayó Redondo. Fue rebajado de grado Miguel Iceta, aunque
tuviera el «premio» de consolación del Ministerio de Política
Territorial y Función Pública. Y ha salido la portavoz parlamentaria,
Adriana Lastra, que presumía de su buena relación con el portavoz de
ERC, Gabriel Rufián. En medios socialistas apuntan que la recomposición
es «general» porque afecta a «la esencia y las prioridades» de Sánchez
ante el nuevo curso político. La dirección de orquesta ha pasado al
ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que toma el mando en el diálogo
con todos los socios de investidura.
Fuentes socialistas
puntualizan, en la línea más oficial, que los cambios en esa
interlocución responden al deseo de impulsar un «relevo generacional», y
que los nombramientos de los cargos parlamentarios van en esa línea.
Además de atender a «la necesidad» de terminar con la dicotomía entre
Ferraz y Moncloa. «El objetivo es doble, un Gobierno más político y
cohesionado, y una nueva Ejecutiva potente para relanzar al partido»,
añaden las citadas fuentes.
Como explicación oficial tiene su
encaje, pero los movimientos de Sánchez están acompañados de otras
derivadas que afectan a su también necesidad de reinventarse con un
nuevo liderazgo y unas nuevas prioridades para corregir el
distanciamiento con su electorado. Dos años son mucho tiempo en una
Legislatura, pero la realidad es que hoy las encuestas coinciden en
apuntar a una posible mayoría de la derecha, con acuerdo entre PP y Vox.
La
pata más débil de esta nueva estrategia de reinvención del «sanchismo»
está en la hipoteca con sus socios y con ERC. La precariedad
parlamentaria del PSOE sigue siendo la misma, y, por tanto, continúa
estando en manos del partido de Oriol Junqueras y de la voluntad de
colaboración de los independentistas con su política de tomar oxígeno.
La «llave» que Moncloa cree que le facilitará apaciguar al
independentismo son los fondos europeos, el dinero que repartirá en los
próximos meses a cuenta de Bruselas, y en una buena parte de la deuda de
España, ya muy por encima de la media europea.
Pero en los medios de comunicación, televisión, radio, prensa etc, no se dice toda la verdad. Se omite a los vacunados que han cogido el covid, no ya mayores sino de media a edad. Algunos con Atsragenica. No se informa de los efectos secundarios de la vacuna.
No veo yo suficiente informacion de la parte negativa de vacunarse.
Decenas de mujeres se han manifestado este jueves en la ciudad afgana de Herat para reclamar a los talibán que no conforme un régimen constituido únicamente por hombres, en una protesta inédita en esta localidad desde que los insurgentes se hicieron con el control de Kabul el 15 de agosto.
Durante
la marcha, de la que medios como Tolo News o la agencia Jaama han
publicado imágenes, las manifestantes han exhibido pancartas en las que
sostienen que “ningún gobierno es sostenible sin mujeres”. Entre las asistentes había activistas, estudiantes universitarias y funcionarias.
Los
talibán han prometido que las mujeres no perderán derechos, o al menos
no retrocederán a la irrelevancia que tenían en 2001, durante la
anterior etapa del conocido como Emirato Islámico. Sin embargo, han dejado claro que la ‘sharia’ o ley islámica será la línea roja que tendrán en cuenta.
La
comunidad internacional, con Naciones Unidas a la cabeza, ha pedido que
se respeten también los derechos de todos los sexos. La directora
ejecutiva de ONU Mujeres, Pramila Patten, advirtió esta semana de que la incorporación de mujeres en la futura administración será una “prueba de fuego” para constatar el verdadero compromiso de los talibán con los derechos y las libertades. EP
El 20 de abril de 1974, los ministros de Exteriores de la UE decidieron
reunirse de manera urgente a propuesta del entonces ministro de
Exteriores alemán, Walter Scheel, debido a la preocupación generada por
la guerra del Vietnam, la crisis del petróleo y el escándalo Watergate
que salpicó a Richard Nixon.
El lugar elegido para esta cita fue el palacio del siglo XIV de Scholss
Gymnich, propiedad de una familia aristocrática, situado en una
localidad cercana a Bonn (Alemania).
Desde
entonces, los ministros de Exteriores europeos se reúnen cada seis
meses en un ambiente más distendido del habitual, sin textos de
conclusiones y con el menor número de asesores posibles, para debatir en
profundidad sobre los asuntos candentes y el papel de la UE en el
mundo. Estos consejos son denominados Gymnich, en la jerga
comunitaria, aunque ya no se celebren en la ciudad alemana y sean
organizados por las presidencias de turno europeas.
En
esta ocasión, el Gymnich que comenzó ayer y se prolongará hasta mañana
resulta más pertinente que nunca ya que se celebra tras la espantada de EEUU de Afganistán,
una retirada de tropas que ha sido comparada con la derrota en Vietnam
hace más de 40 años y que ha reabierto el debate sobre una política de
defensa europea más autónoma respecto a Washington.
Aunque todavía no se esperan decisiones de calado, en la cena de ayer los ministros de Defensa de los Veintisiete comenzaron a debatir la puesta en marcha de una fuerza militar de intervención rápida con 5.000 efectivos que pueda actuar si EEUU decide no hacerlo,
tal y como sucedió durante las evacuaciones del aeropuerto de Kabul,
cuándo los países europeos tuvieron que adaptarse a las decisiones de
Washington que decidió no prorrogar esta misión de salvamento más allá
del 31 de agosto ante el temor a represalias por parte los talibanes. En
realidad esta propuesta ya fue debatida en el mes de mayo, pero ahora
vuelve a coger fuelle, ante la impotencia de los países europeos que se
han visto obligados a dejar en la estacada a muchos de los afganos que
han colaborado con ellos en los últimos años y cuyas vidas corren ahora
peligro. Sólo Washington tenía los medios necesarios para garantizar la
seguridad del aeropuerto, gracias al despliegue de 6.000 soldados,
mientras el resto de los países tuvo que conformarse con el papel de
meras comparsas.
“La fuerza de acción rápida nos
permitiría reaccionar si hay una situación que se deteriora rápidamente
fuera de las fronteras de la UE. Si quieres garantizar que
Europa es segura necesitamos estar en una posición de defender nuestros
valores e intereses” explicaba un alto cargo comunitario antes de la
reunión. Se espera que haya una propuesta formal en el mes de noviembre y
que pueda alcanzarse un acuerdo en los primeros seis meses del 2022,
durante la presidencia francesa.
La necesidad de que la UE pueda sacarse las castañas del fuego, cuándo vienen mal dadas, sin recurrir a manto protector del Tío Sam fue un debate recurrente durante la era Trump, pero el America First de su sucesor,
que teóricamente había defendido todo lo contrario, ha hecho añicos las
ilusiones europeas respecto a Joe Biden y dinamitado la buena imagen
que el inquilino de la Casa Blanca proyectó durante su gira europea en
junio.
Vuelve el vértigo de la etapa Trump y puede que sea mejor
así. “¿Puede Europea como economía global y poder democrático estar
contenta con una situación donde somos incapaces de garantizar la
evacuación de nuestros ciudadanos y aquéllos bajo amenaza porque nos han
ayudado?”, se preguntó ayer el presidente del Consejos Charles Michel. “En
mi opinión no necesitamos otro acontecimiento geopolítico como este
para comprender que la Unión Europea debe luchar por una mayor autonomía
en la toma de decisiones”, aseguró el ex primer ministro belga durante su intervención en el foro de Bled.
A
pesar de las buenas intenciones, en la capital comunitaria algunos
temen que estos loables propósitos acaben perdiendo impulso y que la
falta de voluntad política vuelva a lastrar cualquier iniciativa. De
hecho, en el año 2007, la UE puso
en marcha una serie de batallones de 1.500 efectivos que hasta el
momento nunca han sido utilizados ya que los gobiernos europeos no se
han puesto de acuerdo sobre cómo y cuándo desplegarlos y las política
exterior europea requiere de unanimidad. No es la primera vez que el
club comunitario hace autocrítica. La incapacidad de la UE para
responder al baño de sangre de las guerras intestinas de los Balcanes y
la necesidad de recurrir a los bombardeos de la OTAN abrió el debate sobre estas fuerzas de intervención rápida que siguen sin estar operativos.
En una entrevista con el periódico Il Corriere de la Sera, el máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell,
abogó por utilizar la flexibilidad para vencer este tipo de reticencias
políticas y superar las restricciones vigentes en los tratados europeos
sobre este tipo de operaciones militares.
Durante su primer discurso de política exterior unos días después de tomar posesión del cargo, Joe Biden afirmó que “América está de vuelta”. El presidente de EEUU también anunció entonces que retomaría las relación con los aliados tradicionales cuyo predecesor, Donald Trump, había desacreditado y que pondría en marcha otras medidas opuestas a la anterior la Administración.
La
suspensión de la retirada de tropas estadounidense en Alemania; poner
fin al respaldo a la ofensiva en Yemen, liderada por Arabia Saudita;
reorientar las relaciones con China y Rusia, sus principales rivales
bajo las nuevas amenazas del mundo; y aumentar la admisión anual de
refugiados, entre otras.
A este último respecto, Biden
estrenó su presidencia aumentando la cuota de personas acogidas por EEUU
en condición de refugiados hasta alcanzar la cifra histórica de 125.000
al año, la más alta de la última década y con la que dejaba claro el
giro radical de su gobierno en materia migratoria.
Reforzar
un liderazgo digno en casa, pero haciéndolo compatible con el liderazgo
respetado en el escenario mundial anunciaba ser uno de los objetivos de
Biden como presidente de EEUU, promoviendo “la seguridad, la
prosperidad y los valores de Estados Unidos al tomar medidas inmediatas
para renovar nuestra propia democracia y alianzas, proteger nuestro
futuro económico y, una vez más, colocar a EEUU a la cabeza de la mesa,
liderando el mundo para abordar los desafíos globales más urgentes”, en
palabras del presidente.
Pero la primera gran decisión de
Biden en materia de política exterior de mantener la retirada de las
tropas estadounidense en Afganistán, y el consecuente colapso
del gobierno afgano a manos de una veloz invasión de los talibanes, puso
en duda la gestión de EEUU después de veinte años de presencia militar
en la que ha sido la guerra más larga de su historia.
La falta de apetito de la Administración Biden en
incursiones en el exterior mantiene a sus principales rivales
pendientes de los fallos irreversibles que podrían otorgarles a ellos la
capacidad de tomar el control y aumentar su poder internacional.
Los America First y Make America GreatAgain
de Trump centraron sus esfuerzos políticos de puertas para adentro, con
medidas muchas veces electorales enfocadas en el proteccionismo
nacionalista que otorga la visión de actuar en solitario, sin tener en
cuenta a otros países aliados a largo plazo.
Pero es en manos de Biden que
EEUU tiene ahora más difícil que nunca continuar liderando el mundo
desde su posición democrática y ha ido perdiendo peso entre las grandes
potencias por su desvinculación del uso de la fuerza y la ausencia de
implementar políticas agresivas contra quienes no han seguido las normas
establecidas.
Biden
apuesta por la diplomacia en la resolución de conflictos
internacionales. Una postura, la de la vía verbal, que le puede salir
cara a EEUU por las diversas amenazas del nuevo mundo en materia de
terrorismo, proliferación de armas nucleares y biológicas, guerras
cibernéticas, cambio climático y migración masiva.
Biden asegura
querer “predicar con el ejemplo y reunir al mundo para enfrentar los
nuevos desafíos comunes que su nación no puede enfrentar por sí sola”,
pero las intenciones del presidente de EEUU no serán suficientes para convencer a sus enemigos.
China,
con bajo perfil, ha ido fortaleciendo su Ejército y expandiendo su
influencia por el mundo, convirtiéndose en el principal aliado comercial
de decenas de países situados en todos los continentes. De hecho, el
presidente de EEUU reconoce que el gigante asiático es su “competidor
más serio” y el mayor desafío internacional de su presidencia.
“El
liderazgo estadounidense debe responder a este nuevo momento de avance
del autoritarismo, incluidas las crecientes ambiciones de China por
competir con EEUU y la determinación de Rusia de dañar y alterar nuestra
democracia”, declaró Joe Biden.
Pero reponer algunos de
los daños que considera Biden son fruto de la Administración Trump, en
el ámbito exterior, le va a llevar tiempo y, sobre todo, esfuerzo porque
la credibilidad del país está en el punto de mira, así como su
fragilidad política y social.
Lejos de la imagen que ha tenido
siempre EEUU, siendo durante décadas el espejo en el que muchos países
se han mirado, ahora al gobierno de Biden le toca rectificar la mayoría
de las políticas puestas en marcha por su predecesor, como el ansiado
regreso de Washington al Acuerdo Climático de París y a la Organización
Mundial de la Salud, cuando la pandemia de COVID19, año y medio después,
sigue siendo un problema por resolver.
“Las políticas
erráticas de Donald Trump y el fracaso al no defender los principios
democráticos básicos han entregado nuestra posición en el mundo, han
socavado nuestras alianzas democráticas, han debilitado nuestra
capacidad de movilizar a otros para enfrentar estos desafíos y han
amenazado nuestra seguridad y nuestro futuro”, publicó Biden durante su
campaña electoral a la presidencia, en un ensayo sobre por qué EEUU debe
liderar nuevamente el mundo.
Aunque no todos los aliados
de Estados Unidos están de acuerdo con la mentalidad de Biden, ni
contentos con los giros de 180 grados que ha dado en política exterior. Polonia,
por ejemplo, acordó con Trump desplegar tropas estadounidenses en su
país y espera que se cumpla su compromiso. Otras naciones han
manifestado su rechazo a la intervención de Washington en lo que
consideran “asuntos internos”.
El presidente de EEUU urgió a
Myanmar a ceder el poder del que “se apropió”, pidiendo la liberación
sin condiciones del líder opositor ruso Alexei Nalvany y asegurando
presionar a Rusia y China por sus acciones contra los derechos humanos.
Aunque la apuesta de su gobierno, afirma, será también a través de la
cooperación, incluyendo con ambas potencias.
Por esa misma razón,
Biden decidió, entre otras cosas, ampliar el tratado de armas nucleares
con Rusia, extendiéndolo por cinco años. “Al liderar con
diplomacia, también debemos trabajar con nuestros adversarios y
competidores de forma diplomática, cuando esté en nuestro interés y en
el de la mejora de seguridad del pueblo estadounidense”, puntualizó Biden.
Y todo apunta a que el fin de la guerra de Afganistán
no será el único de su agenda política. Sus esfuerzos diplomáticos
también se centrarán en acabar con la guerra en Yemen, que se estima ha
terminado con la vida de más de 110.000 personas en seis años de
conflicto. Un cambio de rumbo en la dirección de Trump, que reforzó el
apoyo de EEUU a la coalición liderada por Arabia Saudita en la ofensiva
de la guerra de Yemen, ahora retirado por Biden.
En un giro arriesgado en la política exterior estadounidense, la doctrina Biden impone la metodología diplomática frente a la militar. “Estados
Unidos volverá a liderar de nuevo. No a través del ejemplo de nuestro
poder, sino con el poder de nuestro ejemplo”, señaló el presidente.
ALICANTE. El diputado provincial Adrián Ballester Espinosa
ha anunciado este martes, 31 de agosto, que se aleja de la política. Ha
presentado su renuncia al acta de diputado provincial en la Diputación
de Alicante, al acta de concejal en el Ayuntamiento de Redován y a sus
cargos orgánicos en el Partido Popular. Así, le sustituirá en la
Diputación, como diputada provincial, la alcaldesa de Bigastro, Teresa María Belmonte, y en el Ayuntamiento de Redován, como edil, Rebeca Martínez Rufete.
Ballester ha indicado que “por motivos profesionales y personales, no puedo continuar en la labor pública con la misma intensidad y trabajo que lo he estado haciendo durante los últimos años”, ha explicado en un comunicado. “Prefiero
dar un paso al lado para que otras personas tengan la misma oportunidad
que he tenido”, añade el ya exdiputado, que ha manifestado, además, su
agradecimiento al Partido Popular “por la confianza y la ocasión que me
han dado durante catorce años, en servir a mi país desde la política”.
“Ha
sido un inmenso honor y una gran oportunidad, siempre estaré agradecido
a mi partido. Ahora sigo en el Partido Popular, como un afiliado más,
al servicio de mi partido cuando necesite mi ayuda”, ha indicado
Ballester. “Siempre he entendido la política como algo temporal. La
renovación, la no duplicidad de cargos públicos y la regeneración
política es fundamental; lo mejor es dar ejemplo. Durante los años que
me he dedicado a la política, lo he hecho siempre desde un punto de
vista profesional y atendiendo al interés general de la ciudadanía.
Ahora afronto unos nuevos retos profesionales”, explica Ballester.
Ballester
ha estado de forma activa en la política en los últimos catorce años.
Comenzó su andadura como edil en el Ayuntamiento de Redován en junio de
2007, donde fue concejal en la oposición hasta junio de 2011. En el
ámbito autonómico, fue director general del Institut Valencià de la
Joventut de julio de 2007 a junio de 2011. Después, desde julio de 2011
pasó a ser diputado provincial en la Diputación de Alicante, así como
concejal y primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Redován,
cargos que ha desempeñado hasta la actualidad. A la vez, fue diputado
autonómico de la X legislatura en Les Corts, de mayo de 2019 a
septiembre de 2019, cargo que abandonó para continuar en la Diputación.
En
la esfera orgánica del partido, ha sido coordinador del PP en la Vega
Baja desde el año 2012 al año 2020, donde pasó a ser vicesecretario de
Comunicación en el ámbito provincial. Por otro lado, ha sido presidente
del PP de Redován. Fue uno de los primeros cargos públicos en apoyar a
Pablo Casado en la provincia de Alicante durante el último congreso
nacional del partido, haciendo campaña electoral de su candidatura.
Igualmente, fue el presidente del último comité organizador del congreso
provincial, así como vicepresidente del comité organización del
congreso regional celebrado el pasado mes de julio.
En
la Diputación de Alicante ha sido diputado responsable del área de
Modernización, Informática, Telecomunicaciones, Registro, Archivo y
Atención al Ciudadano. Asimismo, durante ese tiempo ha tenido también
otras competencias como Proyectos Europeos, Asistencia a Municipios,
Imagen y Promoción Institucional, así como Bienestar Social y Hogar
Provincial. En el Ayuntamiento de Redován ha sido en los últimos diez
años concejal de Hacienda, entre otras competencias.
Ha
impulsado diferentes proyectos de transformación digital, tanto de la
propia Diputación de Alicante como de los ayuntamientos de la provincia,
convirtiéndose en una referencia en el ámbito europeo. Planes como el
de Modernización de Municipios de la Provincia de Alicante, el Plan
Alicante Smart Province, la creación de los portales de Transparencia y
el el impulso a la participación de la Diputación en numerosas
iniciativas europeas. Proyectos que incluso han recibido varios premios,
entre los que destacan el del Ministerio de Administraciones Públicas,
el del Colegio de Ingenieros Informáticos y el del Colegio de Ingenieros
de Telecomunicación.
Adrián Ballester
ha compaginado en los últimos años la actividad política con la
académica, la docencia y la investigación. Actividad que ejercerá a
partir de ahora de forma exclusiva como profesor de secundaria y de la
Universidad de Alicante junto a su trabajo en las Fuerzas Armadas como
reservista voluntario. Por último, Ballester ha agradecido a Carlos
Mazón y a Nely Ruiz su confianza para contar con él en los equipos de la
Diputación y del Ayuntamiento de Redován, respectivamente. “Ha sido un
honor trabajar con ellos y poder formar parte de sus equipos”, ha
concluido.