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(Fragmento de "El Beso", de Francisco Hayez de 1859)
Francesco Hayez,
(1791-1882), fue un pintor italiano considerado el máximo exponente del
romanticismo y conocido por su pintura de tipo histórico, bíblico o alegórica a
hechos políticos o narraciones literarias y figuras de bellas mujeres en actitudes eroticas. Fue discípulo de Magiotto,
Matteini y Cánova a cuyo lado estuvo trabajando en Roma hasta
1814 en que se marchó de esta ciudad a causa, según se cuenta, de una agresión
motivada por un intento de relación con una mujer casada. Establecido en Nápoles
realizaría gran parte de su obra en esta ciudad y posteriormente en Milán
hasta su nombramiento en 1850 como director de la Academia de Brera.
Francesco Hayez ha sido
recordado en 2011 con motivo del 150 aniversario de la unificación
italiana, unificación iniciada en 1859 cuando el ejército austríaco del emperador Francisco Jose l, invade el
territorio piamontés, y llega cerca de Turin. En ese momento y hasta la
primavera de 1861 siete diferentes regiones se agrupan y luchan con el apoyo de
Francia para echar al invasor austríaco que es derrotado en la batalla de Solferino, proclamándose,
el 17 de marzo de 1861, Vittorio Emanuele II como rey de esa Italia
unificada.
“Il bacio” (El beso), el
cuadro que hoy traemos de Hayez, es una obra aparentemente de corte
romántico o novelesco pero con una gran carga símbolica para el pueblo italiano
y principalmente para el de la zona del Piamonte y la Lombardía
pués, esta obra aparece en 1859 en Milán coincidiendo con la presencia
unos meses antes en esta ciudad de Napoleón III y Victor Manuel II
antes de partir hacia el combate junto con un gran número de milaneses
dispuestos a echar al invasor austríaco de sus territorios. El cuadro muestra a
una pareja que se besa apasionadamente, tal vez despidiéndose antes de la
partida de él hacia el frente de batalla de Solferino 24 de junio de 1859, hubo en los dos ejércitos miles de muertos y 38.000 heridos. Por esta batalla el suizo J. Henri Dunnat creo la Cruz Roja Internacional bajo el lema "Todos somos hermanos".
El beso se ha querido representar
como la alegoría del nuevo estado italiano unificado que nacerá del amor de los jóvenes
a su país y también como el abrazo entre los dos paises aliados contra el enemigo Italia y Francia. Los ropajes con un cierto aspecto medieval o escénico se han querido
identificar en su colorido con los colores de la bandera italiana y francesa y
así, podemos observar el color blanco en el encaje en la manga de la joven,
(una túnica blanca en el suelo en otra composición previa), el azul en su
vestido, el verde en el forro de la capa del hombre (también en otra de las
versiones) y el rojo en las calzas de este.
El cuadro fue un encargo del conde Alfonso Maria Visconti, quien lo donó poco antes de su muerte a
la Pinacoteca di Brera
en Milán, donde aún se conserva, ha sido expuesto hasta hace unos días y
con motivo del 150 aniversario en el Palazzo Isimbardi en Milán y
dentro de una exposición titulada “Un Bacio per l'Italia. Hayez. La genesi
di un capolavoro” junto con las tres acuarelas que se pueden considerar un
antecedente preparatorio al cuadro, tituladas como: “L'addio” o “L'ultimo
bacio di Romeo e Giulietta” (1830), “Un pensiero malinconico” (1842)
e “Il Bacio” (1859).
Además de esta conocida versión
de 1859 hay otras tres versiones creadas entre 1859 y 1861 pertenecientes
a colecciones privadas, una de ellas a los herederos de la hermana de la modelo
del cuadro, Carolina Zucchi, y que también se han expuesto en este
homenaje. En la versión que el regaló a Carolina Zuchi, Hayet
sustituye el blanco encaje de la manga de la mujer por una túnica o velo blanco
tirada a los pies de ambos y en la última versión, pintada en 1961 la mujer ya
no lleva un traje azul sino blanco como dando a entender que la Italia
unificada ya no necesitaba a Francia para continuar su andadura.
Un homenaje en este "150
Aniversario" al pintor que junto con Giuseppe Verdi y Alessandro
Manzoni representa un mito dentro del Resurgimiento italiano. El año 1860, Garibaldi y sus Mil camisas rojas, ayudado por el conde Cavour, Camile Benso, desembarca al oeste de la isla de Sicilia para entrar en Palermo, que pertenecía al reino de las Dos Sicilias del rey Francisco II, de los Borbones de España, Francisco era nieto de Carlos III. Los oficiales, al mando de Mando, se vendieron por importantes cantidades de ducados a los italianos. El error del Borbon, que estaba en Napoles fue no encabezar su ejercito de 32.000 soldados contra los 1.089 de José Garibaldi.
Ramón Palmeral para la tertulia del Centro de Arte
Unificación de Italia
Proceso de la Unificación italiana.
De la unificación a la actualidad
Roma, por su
parte, se mantuvo separada del resto de Italia bajo el mando del
Papa y no fue parte del
reino hasta el 20 de septiembre de 1870, fecha final de la unificación. Luego
se realizó un
plebiscito en el cual se eligió a Roma como la capital de
dicho Reino. Fuera de sus límites solo quedaba el pequeño Estado de la
República de
San Marino. Se originó un conflicto con la Santa Sede,
llamado la
cuestión romana, por la independencia del Papa de
la política italiana, que solo se resolvió en 1929 con los
Pactos de Letrán. Por estos acuerdos, Italia cedía
una exigua parte de su territorio (la
Ciudad Leonina en Roma y poco
más) que dejaba a la soberanía del Papa. La
dictadura fascista de
Benito
Mussolini acaecida en 1922 llevó al país a una alianza con la
Alemania
nazi y el
Imperio del Japón, lo que la condujo a la derrota
tras la
Segunda Guerra Mundial.
22 Durante el
transcurso de esta guerra y en los años posteriores, miles de
italianos emigraron fuera del país
teniendo como destino principalmente
Argentina,
Chile, Bélgica,
Estados Unidos, Francia y Alemania.
El 2 de junio de 1946, un
referéndum
sobre la
monarquía
estableció la república como sistema de gobierno italiano, adoptando el país
una nueva constitución el 1 de enero de 1948.
23 Los
miembros de la familia real fueron llevados al exilio, por su relación con el
régimen fascista, hasta el 10 de noviembre de 2003, cuando pudieron regresar,
gracias a la modificación de la constitución por el parlamento italiano.
24 Los
Tratados
de Roma de 1957 firmados por seis países europeos han hecho de Italia uno
de los miembros fundadores de la
Unión
Europea.
25
Desde finales de los años sesenta hasta principios de los ochenta se produjo un
período de insatisfacción por una situación político-institucional caótica que
se tradujo en violencia callejera y lucha armada, actualmente llamado
Anni
di piombo.
26
La hegemonía de la Democracia Cristiana finalizó en 1983 con los
nombramientos del republicano
Giovanni Spadolini (1981) y del socialista
Bettino
Craxi (1983). Con la elección de Massimo D’Alema en 1998 se formó una
coalición de centro-izquierda que incluía a los comunistas por primera vez en
cincuenta años. Sin embargo, en abril de 2000 D’Alema dimitió tras unos
resultados decepcionantes en las elecciones regionales. En las elecciones
generales celebradas en 2001
Silvio
Berlusconi, líder del partido de centroderecha
Forza Italia y magnate de los medios de
comunicación, venció, convirtiéndose en el nuevo primer ministro del país. A
comienzos del 2012 naufragó el crucero
Costa
Concordia en el
mar Tirreno, pues una arriesgada maniobra del capitán
Francesco Schettino provocó que la nave chocara contra unas rocas y se abriera
una gran vía de agua de en el casco, lo que la llevó a quedar dramáticamente
escorada, cobrándose la vida de 32 personas. La pobreza en Italia se disparó
debido a la crisis económica del país
27 (la peor
desde la II Guerra Mundial); debido a la recesión económica el desempleo, sobre
todo el juvenil, trepó al 40%. En 2014 Enrico Letta dimitió como
primer
ministro.
28
La
Unificación de Italia fue el proceso histórico que a lo largo del
siglo XIX
llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida.
La
península itálica se encontraba dividida en
diversos estados , en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas «no
italianas» como los
Habsburgo o los
Borbones. Ha de
entenderse en el contexto cultural del
Romanticismo
y la aplicación de la ideología
nacionalista,
que pretende la identificación de
nación y
estado, en este
caso en un sentido
centrípeto (
irredentismo). También se le conoce como el
Resurgimiento
(
Risorgimento en
italiano), e incluso como la
Reunificación
italiana (considerando que existió una unidad anterior, la
provincia de «Italia» creada por
Augusto, en la
antigua Roma).
El proceso de unificación italiana se puede resumir así: a comienzos del
siglo XIX la península itálica estaba compuesta por varios estados (
Lombardía,
bajo el dominio austríaco; los
Estados Pontificios; el
reino
de Piamonte; el
reino de las Dos Sicilias, entre otros),
lo que respondía más a una concepción feudal del territorio que a un proyecto
de estado liberal burgués. Después de varios intentos de unificación entre 1830
y 1848, que fueron aplastados por el gobierno austríaco, la hábil política del
Conde
de Cavour, ministro del reino de Piamonte, logró interesar al emperador
francés
Napoleón III en la unificación territorial de la
península, que consistía en expulsar a los austríacos del norte y crear una
confederación italiana; a pesar de la derrota del imperio austríaco, el acuerdo
no se cumplió por temor de Napoleón a la desaprobación de los católicos
franceses. Aun así la Lombardía fue cedida por Napoleón al Piamonte. Además,
durante la guerra se presentaron insurrecciones en los ducados del norte, los
que luego fueron anexados al Piamonte, con lo cual se cumplió la primera fase
de la unificación.
En la segunda fase se logró la unión del sur cuando
Garibaldi, inconforme con el tratado entre
Cavour y Napoleón, se dirigió a Sicilia con las
camisas
rojas, conquistándola y negándose a entregarla a los piamonteses; desde
allí ocupó Calabria y conquistó Nápoles. En 1860 las tropas piamontesas
llegaron a la frontera napolitana. Garibaldi, que buscaba la unidad italiana,
entregó los territorios conquistados a
Víctor Manuel II. Mediante plebiscitos,
Nápoles, Sicilia y los Estados Pontificios se anexaron al reino de Piamonte y
al futuro rey de Italia, Víctor Manuel II. El proceso de la unificación no fue
producto de la voluntad popular pese a los plebiscitos convocados por Cavour,
por tanto la acción del Estado se centró en la construcción de una nacionalidad
italiana.
El papel conspirativo de la
masonería
o de los intereses de las distintas potencias europeas (concretamente el
Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda, interesada en crear un fuerte antagonista a la enemiga
Francia) también se han aducido como causa
del «Risorgimento».
1
El proceso es entendido, por algunos historiadores, también como la
conquista de la aristocrática y rural Italia del sur (
Nápoles,
Sicilia) por
parte de industrializada Italia del norte (valle del
Po), influenciada por las
potencias europeas como
Francia y el
Imperio de Austria (según ellos el proceso
también puede interpretarse en el sentido de que el norte impidió el desarrollo
del sur, propiciando la emigración y la perpetuación de su situación social).
Historiadores como
Benedetto Croce ven el proceso como el que completó
el
Renacimiento
italiano, interrumpido por las invasiones francesas y españolas de la Italia
del siglo XVI. Este renacimiento nacional alcanzó -desde
Florencia-
todas las regiones habitadas por gente italiana (inclusive
Sicilia y luego
Istria y
Dalmacia -como
Italia
irredenta- en el siglo XX).
En cualquier caso, el proceso fue encauzado finalmente por la
casa
de Saboya, reinante en el
Piamonte (destacadamente por el primer ministro
conde
de Cavour), en perjuicio de otras intervenciones «republicanas» de
personajes notables (
Mazzini,
Garibaldi) a lo largo de complicadas vicisitudes
ligadas al equilibrio europeo (intervenciones de
Francia y el
Imperio de Austria), que culminaron con la
incorporación del último reducto de los
Estados Pontificios en 1870. El nuevo
Reino de Italia continuó la
reivindicación de territorios fronterizos, especialmente con el
Imperio austrohúngaro (
Trieste/
Istria/
Dalmacia y el
Trentino), que
se solventaron parcialmente en
1919 tras la
Primera Guerra Mundial (
Tratado de Saint-Germain-en-Laye y
expedición de
Gabriele D'Annunzio).
Las últimas batallas
Mientras tanto, los austríacos se agruparon para defender la
Fortaleza del
Cuadrilátero. La tarde del 6 de junio, los austríacos enviaron una brigada
de retaguardia de cerca de 8.000 hombres, y dos escuadrones de
caballería,
compuestos por
Dragones y
Húsares. La tarde del 8 de junio, la
ciudad fue invadida por los franceses. Después de sangrientos combates (1000
franceses muertos y 1200 austríacos) el grueso del ejército austríaco perdió su
marca y se retiró a
Verona.
Los franco-piamonteses reemprendieron la marcha el 12 de junio y el 14
capturaron
Bérgamo
y
Brescia.
El 24 de junio franco-piamonteses vencieron en una gran batalla, la
Batalla de Solferino. El ejército austríaco,
al mando de
Francisco José I, de unos 100.000 hombres fueron
derrotados por los ejércitos de Napoleón III de Francia y del Reino de Cerdeña,
comandado por
Víctor Manuel II, con una fuerza aproximada de
118.600 hombres. Después de nueve horas de batalla, las tropas austríacas
fueron forzadas a rendirse. Las bajas en el bando aliado fueron 2.492, 12.512
heridos y 2.922 capturados o desaparecidos. Más de 3.000 soldados austríacos
murieron, 10.807 fueron heridos y 8.638 capturados o desaparecidos.
La expedición de los Mil
En
1860, el
Reino de las Dos Sicilias estaba
gobernado por el joven rey,
Francisco II, hijo de
Fernando II. Las Dos Sicilias eran
el estado más atrasado , pobre y sin industrializar de Italia,y al tener un rey
con poca autoridad y muy represivo el pueblo era propenso a rebelarse. ,
3
En
abril de
1860 una revolución
frustrada en
Messina
y en
Palermo
aumentó los ánimos revolucionarios pero nadie del
sur de
Italia podía combatir al ejército borbón; en el año
1844 habían fracasado
los
hermanos Bandiera y en
1857 Carlo
Pisacane.
Sin embargo, pronto las compañía de mercenarios suizos serían llamadas a su
país, debido a nueva ley que prohibia a los ciudadanos suizos volverse
mercenarios. Este hecho dejo a Francisco solo con sus tropas locales, no tan
confiables.
Tras conseguir el norte y centro de Italia, Cavour no tenía razón para
conquistar el sur, puesto estas áreas eran de poco interés económico y podrían
ser una gran carga financiera, sin embargo, históricamente habían sido
territorios italianos por lo que tarde o temprano había que recuperarlos.
Garibaldi, que era nativo de
Niza, se molestó por la anexión francesa de su ciudad natal y
los habitantes, para unirse a Italia, se rebelaron contra el ejército francés.
De esta manera empezó a buscar partidarios para recuperar la ciudad pero Cavour
temía que este intento provocara una guerra con Francia, así que persuadió a
Garibaldi que mejor organizara una expedición contra las Dos Sicilias.
Es por eso, que el
5 de mayo de
1860 Giuseppe Garibaldi zarpó del puerto de
Quarto (
Provincia de Génova) con 1033 hombres, en su
mayoría veteranos de las guerras de independencia
4
en dos barcos de vapor hacia
Sicilia. Esta campaña se llamó
Expedición de los Mil (en italiano
Spedizione
dei Mille) y fue un paso muy importante para la unificación de Italia.
El
11
de mayo, desembarca en
Marsala,
Sicilia, entre dos naves inglesas que cubrían la maniobra con
20.000 hombres. En Marsala, los
camisas rojas (así eran llamadas las
tropas de Garibaldi) no recibieron el apoyo esperado, pero el ejército aumentó
gracias a los sucesivos desembarcos del ejército sardo piamontés. Garibaldi
venció al ejército borbónico en la
Batalla de Calatafimi a
pesar de la superioridad numérica de los adversarios y del desarrollo inicial
que favorecía a éstos. Se ha señalado que el general borbónico Landi había sido
convencido de retirar sus tropas por los piamonteses, dándole dinero y
prometiéndole un cargo importante en el ejército italiano.
5
Después, tomó la ciudad de
Palermo, cruzó el
estrecho de Messina y entró en el continente.
Siguió avanzando con poca resistencia hasta
Salerno, ciudad
muy cerca de
Nápoles.
Sólo en este momento el rey Francisco II se percató del peligro que corría.
Decidió retroceder la línea de defensa al río Volturno, ubicado al Norte de
Nápoles, para evital el asedio de la capital del reino. Garibaldi entra en la
ciudad aclamado por la multitud, que según las fuentes históricas, fue obligada
a vitorarlo por infiltrados piamonteses que les daban dinero a cambio, los que
se negaban eran obligados a permanecer en sus casas por temor a represalias.
6
Garibaldi se proclamó dictador de las Dos Sicilias, el
Palacio Real de Nápoles fue totalmente
saqueado, los objetos más preciosos fueron enviados a Turín, otros vendidos al
mejor postor. El
11 de septiembre el oro de la Tesorería del
Estado, patrimonio de la Nación, (equivalente a 1.670 millones de euros), y los
bienes personales del rey (equivalentes a 150 millones de euros) todos
depositados en el Banco de Nápoles, fueron sacados y proclamados
bienes
nacionales.
7
Ya con la capital meridional tomada, el
8 de
octubre, el gobierno piamontés emitió un decreto que indicaba un plebiscito
a sufragio universal masculino en toda Italia para ratificar la unión al
Piamonte. Los resultados dieron una contundente victoria a favor del Si a la
unión y demostraron que el pueblo quería unirse al Piamonte, ser gobernados por
el rey de la casa de Saboya e iniciar un nuevo periodo en una nación unida.
El Rey Francisco II, reorganizó su ejército de 40.000 hombres detrás del río
Volturno, pero fue derrotado en manos de los garibaldinos en la llamada
Batalla del Volturno. Por las bajas en dicha
batalla estos resultados Garibaldi solicitó ayuda militar al gobierno piamontés
y Francisco II quiso aprovechar el estancamiento de los garibaldinos para
volver a atacar; pero los generales le aconsejaron reorganizar las fuerzas y
entonces se retiró de Capua a Gaeta.