ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

lunes, 2 de octubre de 2017

Un Mosso no se cree lo que está pasando y llora sobre el hombro de un Guardia Civil


Editorial de La Vanguardia, de dia 2 de octuubre 2017

Propuestas para salir del drama






Desolación. No creemos que exista otra palabra más adecuada para describir el estado de ánimo mayoritario de la sociedad catalana en estos momentos. Las escenas de tensión vividas ayer en Catalunya están dando la vuelta al mundo y dejaran un huella muy difícil de borrar. desolación, esa es la palabra.
Previamente ocupados, muchos colegios electorales abrieron sus puertas y rápidamente fueron equipados con las urnas adquiridas subrepticiamente por la Generalitat, que a su vez anunciaba la posibilidad de votar mediante un censo universal administrado vía internet.
 La movilización popular y la tecnología digital frente a la ley y los aparatos del Estado encargados de hacerla cumplir. El día amaneció oscuro. Sombrío y lluvioso, como un mal presentimiento. Los Mossos d’Esquadra levantaron acta de la situación creada en muchos colegios, pero no hicieron uso de la fuerza, siguiendo órdenes de sus mandos. Situadas así las cosas, entraron es escena la Policía Nacional y la Guardia Civil, con efectivos reforzados desde varios puntos de España, con la orden tajante de impedir las votaciones. Escenas de resistencia pacífica ante la acción policial, que el Gobierno calificó al mediodía de “firme y proporcionada”. Estampas diversas: en algunos colegios, los agentes actuaron con visible contención; en otros, actuaron con verdadera furia. La imagen de la policía española retirando urnas y enfrentándose a manifestantes pacíficos se convirtió en el relato del día en los principales circuitos informativos internacionales. Un relato de alto impacto. Desolación.

¿Se podía haber evitado? Sí. Los gobernantes catalanes nunca debían haber forzado el camino de la unilateralidad –lo hemos repetido decenas de veces en los últimos meses– y el Gobierno de España debía haber creado con la suficiente antelación un marco de diálogo que fuese capaz de crear nuevos consensos en Catalunya. El Gobierno de España ha atajado un acto de desobediencia con un elevado coste. Ayer no hubo referéndum en Catalunya y cuanto antes lo reconozcan los partidos soberanistas, mejor para todos. El Gobierno de Mariano Rajoy, sin embargo, ha hecho algo más que garantizar el orden constitucional. Ha querido enviar un mensaje de autoridad al conjunto de la sociedad española: a los catalanes y al resto de la sociedad española. Un gesto de autoridad especialmente pensado para sus votantes. Un gesto de firmeza ante los demás gobierno europeos en un momento difícil para la Unión. El precio de esa política de firmeza, nunca acompañada de una verdadera propuesta de diálogo. es alto. Un mayor desgarro de la sociedad catalana, que muy mayoritariamente rechaza los acontecimientos vividos ayer. Queremos ser claros al respecto: el desgarro es profundo. No se oían ayer aplausos atronadores en el resto de España, excepto algunas minorías excitadas que no representan la España constitucional. Los acontecimientos de ayer en Catalunya dejan un gran sinsabor entre las gentes de España de las más diversas ideologías. Desolación. Mala imagen en el extranjero, de eso no hay duda. Los primeros ministros de Bélgica y Eslovenia pidieron ayer una solución al problema de Catalunya, sin violencia.

El Govern de la Generalitat tampoco sale indemne del trance. No ha logrado llevar a cabo un referéndum digno de tal nombre y también es responsable de lo ocurrido ayer. Apartando a los Mossos de la ingrata labor de ejecutar las órdenes judiciales, salvaguardó su imagen, pero no protegió a la gente de buena fe que acudió a los colegios. ¿Cuánto peor, mejor? ¿Es esa la política que deseamos para Catalunya en los próximos años? Más de cuatrocientas personas tuvieron que ser atendidas a lo largo de toda la jornada por los servicios de asistencia. Desolación. Nadie puede sentirse orgulloso de lo ocurrido. Nadie puede sacar pecho. Nadie puede hablar con satisfacción en el rostro. Nadie puede considerarse vencedor. Hemos perdido todos.

Y ahora, ¿qué hacer? En primer lugar, no quedar prisioneros del lamento. Hay que intentar abrir de inmediato vías de diálogo real. Nos atrevemos a proponer la creación de una comisión independiente, formada por juristas y personalidades de relevancia, que en un tiempo limitado pueda ofrecer una propuesta al Gobierno de España y al Govern de la Generalitat que permita articular una vía de salida, que una vez acordada, fuera votada por la sociedad catalana, como un primer paso. Esa iniciativa no tendría que ser incompatible con la comisión de estudio de la cuestión territorial creada en el Congreso. No es el tiempo de las palabras vacuas. Cuando apelamos de diálogo hemos de hablar de algo tangible. Hay que actuar con celeridad y concreción, puesto que el desgarro es enorme. Al mismo tiempo todas las fuerzas políticas, sociales, empresariales y sindicales del país deberían conjurarse para frenar la espiral de la tensión en todos los foros públicos. ¡Basta ya de la sobreexplotación de la tensión! La desinflamación del lenguaje es el primer paso a dar, previo a cualquier tipo de pacto. Esa es la primera y más urgente tarea: desinflamar. Hemos de restablecer el respeto mutuo. Apelamos a la sincera amistad de muchísimo españoles con la sociedad catalana para fortalecer el respeto mutuo.

El Congreso de los Diputados debería ser escenario de un debate a fondo sobre la situación creada. Un debate orientado principalmente a la búsqueda de soluciones. También, el Parlament de Catalunya debería afrontar la cuestión, sin frentismos. En el Parlament de Catalunya son necesarias nuevas mayorías. Al respecto, queremos ser claros. La dinámica política catalana no puede seguir en manos de un partido con apenas el 8% de los votos en las últimas elecciones. La política catalana no puede seguir más tiempo la partitura de la CUP. Advertimos, por tanto, contra cualquier tentación aventurerista en estos momentos, que no obtendría ningún apoyo en Europa y en el mundo y que agravaría aún más la situación creada. Rechazamos rotundamente, el “cuanto peor, mejor”. Esta nunca puede ser la política de una sociedad europea. Hay que atajar toda tentación suicida. Hay que devolver los centros de dirección de la política catalana a su más estricto marco institucional. La política de la Generalitat no debe ser guiada por comités ocultos. Las entidades cívicas del soberanismo no pueden sustituir al Govern. Hay que restablecer la institucionalidad catalana.

Dignidad, inteligencia, desinflamación y búsqueda de una vía de salida que pueda ser libremente votada por los ciudadanos de Catalunya. Lo ocurrido ayer es grave. Compartimos el dolor y la indignación de muchos ciudadanos. Pero a las situaciones complicadas hay que buscarles siempre una salida. No nos dejemos sepultar por el resentimiento.

El mayor Trapero engañó a la Policía Nacional y Guardia Civil

La cúpula de los Mossos d’Esquadra incumplió descaradamente sus obligaciones y obligó a las fuerzas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil a intervenir para cerrar colegios electorales o retirar urnas y papeletas. Fue una maniobra política cuidadosamente elaborada por el Gobierno catalán, que contó con la inestimable ayuda del ‘major’ de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero.
En las reuniones que mantuvieron los tres cuerpos policiales (Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil) los últimos días, Trapero se comprometió a cerrar todos los colegios electorales a las seis de la mañana del domingo 1 de octubre. Pero, a la hora de la verdad, no hizo nada. “Es de una deslealtad total. Engañó a todo el mundo: al Gobierno español, a los otros cuerpos, a los jueces, a los fiscales… Prometió que iba a cumplir y no lo hizo por motivos políticos. Si los Mossos hubieran actuado como debían, no se hubieran producido los altercados que se produjeron. Tanto CNP como Guardia Civil tenían suficientes dotaciones como para proceder al cierre de colegios el sábado por la noche, pero confiamos en Trapero, que al final nos traicionó”, explican a El Confidencial fuentes presentes en esas reuniones. Estas fuentes añaden que la policía autonómica catalana “tenía una ocasión de oro para demostrar su profesionalidad. Pero se reveló como lo que es: una policía política y politizada al servicio de una ideología. Y tras su penosa actuación, en estos momentos, no le queda ya gran prestigio como cuerpo”.
Fuentes de los Mossos reconocen a El Confidencial que una parte importante de los efectivos de la Brigada Móvil (Brimo, los antidisturbios) recibió permiso para hacer fiesta. Tanto, que se calcula que un tercio de los miembros de los antidisturbios no trabajaron durante la crucial jornada de ayer. Y un cupo importante fueron reservados para cubrir el partido que había de enfrentar al FC Barcelona con el UD Las Palmas (que al final se celebró a puerta cerrada), cuando ese cometido hubieran podido efectuarlo tranquilamente las unidades de recursos operativos (ARRO). “No querían fotos de la Brimo actuando, repartiendo leña a los ciudadanos”, subrayan las fuentes consultadas.
Otra fuente señala que la actuación de la cúpula de los Mossos fue muy premeditada: “Desde primera hora de la mañana, se repartieron por el territorio patrullas de dos 'mossos', que se enviaron a diferentes lugares, después de leerles las instrucciones de la Fiscalía. Cuando pedían refuerzos o ayuda, no se les podían enviar porque los recursos estaban repartidos”. Y no solo eso: “La Brimo, que debería estar al pie del cañón, ni siquiera salió a la calle y se repartieron algunas unidades de ARRO, a las que antes se les dio la orden expresa de no cargar, de no ponerse los cascos y de no usar las defensas”.La 'neutralidad' de los Mossos quedaba, así, garantizada para el Gobierno catalán, que obligaba a salir a las unidades del CNP y de la Benemérita a 'mojarse' si querían cumplir las resoluciones judiciales que habían ordenado la Fiscalía y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). En palabras de los representantes del Ministerio del Interior, un “boicot en toda regla, una deslealtad extrema”. En opinión de algunas fuentes de los Mossos, “una jugada también medida, porque no salieron a la calle hasta después de las nueve, con lo que dejaban que los Mossos consumasen el delito de desobediencia”.
Para los representantes del Gobierno español, “la estrategia estaba muy clara: querían que los que se enfrentasen a los manifestantes y desalojasen los colegios fuesen la Policía Nacional y la Guardia Civil, mientras ellos permanecían al margen. Si lo hubieran dicho desde el principio, nosotros no hubiésemos actuado cuando en los colegios ya había una importante aglomeración de gente, sino mucho antes. Pero la desobediencia de las órdenes y el incumplimiento de sus responsabilidades nos llevó a tener que actuar tarde”, explican a este diario fuentes del Gobierno español.
A estas críticas se suman los numerosos incidentes de 'mossos' que se enfrentaron abiertamente a las unidades de Policía Nacional o Guardia Civil que fueron a desalojar colegios electorales, en ocasiones jaleados esos enfrentamientos por los manifestantes. Se ha apuntado también a mandos de la policía autonómica que, de paisano, ayudaban a los ciudadanos que ocuparon colegios electorales para poner las urnas, cuando tenían órdenes claras de que eso era delito. Por las redes circulaba incluso el vídeo de un mando de los Mossos de Hospitalet afanado en esas ocupaciones.

Comunicado conjunto policial contra los Mossos

Debido a la actuación de Trapero y a la actitud de algunos agentes autonómicos, los cinco principales sindicatos de la Policía Nacional emitieron un comunicado conjunto en el que anunciaban: “Nos sumamos a las actuaciones que la Fiscalía Superior de Cataluña vaya a emprender contra los Mossos y su máximo responsable, José Luis Trapero, y, en consecuencia, vamos a ejercer acciones legales para exigir la asunción de cuántos 'mossos' han aparecido hoy en imágenes, dificultando el trabajo de Policía Nacional y Guardia Civil o actuando con clarísima falta de apego a las órdenes judiciales”.
Que algo se ha roto entre los cuerpos parece fuera de toda duda: “La impunidad no puede abrirse paso en un cuerpo —añadía el comunicado— como el de los Mossos, que contaba con todo nuestro respeto”. Por ello, reconocen, “la actuación de hoy abre un intenso debate sobre su papel en el modelo de seguridad pública de nuestro país, su carácter de policía integral, la fiabilidad de sus actuaciones y, lo que es peor, el nivel de compromiso de su estructura de mando con el sectarismo político de los independentistas”.

El día que nunca debió llegar. 1 de octubre, Por Luis Ventoso



 
 

La jornada de ayer, deplorable y amarga para España, fue la cristalización simbólica de varios fallos primigenios de nuestra democracia. El primero, la cesión a las comunidades de las competencias de Educación. El segundo, confiar en Jordi Pujol, que incluso recibía galardones por todo el país por su «seny» y contribución a la armonía nacional. Pujol gobernó Cataluña de 1980 a 2003. El cainismo enfermizo entre PP y PSOE, uno de nuestros males, llevó a González primero y a Aznar después a pasar por la taquilla pujolista. Nacionalista fervoroso y político taimado, con esas concesiones Pujol fue tejiendo un Estado catalán en la sombra, a la espera de un momento de debilidad de España para soltar amarras (amén de lucrarse con el dinero público de los catalanes).

El malestar por la crisis de 2008 fue abono de populismos, del Brexit a Podemos. En Cataluña se convirtió en la munición perfecta para activar el sueño separatista. Una opción que era residual cobró súbitamente todo el foco tras una formidable operación de ingeniería social, con olas de propaganda de escuela goebbeliana. En una lacerante paradoja, la campaña fue costeada por las arcas del propio Estado al que se pretendía destruir. Frente a tal acometida, el Gobierno de Rajoy descuidó la comunicación, la defensa emocional de España, la lucha por los corazones y el orgullo de país. Su aproximación funcionarial al problema ha resultado insuficiente.

Lo de ayer no fue un referéndum. Todo se quedó en una gran pantomima, una suerte de enésima Diada, gigantesca y con las urnas chinas de plástico como coartada. El Gobierno desarticuló la logística del Govern sedicioso. No hubo censo, ni junta electoral, ni siquiera papeletas regladas. Cada ciudadano podía votar dos veces, o incluso más, como probó ABC. Las reglas básicas de la democracia no existieron. La Generalitat separatista, marrullera siempre, incluso cambió las reglas de juego en la propia jornada. Al final podía votar quien quisiese, en la práctica sin necesidad de acreditación alguna. Fue la «performance» de una consulta. Pero ha dado la vuelta al mundo.

Hubo también otra Cataluña. Las imágenes de gresca opacan la foto completa. Testigos que recorrieron ayer Barcelona cuentan que fuera de puntos concretos imperaba una curiosa calma de domingo. Los incidentes y la tensión son innegables, pero es un error ignorar que existió otra Cataluña, ajena al desparrame emocional separatista.

Hay imágenes que nunca se debieron permitir. Finalmente, Puigdemont, Junqueras, Colau y Mas acabaron depositantdo su voto en urnas con sello de la Generalitat. El peso simbólico de esa imagen hace mucho daño a España. El Gobierno enfatizó una y otra vez que no se votaría. Pues bien: los cabecillas del golpe de Estado sí lo hicieron y a estas horas nada les ha ocurrido. ¿Sale gratis delinquir según quién seas y el cargo que ocupes? La irritación de millones de españoles, saturados del culebrón separatista, es enorme: golpistas que quedan impunes, un mal mensaje.

El Gobierno, tarde y mal. Nunca se debieron haber tolerado las sesiones en el Parlament de los pasados 6 y 7 de septiembre. Los sediciosos no ocultaron sus planes: de manera previa anunciaron que aprobarían dos leyes golpistas, destinadas a dinamitar España y el propio Estatuto de Cataluña. Pero se dejó hacer en nombre de un equivocado principio de prudencia y proporcionalidad.

«Si toleras el desorden para evitar la guerra, tendrás primero desorden y después guerra», advirtió el lúcido Maquiavelo. Churchill parafraseó la cita espetándosela a Chamberlain en los días de Hitler: «Se te ofreció elegir entre la deshonra y la guerra, elegiste la deshonra y también tendrás la guerra». Qué preclaras suenan esas frases hoy en Cataluña. La gestión de esta crisis tendrá secuelas políticas. La vicepresidenta ha defraudado las altas expectativas depositadas en ella, tanto dialéctica como tácticamente. El discurso de anoche de Rajoy, dándose por ganador de la jornada, sonó -ay- poco creíble. Es cierto que ha evitado la consulta, pero no que haya ocurrido algo gravísimo. Una vez más su alocución fue la de un gestor, no la de un alto estadista. Seamos sinceros: las fuerzas del Estado ni siquiera encontraron las urnas que luego desplegaron los sediciosos.

Los Mossos han dejado de ser un cuerpo fiable. Los mossos son una fuerza del Estado con competencias en Cataluña. Ayer se pusieron de perfil, su actuación fue displicente y a veces abiertamente burlona. Una traición que estaba cantada. El Gobierno de Rajoy, repleto de abogados del Estado y altos funcionarios, quisó creer hasta el final que se medía con personas homologables a ellos, respetuosas a la postre de la legalidad. No era así. El filibusterismo de mossos y Govern los ha desbordado. Es insólito que a estas horas el Estado no se haya puesto todavía al frente de los Mossos destituyendo sus mandos. Siete jueces investigan ya la lamentable inhibición de la policía catalana. En las calles españolas resuena una pregunta: ¿Qué más tiene que ocurrir en Cataluña para que se aplique el artículo 155 de la Constitución, diseñado exactamente para situaciones como esta?

PSOE, primero su ombligo y luego España. Ayer tiró la «E» de «Español» por la borda. Pésima noticia para el país. El líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, pidió de mañana que la Policía y la Guardia Civil se retirasen y dejasen el paso expedito a los lugares de voto. La equidistancia de Sánchez entre Rajoy y Puigdemont en una jornada de rebelión contra nuestra democracia y sus críticas a las cargas policiales son una desealtad doliente, imperdonable. El PSOE se ha convertido en un talón de Aquiles de España. El pésimo liderazgo de Sánchez ha dejado campo abierto a la crecida del comunismo podemita y además no está en su sitio a la hora de defender la unidad nacional. Pura felonía.

Derrota en la prensa internacional. Es asombroso, y habla muy mal de nuestra diplomacia, que la mirada de los separatistas se haya impuesto en los principales medios de comunicación foráneos. El Gobierno, una vez más, no ha trabajado el frente mediático, en el que los separatistas se aplican con denuedo. La jornada volvió a hacer patente además el anómalo sector televisivo que sufrimos. La Sexta hizo una cobertura que presentaba la intervención del Estado para salvar nuestra democracia como una agresión intolerable a Cataluña. Roures, uno de los fundadores de la cadena y actual accionista, prestó sus instalaciones para el centro de prensa de la consulta ilegal, con el logo de su firma Mediapro destacado a la espalda del golpista Turull. Enfrente, TVE ofrecía un programa en directo flojo, con analistas de poco peso y un presentador de segunda línea. La comunicación mueve el mundo y hoy España no está bien defendida en ese frente.

¿Y ahora qué? Los sediciosos, crecidos, podrían proclamar unilateralmente la independencia en días sucesivos. Supodría, por fin, la aplicación inmediata del Artículo 155 y la toma de acciones legales contra los dirigentes del Govern insurrecto, que a día de hoy se mofan de nuestra justicia. Una crisis como la que vive España requeriría un Gobierno de coalición de los tres partidos constitucionalistas, PP, PSOE y Ciudadanos, que deberían unirse ante una emergencia nacional. Imposible con el actual líder del PSOE, un ególatra que detesta a Rajoy porque lo vapuleó dos veces en las urnas y fantasea con que su equidistancia le dará votos.

España se enfrenta a este envite, el mayor desde el golpe del 23-F de 1981 con un Gobierno en minoría y con los presupuestos del Reino en manos de otro partido nacionalista que exige cobrarse un precio, el PNV. Unas elecciones anticipadas darían a los españoles la posibilidad de dotarse con el Gobierno fuerte que requiere esta insólita, execrable y dañina situación, que pronto pasará factura a la economía española. España, el país grande del mundo desarrollado que más crece a día de hoy, corre desesperado tras un grupo de secidiosos que ni siquiera son mayoritarios en su región.

Este separatista agredió con una silla a un Guardia Civil cuan entraba en eun colegio, 1 de octubre

Imagen extraída de un video de OKdiario.

Un referéndum ilegal, sin garantias. 2 de octubre

El referéndum de este domingo carecía de garantías legales (hubo numerosos ejemplos de personas que votaron varias veces o sin control ni identificación) y el Govern no supo explicar el origen del censo (que no pudo ser revisado) ni el método usado para el recuento, que tampoco contó con garantías. Además, en 2014 el Estado no trató de impedir la votación, que entonces se presentó como no vinculante. Los partidos constitucionalistas pidieron en ambos casos ignorar la consulta.

El único responsables del desastre de ayer en Cataluña en Puigdemont y sus sueños soberanistas.
Puigdemont y su gobierno ya ha pertepatrado la desobediencia ¿Por qué no se le detiene? Hoy. 2 de octubre.

Las urnas iban llenas de papeletas.

 El Gobierno recurrió este domingo 1 de octubre a la Policía Nacional y la Guardia Civil [Los Mossos no actuaron, han cometido desobediencia] y al uso de la fuerza para descabezar el referéndum de independencia convocado por la Generalitat y suspendido por el Tribunal Constitucional. Pese a la ofensiva judicial y policial de las últimas semanas contra la consulta, cientos de colegios electorales abrieron en toda Cataluña en un acto de claro desafío al Ejecutivo y a los tribunales que culminó con numerosas cargas policiales. La Generalitat cifró en 844 las personas atendidas por los servicios médicos. El Govern reivindicó la validez del referéndum pese a carecer de cualquier garantía legal. La notable movilización ciudadana para intentar votar sirvió al president, Carles Puigdemont, para apuntar a una declaración de independencia.

domingo, 1 de octubre de 2017

En noviembre se abrirá la casa natal de Miguel Hernández en Orihuela

La Casa Natal del poeta abrirá siete años después de su inauguración

La apertura se producirá el 11 de octubre como Centro Cultural con más de 2.000 documentos sobre la vida de Miguel Hernández

01.10.2017 | 01:07

Fachada de la Casa Natal de Miguel Hernández que se encuentra cerrada desde su inauguración.
Los operarios ultiman estos días la llegada de mobiliario y la decoración.
Noviembre de 2010, año en el que se conmemoraba el centenario del nacimiento de Miguel Hernández. En plena celebración de su año hernandiano, un fastuoso acto anunciado a bombo y platillo, de los que se organizaban antes de llegar las vacas flacas, anunciaba la inauguración de la remodelada Casa Natal del poeta. Allí, la entonces consellera de Cultura, Trinidad Miró y la alcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente, muy sonrientes, mostraban las llaves del edificio, que en su interior se encontraba totalmente vacío, así que nada más abrir sus puertas se cerró.
Pasaron 6 años y medio hasta que en marzo de este año el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, llegaba a Orihuela, sin tantos fastos, para ceder el inmueble al Ayuntamiento en un simbólico acto de entrega de llaves al alcalde Emilio Bascuñana. Sin embargo, la falta de proyecto cultural obligó a volver a cerrar a cal y canto el edificio tras su reinauguración.
Y como dicen que a la tercera va la vencida, el trabajo del área de Cultura del Consistorio parece que va a dar, por fin, sus frutos para que el próximo 11 de octubre la casa en la que vivió Miguel Hernández se abra definitivamente.
El inmueble, que cuenta con unas dimensiones muy pequeñas, se convertirá en un Centro Cultural donde se podrá consultar cualquier documento relacionado con la vida del escritor oriolano. De momento, allí se llevarán más de 2.000 documentos, libros y publicaciones originales que ha cedido la Fundación Cultural Miguel Hernández. Además, la casa será un gran centro de documentación audiovisual. Muchos de los fondos se están digitalizando. «Queremos que la casa tenga vida todos los meses del año, y para ello organizaremos cada mes diferentes exposiciones temporales, talleres y conferencias para que no sólo acudan los que quieran hacer una consulta de la documentación», señala a este diario la edil de Cultura, Mar Ezcurra. La primera actividad que va a recibir será un taller de escritura creativa con una veintena de plazas, debido a la limitación de espacio.
Entre las joyas que se podrán consultar se encuentran las primeras ediciones de «Perito en lunas» o más de 80 carteles de actos organizados desde los años setenta relacionados con el poeta, cuatro dibujos originales cedidos por la familia de Francisco Díe o vinilos donados por Ildelfonso Cases Andréu. Los operarios ultiman estos días la llegada de todo el mobiliario y la decoración, además de la instalación de dos lonas gigantes para señalizar el inmueble.
El director de la Fundación Miguel Hernández, Aitor Larrabide, se muestra muy satisfecho con la apertura de lo que será «un espacio donde mirarnos y que va a configurar un triángulo en el Rincón Hernandiano que revitalizará culturalmente la zona».

Atención al visitante

La Casa Natal de Miguel Hernández, situada en el número 76 de la calle San Juan, se convertirá en un Centro de Atención al Visitante y será el inicio de la Ruta Hernandiana. Allí dará la bienvenida un informador cultural y se visionará un vídeo con el recorrido y con imágenes de la vida del poeta oriolano, además de poder encontrar los turistas diversos folletos y planos. «Cerrará así el triángulo de la ruta dedicada al poeta y que incluye también la Casa-Museo, Santo Domingo, la Fundación Miguel Hernández y la Plaza Ramón Sijé», indica la edil de Cultura.

La hora cero. Mario Vargas Llosa. Cataluña ha caído en manos de unos demagogos.

La hora cero

La independencia catalana sería trágica para España y para Cataluña, que habría caído en manos de unos demagogos que la conducirían a su ruina

 
¿Habrá hoy referéndum en Cataluña? Espero ardientemente que, en un acto de sensatez, la Generalitat lo haya desconvocado, pero, de otro lado, sé de sobra los altos niveles de testarudez e irrealidad que conlleva todo nacionalismo, de manera que no es imposible que, pese a todo —y este “todo” es muchísimo—, los dirigentes del Govern catalán se empeñen en incitar a sus partidarios a desobedecer la ley y votar. Si ocurre así, el llamado referéndum será una caricatura de consulta, írrita a la legalidad, sin censo de votantes, ni urnas autorizadas, ni compromisarios, ni padrones electorales, con un porcentaje mínimo de participantes y sólo independentistas, es decir, el monólogo patético de una minoría ciega y sorda a la racionalidad, pues, según las encuestas, por lo menos dos tercios de los catalanes admiten que el referéndum carece de validez legal. Sólo servirá para alimentar el victimismo, ingrediente esencial de toda ideología nacionalista, y acusar al Gobierno español de haber violentado la democracia impidiendo al pueblo catalán ejercer su derecho a decidir su destino mediante la más pacífica y civilizada manera democrática, que es votar.

Escribo este artículo muy lejos de España, en sus antípodas, y desconozco los últimos episodios de este problema que ha tenido en vilo a todo el país en las últimas semanas. Pero tal vez la distancia sea buena para preguntarse con serenidad qué ha llevado a Cataluña, una de las regiones más cultas y cosmopolitas de España, a que prenda en su seno, de manera tan extendida, esa anticuada, provinciana y aberrante ideología que es el nacionalismo. ¿Cómo es posible que millares de jóvenes universitarios y escolares de una sociedad moderna, que forma parte del más generoso e idealista proyecto democrático de nuestro tiempo, la construcción de Europa, concebida precisamente como una ciudadela contra los nacionalismos que han bañado de sangre y de cadáveres la historia, tengan ahora como ilusión política querer encastillarse en una sociedad cerrada y obsoleta, que retrocedería y empobrecería brutalmente a Cataluña, pues saldría del euro y de la Unión Europea y tendría un largo y difícil trámite para retornar a ellos?

La respuesta no puede ser la que esgrimen los nacionalistas, que ello se debe a que “España roba a Cataluña”, pues, precisamente, desde la caída de la dictadura de Franco y la transición hacia la democracia esta región ha obtenido progresivamente la mayor atribución de competencias económicas, culturales y políticas de toda su historia. Podría no ser suficiente, desde luego, y quizás haya habido de parte de los gobiernos centrales negligencia en atender los reclamos de Cataluña; pero esto, que tiene una salida perfectamente negociada dentro de la legalidad, no puede justificar la pretensión de cortar de manera unilateral quinientos años de historia común y romper con el resto de una comunidad que está presente e imbricada de mil maneras en la sociedad y la historia catalanas.

La tradición cultural de Cataluña está reñida con el provincianismo racista del nacionalismo
Nada puede estar más reñido con el provincianismo racista y anacrónico del nacionalismo que la gran tradición cultural bilingüe de Cataluña, con sus artistas, músicos, arquitectos, poetas, novelistas, cantantes, que estuvieron casi siempre a la vanguardia, experimentando nuevas formas y técnicas, abriéndose al resto del mundo, asimilando lo nuevo con fruición y propagándolo por el resto de España. ¿Cómo encajan un Gaudí, un Dalí o un Tàpies con un Puigdemont y un Junqueras? ¿Y un Pla o Foix o Marsé o Serrat o Cercas con Carme Forcadell o Ada Colau? Hay un abismo tal entre lo que unos y otros representan que cuesta imaginar alguna línea de continuidad cultural o ideológica que los una.

La explicación está seguramente en una labor de adoctrinamiento sistemático, que comenzando en las escuelas y proyectándose a todo el conjunto de Cataluña a través de los grandes medios de comunicación, orquestado y financiado desde el Govern catalán desde los años de Jordi Pujol y sus seguidores, fue calando en las nuevas generaciones hasta impregnarlas con la ficción perniciosa que significa todo nacionalismo. Un adoctrinamiento que no fue casi contrarrestado por la incuria o la ingenua creencia de parte del Gobierno y la élite política e intelectual del resto de España de que aquella fabricación mentirosa no prendería, que la sociedad catalana sabría resistirla, que el problema se iría resolviendo solo. No ha sido así y esa incuria irresponsable está hoy detrás de un monstruo que ha crecido y llevado a buena parte de Cataluña a una deriva secesionista que, aunque cuando no triunfe —y yo creo firmemente que no triunfará—, puede precipitar a España en una crisis traumática, que, entre otras consecuencias nefastas, podría paralizar el proceso de recuperación económica que tantos sacrificios ha costado ya a los españoles.
Ha habido una larga labor de adoctrinamiento orquestado y financiado desde el Govern desde los años de Jordi Pujol.

Un sector minoritario de la extrema izquierda ha hecho causa común con el independentismo catalán y otro, más numerosos y más sensato, exige diálogo. No hay duda de que esto último parece indispensable. El problema, sin embargo, es que para que un diálogo sea posible y fructífero, tiene que haber algún denominador común entre los dialogantes. Lo hubo en el pasado y fue lamentable que, entonces, las negociaciones no tuvieran lugar. Pero, ahora, aunque no imposible, es mucho más difícil dialogar con quienes no aceptan otra opción que “la secesión sí o sí” y tienen en su intransigencia el respaldo de un sector considerable de la población catalana.

Hay que tender puentes primero, reconstruir los que se han roto. Y ésta es una labor esencialmente cultural. Convencer a los menos fanatizados y recalcitrantes que el nacionalismo —todo nacionalismo— siempre fue una epidemia catastrófica para los pueblos que sólo produjo violencia, incomunicación, exclusión y racismo, y que, sobre todo en esta época de globalización universal que está deshaciendo poco a poco las fronteras, es suicida querer resistirse a este proceso enormemente beneficioso para toda la humanidad. Y explicar que España necesita a Cataluña tanto como Cataluña necesita a España para integrarse mejor en la gran aventura de Europa y perseverar —perfeccionándola sin tregua— en esta democracia que ha traído a este país unas condiciones de vida que son las más libres y prósperas de toda su historia.

La independencia de Cataluña sería trágica para España y sobre todo para Cataluña, que habría caído en manos de una ideología retrógrada y bárbara y de unos demagogos que la conducirían a su ruina. Todo lo que hay de justo en las demandas soberanistas se puede alcanzar dentro de la unidad, mediante negociaciones, sin fracturar la legalidad que en este último medio siglo ha ido haciendo de España un país libre y democrático. No olvidemos que, durante la Transición, el mundo entero miraba a España como un ejemplo a seguir, por haber transitado tan pronto y de manera tan cauta y pacífica hacia la democracia, con la actitud tolerante y solidaria de todos los partidos políticos y el beneplácito de la inmensa mayoría de la nación. No es tarde para retomar aquel punto de partida solidario del que se derivaron tantos bienes para el conjunto de los españoles, empezando por el más importante, que es la libertad. Por todos los medios racionales posibles, hay que persuadir a los catalanes de que el nacionalismo es uno de los peores enemigos que tiene la libertad y que este período aciago debe quedar atrás, como una pesadilla que se desvanece al despertar.
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© Mario Vargas Llosa, 2017

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GOBIERNO CATALÁN, DIMISIÓN!!!!!!!!!!!, ya




 Puigdemont y su gobierno es un irresponsables, domisión ya. Los catalanes lo estan pidiendo. Por engañarles, por mentirles, por venderles la mentira de la independencia, la de la república catalana cuando saben que ni es posible ni les conviene. Las sedes centrales de bancos, gas natural y otras importantes empresas van a trasladar sus sedes.
No se puede llevar a los catalanes a una paliza innecesaria, cuando se puedo hacer dialogado, renunciando al referendum.

Erróneamente les vendió a los catalanes indempendestitas su derecho a decidir, cuando colisionaba con el derecho a decidir sobre la soberanía de todos los españales. Hasta la saciedad le dijeron que renunciara al referéndum, que era ilegal. Pero no hizo caso. Puigdemont es el resposable, no Rajoy, que ha hecho cumplir el derecho constitucional. El rey y jefe del estado todavía no se ha pronunciado, pero lo tiene que hacer en favor de la Constitución.

Carles Puigdemont ya tiene la fotos y videos que buscaba, ¿Y ahora qué? Más odio entre todos. Más discrepancias y confrontaciones, y el coste económico que este asunto le va a suponer. Cataluña es la comunidad mas endeudada, y con mas corrupción en su gobierno.

El astuto Arthur Mas, fue el iniciador de este desastre para ocultar la corrupción de CIU, ahora se arrepiente y reconoce que Cataluña no esta preparada para una independencia, al no tener Hacienda propia.

El Parlamento catalán esta sobredimensionado, tiene 135 diputados, sobrepasa a todo el resto de autonomías.


fradel En Nota de la Vanguardia, 1 de Octubre

La vergüenza deberías de sentirla tú, todo lo que sucede es por vuestra culpa, habéis incitado al odio, inventado una historia falsa, adoctrinado a los niños con mentiras, utilizados como protectión a vuestra falta de narices. Cuanto más os ha dado España más odio habeis acumulado. Todo empezó con vuestra parcialidad en la enseñanza, se lo debemos al des-honorable Pujol, debería llamarse ALI-BABÁ, soy catalán y al ver la deriva que tomaba la enseñanza no quise que mis hijos crecieran en un entorno nazi-totalitario-represor.

Palmeral
Los nacionalistan han fomentado la desiguald, un español de madrid, Andalucía o Murcia no pidía opositar en Cataluña, si no tenia el catalán. En cambio un catalán sí en el resto de España.

Propuestas para el día 2 de octubre. El País

El independentismo lleva semanas preparando el día después del referéndum sin admitir, al menos en público, ningún escenario que no sea el de que hoy se pueda votar con cierta normalidad. La previsión ideal de los partidos que forman el Gobierno catalán es que, en aplicación de la suspendida ley del referéndum, se utilice el resultado de las urnas —nadie duda de la victoria del — para declarar la independencia en un plazo de 48 horas tras la finalización del recuento. Sin embargo, las dudas acechan a amplios sectores del PDeCAT e incluso de ERC, que admiten que de nada serviría declarar la independencia si, como es previsible, ningún país extranjero reconoce al nuevo Estado.
El vértigo ante una decisión tan radical ha empujado los últimos días tanto a la extinta Convergència Democrática como al mismo presidente catalán, Carles Puigdemont, a frenar la idea de una declaración unilateral de independencia. “No va a haber una declaración unilateral de independencia como sustituto del referéndum” por muchas dificultades que haya durante la jornada electoral, aseguró Puigdemont el pasado viernes.
Sin embargo, hay que contextualizar estas palabras. Los partidos independentistas entienden por declaración unilateral proclamar la secesión al margen del referéndum, ya sea porque no se ha podido celebrar o porque no se han podido contar los votos. Insisten en que si hay votos “suficientes” —no aclaran cuántos— para dar por válido el resultado de hoy la declaración de independencia sí estaría legitimada.
La gran incógnita son los ritmos que manejan para hacerlo y si se atreverán a proclamarlo solemnemente en el Parlamento catalán. “Llegados a este punto ya no podemos dar marcha atrás”, explican fuentes gubernamentales que recuerdan, no solo la presión de las bases independentistas, sino también la situación legal de cada uno de los miembros del Gobierno catalán y de buena parte de los dirigentes del PDeCAT y de Esquerra Republicana. “Quedarnos en España ahora es sinónimo de ser inhabilitados, embargados y hasta acabar en la cárcel: es algo insostenible”, sostienen estas fuentes.

Con el referéndum descabezado logísticamente por las actuaciones judiciales y policiales de los últimos días la idea que gana peso en los corrillos del Gobierno catalán es intentar generar la idea de un “empate” en su pulso con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Que haya urnas, y no pocas, pero no las suficientes como para que los votos depositadas en ellas amparen la declaración de independencia. “Será muy difícil contar los votos, y tampoco será tan rápido como habríamos querido”, admiten fuentes conocedoras de la organización del referéndum.
Ante esta situación se abre el escenario de intentar una negociación política de urgencia para evitar un choque definitivo. Se trataría de dejar congelado el resultado de hoy, aunque sea de forma momentánea. Ayer Puigdemont insistió en pedir una “mediación” internacional en una entrevista en la agencia France Presse. “Creo que desde ahora sería lógico para la Unión Europea monitorizar activamente la situación en Cataluña”, añadió.
Por más que ningún organismo internacional haya querido prestar atención pública a la cuestión catalana, el diálogo con el Gobierno podría volver a asomar. Para intentar forzarlo el independentismo buscará mantener movilización en la calle. Todo para llamar la atención europea. Algunos dirigentes del Ejecutivo catalán incluso dan credibilidad a la apuesta por una gran huelga general, que hoy por hoy no secunda ningún sindicato de los mayoritarios. Esta idea, con grandes defensores en la CUP e incluso en ERC, no genera ningún entusiasmo en las filas del PDeCAT.
Con todo, abrir una vía de negociación urgente permitiría a Puigdemont contener, al menos temporalmente, a quienes piden declarar ya la independencia y dar un margen para que se calmen los ánimos. La operación no garantizaría paralizar nada ni arreglaría la situación, pero daría un margen de tiempo para que los que no ven claro declarar la independencia sin un mandato electoral claro puedan actuar. El problema, admiten las fuertes consultadas, es que todos los puentes con el Gobierno central están dinamitados. Habrá que empezar desde cero.

El adelanto electoral como respuesta

El Gobierno y los partidos contrarios a la independencia han pedido reiteradamente los últimos meses que la Generalitat abandone la vía secesionista y convoque elecciones. Esta idea, aunque nunca lo confirmen públicamente, no está ni mucho menos descartada en la agenda de los partidos que gobiernan Cataluña. Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT, la formación del president Carles Puigdemont, lo insinuó la semana pasada. Pascal admitió que la independencia solo se puede declarar a través “de un referéndum o de un mandato democrático”, concepto, este último, que en medios políticos catalanes se interpretó como unas elecciones. El problema que tiene el partido de Puigdemont para estos eventuales comicios es que ni tiene candidato —el actual president no quiere continuar— ni ninguna encuesta a favor. La única salida que le quedaría ante el electorado independentista es repetir la coalición con Esquerra Republicana con la promesa de proclamar la secesión si tienen mayoría.

Referéndum Cataluña. 1 de octubre. Proceso telemático con el DNI.

Ya que el Gobierno de España, el Ejecutivo, no ha querido querido detener a los responsables de estos delitos de rebelión y sedición. Que no ha querido aplicar el art. 155 del la Constitución, ni emplear la violencia, lo único que queda son soluciones practicas, como la de APAGAR LA LUZ ELÉCTRICA en los colegios que hayan podido abrir y poner urnas. O al menos recitar la urnas por la fuerza.
La pasividad de los Mossos d`Escuadra se veía venir, se sabía. Se han dedicado a levantar actas.
Y me pregunto, entonces que hacen concentrados 10.000 Policias Nacionales y Guardia Civil. ¿Para qué ha ido? Esperemos qe a lo largo de este triste día de 1º de octubre nos salgan con alguna sorpresiva actuación, y se cumpla la palabra del presidente Mariano Rajoy, que dijo que el referendum no se iba a celebrar.

Yo comprendo que a los separatistas hay que darle su día de fiestas, ese referéndum que llevan reclamando años, un referendum por cojones contra todas las leyes. 

El día 2 habrás heridos, espero que ninguna victimas. Y se empezará a condenar a los culpables.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Alicante. Manifestación contra el referendum. Cataluña es España

La manifestación por la unidad de España invade La Rambla de forma espontánea

30.09.2017 | 16:16
La manifestación por la unidad de España invade La Rambla de forma espontánea

Desde las 11:45 de la mañana la concentración se ha reunido en torno al ayuntamiento; acto seguido y sin que se esperara se dirigió al cuartel de la Guardia Civil.

Alrededor de 1.000 personas, según datos de la Policía, se han manifestado esta mañana en la Plaza del Ayuntamiento de Alicante en favor de la unidad de España. Desde las 11:45 de la mañana la concentración se ha reunido en torno al ayuntamiento con banderas nacionales y gritando en favor de la unidad del territorio español.

Acto seguido, pese a que se esperaba que la concentración se limitara al espacio de la Plaza del Ayuntamiento , la manifestación se dirigió a La Rambla y puso dirección al cuartel de la Guardia Civil situado en la calle San Vicente como muestra de apoyo a su trabajo en la intervención del referéndum convocado por el gobierno catalán sobre la autodeterminación de Cataluña. Ambas vías han tenido que ser cortadas al tráfico de manera puntual.

La manifestación improvisada acabó finalmente frente al cuartel de la Guardia Civil, a pesar de la intención de los participantes de continuar hasta la Montañeta. Dado que no contaban con el permiso procedente, la Policía Local les informó que no podía acompañarlos hasta este último lugar.

"Desnacionalicen, por favor", Por Eduardo Medina en El País

Desnacionalicen, por favor

Es de esperar que voces de la izquierda que no se dejen atrapar por el narcótico y simplificador discurso de las naciones participen en la conversación que debe surgir el 2 de octubre para solucionar la crisis en Cataluña


“Nunca en mi vida he amado a ningún pueblo ni colectivo… El único amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas”. Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén.

En Euskadi, lugar del que procedo, son muchas las personas que, ante la pregunta de qué somos, responderían convencidas que somos una nación.
Siempre he tenido por quienes responden así un enorme respeto. Son capaces de ver lo que yo no veo, sienten un tipo de amor por una pertenencia nacional que yo no conozco. Una pertenencia de bases románticas que se establece sobre una consciencia de pueblo y que produce emociones y dota de certezas. Es un tipo de amor para el que, como digo, nunca he estado nada dotado.
La existencia de una visión republicana o liberal de la pertenencia ofrece alguna alternativa interesante en este campo. Por ejemplo, la descripción de nuestra dimensión colectiva sin el peso de los grandes dogmas particularistas de los nacionalismos, la concepción de una sociedad abierta, su conformación de forma secular y racional sobre el principio de ciudadanía.

El ámbito de pensamiento de la izquierda siempre ha concebido la realidad colectiva de esta manera laica, respetuosa con el ámbito íntimo de cada persona, de su derecho a definirse y sentirse como cada uno quiera sobre la pauta liberal de que el Estado ni entra ni cuestiona ni pregunta sobre todo aquello que compete en exclusiva a cada uno de nosotros. De la misma manera, la izquierda política es también una rebeldía contra quienes se han erigido en los únicos intérpretes de los sentimientos de pertenencia colectivos, en los que se presentan como los únicos dueños de la definición de lo que somos.

Desgraciadamente, esa rebeldía ante quienes se erigen en los únicos intérpretes de la narrativa colectiva sobre quiénes y qué somos se echa últimamente en falta en los principales representantes políticos de la izquierda española.

Es verdad que una comprensión abierta del concepto de pluralidad suele ser una idea aconsejable en estos tiempos complejos en los que el ser humano lleva desarrollándose en las últimas décadas en Europa. Es un enfoque que ayuda mucho en la comprensión y la aceptación de que existe quien defiende la pervivencia de particularismos de distinto tipo y la existencia de múltiples naciones definiendo el espacio público.
España no tiene definición unívoca y alguien debería defenderlo.
Pero la defensa del derecho de estos a hacerlo no debería conllevar que lo establezcan como propio quienes interpretan en claves de izquierda la realidad en la que vivimos. Es el marco mental de otros, la ventana con la que otros miran el mundo, no con la que debería mirar la izquierda.

Si todas las fuerzas políticas de izquierda definen la realidad de nuestro espacio público como una suma de naciones, ¿quién defenderá lo que somos? Una sociedad abierta de ciudadanos y ciudadanas libres e iguales en obligaciones y derechos de ciudadanía.
Las reivindicaciones de patria, de soberanías plenas, cerradas, la definición del mundo a través de un nosotros y un ellos, el establecimiento de fronteras de diferenciación es la agenda de otros. No debería ser la de la izquierda, que no puede caer en la trampa de renacionalizar realidades que ya son innegablemente posnacionales o transnacionales. 

Después del domingo, el reto de la izquierda es estabilizar la convivencia en nuestro país
Será necesario a partir del día 2 de octubre que en la conversación política que surgirá en nuestro país para contribuir en la solución a la grave crisis abierta en Cataluña haya voces en la izquierda que no se dejen atrapar por el narcótico y simplificador discurso de las naciones. Porque España no tiene definición unívoca y alguien debería defenderlo. No sé qué era hace cinco siglos o hace dos, pero la España de hoy y la de mañana ni tiene definición unívoca ni es tampoco la descripción de múltiples naciones.
De entrada, es innegablemente una sociedad plural y está compuesta por ciudadanos y ciudadanas. La prioridad de la izquierda no debería, por tanto, orbitar alrededor de los derechos de las naciones, no debería aceptar el establecimiento de supremacías identitarias, de jerarquías sentimentales sobre lo que somos en unos territorios o en otros. Este es el argumento de los nacionalismos, no puede ser el de una izquierda moderna.

Convendría que su discurso y su reivindicación se centrara en que todos esos ciudadanos y ciudadanas plurales vivan siendo iguales en el campo de las obligaciones y de los derechos. Y que lo hagan en una sociedad cohesionada sin la enorme disparidad de renta per cápita por territorios existente en la actualidad en nuestro país.

Es de esperar que esa línea argumental, republicana, liberal y socialdemócrata sea defendida por voces de la izquierda política española ante el reto de estabilizar la convivencia en nuestro país a partir del día 2 de octubre. Convivencia que, en sociedades complejas y plurales, no tiene solución en términos de respuesta a un problema. Es en sí misma problemática porque son múltiples las formas de entender la vida que conviven en un espacio público de 48 millones de habitantes. Porque dentro de nosotros mismos habitan y colisionan muchos y muy dispares intereses. Porque conviven distintas lenguas y sentimientos, creencias religiosas y opiniones políticas. Porque hay puntos de vista a veces similares y a veces antagónicos. Porque esa pluralidad cada vez mayor es la que nos explica y la que nos define, la que hace inverosímil, incompleta e imposible la reducción a una simplificada definición romántica, de carácter nacional, lineal y certera, de todo lo que esta sociedad es en su conjunto. El principio de una idea amplia de ciudadanía —amplia en derechos y obligaciones— en el marco de una sociedad abierta es lo único que puede hacer viable la convivencia cívica en nuestro país para las próximas generaciones de ciudadanos. Y alguien debería defenderlo.
La definición cerrada de nación, el argumento de patria, sostenida en sentimientos descritos como superiores y con pretensión de jerarquía sobre otros es lo que describen los ojos de algunos. Desnacionalicen, por favor. Esa no puede ser la descripción de una izquierda racional, cívica y moderna.

Las urnas chinas de referéndum ilegal




 

Las urnas chinas del referéndum se usan en China cubos de basura. Es una vergüenza denigrante votar en estos cubos, hasta qué punto de bajeza ha llegado la mentalidad infantil de Oriol Junqueras. Unos cubos que no sabemos no de qué material están hechos, ni que controles sanitarios han pasado. Lo que podría ser una importación fraudulenta, por lo declarar en los manifiestos la verdadera mercancía. En fin un desbarajuste legal de tres pares...
¿Dónde queda la dignidad?  ¿Dónde queda el orgullo? Estos cubos-urnas de basura son como poner al abuelo a comer en un plato de plástico. ¡Qué bajos han quedado los del Gobierno catalán! Estos mentecatos son los que pretenden representar una república con cabida en Europa.
De verdad que vergüenza, que denigración darle validez a un referéndum ilegal con urnas chinas. Parecen mendigos. Esto es como darle de comer a los cerdos.
Pero adónde han llegado los catalanes independentistas. El mundo se ríe de ellos. Es que si yo fuera Guardia Civil, no me mancharía las manos en retirar estos cubos de basura que pueden estar contaminados, que lo hagan los basureros o encargado de la limpieza con guantes y mascarillas.
Qué forma tan estrepitosa de humillar a los catalanes. Y encima para más INRI, las muestran al mundo con su escudo. Un mundo que ahora se parten de risa.
Esta es la marca catalana, la imagen de república que quiten dar así mundo, la de las urnas chinas, porque no le dejaron comprar las de verdad.
Menuda humillación echar una papeleta en estos cubos de basura. Pero es que en realidad, en adónde va a ir el voto: a la basura.
Les ha salido a 5 € cada una, son unos 35.000 €. De donde ha salido este gasto. Por eso querían cobrar 10 € a los periodista en la rueda de prensa, para pagar las urnas, pero no les llega.  Esto se llama despilfarrar. Ninguna empresa española quiso fabricarlas.
Se debería hacer una manifestación de protesta por poner el escudo catalán en un mierda de cubo de basura. Dónde queda la dignidad ante esta humillación.
Estos cubos-urnas-humillantes, denigra a todos los catalanes. Como es posible tener a una Generalista con mentalidad infantil, del todo cien y del todo vale, con tal decir contra el Estado. Es increíble que una gente tan cívica, llena de valores de destino, ecologistas, tal solidarias y cultos hayan llegado a esta situación de bajeza y denigración.
Ya piden, en manifestaciones, la prisión de Puigdemont, el presidente se una parte de los catalanes: los independentistas retrógrados.
A mí me daría vergüenza echar un  voto de ciudadano en estos cubos chinos.

¿Cómo averiguaría donde están guardados estos cubos? Primero dando una recompensa al delator, y segundo llamando al embajador chino. Otra la de averiguar en qué barco llegaron. La Aduana debe tenerse los manifiestos de los contenedores en las que vinieron y donde se guarda, bien en la zona Franca o en un almacén de los chinos. Es posible que las urnas se lleven en furgonetas de los chinos. Estoy absolutamente seguro, que hoy sábado, la Guardia Civil, descubrirá su almacenamiento.



Ramón Palmeral.
30 de septiembre 2017


No ir a votar para decir no.

Si vas votar para decir no en el referéndum estas participando, y tu voto cuenta como participación en una consulta. Y si te abstienen es lo  mismo que participar.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Despliegue de banderas en Alicante, y en toda España

Las ventas de enseñas españolas se disparan en la provincia a raíz del conflicto independentista de Cataluña

29.09.2017 | 05:37
 
Despliegue de banderas
Las empresas de confección reciben más pedidos de comercios para atender la demanda de vecinos que las colocan en las fachadas de sus viviendas.
El conflicto de Cataluña ha despertado un sentimiento patriótico en la provincia de Alicnate. Durante las últimas semanas, conforme se ha ido crispando el ambiente en torno al conflicto independentista catalán, los pedidos que llegan a las empresas que confeccionan banderas han ido en aumento. Una de estas firmas está asentada en Elche Parque Empresarial, donde reconocen que los encargos de banderas españolas que realizan los establecimientos han crecido a la vez que se ha ido aproximando la fecha del referéndum impulsado por la Generalitat de Cataluña y que ha suspendido el Tribunal Constitucional.

Durante las últimas semanas, las máquinas de coser de la empresa ilicitana Banderalia han tenido que preparar hasta un 15% más de banderas nacionales de lo habitual. En España, explica el gerente de la firma, Antonio Rodríguez, no es habitual que los ciudadanos compren enseñas nacionales, como sí ocurre en otras zonas del mundo, como, por ejemplo, Estados Unidos, donde no resulta nada extraño que cada familia tenga una bandera en el jardín de su vivienda.
Sin embargo, basta con salir a la calle estos días y comprobar que en ciudades como Alicante y Elche se ven colgadas en balcones y ventanas más banderas españolas de lo que los entendidos en este menester consideran habitual.

Desde la firma ilicitana de confección de banderas apuntan que no han registrado grandes pedidos de banderas catalanas, ya que fabrican de todo tipo, pero sí de las nacionales, que también se venden mucho estos días en los establecimientos de la Vega Baja.
Las instituciones y colectivos han sido tradicionalmente los principales consumidores de este tipo de productos en España, por lo menos en la provincia, según los comerciantes. Pero ahora, con el conflicto catalán, se están vendiendo más banderas españolas de lo normal a particulares.

«Ya nos gustaría que esto fuese lo habitual, y que aquí los ciudadanos comprasen banderas asiduamente como hacen en Estados Unidos. Sería muy bueno para un negocio como el nuestro, pero creemos que es algo circunstancial», apuntaba Antonio Rodríguez, el gerente de la firma en la que en el último mes se han confeccionado multitud de banderas nacionales para abastecer el exceso de demanda.