ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

martes, 16 de abril de 2024

"La Guardia Civil en la guerra de África", por Ramón Fernández Palmeral

 

        (Guardia Civil en la batalla de Tetuán de 1860- Fragmento de un cuadro de Dionisio Fierro)

 

 

 

HISTORIA DE LA GUARDIA CIVIL EN LA GUERRA DE ÁFRICA

 

     Ramón Fernández “Palmeral”

 

La presencia de la Guardia Civil en el norte de África (Marruecos se independizó en 1956) fue permanente a partir de  las primeras campañas de Marruecos entre 1859-1860,  en la que fueron enviadas  70 hombres de Caballería y otras 75 de Infantería de la Guardia Civil,  mandados por un capitán, oficiales y suboficiales, organizados en una compañía y escuadrones, en total 178 hombres, para unirse a tres cuerpos de Ejército de soberanía de un total de cuarenta mil hombres, al mando del general Leopoldo  O´Donnell, conde de Lucena, a la sazón Presidente del Gobierno y Ministro de la Guerra en el reinado de Isabel II.  El objetivo era la conquista de Tetuán (zona de Yebala) que tenía una importante población de origen andaluza. La guerra concluyó tras la batalla de Wad-Ras. Aunque otros historiadores opinan que fue una maniobra de invasión y distracción para acallar la intrigas palaciegas y los pronunciamientos de algunos militares.

Tenemos testimonios sobre los importantes  servicios de  la Guardia Civil a través de los escritores Pedro Antonio de Alarcón en su Diario de un testigo de la guerra de África,  Editorial Gaspar y Roig, Madrid, 1859, (que contiene abundantes ilustraciones) o la obra del corresponsal de Las Novedades, Gaspar Núñez de Arce. Ambos elogiaron la bizarría, valor y disciplina de estos veteranos soldados que se entregaron bravamente a la misión encomendada bajo el principio irrenunciable que les legó el Duque de Ahumada en el artículo primero de su Cartilla Militar: «El honor ha de ser la principal divisa del Guardia Civil, debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás».

 

  Famosa fue la batalla de Tetuán. El 1 de enero de 1860, el general Prim avanzó en tromba hasta la desembocadura de Uad el Jelú con el apoyo al flanco del general Zabala y el de la flota que mantenía a las fuerzas enemigas alejadas de la costa. Las refriegas continuaron hasta el 31 de enero donde fue contenida una acción ofensiva marroquí. O'Donnell inició la marcha hacia Tetuán, con el apoyo de los voluntarios catalanes, arrolló a 35.000 marroquíes. Recibía la cobertura del general Ros de Olano y de Prim en los flancos. La presión de la artillería española desbarató las filas marroquíes hasta el punto de que los restos de este ejército se refugiaron en Tetuán, y cayó el 6 de febrero de 1860, donde tenemos testimonio pictórico de Dionisio Ferrer de un guardia civil a caballo.

 

Otros libros más recientes es el de Carlos Canales, Editorial Medusa, y comentado por Dani Alfonsea, octubre 2001, nos informa:

 

 «La Guerra de África saca del cuasi-olvido una guerra que podría considerarse la última guerra romántica de España. Fue éste un conflicto breve, pero sangriento, con auténticas batallas campales contra el ejército del Imperio de Marruecos, a diferencia de los diversos enfrentamientos fratricidas librados en la Península o los interminables combates contra las guerrillas rebeldes en otros conflictos exteriores».

 En realidad el llamado Imperio de Marruecos, que dice Carlos Canales, no existía, ya que Marruecos era un entramado de sultanatos de los saadí, los alauitas, una serie de cabilas, siempre rebeldes a una ocupación como Ceuta y Melilla, las cuales pertenecen a España desde el mediado del siglo XVI, y anteriormente a los portugueses. No se independizó hasta 1956 cuando Francia y de España de la dieron.

A la Guardia Civil en Marruecos le constan hechos de guerra y bizarría en sus misiones durante su peculiar servicio de orden público:  distribuidos por parejas ponían orden en los zocos, alrededores de las mezquitas, mantenían a raya a los ladrones y descuideros además ejercían el servicio de policía militar en los campamentos del ejército español, más de los servicios de escolta al propio conde de Lucena, comisarios o altas personalidades, puesto que eran los únicos militares profesionales de absoluta confianza del mando, los soldados más disciplinados imbuidos del espíritu de su fundador (El Duque de Ahumada y de las Amarillas ), basado, fundamentalmente en el honor y la disciplina.  Las demás  tropa del Ejército procedían del reclutamiento forzoso o de reemplazo.  La victoriosa campaña sobre Tetuán concluyó con un desfile militar en Madrid, la Guardia Civil tuvo el honor de encabezarlo. Estas victorias le valieron al general  Leopoldo O´Donnell el título de duque de Tetuán, y más tarde nombrado Presidente del Consejo de Ministros.  La Guardia Civil se quedó en Ceuta desde 1859.

 El tema pictórico de la Guerra de África  tuvo un gran éxito entre los pintores de la época. Podemos mencionar entre otros a Mariano Fortuny,  Eduardo Rosales, Vicente Palmaroli, Ricardo Balaca, Dionisio Fierros, o Francesc Sans.

 

 

                     (Batalla de Tetuán de 1860, por Dionisio Fierro, pintado en 1894 ante de su muerte)

 

Otro episodio glorioso fue la batalla de Wad-Ras o Wad-Rás, ​ también llamada de Vad-Ras o Gualdrás (wad-ra's 'cauce', 'valle alto'), fue un episodio bélico ocurrido el 23 de marzo de 1860 dentro de la campaña de Marruecos (1859-1860) que, junto con las batallas de Los Castillejos y Tetuán, completó la actuación de España en el norte de África para reducir las hostilidades de las bandas kabileños contra la plaza de Ceuta. La dirección del tercer proyecto de los leones de la Cortes  volvió a recaer sobre Ponciano Ponzano. El 23 de marzo de 1860, el Ejército español consiguió una gran victoria en la batalla de Wad-Ras, en la Guerra de África, tomándose unos cañones al enemigo. Tales cañones se entregaron a Ponciano para hacer los leones del Congreso, siendo fundidos en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla en el año 1865, con operarios de la Fábrica de Artillería de Trubia y de Sevilla.

 

 La Guardia Civil de Ifni

 La soberanía española  de Sidi Ifni quedaba reconocida por el sultán de Marruecos mediante el Tratado de Wad-Ras, firmado el 26 de abril de 1860. Por causas políticas y las contradictorias interpretaciones de la histórica ubicación de Santa Cruz de la Mar Pequeña, en 1883 ambas naciones establecieron que Sidi Ifni correspondía a la plaza fuerte  castellana del siglo XV de Santa Cruz de la Mar Pequeña (desde la conquisra de las Islas Canarias en tiempos de los Reyes Católicos en 1476) a la que refería el Tratado de Wad-Ras. Definiticamente se ocupó en 1934 de la Segunda República, en el gobierno de Lerroux y creo la Guardia Civil de Ifni.  De perdió en la Guerra de Ifni de 1959.España y Marruecos firmaron el 1 de abril de 1958 los Acuerdos de Cintra, por los que se cedía Cabo Juby (con capital en Villa Bens, actual Tarfaya) a Marruecos en junio de 1958, en cumplimiento de los acuerdos de independencia de Marruecos en 1956.

 

La Semana Trágica de Barcelona

Tras la Conferencia de Algeciras celebrada en enero de 1906, representada por doce naciones Francia y España, se decidieron una serie de reformas, respetando la soberanía de Marruecos,  en la que, al legitimarse la «protección o administración» europea sobre el citado país, se dio luz verde a las aspiraciones españolas, que fueron sin embargo recortadas, debido a la pugna imperialista que enfrentaba a Francia, Inglaterra y Alemania. No se cumplieron los acuerdos, y, a consecuencia de ello se rebelaron las cabilas marroquíes, y como represalia se produjo el bombardeo francés de Casablanca en julio de 1907. Esta zona atlántica marroquí fue ocupada por Francia hasta 1963 en que le dio la Independencia. España Tenía Larache, Sidi Ifni, Cabo Yuby y el Sahara Español.

La guerra de Marruecos se reanudó otra vez tras la emboscada o encerrona a las tropas españolas por las cabilas rifeñas en el  Barranco del Lobo en 1909, cerca de Melilla, donde perdió la vida el general Guillermo Pintos Ledesma, oficiales y decenas de soldados e importante material de guerra. Como era de esperar el gobierno español propuso una campaña de castigo y represalia a los supuestos rebeldes rifeños. La incorporación de reservistas y soldados de cuota (cantidad de 2.000 pesetas que pagaban los soldados adinerados por librarse del reclutamiento o contratar a un sustituto),  ocasionaron profundo malestar y huelga general y dio lugar el 26 de julio de 1909 a la Semana Trágica de Barcelona. M. Tuñón de Lara en su libro El Movimiento obrero en la Historia de España, escribe:

 

El saldo trágico de aquellos días era: tres muertes y 27 heridos por parte del ejército de seguridad; una muerte y 46 heridos de la Guardia Civil; 82 muertos y 126 heridos de la población civil (102 muertos según fuentes no oficiales); cuatro muertos y 18 heridos de la Cruz Roja.  Los detenidos eran casi un millar. El 13 de agosto fueron fusilados los obreros José Miguel Baró, Antonio Malet, Ramón Clemente y el guardia de seguridad, Eugenio del Hoyo, que había hecho causa común con los insurrectos. Francisco Ferrer fue detenido y acusado, con pruebas más que dudosas, de «autor y jefe de la rebelión». Ferrer, que no era ni podía ser dirigente de nada, fue la víctima expiatoria. Condenado a muerte, Maura se negó a que el rey otorgase indulto. La Cierva dijo que «iba a liarse la manta a la cabeza», e hizo declaraciones como ésta: «La fiera está en el cubil; la tenemos acorralada; hay que hostigarla para que salte y acabemos con ella.»... y para ello envió de gobernador de Barcelona a un amigo personal suyo, Crespo Azorín. El 13 de octubre era ejecutado Ferrer, y la indignación se extendió por todo el país y por Europa y el mundo entero.

 

 La llamada Semana Trágica terminó con la caída del presidente de gobierno Antonio Maura, jefe del partido Conservador, por la muerte de cinco soldados y unos cien civiles muertos.  Restablecido  el orden  y reiniciado el conflicto bélico en el Norte de Marruecos,  el alto mando solicitó nuevamente los servicios de la Guardia Civil, esta vez acudió con un importante contingente, que con los que ya existían destinados en Ceuta y Melilla, arrojó un total de 5 oficiales, 95 de Infantería y 35 de Caballería para Ceuta, y 2 oficiales y 21 guardias para la de Melilla  en tres Puestos: Mar Chica, Tres Forques y Gurugú.

 En 1911 empezó la campaña del río Kert, límite o frontera del que se había acordado no pasar por aparte de ambos bandos. El general Berenguer creó una Unidad de mercenarios marroquíes destinada a la vanguardia, con el nombre de Fuerzas Regulares, al mando de oficiales españoles (estos iban a caballo). Hubo también un nuevo aumento de fuerzas de la Guardia Civil.  El periódico el Telegrama del Rif, fundado en 1902 por Cándido Lobera, comandante del ejército y periodista, llamó al jefe sublevado «Santón Abmisían», nombre de Mohamed Amezián, considerado shrif o noble nacido en San Juan de las Minas al oeste de Nador. En mayo de 1912 el «Santón Abmisián» calló acribillado por las Fuerzas Regulares Indígenas, al creer que no iba a ser atacado por los mercenarios marroquíes.

Finalmente, el Protectorado español de Marruecos fue instaurado en 1912.  España se encargó de la región del Rif, (zona montañosa al Norte de Marruecos, y el resto del territorio gestionado por Francia).  Sin embargo, desde una fecha anterior, 1909, hasta 1927, el Protectorado hispano-francés estuvo seriamente comprometido por la resistencia de los rifeños a aceptar el dominio español en la zona de conflicto, lo que se tradujo en violentos enfrentamientos que produjeron innumerables bajas para la población.

Para evitar la expansión francesa en la zona atlántica fueron ocupadas las localidades portuarias de Larache, Arcila y Alcazalquivir en el interior que comunicaba con Tetuán. Tánger quedó bajo un régimen de administración internacional, años en los que aparece en escena Ahmed El Raisuni, instalado en su refugio de Tazruf en la cabila Beni Aaros, reticente por no haber sido nombrado jalifa (gobernador supremo dependiente del Sultán, el califato se pretendía establecer en Tetuán). Se cometen unos secuestros en Tánger y sus alrededores, el primer secuestrado fue el hijo de un armador inglés llamado Perdicaris, un millonario norteamericano de origen griego,  y también secuestraron a un británico consejero del sultán Abd-El-Azís. Cuando el presidente norteamericano Theodore Roosevel tuvo noticias del secuestro, sentenció a la manera que le era propia a los norteamericanos: Perdicaris vivo o Raisuni muerto.

El Raisuni declara la guerra contra los intereses españoles entre Larache, Arcila, Alcazalquivir y Tetuán. Se celebró una entrevista entre el Raisuni y el general Manuel Fernández Silvestre en Tánger en febrero de 1913, no llegaron a un acuerdo, como si el interés por continuar la guerra les fuera más rentable.

 

En 1915 las fuerza de la Comandancia de la Guardia Civil en el Protectorado de Marruecos, se componían de un comandante, tres capitanes, 12 tenientes y 344 clases y tropa que tuvo destacada actuación en la ocupación de Xauen en octubre de 1920, entraron en la ciudad escoltando al general Berenguer, como puede verse en un cuadro  del pintor impresionista granadino Ariola Bertuchi (1884-1955), entrando a caballo por las puertas de la ciudad Marroquí.  Desde marzo de 1921 la Comandancia de marruecos tenía 4 compañías de Infantería con cabecera en Ceuta, Tetuán, Melilla y Larache, con un escuadrón de caballería en Ceuta y dos secciones, una en Melilla y otra en Larache.

 La Compañía de Melilla, estaba mandada por el capitán José García Agulla, contaba con la plantilla más reducida, tan sólo 75 hombres, compuesta por dicho capitán, 2 tenientes, 1 alférez, 46 clases de tropa de Infantería. El teniente Fresno era el jefe de Línea de Nador cerca de la Mar Chica.

 

 

 

                                                (Apunte de un militar por Fortuny)

 

2.- Contexto histórico

 

 Entre 1890 y 1893 hubo agresiones por parte de Marruecos a Melilla y a las plazas de Ceuta y Tánger. También conocida como «Primera Guerra del Rif» o «Guerra de Margallo»,  entre 1894 y 1893  cuando Melilla fue atacada por los kabileños que se oponían a la construcción entre los años 1885 al 1893 de los fuertes de  Rostrogordo y Cabrerizas Altas en las cercanías del cementerio musulmán de Sidi Guariach, cerca de un morabito, un lugar sagrado o marabito para los musulmanes de la zona. Tras la muerte del general Margallo en octubre de 1893, se envió una sección de la Guardia Civil de Madrid a Melilla, se preferían soltero o viudos son hijos, y, desde entonces la Guardia Civil está en Melilla.

 El convenio franco-español sobre el Protectorado de Marruecos, del reparto le tocó a España la parte Norte del Rif,   la ocupación real  no se inició hasta 1912, ese año el rey Alfonso XIII visitó el Rif,  Los franceses fueron muy ambiciosos cuando hicieron el reparto de Marrueco, ellos se quedaron con la zona Suroeste más rica y poblada, y a España nos dejaron el Norte con las rocas desérticas del escarpado Rif.

 En las revistas Blanco y Negro (halladas en el viejo horno de la Acebuchal) aparecen las fotos de los oficiales fallecidos en Marruecos, pero no hay fotos de soldados, la respuesta puede ser que el Ejército, por premura y economía, no  hacía fichas con fotos a los soldados, eran de reemplazo forzoso.  En el número 1.576, de dicha revista,  hay una foto central de un bigotudo general, al pie “Comandante General de Melilla D. Manuel Fernández Silvestre, muerto frente al enemigo en la  población”  Cuando en realidad nada se supo de él. En la misma revista fotos de las operaciones contra Beni Aros y otras dos fotos de embarque de ganado y material de guerra en los puertos de Sevilla y Cartagena.  En el número 1.587, más fotografías de la guerra de Marruecos, posición de Atlaten.  También hay una crónica firmada por un corresponsal bajo seudónimo Aemece, (AMC) escribe literalmente:     “...El asalto al Gurugú por la columna del general Sanjurjo resultó relativamente fácil. El avance tenaz de los nuestros, favorecido por los efectos de pánico entre los moros, hicieron lo demás, y la bandera española se izó de nuevo, arrogante y gloriosa, en las crestas del macizo...”   “...Abd-el-Krim, el caudillo de las masas salvajes de la rebelión, había asistido desde cerca al espectáculo de la derrota de los suyos en las lomas de Atlaten y los valles de Segangan.” 

   También aparecen fotos de oficiales muertos, entre ellas la del teniente de Intendencia D. Ricardo Iglesias Gonzáles, muerto en la fábrica de harinas de Nador.   En el número 1.590, arco de la entrada al cuartel de Monte Arruit, con soldados muertos de la columna que fue del general Navarro. Y en las sucesivas páginas nueve fotos de oficiales muertos, nunca de soldados, se ve que esas fotos no las tenían en los archivos del Ministerio de la Guerra.

 La Primera guerra del Rif, es una campaña que tuvo lugar entre 1893-1894. En este caso, la lucha no fue contra el sultanato de Marruecos, como había sucedido 34 años antes en la llamada Guerra de África de 1859 a 1860, sino contra las cabilas que rodeaban Melilla. También se llamó la «Guerra de Margallo» por el nombre del apellido del gobernador de Melilla, debido a las tensas relaciones entre españoles contra la harcas del Sultánde Marruecos al comenzar la construcción de una fortificación cerca de la tumba de una persona santa musulmana.

 La Guerra de África provocó La  Semana Trágica en Barcelona, de Julio de 1909, donde hubo un instigador masónico el “Hermano Cero”  o Francisco Ferrer Guardia, fundado de la “Escuela Moderna”, nido de anarquistas revolucionarios según unos, y peligrosos según la Iglesia y la alta burguesía catalana porque sus enseñanzas eran laicas y además las clases eran mixta (alumnos y alumnas juntos).

 Al Presidente del  Gobierno Allendesalazar, vasco para más señas y cabeza de turco, le costó el cargo y fue sustituido por Antonio Maura.  El general de división Juan Picasso González (primo hermano del pintor malagueño) fue nombrado juez togado instructor para el esclarecimiento de los hechos y dar a entender que el general Fernández Silvestre, africanista, era un inepto de la Corte, y que no oyó los consejos de los Coroneles y demás Oficiales a sus órdenes.  No se pueden obviar los principios fundamentales del arte de la guerra: la voluntad de vencer, la libertad de acción y la capacidad de ejecución, pero sobre todo la información

 Uno de los muchos errores que cometió España en el Protectorado, fue no tratar a los rifeños como iguales, y en lugar de una explotación colonial haber realizado un programa de integración, mediante el respeto de sus leyes, religión, lengua y costumbres. Cuya opinión lo refrenda el escritor Lorenzo Silva, de su libro Del Rif a Yebala:

 

    «En 1921, poco después del desastre, un antiguo médico de la Compañía de Minas del Rif, Víctor Ruiz Albéniz, resumía así la aventura española en Marruecos:

 

«Nosotros lo hemos hecho así: hemos ido al Rif, hemos luchado en el Rif, hemos vivido en paz en el Rif, y todavía no sabemos nada del Rif ni de los rifeños; así nos está saliendo la descabellada empresa en que nos vemos metidos».

 

 

 

 

   3.- El desastre de Annual

 

El comandante general de Melilla era Manuel Fernández Silvestre, que desoyendo las sugerencias de sus oficiales asesores, y deseoso de agradar al Rey Alfonso XIII con una importante victoria militar para acallar a la oposición, realiza una incursión muy arriesgada a unos 90 kilómetros al Oeste por las montañas del interior, intentando llegar a la ciudad de Alhucemas, territorio de los Beniurriagel  por las montañas.

 

  

 Tomo notas del Expediente Picasso:

 

 ...arriesgada incursión en la kábila de Tensamán, sobre la izquierda del río Amekran, raya virtual por entonces de la zona sometida, en demanda del áspero contrafuerte de cabo Kilates, con decidido propósito de alcanzar el río Neckor y la bahía de Alhucemas, y que en su primera etapa se traduce en efímera ocupación de monte Abarrán, sin preparación ni medios adecuados, prólogo de la catástrofe provocada en aquel territorio. 

 

 Hasta Annual, localidad situada  a unos noventa kilómetros al oeste de Melilla, establece su cuartel general en la ribera derecha del barranco de Aghzar Ameqrán o Amkrán, en un llano, sin fortificación, se vio atacado por el rifeño rebelde Abd-el Krim el Jatabi natural de Axdir, de la cabila de Beniurriagel nombrado emir del Rif; más varios dirigentes históricos reunieron una importante fuerza de las cabilas en nombre de la  yihad o guerra santa y en los días 16 y 17 de Julio de 1921 ocurrió el desastre militar español.

  Las fuerzas españolas fueron atacadas por las harcas rifeñas, cercados, y, sin alimentos ni agua, pasando mucha hambre y sed, se produjo una desorganizada retirada en la que murieron según unos autores: diez mil hombre, otros dice que nueve mil. Tras una desorganizada retirada del monte Arrabán, territorio de Tensaman, se refugiaron en el campamento del Monte Arruit. El expediente del general de división Juan Picasso González, fechado el 18 de abril de 1922   no arroja luz sobre el número total de víctima. Saco algunos datos del informe:

 

   ...el mando no tenía confianza en los subordinados, y lo que acaso fue origen de la desbandada que siguió  a la evacuación, puesto que los mismos que habían de dirigir a la tropa se encontraron sorprendidos y desorientados ante un acto que ni podía suponer, ni creemos que tenga antecedentes, ni aún que pueda tener repetición en la historia militar.

 

En las cuatro horas aproximadas que duró el desastre murieron un total aproximado de 2.500 españoles, a los que hay que sumar  1.500 en total, de las posiciones de Talilit, Dar Buymeyan, Intermedias B y C, Izumar, Yebel Uddia, Mehayast, Axdir Asus, Tuguntz, Yemaa de Nador, Halaun y Morabo de Sidi Mohamed, todos muertos. Quedaron 692 prisioneros españoles de los que sobrevivieron 326. A su regreso a España no fueron recibidos por el rey Alfonso XIII. En realidad es que se desconoce con exactitud cuándo soldado tenían, ni cuántos murieron.

 Unos autores aseguran que el general Silvestre se suicidó, suceso improbable y, si es así por qué no apareció su cadáver, otros aseguran y es la versión más creíble que fue torturado por los rifeños, se cree que  lo pasearon por las calles como trofeo de guerra, y luego quemaron su cuerpo para hacer desaparecer las pruebas del asesinato alevoso.

Tras esta importante victoria, las harcas rifeñas se dirigieron al fuerte del Monte Arruit, amurallado y con dos torres,  que servía de base intermedia entre Annual y Melilla, tenía una estación de ferrocarril. El 9 de agosto de 1921 estaba mandado por el general Navarro, y unos 2.800 hombres, muchos de ellos supervivientes de la retirada de  Annual. Tras un asedio se acordó la rendición bajo palabra de respetar sus vidas, y fueron hechos prisioneros –según el libro del periodista Luis de Oteyza Abd-El Krim y los prisioneros, Ciudad Autónomo de Melilla, año 2000. Un general, 42 oficiales, 411 suboficiales y tropa y 32 civiles.  Seis o siete meses después fueron liberados con un recate de 80.000 duros de plata (3.200.000) pesetas que aportó el industrial vasco Horacio Echevarría, más la devolución de una cincuentena de prisioneros rifeños. Tras el desastre de Annual y Monte Arruirt, la Prensa hizo leña como es de costumbre y juicios políticos, en el sentido de que si en África en vez de haber mandado a soldados inexpertos y mal pertrechados se hubieran enviado tercios de la Guardia Civil, con la décima parte si hubieran conseguido avances rápidos.

 Una novela imprescindible para conocer en profundidad lo sucedido y las miserias en los blocaos, basada en hechos reales, es Imán del periodista Ramón J. Sender.  También hubo traidores entre los españoles y rendiciones injustificadas. Francisco Franco o El Comandantín, como  le llaman sus compañeros por su juventud y baja estatura, también hizo sus pinitos de escritor en Diario de una bandera, llena de tópicos militares, sin valores literarios.

  De las culpas del desastre de Annual, tampoco se escapó de ser  censurado y acusado de negligencia por el Expediente Picasso el general Dámaso Berenguer, que herido en su orgullo se defendió de dichas acusaciones con el libro Campañas del Rif y Yebala 1919-1921.

La ciudad de Melilla se salvó, bien porque  Abd-el- Krim, Al-Jattabi no sabía de las debilidades de la ciudad desprotegida, o no quiso complicaciones internacionales o porque se lo impedían la resistencia de localidades cercanas como Zeluán, San Juan de las Minas, Segangan o Nador. La guarnición de  Zeluán   acudió al socorro del Monte Arruit, en Zeluán sólo quedaría un puesto la Guardia Civil que al quedarse sin municiones pactaron una rendición, los rifeños no lo respetaron el acuerdo y los degollaron salvajemente. Las distintas fuerzas no pueden replegarse y se refugian en  Nador, son cercados, cuentan con 184 combatientes, dos mujeres y dos niños, no tienen agua ni bebidas, además, el agua en Marrueco no se podía beber salvo arriesgándose a las fiebres palúdicas. Entre los defensores hay una sección de la Guardia Civil. El teniente coronel Francisco Pardo Agudín de Infantería organiza la defensa el teniente Ricardo Fresno Urzay, Jefe de Línea de Nador, el alférez Lisardo Pérez era el comandante de Puesto de Segangan, con guardias y soldados se hace fuerte en la torre de la iglesia de Nador, el resto toman la fábrica de harinas y electricidad, único edificio que ofrecía garantías de defensa. Resistieron diez días a base de galletas y sin agua, no sin antes demostrar actos de heroísmo por los guardias Callejón, Almárchar, Laureano Lozano y otros. 

Años después, el 25 septiembre de 1925 dos flotas españolas y  con ayudas de la aviación francesa desembarcaron en la bahía de Alhucemas unos 13.000 soldado, al mando del general Miguel Primo de Rivera,  y como jefe ejecutivo el general José Sanjurjo. Entre los jefes se encontraba el coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de Legión fue ascendido a general de brigada. Esta operación de desembarco mar-tierra, fue estudiada en 1945 por el general estadounidense Eisenhower para el desembarco de Normandía.

  Llegó la forzada paz y la desaparición del Emirato del Rif tras la rendición de Abd-El-Krim al ejército francés. Fue deportado autoridades  francesas a la isla de Reunión, cerca de Madagascar. España reclamó la extradición de Abd el-Krim, en vano. Se escapó de su confinamiento y murió en El Cairo (Egipto) en 1963.

 Francia y España le dieron la  independencia a Marruecos el 17 de abril de 1956.  Mohammed V llegó a Madrid el 4 de abril de 1956 y Franco le recibió al pie de avión. España reconoció la independencia  de Marruecos y su plena soberanía, excepto Infi, algunos islotes (Perejil). Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son territorios históricos españoles de propio derecho. 

 

En Ifni, desde 1934 

La Guardia Civil de Ifni

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   Por Decreto de 11 de Junio de 1934 se estructura la organización de la Administración y Fuerzas Militares de Ifni de la siguiente forma:

GOBIERNO GENERAL:

    A cargo del Gobernador General del Territorio, un Teniente Coronel ,responsable de los asuntos civiles y militares ante la Dirección General de Marruecos y colonias de la Presidencia del Gobierno

OFICINA DE ASUNTOS INDÍGENAS:

   A cargo de un Comandante, con carácter de Subgobernador del Territorio. Destinados en la oficina, directamente, 1 capitán, 1 teniente,2 interpretes de árabe, 1 de chalja, 2 funcionarios indígenas, 3 sargentos escribientes, 2 cabos escribientes., 1 Sargento y 20 Mezhanies, de ellos 10 montados, 1 conductor, un automóvil y 17 caballos. Esta oficina se ocupaba de todos los servicios políticos, militares, de policía, comunicaciones, obras, sanidad y administración del territorio.

Dependiente de la Oficina de Asuntos Indígenas:

   -Parque de Artillería, Servicios de Ingenieros, Sección de mar, Servicios de Intendencia y Servicios de Sanidad.

  -Guardia Civil de Ifni: 1 Compañía mixta organizada en 3 Líneas. Personal Europeo: 1 Capitán, 4 tenientes,1 brigada,3 sargentos,7 cabos y 5 herradores. Personal indígena: 2 alféreces,8 sargentos, 24 cabos, 4 cornetas, 164 guardias y 8 camelleros. Material y Ganado:62 caballos, 8 camellos y 4 fusiles ametralladores.

BATALLÓN DE TIRADORES DE IFNI.

  A cargo de un Comandante de Infantería, quedó organizado por Plana Mayor, 3 tabores de infantería, Mía de Zapadores, Mía de Máquinas y acompañamiento.

   Respecto a la Guardia Civil, la jefatura y plana mayor se estableció en Sidi-Ifni, la capital del territorio y heredera de la desaparecida Santa Cruz de Mar Pequeña. A medida que se encuadró e instruyó en sus nuevas misiones al personal indígena se fue procediendo a organizar los diferentes puestos que al igual que ocurría con los de España, cubrieron por demarcaciones todo el territorio de Ifni. En el primer despliegue fueron un total de 13: Sidi-Ifni, Sidi-Uarsak, Sidi-Borya, Hachz de Bifurna, Tenin de Ait-Izihur, Togunfel, Ait-Talaten, Id-Aixa, Tiliuin, Uggu, Sidi-Yennun, Arosi y Asaka.

   Según el Reglamento de Uniformidad para la Guardia Civil y Policía de Ifni (Orden Circular de 28 de Agosto de 1934),  La Guardia Civil y el Personal Militar dependiente del Gobierno y la Oficina de Asuntos Indígenas de Ifni, tenían el siguiente distintivo:

   Emblema llamado de Policía Indígena, en metal dorado, consistente en media luna horizontal y superpuesta a ella una Estrella de 5 Puntas este emblema se llevaría en  el cuello sobrepuesto al del Arma  o Cuerpo de procedencia (foto superior izquierda).

  La Guardia Civil de Ifni, se mantuvo hasta 1937 que fue reemplazada por la Policía Indígena en el 37 y su Plantilla fue muy reducida, 21 Europeos y 202 Indígenas.

  El 30 de junio de 1969, el Gobierno español cedió lo que conservaba de Ifni a Marruecos, en virtud del Tratado de Retrocesión firmado en Fez el 4 de enero de 1969.
 
 Todo el personal tenia derecho a un plus de aguada de 185 pts.anuales.


........................Epílogo..........

 En enero del 2005 el Rey Juan Carlos I visitó Marruecos y se entrevistó con el rey marroquí Mohamed VI, en un abrazo de cooperación económica y cultural, y han acordado fundar la Universidad de los Dos Reyes, cerca de Tetuán. Lo que es una muy buena noticia de buen entendimiento entre dos vecinos enfrentados a través de la historia.

 

 

 

Notas del libro: El héroe de Nador Amazon, de Ramón Palmeral

 

Alicante, 16 de abril de 2024

 

 

 

 

domingo, 14 de abril de 2024

Video de Palmeral. Cómo pintar un retrato con veladuras al estilo de Rembrandt, 16 minutos

Óloe de un retrato titulado. "El joven con la boina mirando por el espejo retrovisor". Tutorial de Ramón Palmeral. Alicante

 


 (Joven del siglo XVII con boina mirando por el espejo retrovisor). Ramón Palmeral 2024

 


"El duque de Ahumada, fundador de la Guardia Civil" , por Ramón Fernández Palmeral

 


El duque de Ahumada, fundador de la Guardia Civil

 

“Un noble al frente de la Guardia Civil”


 

Ramón Fernández Palmeral/en los 180 años de la fundación de la Guardia Civil

 

 

Introducción

Siguiendo mi artículo sobre los “180 años de la fundación de la Guardia Civil” en la revista Meer, publicado el 20 de marzo actual, considero oportuno ofrecer una breve reseña biográfica del II duque de Ahumada y V marqués de las Amarillas, un noble encargado de organizar el nacimiento de la Guardia Civil en abril de 1844, con objeto de complementar este ciclo conmemorativo de sus 180 años.

Como nuestro país, después de salir de una guerra civil carlista de siete años, carecía de total seguridad en las vías de comunicación asaltadas por bandidos, e incertidumbre en la vida rural y los campos, se impuso la necesidad preponderante de crear un Cuerpo armado de seguridad pública, no dependiente del ejercito sino de la autoridad gubernativa. Se eligió el nombre de guardias, ante el descrédito de nombres anteriores como celadores, gendarmes, milicias, miñones, mozos etc. Se eligió uno completamente nuevo como  de Guardia Civil se ha asigna a la reina Isabel II que no comprendía muy bien: “¿cómo una guardias armadas podían estar al servicio y bajo la obediencia de los poderes civiles?, pues de ser así ella, las llamaréis Guardias Civiles”.

 La nueva institución fundada por el duque de Ahumada, recibió el beneplácito del gobierno, debido a su innovador enfoque de propiedad compartida, es decir,  uniformes y caballos “eran propiedad de sus miembros”  lo que redujo significativamente los costes al Estado. Este sistema de autoabastecimiento  implicaba descuentos en los haberes mensuales  de los nuevos guardias y oficiales, muchos de ellos procedían del ejército tras haber participado en la primera guerra carlista (1833-1840). Este método de descuentos se registraba en una libreta llamada "Vestuario y Masita", práctica que perduró en la Guardia Civil hasta el siglo XX, hasta 1989. Sí, ciertamente, los guardias se pagaban  sus uniformes desde el famoso tricornio hasta correajes y botas.

El duque de Ahumada, además de fundar la Guardia Civil, organizó el Cuerpo Alabarderos como guardia pretoriana  de la reina Isabel II, (como se ha visto en dibujos de la época y en el regicidio del cura Merino en 1852). Su primer servicio destacado de la Guardia Civil lo llevó a cabo cuando tuvo el honor de escoltar el cortejo de la reina desde el Palacio Real hasta las Cortes en la Carrera de San Jerónimo el 10 de octubre de 1844, cuando la reina cumplía 14 años y se constituían las Cortes Generales, aunque un año antes, con 13 años, ya había sido declarada mayor de edad.  

Desde 1844, la Guardia Civil ha estado a cargo de la custodia, vigilancia y seguridad de la Casa Real, a través de la hoy Unidad Especial de Seguridad de la Casa de S.M. El Rey (UESCAR), con la excepción de los períodos de la Segunda República y la dictadura del general Francisco Franco, durante los cuales no hubo un rey como Jefe del Estado. Esta unidad fue regulada mediante el Real Decreto 310/1979.

Datos biográficos del duque de Ahumada:

Francisco Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y Enrile, nació en Pamplona (Navarra) el 11 de marzo de 1803 y falleció en Madrid a los 66 años el 18 de diciembre de 1869, a causa de un ictus cerebral. Estaba viudo desde hacía 10 años. Era hijo único del  I duque de Ahumada, el general Pedro Agustín Girón de las Casas, IV marqués de las Amarillas, descendiente de Pedro Manuel Moctezuma y la Cueva de Torres. La madre fue Concepción Ezpeleta Enrile, pertenecía a la nobleza de Navarra y era hija del general José Manuel de Ezpeleta y Galdeano, virrey de Navarra y I conde de Ezpeleta de Beire.

Por lo comentado Francisco Javier  descendía de una familia con raíces en la nobleza mexicana y española, con una destacada tradición militar y política. El 15 de junio de 1815, su padre solicitó a Fernando VII, que su hijo de doce años fuese nombrado capitán del Regimiento de Milicias Provincial de Sevilla, como era de costumbre, la petición fue atendida en el acto por los mérito militares de su madre que ostentaba la Gran Cruz de San Fernando ganada en la guerra contra los franceses.  El joven imberbe hizo alardes de montar muy bien a caballo, demostrando gran entusiasmo con los hombres que había de estar a sus órdenes.

 

El pronunciamiento Riego en 1820 se hallaba Francisco Javier en Villamartín (Cádiz) en la fincas de su padre destinado en Sevilla, y, poco después, ya con el empleo de capitán, participa en las acciones del castillo de Torregorda en los sucesos de Cádiz. Su apoyo a la monarquía absolutista de Fernando VII le supuso, junto con su padre, un corto exilio en Gibraltar durante el llamado “Trienio Liberal” y regresó a la Corte con la restauración de Fernando VII tras el triunfo de los cien mi hijos de San Luis. En 1829 es ascendido al empleo de teniente coronel siendo destinado a Sevilla, tierra de su mujer.

En 1831 alcanza el grado de coronel dicho ascenso coincide con el de su padre a capitán general, y en 1834 se le impone la faja de brigadier. Es decir, en 1844 era el hombre adecuado y “estaba en el sitio adecuado”, y además era el hombre de confianza de Narváez.

Contrajo matrimonio el 29 de enero de 1834 en el Real Sitio de Aranjuez con doña Nicolasa de Aragón Arias de Saavedra, natural de Utrera, hija de un propietario de tierras con residencia en Sevilla, con la que  tuvo nueve hijos. Don Pedro Agustín, padre, había recibió el título de I duque de Ahumada en 1835, otorgado por Isabel II como recompensa a sus servicios como  ministro de la Guerra, ya la vez cedió a su hijo el de V marqués de la Amarillas. Eligió el nombre de duque de Ahumada en agradecimiento a un antepasado suyo Agustín Ahumada y Villalón, virrey de Nueva España (México) y II marqués de las Amarillas.

En esta posición privilegiada, Francisco Javier tuvo la oportunidad de trabajar en el proyecto de la Legión de Salvaguardas Nacionales, un cuerpo de seguridad nacional inspirado en la Gendarmería francesa. Un proyecto que  inquiría devolver la tranquilidad a los caminos y pueblos de España, especialmente en áreas de Andalucía, donde el bandolerismo y el contrabando desde Gibraltar eran problemas frecuentes, y donde, parece ser que  el marqués de las Amarillas poseía algunas propiedades.

Fue en este momento de  liberalismo monárquico bajo las órdenes del general Narváez, nuevo presidente del Consejo de Ministros, un hecho  determinante para el futuro de su carrera. Estaba vinculado, al igual que el general Ramón María Narváez conocido también como El Espadón de Loja, fue uno de los políticos  más influyentes durante el reinado de Isabel II junto al general Baldomero Espartero, príncipe de Vergara, recibido el encargo de organizar un ejército de reserva en Andalucía con el objetivo de acabar con las partidas carlistas que resistían al sur de Madrid, y que en el paso de  Despeñaperros impedían la libre circulación de diligencias hacia Andalucía, más el bandolerismo enquistado tras la Guerra de Independencia.

 

Primera guerra carlista

Francisco Javier participó en la primera guerra  carlista (1833-1840), entre otros frentes estuvo en Ronda a las órdenes del general Narváez. Al finalizada la guerra se le reconocen sus méritos en campaña y lealtad a la reina Isabel II con el ascenso a mariscal de campo y el nombramiento de inspector general militar y destinado a Cataluña, destino que desempeñaba cuando fue llamado para la organización de la Guardia Civil.

El pacto conocido como el "Abrazo de Vergara", firmado en Oñate (Guipúzcoa) en agosto de 1839 entre el general Baldomero Espartero y el general carlista Maroto, había marcado el fin de la primera guerra carlista en el norte de España. Tras el exilio voluntario de María Cristina de Borbón a Francia, que había pretendido  un matrimonio entre su hija Isabel y el hijo de su cuñado Carlos María Isidro de Bordón,  quedó frustrado, el general Espartero fue elegido por las Cortes como regente único del Reino en marzo de 1841. Sin embargo, después del bombardeo de Barcelona en diciembre de 1842 por parte de la artillería de general Van Halen, con cientos de muertos,  y antes la hostilidad de las Cortes por tal bombardeo, llevó a Espartero a disolverlas, al año siguiente. Narváez y Serrano lideraron un pronunciamiento conjunto de militares moderados y progresistas, forzando a Espartero a marchar al exilio en Inglaterra por cinco años.

María Cristina regresaría a Madrid el 22 de marzo de 1844 por la puerta de Atocha.

 

Los decretos fundacionales de 28 de marzo y 13 de mayo

Tras el fallecimiento del I duque de Ahumada, don Pedro Agustín Girón, el 14 de mayo de 1842, su hijo heredó el título y se convirtió en el II duque de Ahumada, sumándose al ya ostentado título de V marqués de las Amarillas. Esta nueva posición aristocrática le facultó para desempeñar funciones de confianza en la Secretaría de Guerra durante el gobierno del VII conde de Toreno. Junto al general Ramón María Narváez, emergió como el principal responsable de la seguridad de la Casa Real. Los años 1843 y 1844 marcaron un punto crucial en su carrera militar; su lealtad hacia Narváez, quien presidía el gobierno desde el 3 de mayo, y sus habilidades organizativas lo llevaron a ser seleccionado para dos misiones fundamentales: la protección de la Casa Real y la creación de la Guardia Civil. Como solía decir su padre, "es necesario estar en el lugar adecuado en el momento oportuno", y Ahumada se encontraba en Madrid, junto a Narváez.

La Memoria redactada por el duque de Ahumada tras completar su primera misión lo destacó ante los ojos del general Narváez como un individuo de ideas extraordinariamente claras, una voluntad firme, lealtad probada y una capacidad organizativa insólita, así como una notable capacidad de trabajo. Estas cualidades lo llevaron a ser elegido para liderar una de las creaciones gubernamentales más apreciadas por Narváez: la formación de un cuerpo de seguridad nacional profesional, sólido y duradero. Este respaldo unánime entre los liberales culminó en la emisión de dos decretos fundamentales: el decreto fundacional de la Guardia Civil, firmado el 28 de marzo y el 13 de mayo, ambos promulgados en el Palacio Real en 1844.

Siglo XIX  una España en declive

Por un lado, las secuelas dejadas por la Guerra de la Independencia, las guerras de emancipación o independencia de las colonias de Ultramar, las guerras carlista, junto con el atraso de no incorporan a la nación en la revolución industrial, la religión católica llevada a la máxima expresión del concilio de Trento y la Contrarreforma,  los efectos sociales de la desamortización de Mendizábal para atesorar la arcas Estado, habían dejado a España atrasada y empobrecida, destruida y agotada de fondos, conllevando  la delincuencia y bandidaje a pueblos, caminos, prófugos de la justicia y desertores de los ejércitos. Por otro lado, la escasez de recursos en las arcas del Estado dificultaba el reclutamiento para el nuevo Cuerpo, siendo Ahumada consciente de uno y otros problemas, pero su convicción, experiencia y conocimiento de la seguridad pública lo convertían en la persona idónea para esta retadora tarea, inventado nuevos procedimientos de préstamos del Estado adelantara a los nuevos guardias material y uniformes, y requiriendo a los ayuntamientos la habilitación de casas-cuarteles.

 

La tarea de Organizar la Guardia Civil

La tarea de organizar la Guardia Civil, encomendada a Ahumada,  primero por Luis González Bravo y luego por Narváez, no fue fácil debido a la falta de fondos suficientes en la Hacienda pública. Fue entonces cuando Ahumada ideó una solución innovadora: adelantar y proporcionar uniformes, equipo y caballos a cuenta de sus salarios mensuales, creando así un cuerpo de élite: caballería e infantería que contaba con tres tipos de uniformes: de servicio, de media gala y de gran gala. Este método de pagarse los guardias los uniformes se mantuvo hasta 1989. Inicialmente, los uniformes eran azules y pantalones blancos, pero más tarde, durante el reinado de Alfonso XII, se adoptó el verde oliva. Los oficiales provenían del Ejército y el propio Ahumada se encargó de seleccionar a los primeros reclutas personalmente.

 En el verano de 1844 se inició el reclutamiento de los primeros aspirantes, muy superiores en número a las plazas ofertadas, en lo que fue una muy rigurosa selección que había de complementarse con una instrucción de los nuevos guardias en las instalaciones del Ejército de Madrid, en Leganés y Vicálvaro. Inicialmente estuvo compuesto por 14 Tercios, 9 Compañías de caballería y 34 de infantería, con 14 jefes, 232 oficiales y 5,769 guardias. Los Tercios eran unidades selectas del Ejército durante el Imperio español, con una larga tradición en la historia militar española, como los famosos Tercios de Italia y de Flandes. Una de sus prioridades era proporcionar protección y escolta a la Casa Real en la persona de Isabel II, por peligro de atentado, como el sufrido en 1852 por el cura Merino.

Paulatinamente se fueron creando Puestos, Líneas, Compañías,  Comandancias y Tercios por la geografía española con la denominación de Casas-Cuarteles, ya que son establecimientos donde reside el guardia junto con su familia con objeto de integrar a la Guardia Civil con la población civil, por ello, no hablamos de un Cuerpo de Ejército más, introducidos en sus cuartele, sino de una policía de seguridad civil. Durante el siglo XIX y vista la eficacia de este Cuerpo, las Cortes decidieron desplegarlos también por sus dominios de Ultramar.

Apenas Ahumada  recibió la noticia de su nombramiento como Inspector General del nuevo Cuerpo, se rodeó de un grupo de fieles colaboradores, los tenientes coroneles León Palacios y Carlos Purgoldt. En abril de 1844, envió un texto inicial a los ministerios de Estado y de Guerra proponiendo las bases inherentes para la formación de las primeras unidades de Guardia Civil, bases que reflejaban su claridad de ideas y su visión para la nueva Institución. El 9 de octubre de 1844 se aprobaba el Reglamento para el servicio de la Guardia civil estableciendo las obligaciones y facultades de la Guardia Civil , y comenzó una incesante labor organizativa y legislativa interna como la  Cartilla del Guardia Civil de 1845, una especie doctrina p código basado en los  7 principios del samurái: “integridad, respeto, valor, honor, compasión, honestidad y lealtad”.

En calidad de representante de la facción más inclinada hacia lo militar dentro del moderantismo, Ahumada sostenía firmemente que la responsabilidad del mantenimiento del orden público debía recaer en el Ejército, mediante la creación de un cuerpo especializado destinado a tal fin, aunque manteniendo su integración en el ámbito militar. Por consiguiente, discrepaba con los principios establecidos en el decreto fundacional, que confería al cuerpo un carácter militar pero con una notable dependencia de las autoridades civiles. Su propuesta de enmienda al proyecto ministerial revelaba su compromiso absoluto con su visión militarista de la seguridad. Ahumada argumentaba que para fortalecerla era esencial establecer un cuerpo de élite dentro del Ministerio de la Guerra, reclutando a los mejores oficiales del Ejército y a los graduados más destacados del mismo. Su ascenso a teniente general y comandante general de los Alabarderos Reales el 7 de noviembre de 1846 fue un claro reconocimiento a su trayectoria y dedicación.

Dirigió la Inspección General de la Guardia Civil por diez años hasta 1854, y cuando se produjo la «Vicalvarada» o Revolución de 1854 cesó en su cargo, siendo sustituido por el político Facundo Infante Chávez, que alternaba su cargo con la Presidencia de las Cortes, lo fue  por once meses. Regresa Ahumada al mando de la Guardia Civil en octubre del 1856 hasta julio de 1858, alternado con el mando del Cuerpo Real de Alabarderos. En tiempos en que regresó Narváez a la presidente del  Gobierno (que lo fue por 7 veces).

 

Conclusiones

 

El duque de Ahumada y marqués de las Amarilla fue un aristócrata y militar isabelino de reconocida prestigio y lealtad a la Corona. Por sus cualidades organizativas fue el mejor componente posible para  la fundación de la Guardia Civil, en un siglo de pronunciamientos y revoluciones, y supo organizarlo como primer Cuerpo eficaz de seguridad pública  para las necesidades de entonces en España.  Además fue senador por la provincia de Córdoba entre 1844-46 y 1861-62. Es decir, en ese momento no había otro hombre superior ni capacitado para desarrollar la labor encomendada.

 

 

 

Notas

 

-Aguado Sánchez, F., El duque de Ahumada fundador de la Guardia Civil, Imprenta-Escuela Huérfanos de la Guardia Civil, Madrid, 1969 y 1985.

 

-Fernández Palmeral, R., “180 años de la fundación de la Guardia Civil”, revista Meer

 

-López Corral, M., Francisco Javier Girón y Ezpeleta Las Casas y Enrile”, Real Academia de la Historia.

 -Núñez Calvo.J.N., Nacimiento de Francisco J. Girón y Ezpeleta, II Duque de Ahumada, organizador y primer Inspector General de la Guardia Civil”. Academia de Ciencias y Artes Militares.

 Alicante, 14 de abril de 2024

Autor Ramón Fernández Palmeral

 





                                           Duque de Ahumada joven en 1843



                              Colegio de Guardias Jóvenes en Valdemoro

                       Escuadra de caballos blancos en un desfile de la Guardia Civil

                             Servicio de helicópteros de alta montaña
                                     Guardia Civil del Mar
        Mujer Guardia Civil en el Servicio Marítimo


sábado, 13 de abril de 2024

"Los asesinos ya están en libertad". Elecciones vascas 21 de abril

  


 

"Nosotros ya perdimos cuando Sánchez pactó con Bildu" 

En Vascongadas a habido un proceso de limpieza cerebral a los jóvenes por medio de la educación y televisión y sobre todo por el PNV, (los traidores de Rajoy), como si allí no hubiera pasado nada de nada en los años del tiro en la nuca, y bombas debajo de los coches.

 Enlace: Interesante y viral artículo el La Razón de hoy 13 de abril 2024

Los asesinos ya están en libertad

Charo lamenta que «lo que no consiguieron con sangre lo están logrando ahora con poder y lavando cerebros. Es muy doloroso».

Hasta 2006 no hubo juicio contra los etarras que asesinaron a su padre. Eran cinco. «A la mujer no se localizaba y vivía en Bruselas. Tenía una tienda de productos españoles. La han extraditado hace poco, pero para el asesinato de mi padre no vale, ha prescrito. Otro de ellos murió preparando una bomba, a otro no le pudieron juzgar. Los otros dos fueron detenidos en el aeropuerto de Barajas en 2002. Vivían en México y Venezuela. Regresaron a España pensando que el atentado de Luis Cadarso había prescrito», recuerda. Les condenaron a 36 años. Sin embargo, la cesión de prisiones al País Vasco hizo que les dieran el tercer grado por enfermedad y al otro «por colaborar en las cocinas» y ya están los dos en libertad. «Uno de los asesinos vive en frente de la casa de mis amigos» uno de los motivos por los que no ha podido volver.

En 1981, Charo fue una de las mujeres que se unió a Ana Mª Vidal Abarca, Sonsoles Álvarez de Toledo e Isabel O´Shea a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Ahora, Cadarso da charlas en los colegios para que los más jóvenes se conciencien, con su testimonio, de qué es realmente lo que pasó en España durante más de 50 años.

«Nosotros ya perdimos cuando Sánchez pactó con Bildu porque se le ha hecho mucho chantaje y se le han hecho muchas concesiones».

Su marido sigue sin ser reconocido por el Ministerio del Interior como víctima del terrorismo por el secuestro que sufrió, aunque el Rey le entregó un diploma que así lo acredita, destaca.

[[H2:«Derrota absoluta»]]

Ana Velasco es hija de Jesús Velasco, comandante de caballería y jefe del Cuerpo de Miñones de Álava, asesinado en 1980. Dice que el ascenso de Bildu supone «una derrota absoluta. Ellos se están haciendo los dueños del País Vasco y campan a sus anchas. Están consiguiendo que se oculte la historia del terrorismo que se ha vivido allí y que las víctimas no tengan visibilidad» porque «si quieres negar lo que existió no puede haber víctimas». En la sociedad, apunta, «hay un cierto síndrome de Estocolmo. La gente está cómo agradecida porque ya no maten y les dan las gracias así (apoyándoles). Toda esta gente que lleva la violencia en sus genes son como fieras con el estómago lleno y se ven respaldados por el Gobierno de España que les necesita». Además, apunta, "no hay que olvidar que también hay muchas personas que comparten esa ideología. Siguen a por lo mismo, a conseguir sus objetivos por otra vía hasta que consideren que esta vía no les sirve. Yo me siento mal, muy mal. Completamente derrotada, creo que nos han ganado y es lo que Otegi dijo: "Reír que vamos ganando".