El Gobierno de Mariano Rajoy tuvo la valentía de cesar a todo el gobierno catalán que declaró la independencia. Ahora el PSOE está intentando ponerle flores al independentismo, que nunca jamás de bararrán de la burra. Ya saben lo que les espera otro 155.
El PP es un partido que porclama la uniad de España, es la única esperanza que tenemos los constitucionalistas de que España siga unida.
Bien es cierto que Cataluña tiene una ideosincracia, que usan el catalán como única lengua identitaria, que tiene sus traciciones y sus costumbre. Lo mismo le pasa a las demás Autonomía. La moda del indepemndestimo pasará como una mancha de aceite de petróleo en el mar. Los separatistas jamás lograrán su indepencia.
Con
la cifra de parados disparada y sin visos de estabilizarse, el
Ministerio de Trabajo ha puesto los ojos en la economía sumergida,
vinculada tradicionalmente al sector industrial manufacturero y a la
actividad agrícola, aunque también a otros sectores como la hostelería.
La intención del Ministerio es hacer aflorar 170.000 millones de euros
(el 17% del PIB español) que actualmente escapan a los ojos de Hacienda.
O esas son las cifras que maneja el Ejecutivo.
Más
allá de que la existencia de economía sumergida se intente esgrimir
como atenuante de la cifra de parados —la tesis gubernamental es que hay
mucha más gente trabajando de la que consta en los registros—, lo
cierto es que en la Comunidad, el paradigma del empleo sumergido es,
precisamente, la «joya» socialista: Elche.
Junto
con Elda, la ciudad de las palmeras destaca por la importancia del
sector del calzado en su economía local. Y precisamente como
consecuencia de una iniciativa de los primeros Gobiernos democráticos,
en los ochenta, el calzado se ha convertido en terreno abonado para el
empleo fraudulento durante las dos últimas décadas.
Las «aparadoras»
Para favorecer la
natalidad, el Gobierno de la época incentivó el regreso al hogar de las
mujeres empleadas en el sector industrial, con una compensación
económica denominada «dote». En el caso de Elche, entre otros, las
mujeres regresaron al hogar, pero llevándose el trabajo con ellas.
Actualmente,
se calcula que el 40% de la producción de calzado en Elche se realiza
al margen de Hacienda, en los hogares o en talleres clandestinos, a
cambio de un sueldo en metálico que los empresarios no declaran. Son las
famosas «aparadoras», que trabajan con una máquina de coser pero sin
Seguridad Social.
El
calzado genera, según el último informe publicado por la patronal FICE,
1.600 millones de euros de facturación, y sostiene 27.341 empleos
reconocidos. Según CC.OO., el 40% del sector se encuentra sumergido, lo
que supone que hay aproximadamente 11.000 personas que trabajan en el
calzado sin cotizar a la Seguridad Social.
Pero
hay más. El último informe del Observatorio del Fraude del Ministerio
de Hacienda concluye que el 70% de la economía sumergida de la provincia
de Alicante vinculada al sector industrial es directamente imputable al
calzado. En este sentido, cabe destacar que la actividad no declarada
en la provincia alicantina asciende a 8.590 millones de euros (según la
asociación de técnicos financieros Gestha), lo que equivale al 24,5% de
su PIB, siempre según la estimación de esta organización.
Por encima de la media
La provincia, de
Alicante está, de hecho, varios puntos por encima de la media estatal en
cuanto a economía sumergida, si se admiten los datos de Gestha. En el
último decenio, la bolsa de dinero negro aumentó un 31%, con una
especial incidencia, además de en el calzado y el resto de insdustrias,
en el sector de la hostelería.