ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

miércoles, 11 de junio de 2025

La ilusión perdida de una soberanía española sobre Gibraltar

 

                  

La ilusión perdida de una soberanía española sobre Gibraltar

Alicante.- 11-06-2025

Quienes todavía creen que Gibraltar (colonia de GB en España y un paraiso fiscal), volverá algún día a estar bajo soberanía española están profundamente equivocados. La realidad geopolítica y los acuerdos recientes demuestran lo contrario: Gibraltar es, y continuará siendo, británico, y cada paso dado en las negociaciones internacionales lo consolida aún más como tal. Especialmente bajo la actual política exterior española, marcada por una actitud permisiva, si no directamente sumisa, simbolizada en la figura del ministro socialista José Manuel Albares.  En un acuerdo histórico de bajada de pantalones de España está en la cobarde Unión Europea y Gran Bretaña con el Brexit y aliados de los Estados Unidos. La mitad de los empresarios "llanitos" o gribratareños tienen una segunda residencia en Soto Grande (Málaga y Cádiz). Os olvidamos de la descolonización de ONU.

Uno de los elementos más simbólicos —y estratégicos— de la frontera, la Verja, tiende a desaparecer. Lejos de fortalecer los mecanismos de control y soberanía, España ha acordado con el Reino Unido y Gibraltar una serie de medidas que diluyen la presencia del Estado español en este enclave. En el ámbito del tránsito de personas, el acuerdo contempla la eliminación de los controles en la frontera terrestre entre Gibraltar y La Línea de la Concepción. A cambio, se establecerán controles duales en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar. ¿Quién controlará el tráfico de drogas en las narcolanchas? Será centro de criptomonedas. Gibraltar no tiene recursos propios. Hay inscritas 80 empresas.

Según lo pactado, los controles Schengen serán responsabilidad de España (es decir ha de destacar ala Policial Nacional y Guardia Civil), como representante de la Unión Europea, mientras que el Reino Unido, a través de las autoridades gibraltareñas, mantendrá sus propios controles. Es decir, España deja de ejercer soberanía directa sobre la frontera y la traslada simbólicamente a Gibraltar, reconociendo de facto su capacidad de autogestión.

En cuanto al ámbito comercial, se ha alcanzado un principio de acuerdo para establecer una futura unión aduanera entre la UE y Gibraltar. Este entendimiento prevé la eliminación de los controles de mercancías y la cooperación estrecha entre las autoridades aduaneras británicas y europeas. También se han consensuado principios fiscales que afectarán a productos sensibles como el tabaco, buscando evitar distorsiones económicas y promoviendo un crecimiento compartido en la región.

Detrás de estos pactos hay una realidad social y económica que no se puede ignorar. Casi 11.000 trabajadores españoles cruzan diariamente a Gibraltar para ganarse la vida. Muchos de ellos viven en el Campo de Gibraltar, una de las zonas más deprimidas de España en términos de empleo e inversión pública. Para este colectivo, más allá del debate sobre la soberanía, están en juego cuestiones vitales como la fiscalidad, las pensiones y la estabilidad laboral.

La desidia del Estado en invertir en la comarca, así como la falta de oportunidades, ha convertido a Gibraltar en un salvavidas económico para miles de familias. Esta dependencia refuerza el statu quo y debilita cualquier reivindicación soberana realista por parte de España.

En conclusión, más que acercarse a una eventual recuperación de la soberanía, España parece resignarse —cuando no colaborar activamente— a la consolidación de Gibraltar como un territorio británico con vínculos europeos funcionales. La Roca no volverá a ser española, y cada acuerdo firmado lo deja más claro.

Ramón Palmeral