Por qué los alicantinos y el Ayuntamiento rechazamos la instalación de nuevos macrodepósitos de combustible en el puerto de Alicante
Los ciudadanos de Alicante y su Ayuntamiento manifestamos un rechazo firme y argumentado a la propuesta de instalar nuevos macrodepósitos de combustible en el puerto de nuestra ciudad. Esta oposición no es caprichosa ni infundada: se basa en la experiencia histórica, en el modelo económico actual de Alicante y, sobre todo, en la defensa de la seguridad, el medioambiente y la calidad de vida de nuestras vecinas y vecinos.
Entre 1965 y 1999, Alicante ya albergó los antiguos depósitos de CAMPSA en su frente portuario. Su presencia generó durante décadas preocupación y molestias, hasta que finalmente fueron desmantelados y trasladados a una zona industrial más alejada, en Bacarot. Fue una decisión acertada y largamente esperada, que marcó el comienzo de un proceso de apertura del puerto hacia la ciudad y de valorización de nuestro entorno litoral.
Hoy, más de veinte años después, plantear la vuelta de este tipo de infraestructuras supone un grave retroceso. El puerto se encuentra a escasos metros del casco urbano. Las playas del Postiguet y de San Gabriel quedarían a apenas un kilómetro de estas instalaciones, como se puede apreciar en el vídeo difundido el 4 de junio de 2025. Se trata de espacios turísticos, recreativos y residenciales de alta densidad que no pueden convivir con un riesgo industrial de estas características.
La principal industria alicantina es el turismo. Nuestro clima, nuestro litoral, nuestra oferta cultural y de servicios dependen de una imagen limpia, segura y atractiva. La instalación de macrodepósitos de combustibles fósiles en pleno corazón del puerto amenaza frontalmente esa imagen y pone en peligro uno de los motores económicos fundamentales de la ciudad. Apostar por este tipo de proyectos implica ignorar la apuesta europea por la descarbonización y por un modelo urbano sostenible.
Pero más allá de lo económico está lo humano. Los alicantinos no queremos vivir con un peligro latente a las puertas de nuestras casas. No olvidamos lo ocurrido en el camping de los Alfaques (Tarragona) en 1978, donde la explosión de un camión cisterna cargado con propileno licuado provocó la muerte de más de 200 personas. No queremos convertirnos en otro ejemplo trágico. Alicante no necesita vivir con miedo, ni hipotecar su futuro en beneficio de unos pocos intereses privados.
Rechazamos, por tanto, la instalación de estos macrodepósitos. Exigimos respeto a nuestro modelo de ciudad, a nuestras prioridades y a nuestra seguridad. Apostamos por un puerto vivo, útil, conectado con la ciudadanía, orientado al desarrollo sostenible y no a la amenaza.
Alicante ya dijo no una vez. Hoy lo repetimos con más fuerza: No a los depósitos de combustible en nuestro puerto.
Ramón Palmeral, residente en Alicante
Pintor y escritor
