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Ábalos, el Houdini del hardware: el disco duro azul y otras hazañas domésticas
Al parecer, el exministro de Transportes José Luis Ábalos quiso marcarse un truco de escapismo de los buenos, de esos que harían palidecer a cualquier ilusionista profesional: ocultar un disco duro de la Guardia Civil. Y no uno cualquiera, no. Un dispositivo rebosante de mensajes con dirigentes socialistas, incluyendo nada menos que con su alteza política, el presidente Pedro Sánchez. Pero, como suele pasar en las películas de serie B, el plan se le fue al traste. El disco duro terminó en manos de la temible UCO (Unidad Central Operativa), que no suele andar con vendas en los ojos ni en los bolsillos.
El intento de ocultación fue digno de una comedia negra: según consta en las actas, una "amiga" que casualmente se encontraba en la vivienda (una modelo, faltaría más) intentó huir discretamente con el disco metido en los pantalones. Porque claro, ¿quién no saca a pasear al perro con un desayuno en una mano y un disco duro comprometedísimo escondido en la cintura?
La Guardia Civil, que ese día decidió registrar con mandamiento judicial, se presentó en la casa a eso de las 8:50 de la mañana. Salieron de allí con 34 dispositivos electrónicos: móviles, discos, USBs con logos del PSOE (por si había alguna duda sobre su procedencia), tarjetas SIM, papeles varios y hasta una copia del correo personal del exministro. Un auténtico “pack político de coleccionista”. En el sótano, ese rincón entrañable donde uno guarda desde la bici estática hasta los secretos de Estado, encontraron otros cuatro discos duros. Puro realismo mágico.
Pero claro, el que más brilla en todo este drama es el disco azul. El que la modelo—perdón, la paseadora de perros ocasional—intentó sacar de contrabando como si fuera un paquete de chicles. ¿El contenido? Ah, delicias varias: mensajes con compañeros del partido, con su querido líder Pedro Sánchez, y jugosa información sobre colegas de filas. Todo muy decoroso, como corresponde a un militante con más de 40 años de carné… y ahora con una patada en la puerta de salida del PSOE.
Según el acta, cuando los agentes llegaron, la modelo ya estaba lista para dar su paseo matutino canino. Pero Ábalos, siempre atento, le ofreció “algo de desayuno”, una frase que, como bien sabe cualquier agente curtido, es código universal para “lleváte esto antes de que me lo incauten”. La Guardia Civil, poco dada a los eufemismos, notó el bulto misterioso en su pantalón y zas: disco azul interceptado.
Por si fuera poco, el disco guarda también unas perlas: mensajes con Pedro Sánchez sobre temas tan banales como el rescate de Air Europa, una ayudita de nada pese a los 35 milloncitos en dividendos que los dueños ya se habían repartido. También aparece la exministra Calviño, haciendo de Pepito Grillo con sus objeciones. Qué poco espíritu de equipo, la verdad.
Y como si esto fuera una miniserie en Netflix, resulta que Ábalos también tenía su propio “seguro de vida” al estilo de Koldo García, su exmano derecha: más discos duros, más audios, más telarañas. El último informe policial se apoya en grabaciones de Koldo (sí, el mismo que grababa hasta al espejo) entre 2019 y 2023. Audios tan “capitales” para la investigación que uno se pregunta si no deberían estar ya en Spotify. (Todos van al sálvese quien pueda cuando el barco del gobierno se hunde).
Estos audios fueron la llave maestra para los registros del 10 de junio: casas, oficinas, empresas… una ruta turística por la geografía de la presunta corrupción. Ábalos, dolido (quién no lo estaría al haberr sido expulsado del PSOE), ha descubierto que también fue grabado por su propio escudero. Ironías del destino: tantos años de fidelidad para acabar como contenido de archivo en un pendrive de pruebas.