ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

domingo, 12 de septiembre de 2021

La Ricarda. Aeropuerto de el Prat. Barcelona

 En Nuevo Impulso vemos bien que se respete el medio ambiete, y no se alargue la pista de aterrizaje. Si vamos destruyendo todos lo ecosistemas en bien del prfogreso, acabaremos con el Planeta. Seguramente habrá otras alternativas posibles.



La laguna de la discordia de El Prat: un pulmón verde enclaustrado entre aviones y el mar

Expertos defienden el valor ambiental de La Ricarda, a escasos 20 minutos del centro Barcelona y que cobija aves protegidas pese a su elevada contaminación acústica

La laguna de La Ricarda, situada en la zona propuesta para la ampliación del aeropuerto de El Prat, en junio.
La laguna de La Ricarda, situada en la zona propuesta para la ampliación del aeropuerto de El Prat, en junio.MASSIMILIANO MINOCRI / EL PAÍS-
Carlos Garfella

La laguna de La Ricarda se ha convertido en el paraje de la discordia que ha paralizado la multimillonaria inversión del Gobierno para la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat. Situada cerca del mar y del Puerto de Barcelona, en terrenos del municipio de El Prat de Llobregat, su ubicación provoca que constantemente sea sobrevolado por los aviones que despegan y aterrizan en el aeródromo. Es inaccesible al público, ya que pertenece a los descendientes del histórico empresario textil Manuel Bertrand. Pese a ello, los expertos destacan el valor de este pequeño humedal por la enorme biodiversidad que concentra. El catedrático en biología y director del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), Joan Pino, subraya su “servicio ambiental” a las especies: la laguna y su entorno dan cobijo a aves protegidas como flamencos o gaviotas corsas que cada año migran desde África a un paraje con el sello de la Red Natura 2000, la máxima protección ambiental que otorga la Unión Europea.

Más información

“Es un lugar insustituible y su afectación [por el alargamiento de la tercera pista, que invadiría en torno a 50 hectáreas] no se podría compensar”, dice Pino. Aena, empresa controlada por el Estado, ofreció a cambio de ocupar parte de la laguna compensar con 280 nuevas hectáreas de protección al sur del aeropuerto. Pero a Pino no le convence la idea y defiende que, aunque se hiciese, ese terreno no podría sustituir nunca el espacio natural de pinares y humedales habitado por 43 especies incluidas en la directiva de aves protegidas, además de orquídeas (hasta 23 tipos diferentes), peces y reptiles. “No es solo un estanque de patos”, afirma el biólogo.

Un flamenco blanco a escasos metros del aeropuerto.
Un flamenco blanco a escasos metros del aeropuerto.Juan Barbosa

El profesor emérito y catedrático en Ecología de la Universidad de Barcelona Narcís Prat, incide en la idea de que el lugar “es insustituible” desde un punto de vista científico. Este experto destaca el equilibrio del agua dulce ―de la lluvia― y la salada que entra desde el mar de este paraje a escasos 15 minutos en coche de Barcelona, formado en los humedales de la desembocadura del río Llobregat. Se trata del principal río que termina en la conurbación de Barcelona y su salida al mar ya fue desviada por otra ampliación, la del Puerto de Barcelona en 2004. Antes de las elecciones autonómicas, el anterior Govern se comprometió a llevar agua a los humedales y acelerar el plan especial de protección del delta, pendiente desde 1994 y reclamado por entidades y municipios para declarar mejor los usos en un espacio verde rodeado por el área con mayor densidad poblacional de Cataluña.

Sea como sea, La Ricarda no ha sido, hasta ahora, un humedal reconocido por la mayoría de los catalanes (aparte de ser inaccesible, en extensión es incomparable a otros parajes como Els Aiguamolls de l’Empordà, en Girona), y la realidad es que la laguna ha sido descubierta por muchos barceloneses en los últimos meses tras saltar a las portadas de los periódicos por la polémica ampliación. El movimiento ecologista ha visto también en ella un símbolo para demostrar la sobrexplotación urbanística que a su juicio se está produciendo por la construcción de un nuevo barrio en Gavà (Barcelona), municipio cercanos al aeropuerto. Muchas de las protestas de los últimos meses de entidades locales y conservacionistas han sido convocadas de hecho bajo manifiestos que aglutinaban todas “las agresiones” en la zona.

La denuncia de la extensión del hormigón es más amplía en una paraje históricamente afectado por la contaminación de la industria textil, y que llegó a convertirse en un río muerto en sus últimos tramos. Con todo, en los últimos años ha mejorado enormemente la calidad de sus aguas y la playa de El Prat de Llobregat, cuyo arenal se extiende desde la desembocadura del río unos tres kilómetros frente a juncales y pinares, ha pasado de estar prácticamente vacía en los ochenta a llenarse de bañistas ahora los fines de semana.

Con todo, los parajes salvajes han visto perder, de nuevo, muchas hectáreas: 300 en zonas húmedas, según Depana, la organización que presentó el informe por el que el 19 de febrero la Comisión Europea abrió un procedimiento sobre lo que considera dejadez ambiental. Precisamente uno de los principales argumentos del movimiento conservacionista es que se trata de volver a ampliar el aeropuerto cuando la Comisión todavía estudia si las compensaciones de 2008 fueron correctas en un territorio donde en pocos kilómetros convergen dos universos aparentemente antagónicos. Y que dejan sorprendentes imágenes, como la de un flamenco alimentándose a escasos metros de la verja que separa un humedal del segundo aeropuerto con más tráfico de España.

 

El la página de MERCA, leo:

 

La ampliación de El Prat amenaza la laguna de la Ricarda es sólo un paraje natural de especial protección. Y lo es por su laguna centenaria.

Esta gran urna cristalina no es un ‘charco‘ o un ‘estanque para cuatro patos‘, como se refieren quienes defienden la ampliación del aeropuerto de Josep Tarradellas-El Prat. Su singularidad radica en que es el sitio preferido para aves migratorias, fauna del entorno y un sinfín de vida acuática, entre las que destacan sus 23 clases de orquídeas.

Otra zona de especial de interés es la Casa Gomis, declara bien de interés cultural nacional. La ampliación imposibilitaría la convivencia y su habitabilidad. Se trata de un museo con una arquitectura racionalista de incalculable valor.

A este remanso aislado junto a la desembocadura del Llobregat se llega tras un camino de unos pocos kilómetros andando desde la entrada particular de ‘La Ricarda‘. El trayecto se realiza por un camino no muy ancho, pero suficiente para un vehículo particular. Por el extenso pinar, juncos y otros matorrales sobrevuelan ahora los aviones para tomar tierra, como los A320 o jets privados bimotor.

Esta laguna forma parte del brazo del río abandonado, pero aún tiene un gran caño de agua que la riega diariamente desde el Llobregat. Su largo alcanza casi un kilómetro, por más de un centenar de metros de ancho. Dos grandes brazos se extienden en la parte más al oeste, la más cercana al municipio que la protege del proyecto de la ampliación, El Prat de Llobregat.

UN BRAZO DE ASFALTO EN UN PARAJE PROTEGIDO

El proyecto de Aena pretende extender un brazo de asfalto y césped por encima de esta laguna. Además, el gestor aeroportuario tiene instalado un sistema de drenaje de aguas que en vez de ir al área natural protegida se vacía directamente en el mar. Una pérdida de agua que los expertos consideran perjudicial. Esta nueva lengua artificial atravesará La Ricarda de sur a norte, no sólo el ancho de la pista, sino también el espacio de seguridad, más de 200 metros en mitad de un espacio protegido donde sería muy difícil la vida debido al ruido y contaminación de las aeronaves.

La gigantesca infraestructura no se plantea realizar una pista en diagonal, que cruce el aeropuerto de noreste a suroeste, con entrada desde el mar. La opción de hacerlo desde tierra está prácticamente descartada porque sobrevolaría zona urbana. Aena quiere continuar con la operatividad paralela al mar.

El aeródromo está ahora lejos de su máxima capacidad, 55 millones de pasajeros anuales, pero su objetivo no es dar salida a tanto cliente sino albergar a más cantidad de ellos. Los expertos consideran que Aena debe impulsar los aeropuertos más cercanos a El Prat, como Girona o Reus, que podrían conectarse por vía de alta velocidad. Sin embargo, ninguno de ellos tiene estación de AVE, sino que hay que buscar un autobús para acercarse a las ciudades. Un despropósito dadas las estaciones fantasma de la alta velocidad española.

IMPACTO MEDIOAMBIENTAL DESASTROSO

También se ha descartado por completo realizar una tercera pista en el mar. «El impacto medioambiental sería desastroso«, afirman los expertos consultados por MERCA2. La defensa de este paraje natural, al que este medio ha podido acceder en su totalidad, se realiza desde dos pequeños municipios, Viladecans y El Prat de Llobregat. Sin embargo, los vecinos de Gavá lo celebran porque tendrían una menor contaminación acústica.

En esta batalla no sólo se juega esta balsa de agua, sino también las nidadas de patos, cormoranes, garzas y pequeñas aves, además de una gran cantidad de tortugas no autóctonas -mascotas que debido a su tamaño son abandonadas en las cercanías-. También hay animales más grandes, como jabalíes, abundantes en esta zona del litoral, junto con las pinedas y junqueras.

Además, la zona no sólo contiene fauna y flora silvestre. Junto a la zona de la laguna se expanden campos de cultivos, especialmente cereales y huerta. Estos terrenos se extienden junto a los abandonados brazos, a ambos costados, con pasos por donde cabe un tractor y aparejos.

Hace años, junto a esta laguna se levantó un camping, expropiado por las obras de la tercera pista. Fruto de esta decisión, se secó la laguna de la Illa, un futuro que podría correr la de La Ricarda. Desde 1987 esta zona está declarada protegida, pero los planes de Aena para la ampliación de El Prat en el 2000 continúan sin cumplirse.

PROMESAS INCUMPLIDAS EN EL PRAT

Aena propuso extender la zona a proteger, pero se quedó en papel mojado. Sin embargo, Bruselas, de quien depende La Ricarda por pertenecer a la Red Natura 2000, ya ha avisado de que no consentirá incumplimientos, menos dados los antecedentes. De hecho, ha recordado que para meter una sola excavadora en este espacio deben cumplirse unos requisitos muy definidos, como la inexistencia de una alternativa a la ampliación y un imperioso interés económico y social.

Los empresarios se han empeñado en asegurar que no existe un plan B para la ampliación y que es necesario crear un hub para potenciar El Prat. Sin embargo, para Bruselas no parece suficiente. En este mismo mes, Aena debe decidir si incluye la ampliación en su plan de inversión para el próximo lustro. De hacerlo, el Consejo de Ministros de septiembre daría luz verde a la infraestructura y al mismo tiempo pondría fin a esta laguna.

Los expertos, profesores y biólogos, lo tienen muy claro desde que se declaró zona protegida. «Es irreproducible», una coletilla que se repite entre los defensores de forma incesante cada vez que se da voz a un defensor del proyecto. La laguna, por su emplazamiento, no tendría espacio gemelo.

MASÍAS Y CULTIVOS, AMENAZADOS EN EL PRAT

A la entrada de esta finca particular se encuentra la masía Cal Vallejo. Su viejo y ruinoso frontón sobresale entre una pequeña arboleda, junto a un almacén de cereal. Los aparejos toman el sol diariamente, algunos de ellos ya muestran los signos del paso del tiempo. La finca tiene guardas, que hacen las veces de agricultores. Todo para mantener el espacio limpio y decente.

Como ocurre desde hace años, todos los planes de Aena se conocen por la prensa, sin que el gestor les haya presentado el proyecto con el que se expropiaría gran parte del terreno. En el inico del primer brazo se divisa un viejo embarcadero, sin barcas, que utilizaban antaño para alcanzar el mar. Sin embargo, la arena de la playa forma un dique de contención y ya no hay conexión con el Mediterráneo. De hecho, uno de los principales riesgos de estas tierras es una subida del mar que dejaría sin playa a esta parte del litoral catalán. Según apuntan los expertos, el mar se ha comido un kilómetro de la costa.

La ampliación supondría cargarse la zona más virgen de la desembocadura del Llobregat. Los defensores muestran una gran biodiversidad y aportan una gran cantidad de datos sobre la composición del agua de la laguna, motivo por el que afirman es irreproducible. De hecho, según las muestras, la laguna contiene distintos niveles de agua dulce y salada. En unas zonas crece un tipo de vegetación, y en otras un tipo de alga esencial para oxigenar este agua. «Ni mucho menos es un estanque para patos», destacan.