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| (Plaza de Cataluña en Barcelona) |
La segregación
de Cataluña es un tema irreversible, que ya no tiene vuelta atrás. El Parlamento
de Cataluña se ha hecho independentista en sus mayoría y ya no hay quien les pare, porque la voluntad de una mayoría de catalanes son independentista. Esta situación
ha sido favorecida desde hace 35 años por los gobiernos de Felipe González,
Aznar, (CIU fue su aliado político) Zapatero y Rajoy que cediendo competencias como la Educación, Sanidad,
Orden Público (La Guardia Civil de Tráfico fue la primera que salió) y poder de
los Mossos de Escuadra, cuyos jefes depende de su nombramiento por la Generalitat,
no pueden ir contra el poder, de aquí la corrupción de la familia Pujol, desde
los juegos Olímpicos de 1992. Es tal la desconfianza de los jueces y fiscales en la policía autonómica que cuando ha de hacer una gran redada a alto nivel mandan a la Guardia Civil, porque son los únicos que no se chivarán de su operarciones.
El nacionalismo catalán se ha ido haciendo
fuerte desde hace 35 años, recibiendo subvenciones y elevaciones del IRPF, y
demás financiaciones. Más TVE, televisión autonómica, que le ha potenciado y otras intituciones. De
aquí procede la fortaleza de su estructura e instituciones, sus manifestaciones
multitudinarias, el referéndum no vinculante de 2014, el favorecimiento del
idioma catalán como identidad y barrera para los no catalanes, que no se pueden
integrar en el sistema. Y han arrincolado al español en la aulas y en la sociedad, pues si no hablas catalán no tienes acceso a las oposiciones y a otros trabajos.
Artur Mas
es el peor presidente de la Generalitat que
ha habido desde el punto de vista de los gobiernos españoles. Su idea es no ser español a todo costa (y es que él se mantiene gracias a este proyecto) Se ha permitido
abrir embajadas en el extranjero y ha prohibido que se muestre la bandera de
España detrás de él, en reuniones con jefes de Estado como ocurrió en Israel.
En cambio desde el punto de vista nacionalista es el mejor presidente que han
tenido. Los del CUP, se venderán y les apoyará.
En Cataluña
se ha conseguido dividir a los catalanes, en dos sectores, entre los
independentistas y los que no lo son, 50 por 50 %.
Se ha generado
en el resto de los españoles un sentimiento animadversión contra Cataluña, metiendo en la misma bolsa a quienes
no son independentitas.
¿Acaso el Estado español no tenía información de todo lo que está y estaba pasando en Cataluña?, con los sofisticados medios de información que tienen como el CSIC, o los informes de las policias, y de los medios de comunicación, y de los 600 asesores de la Moncloa.
Y si no lo sabían, es que se han portado negligentemente.
Han ido dejando que el arbolito creciera doblado y ya no tiene vuelta a atrás. Ahora su idea es que ellos tienen derecho a decidir.
De lo que deduzco que los españoles hemos sido engañados por nuestro inefices políticos.
REFERENDUM:
El referéndum
solamente beneficia a los independentistas, porque de salir el NO, ellos seguirían
insistiendo en nuevos referéndum hasta que saliera el SÍ. En Escodia creo que quieren hacer otro referéndum.
Los
nacionalistas han conseguido un gran poder entre los periodistas que piensan
como ellos, o entre los intelectuales, es muy fácil hacerlo, les pagan para
positivar estas propuestas favorables y ellos seguirán sus directrices. Si hay votantes
independentistas siempre habrá políticos que quieran liderarlos, porque es su sustento.
Los
partidos como I.U. liderados por Alberto Garzón, se agarran a un puñado de
votos con la idea del referéndum, sin importarles la consecuencias.
Indudablemente, la independencia ni le
conviene a España ni a los Catalanes, porque los Estados en cuanto más pequeños
más vulnerable con menos poderes de decisión tienen en una Europa que lo que pretenden, es
precisamente lo contario, el engrandecimiento.
El PSOE propone un España Federal del tipo de Alemania. Esto supone más separatismo.
SEPARATISMO:
Cataluña ha entrado en una fase, que supone
un choque de trenes con España, que por otra parte no está haciendo nada para
impedirlo, y además estamos a las puertas de unas elecciones generales del 20
de diciembre, con lo que todo acto de impopularidad es contrario a su liderazgo,
por ello lo tiene atado de pies y manos, no solo que no puede tomar medidas
drásticas como el uso del art. 155 de la Constitución, sino que no va a hacer
nada, y que ellos –los catalanes– se las apañen, y a esperar el resultado
utópico de una mayoría absolutas que le será difícil, porque lo que no perdonan
los españoles es la corrupción y que les roben. Y seguramente recibirán un duro
castigo. Porque los españoles ya no son los idealistas de antaño, sino los
hombres que están en el paro, lo inconformistas y lo que quieren demostrar que
quien manda en las urnas es el pueblo llano.
Ha sido un proceso lento, pero los independesticas lo han conseguido. Un amigo mío me dijo, que él se había convertido al independestismo sin darse cuenta, sino llevado por el ambiente progresista que reinaba, porque si te manifestaban independentista las cosas laborales eran más fáciles.
CONSECUENCIAS:
Saldrán o no
saldrán de Europa, perderán el €, pero a ellos, todo esto les trae sin cuidado,
porque por ahora, los que tienen poder de decisión están chupando de la teta
del nacionalismo, a lo que les sobra el dinero a raudales.
El deporte de base sufrirá un gran varapalo. El FC. Barcelona y el Español podrá jugar en la liga Francesa.Y el Unión Europea los admitira´como estado asociado, y nos cabrearemos más de lo que ya estamos.
Cuando cierto sectores de catalanes están rodeados diariamente de banderas independentitas, del eslogan "España nos engaña", cuado son los puyoles y compañía lo que han engalaño a catalanes, cuando se oye contantemente que el estado español les persiguen y que Artur Mas es una pieza de caza mayor. El resultado se convierte en una obsesión, que hasta que no se luga no se consume el deseo. ¿Y luego qué? Cómo salir de esta locura de consecuencias desatriosas.
Menos mal que los padres de la constitución amarraron bien lo de la unidad de España en el art. 2 de la Constitución:
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación
española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el
derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad
entre todas ellas.
Y no se pueden separar salvo que tuvieran un Ejército catalán, y no lo tiene.
Ramón Fernández Palmeral
Alicante, 2 de noviembre 2015
