ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

viernes, 15 de diciembre de 2023

Sorolla y su relación con el nuevo invento de la fotografía

 Sorolla y su relación con el nuevo invento de la fotografía

Ramón Palmeral ha colaborado en Diario Información de Alicante

 

                            (Obra de Sorolla- Niños corriendo en la playa 1908)

La mayoría de pintores impresionistas como (Degas y sus bailarinas de balet),  se apoyaron en fotografías para detener el tiempo y el movimiento, para crear sus obras,  uno de ellos fue Sorolla, es imposible pintar niños corriendo en la playa si no se dispone de una foto, o de una manadas de toros como en “El encierro” toros en una dehesa de Sevilla. O al rey Alfonso XIII, que no iba a posar horas y horas en el jardines la Granja, tenemos fotos del rey, o del cuadro de pescadores de atunes Ayamonte, son ejemplos.

En 1838 fue presentado el primer daguerrotipo que mostraba una vista del Boulevard du Temple de París. Desde entonces, nada volvió a ser igual en el terreno de la pintura. La forma de pintar, como antaño, llega a su final y se abre todo un mundo de posibilidades creativas. El gran descubrimiento de la fotografía llegó para quedarse y se sigue utilizando los por pintores realistas.

Cuando no existía la fotografía, los artistas, que veían todo en movimiento, no percibían todos los detalles de la escena como reflejos, luces, sombras. Antiguamente para pintar el retrato de  una persona, ésta debía permanecer quieta, a pesar de los cambios de la luz y las sombras que se producían por el paso de las horas y días ya que el sol me mueve 15º a la hora.

La venida de la fotografía permitió plasmar a través de una instantánea todo el detalle de una escena y los artistas la utilizaron cada vez más como fuente para sus creaciones en lienzo. Y los fotógrafos, por su parte, no fueron los enemigos de los pintores, sino sus aliados, en el caso de Sorolla fue primero su suegro Antonio García, fotógrafo de profesión, y después las hacía su hijo Joaquín, ya que él no se manejaba bien con este nuevo artilugio. A pesar de habar sido coloreador de fotos en el afamado estudio de su suegro como aprendiz. Fotógrafos pioneros como Daguerre fueron inicialmente pintores o dibujantes. Y, a su vez, muchos pintores pasaron a ser  fotógrafos retratistas para poder sobrevivir.

En cuadro  de Joaquín Sorolla ante una mujer de blanco, sentada sobre la arena de la playa y sujetando en sus manos una cámara Kodak “Folding Pocket Nº 0”, la cámara de bolsillo más pequeña que existía en esos momentos, comercializada en 1902 y todo un lujo para la época.
 

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 Los hiperrealistas usan sin duda al fotografía. Y se debe reconocer en público. Porque es lícito que el pintor, utilice todos los medios técnicos actual de la imagen y del photoshop para componer sus obras, pasándola a otra técnicas, como óleo, acuarelas, pastel etc. Los del pintar del natural, no mejora la obras que otro pintor pueda copiar o interpretar de unas fotos. El natural o aire libre, y terminaciones en estudios, pintaba el gran Zuloaga. No dudo que Antonio López  y sus grandes cuadros de Madrid  como la calle de Alcalá fuera primero una foto y luego fuera también  a tomar apuntes del natural, debido a que la luz del sol no está quieta y se mueve. 

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 Durante la estancia de Sorolla en Segovia en el mes de octubre de 1906, parece ser
que Sorolla encargó al fotógrafo segoviano Julio Duque que le hiciera varias fotografías
de portones antiguos de la ciudad. Así lo recoge en una carta el pintor Ignacio Zuloaga a
su tío Daniel Zuloaga:

 
“Sorolla estuvo aquí exhibiéndose por todas partes y diciendo a todos que él era el 
pintor Sorolla; se marchó, según me han dicho, el lunes y le encargó a Duque que le
hiciera varias fotografías de ciertas puertas antiguas. Eso es el artista, así se conoce a la
legua que todo lo hace de fotografía; [...]” *


*GÓMEZ DE CASO ESTRADA, Mariano; Correspondencia de Ignacio Zuloaga con su tío Daniel.
Segovia, Diputación Provincial de Segovia, 2002, p. 132, Documento Nº 98

 
La acusación de Ignacio Zuloaga de la utilización de la fotografía no era
desacertada, aunque como vemos con un cariz totalmente peyorativo, a pesar de que
seguramente sabía que la mayoría de los artistas de su época la utilizaban. No se
conservan las fotografías de Julio Duque que menciona Zuloaga en su carta en el
Archivo de Fotografía Antigua del Museo Sorolla y, solamente, encontramos un
ejemplo de portón antiguo en una de las notas de color de Sorolla, datada hacía 1902-
1904. Pero lo que si revela este testimonio es el hecho de que el artista valenciano
aprovechaba cualquier oportunidad para adquirir fotografías de los aspectos de la
realidad que más le llamaban la atención. (Roberto Díaz Peña. Tesis doctoral Sorolla y la fotografía). Por otra parte, sería  estupido pasar horas y días ante un portón, cuando este se puede fotografiar y seguir en el estudio.

 



 

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La colección del Museo Sorolla alberga alrededor de 7,000 fotografías, de las cuales unas 6,600 fueron meticulosamente catalogadas y digitalizadas desde 2017, evidenciando la importancia del medio fotográfico en la vida del pintor. A pesar de las declaraciones de Sorolla sobre su desagrado por la fotografía, las correspondencias revelan su constante interés en ella. La obra "Instantánea, Biarritz" (1906), donde se representa a una figura femenina manejando una cámara Kodak, simboliza la relación estrecha entre Sorolla y la fotografía.

Este análisis se centra en los retratos individuales de Sorolla, destacando las fotos de estudio formales, las tomadas en su taller o al aire libre, así como aquellas de sus viajes por España y estancias en Nueva York. Muchos de estos retratos fotográficos muestran al artista en el ejercicio de su profesión, siguiendo la distinción entre "retratos profesionales" y personales. Se utiliza el concepto de intericonicidad para describir la circulación y el diálogo entre los códigos gráficos de la fotografía y la pintura.

Es relevante señalar que muchas de estas fotografías se publicaron en la prensa de la época, contribuyendo a la difusión y promoción de la obra de Sorolla. Numerosos fotógrafos, incluidos Antonio García Peris y Christian Franzen, capturaron la vida y el trabajo del pintor, siendo algunas de estas imágenes reproducidas en periódicos como ABC, Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Madrid Cómico, Mundo Gráfico y La Ilustración española y americana.

Las primeras fotografías de estudio de Sorolla fueron realizadas por Antonio García Peris, su suegro, quien lo retrató en formatos de "Tarjeta gabinete", muy populares en los años 1870. Estas fotografías, como las de 1882 dedicadas a su amigo Juan Antonio Benlliure y la de 1887 destinada a su futura esposa Clotilde García del Castillo, ejemplifican la "tarjetomanía" de la época.

Las fotos de García Peris revelan los artificios de los retratos de estudio, destacando la influencia de las prácticas fotográficas contemporáneas. Otras imágenes muestran a Sorolla con sus atributos de pintor, como paletas y pinceles, tanto en su estudio como durante sus visitas a Estados Unidos. Estos retratos, escenificados con elegancia y simbolismo, subrayan la mirada intensa y expresiva del pintor dirigida al espectador.

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                     (En el cuadro de la mujer y hijos. se quitó de la foto y se puso en un espejo)
 
                                             (Obras de Sorolla. El pintor pasa al espejo)

Cabe subrayar que gran parte de estas fotos se publicaron en la prensa de la época (en ABC, Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Madrid Cómico, Mundo Gráfico, La Ilustración española y americana…) contribuyendo a la difusión y promoción de la obra del pintor. Fue justamente esta profusión de fotos la que testimonió de la constante labor de Sorolla, especialmente en sus sesiones al aire libre. La lista de los fotógrafos que le retrataron es extensa. Destacan, en primer lugar, Antonio García Peris, su suegro, y Christian Franzen y Nisser, fotógrafo danés de renombre que se afincó en Madrid hacia 1885-1890, apodado el «fotógrafo de los reyes y rey de los fotógrafos», con quien entabló una verdadera amistad. Con ambos, Sorolla mantuvo una relación estrecha y les rindió homenaje en cierta medida cuando les retrató a su vez ensalzando sus actividades de fotógrafos en instantes tan simbólicos como la revelación del negativo en el caso de García Peris (El fotógrafo Antonio García en su laboratorio, de 1908) y en el momento mismo del acto fotográfico para Christian Franzen (Retrato de Christian Franzen, de 1903). Entre los demás operadores, podemos recalcar los fotógrafos españoles de renombre —algunos fotoperiodistas— tales como Campúa (José Luis Demaría López de su verdadero nombre, director de Mundo gráfico), Luis Ramón Marín (uno de los primeros reporteros fotográficos), Diego González Ragel (fotógrafo de estudio y colaborador en revistas prestigiosas: Mundo gráfico, La Esfera, Blanco y Negro), también fotógrafos más regionales a los que Sorolla conoció en sus numerosos recorridos por las provincias españolas tales como Venancio Gombau en Salamanca, Aurelio Pablo de Rioja, en Soria, y Juan Ruiz de Luna, en Lagartera. Le retrataron también otros fotógrafos españoles: Ricardo del Rivero, José Antonio Esparza, Sebastián Cruset, Guillem Bestard, fotógrafos y fotógrafas norteamericanos tales como William Hollinger, A. Cooper, George Harris y Marta Ewing, Anna Christian.

Antonio García Péris, fotógrafo valenciano y suegro de Joaquín Sorolla asado con su hija Clotilde García del castillo, esposa y musa. Antonio García Peris le sacará sus primeras fotos de estudio, algunas de las cuales en formato «Tarjeta gabinete» de 10 x 15 cm muy de moda en los años 1870. Se trata de copias a la albúmina de mayor tamaño que el formato «tarjeta de visita» («carte de visite») patentado por Disdéri en 1854, de 6 x 10 cm. Se enmarca este tipo de fotos en este fenómeno de popularización del retrato conocido como la «tarjetomanía». Son retratos de busto o retratos sedentes de tres cuartos y de perfil, sacados aproximadamente entre 1882 y 1892. Estas fotos montadas sobre cartón solían juntarse a la correspondencia del pintor: la de 1882 en que Sorolla es un joven de dieciocho-diecinueve años que viste chaleco y chaqueta con cuadrados y lazada de pañuelo al cuello está dedicada a un amigo, al pintor Juan Antonio Benlliure. También la de 1887 en que lo vemos de perfil encendiendo su pipa está destinada a su futura esposa, Clotilde García del Castillo, con quien se casará un año más tarde.

 

              (Foto de la familia burguesa de Joaquín Sorolla. De pie Antonio García Peris)

Conclusión:

Si antiguamente estaba mal visto pintar de foto, lo preceptivo era del natural, hoy no lo es, ni lo debe avergonzar al pintor). No se debe tratar al espectador como incautos.

Ramón Palmeral

Alicante, 15 de diciembre de 2023