(Retrato a plumilla y lápiz José Ángel Valente, por Ramón Palmeral (Copyrite 2020)
José Angel Valente: aproximación biográfica
Claudio Rodríguez Fer.
A
pesar de su enorme prestigio intelectual y de la significación ética y
literaria que ha alcanzado en Europa, José Angel Valente sufrió antes de
morir cierta contestación en Almería y fue una presencia incómoda para
algunos personajes que ocupan cargos institucionales en nuestra ciudad.
Con el fin de que nuestros lectores -y los citados responsables
culturales, universitarios y políticos- se hagan cargo de la verdadera
dimensión de su obra, que algunos críticos consideran heredera de la
poética de San Juan de la Cruz, reproducimos el artículo del profesor
Claudio Rodríguez Fer, publicado por la Residencia de Estudiantes y
Alianza Editorial con motivo del homenaje que recibió en Madrid.
José
Ángel Valente, sin duda uno de los escritores más importantes y
significativos de la literatura española de postguerra, es también una
de las personalidades intelectuales más relevantes y particulares de la
cultura europea del siglo XX, tal como creemos que evidencia la
polifónica compilación de estudios que le dedicamos en el volumen de la
serie El escritor y la Crítica (Taurus, 1992) a él consagrado.
Nacido en Ourense el 25 de abril de 1929, Valente vivió su infancia y su
adolescencia en Galicia, en cuya Universidad -la de Santiago, la única
entonces existente- comenzó a estudiar Derecho. En los años cuarenta
publicó versos en gallego y se relacionó con el galleguismo cultural,
actitud lingüística que rebrotará en los años ochenta con el poemario
Sete cántigas de alén (1981), luego ampliado en Cántigas de alén (1989),
y con otros escritos en prosa de motivación galaica, que hemos
recogido, junto a nuevos poemas gallegos, en Material Valente (1994).
Además, Galicia -y particularmente su ciudad natal- tiene también una
notoria presencia en su obra en castellano.
Instalado en Madrid en 1947, se licenció allí en Filología Románica y se
vinculó a las más activas plataformas culturales de la postguerra en
España, adoptando un lúcido y responsable posicionamiento crítico. Desde
1955 fue miembro del Departamento de Estudios Hispánicos de la
Universidad de Oxford, donde recibió el grado de Master of Arts, y,
desde 1958, ejerció como funcionario de la Organización de las Naciones
Unidas en Ginebra.
El inevitable distanciamiento de los mundillos culturales españoles y su
consiguiente inmersión en el conjunto de la vida intelectual europea
acentuaron aún más, si cabe, su serena independencia y su conexión con
interesantes manifestaciones artísticas y literarias del continente,
aunque en todo momento se mantuvo preocupado por la situación
sociopolítica española en activa solidaridad antifranquista, como
revela, por ejemplo, su colaboración con las iniciativas de los
emigrantes gallegos y no gallegos en Suiza.
A partir de 1975 residió, sucesivamente, en Collongues-sous-Salève,
localidad ubicada en la Alta Saboya francesa, y París. En 1985
estableció residencia en Almería, que actualmente compagina conlas de
Ginebra y París. Reconocido mundialmente en los más exigentes medios
culturales como un creador y como un intelectual fundamental en el
panorama europeo de fin del milenio, su presencia en la vida artística y
literaria internacional es ya tan necesaria como imprescindible en lo
ético y en lo estético.
Trayectoria poética
SU trayectoria poética castellana es sobradamente conocida por el lugar
central que ocupa en la literatura española de postguerra y por su
progresiva apertura a la más avanzada modernidad europea. Así lo
atestiguan sus libros y opúsculos, que, tras A modo de esperanza (1955),
fueron apareciendo en los años sesenta -Poemas a Lázaro (1960), La
memoria y los signos (1966), Siete representaciones (1967), Breve son
(1968),- setenta -Presentación y memorial para un monumento (1970), El
inocente (1970), Interior con figuras (1976), Material memoria (1978)-
ochenta -Tres lecciones de tinieblas (1980), Estancias (1981), Tránsito
(1982), Mandorla (1982), El fulgor (1984), Nueve poemas (1986), Al dios
del lugar (1989)- y noventa -No amanece el cantor (1992), Nadie (1994),
Catro poemas inéditos (1995).
Con el título de Punto cero recogió su poesía en 1972 (incluyendo
también Treinta y siete fragmentos, obra no publicada en edición
independiente hasta 1989) y en 1980, tras lo que reunió su producción
posterior a dicha fecha en 1989 con el título de Material memoria. Fue
antologado en Noventa y nueve poemas (1981) por José Miguel Ullán, y en
Entrada en materia (1985) por Jacques Ancet, así como traducido al
francés, portugués, italiano, inglés y alemán en libros y revistas
editados en Francia, Canadá, Bélgica, Portugal, Italia, Gran Bretaña,
Estados Unidos y Alemania. Además, alguno de sus poemas castellanos fue
traducido al gallego, mientras que su obra en gallego fue traducida al
castellano y al catalán. Esporádicamente, escribió también versos en
francés, como los contenidos en el pliego A Madame Chi, en remerciement
du réveil (1982). (…)
Narrativa y ensayo
Cultivador de la más rigurosa prosa poética y narrativa, su primera obra
de este género, Número trece (1971), fue secuestrada por la censura
franquista y le ocasionó un auto de procesamiento, pero pudo ser
parcialmente reunida en El fin de la edad de plata (1973), ciclo
complementado más adelante con Nueve enunciaciones (1982) y finalmente
reunido en El fin de la edad de plata seguido de Nueve enunciaciones
(1995).
Colaboró muy asiduamente en la prensa cultural española de postguerra, a
veces de modo polémico, pero siempre esclarecedor. Buena parte de sus
ensayos esparcidos por medios diversos fueron reunidos en Las palabras
de la tribu (1971) y en La piedra y el centro (1983). A este último
volumen incorporó su “Ensayo sobre Miguel de Molinos”, que había servido
de introducción a la edición de Guía espiritual, seguida de Fragmentos
de la “Defensa de la contemplación”, de dicho místico heterodoxo (1974),
textos sobre los que volvió en prólogo y edición posteriores (1989).
Como Lectura en Tenerife (1989) fue publicada una presentación y
selección de textos propios leídos en dicha isla. Posteriormente,
publicó Variaciones sobre el pájaro y la red en volumen compartido con
La piedra y el centro (1991). En la misma línea, prologó Cántico
espiritual y Poesías. Manuscrito de Jaén (1991), de San Juan de la Cruz,
y coeditó, con José Lara Garido, Hermenéutica y mística: San Juan de la
Cruz (1995).
Reconocimiento y heterodoxia
EL reconocimiento crítico de la obra en verso y en prosa de José Ángel
Valente fue inmediato y perdurable, aunque no siempre estuvo a la altura
de su calidad literaria. Su primer libro, A modo de esperanza, obtuvo
el Premio Adonais de 1954, mientras que el segundo, Poemas a Lázaro,
recibió el Premio de la Crítica en 1960. Después de un cierto desapego
de los medios culturales españoles en beneficio de su independencia
moral y creativa, se reanudó su reconocimiento en aquéllos al
concedérsele de nuevo el Premio de la Crítica (en 1980, por Tres
lecciones de tinieblas), el Premio de la Fundación Pablo Iglesias (en
1984), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (en 1988), el Premio
Nacional de Poesía (en 1993, por No amanece el cantor) y el Premio
Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 1999, por el conjunto de su
obra. Por lo demás, desde el principio, su obra mereció la atención de
importantes estudiosos y escritores, a veces significativamente
relacionados con espacios diversos de Europa, de África y de América,
como puede comprobarse en la ya muy nutrida bibliografía existente sobre
aquélla. (…)
Manifestación de la verdadera vanguardia y conciencia crítica de la
sociedad contemporánea, la obra literaria y la reflexión intelectual de
José Ángel Valente constituyen, en suma, una aportación honesta,
radical, completa y absolutamente ejemplar a la cultura de la búsqueda y
del conocimiento.
El Congreso aprueba la ley de eutanasia entre protestas
La proposición ha logrado el apoyo de Cs y los socios del Gobierno. PP, Vox y UPN han votado en contra
El Pleno del Congreso ha aprobado hoy la proposición de ley del PSOE que despenaliza la eutanasia, que así se remitirá al Senado para continuar su tramitación parlamentaria. La eutanasia se abre camino en España con una amplia mayoría y el voto en contra del PP, Vox y UPN, de la proposición de ley que regulará la ayuda médica para morir.
Ver también
Sociedad.Qué permite y qué no la ley de eutanasia aprobada por el Gobierno
Sociedad.¿Está de acuerdo con la legalización de la eutanasia?
Sociedad.¿En qué países es legal la eutanasia?
Sociedad.María Pilar Núñez y Cubero: “El médico debe llevar a morir en paz, no a la mal llamada muerte digna”
Tras un duro debate sobre la vida, la muerte y el derecho de cada persona a poner fin a sufrimientos intolerables sin perspectiva de curación o mejoría, 198 diputados han votado a favor de la ley, 138 en contra y 2 se han abstenido, con lo que la norma pasará ahora al Senado y será aprobada definitivamente en los primeros meses de 2021.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, se dirigió al Pleno del Congreso antes de la votación para agradecer la aprobación de un texto que, según sus palabras, supone “una sociedad más humana y más justa”, y que demuestra que España es “una democracia moderna” y lo “suficientemente madura” como para afrontar esta cuestión. Asimismo, quiso recordar la labor de las organizaciones de la sociedad civil que han luchado por su regulación, a los grupos parlamentarios que han aportado enmiendas a la ley, y a su impulsora, la exministra de Sanidad socialista, María Luisa Carcedo, “por la convicción con la que la ha defendido”.
PP y Vox han reivindicado los cuidados paliativos como alternativa a la eutanasia, pero el resto del hemiciclo ha subrayado que no bastan y ha apostado por una ley considerada garantista y que amplía derechos despenalizando la ayuda médica a morir en un centro sanitario o en el domicilio, tras un proceso deliberativo y con el control de una comisión especifica. El derecho a la eutanasia se incluirá como una prestación en el Sistema Nacional de Salud, el paciente deberá confirmar su voluntad de morir al menos en cuatro ocasiones a lo largo del proceso, y los médicos podrán acogerse a la libertad de conciencia.
Varias decenas de personas se han manifestado esta mañana a las puertas del Congreso para protestar por la proposición de ley orgánica de regulación de la eutanasia. En la concentración, convocada por la campaña “Vividores”, impulsada por la Asociación Católica de Propagandistas, los manifestantes llevaban máscaras y pancartas en las que se podía leer “Gobierno de la muerte” y “Eutanasia igual a recortes en pensiones, a recorte sanitario y a recortes en Dependencia”. El líder de Vox, Santiago Abascal, y el portavoz parlamentario del partido, Iván Espinosa de los Monteros, han mostrado su apoyo en la calle a los congregados.
El PP se ha mostrado muy crítico con esta ley, que es “una derrota para todos, un fracaso del sistema sanitario y de la sociedad”, cuando la respuesta ante el sufrimiento de los vulnerables debería ser “no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse y dar cuidado, compañía, consuelo, amor y esperanza”, en palabras de José Ignacio Echániz. El diputado ha acusado al PSOE de aprobar esta norma “al final del último día, del último Pleno ordinario”, a través del trámite de proposición de ley, “sin informes técnicos ni jurídicos”, “sin audiencia pública”, “sin estudios demoscópicos recientes” o “sin permitir la comparecencia de los expertos”.
En su discurso, acogido con aplausos desde la bancada del PP, ha criticado que se despenalice la eutanasia en el año de la pandemia, en el que la sociedad ha contraído una deuda con los mayores y los sanitarios, y ha defendido un sistema de cuidados paliativos personalizados y avanzados como alternativa “justa, útil y oportuna” a una ley “injusta, inoportuna, chapucera e inconstitucional”.
Más dura ha sido la intervención de la diputada de Vox Lourdes Méndez, quien ha denunciado que la ley supone una “tragedia para España” porque es “despiadada, injusta e ilegítima”, “eugenésica y criminal”, quebranta el derecho a la vida y “obliga al Estado a matar”. Méndez, que ha adelantado que la recurrirán ante el Tribunal Constitucional, ha afeado que el Congreso apruebe esta norma “mientras el mundo celebra el nacimiento del hijo de Dios” y ha acusado a los diputados que la apoyan de “instaurar la industria de la muerte”.
Desde Unidas Podemos, Rosa María Medel ha insistido en que no implica ningún tipo de imposición, sólo un nuevo derecho, y ha criticado que el PP y Vox quieran negárselo a quienes no tienen dinero o no piensan como ellos, pues el derecho a una muerte digna, ha apuntado, “siempre ha existido para quien puede pagarla”.
“Es falso que sea una ley de muerte: es una ley de vida que te permite vivir con la confianza de que morirás como tú quieres, no como los otros desean”, ha afirmado desde ERC Pilar Vallugera.
“Hoy nadie pierde ningún derecho, todos avanzamos un poquito más en nuestra libertad”, ha reiterado la líder de Cs, Inés Arrimadas, para ratificar su apoyo a una norma “garantista” que no impone creencias ni decisiones.
Tras una profunda reflexión, el PNV también ha considerado “moralmente aceptable” despenalizar la eutanasia con un texto “sólido” que da garantías y seguridad a pacientes y profesionales, desde el convencimiento, ha dicho Joseba Andoni Agirretxea, de que es obligado “legislar más allá del código ético de cada uno” y ser “misericordiosos” con el sufrimiento ajeno.
En la misma línea, JxCat ha rechazado imponer “la moral y la fe” de cada uno al resto de los ciudadanos.
Desde la tribuna del hemiciclo, al PP y a Vox solo se ha unido la voz de UPN. “Prefieren empujar al (suicida) del alero que darle los cuidados paliativos y la ayuda médica que necesita”, ha lamentado el diputado Carlos García.
Los nombres de Ramón Sampedro, Maribel Tellaetxe, María José Carrasco y su marido Ángel Hernández, el médico Luis Montes o la organización Derecho a Morir Dignamente han sido recordados en muchos de los discursos en una sesión que ha concluido con un largo aplauso.
Los médicos piden que se respete la objeción de conciencia
Tras conocerse la noticia de la aprobación de la proposición de ley, el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Serafín Romero, ha declarado que “hoy es un día especialmente triste para la profesión. La eutanasia no es una decisión puramente médica, aunque se ha legislado el hecho de que un médico, como acto médico, pueda ejercer el derecho de una eutanasia o un suicidio asistido, si bien el médico tiene otras acciones”, ha dicho Romero.
A su juicio, “en ningún momento” una ley puede describir que la eutanasia sea un acto médico, ya que “no es ni la esencia ni el ADN de la profesión”. Por ello, el presidente de la OMC ha destacado la necesidad de que los médicos sean “garantistas” y ha pedido que se respete la objeción de conciencia y no se regulen.
“Tenemos que ser muy garantistas para los ciudadanos que solicitan, ante un sufrimiento inaguantable, decir que no quieren seguir viviendo y ahí es importante que se defina muy bien qué médicos deciden el trámite y quiénes van a participar. Es necesario hacer una reflexión y la profesión médica va a ser garantista”, ha zanjado.