ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

lunes, 14 de febrero de 2022

Resultado de la elecciones autonómincas de Castilla León 13 F/22

 

Los dos pierden: Sánchez se debilita y Casado consolida la pujanza de Vox

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez y el líder de la oposición, Pablo Casado, en un encuentro en Moncloa.
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez y el líder de la oposición, Pablo Casado, en un encuentro en Moncloa.
EFE

Ni Pedro Sánchez ni Pablo Casado van a poder estar satisfechos de estas elecciones. La coalición PSOE-UP que controla el Gobierno central perdió ayer en las elecciones de Castilla y León más de cinco puntos respecto a lo conseguido hace solo dos años. Por su parte, la derecha como bloque sube un punto, pero el partido que dirige Pablo Casado perdió ayer por primera vez la amplia hegemonía que le daba en la derecha sacar cinco veces más votos que su siguiente competidor. Si el objetivo del PP con estas elecciones era consolidar un cambio de ciclo electoral liderado por el PP, el resultado es bastante cuestionable, ya que incluso ha perdido votos respecto a 2019.

Con este resultado, el anunciado efecto de Castilla y León en el panorama nacional no supondrá un cambio muy positivo ni para Sánchez ni para Casado. El PSOE ahora sí podrá decirle al PP con más fundamento que su socio es Vox, pero hasta ahí queda su lectura positiva para estas elecciones. Los socialistas han perdido siete escaños y ha dejado de ser el partido más votado en Castilla y León. Además, su socio de investidura, Unidas Podemos, ha visto reducida su representación en esa autonomía a la mitad, de dos a uno. La conclusión inevitable de estas elecciones es que los dos partidos que lideran el Gobierno central van a la baja.

En el otro lado, el PP puede decir que es -por segunda vez en un corto plazo, tras la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid- el partido más votado en unas elecciones. Sin embargo, ya no puede decir que vaya al alza. Los populares han ganado las elecciones, pero a la vez han perdido más de 50.000 votos respecto a las elecciones de 2019, que han ido directamente a Vox.

Como dato que no puede invitar a la tranquilidad en la sede nacional del PP, en las elecciones autonómicas de Madrid, su candidata sacó el 44% de votos, mientras que Vox no llegó al 10%. Unos meses después, su candidato en Castilla y León apenas ha logrado el 31%, mientras que Vox ha superado el 17%.

En este escenario, el plan de Génova de crear un "ciclo ganador" de elecciones con Madrid, Castilla y León y luego Andalucía pasa a ser una jugada de alto riesgo en vez de el revulsivo perfecto para generar un clima de éxito previo a las elecciones generales. Así, al PP le toca ahora revisar su plan de forzar unas elecciones a corto plazo en Andalucía, algo que ya reconocieron ayer algunos dirigentes populares. Y si la dirección nacional del PP aún buscase la celebración rápida de esos comicios, el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, se encargará previsiblemente de desactivarlo. No está en los planes de Moreno adelantar las elecciones para tener que cambiar de vicepresidente, del moderado Juan Marín a la dirigente de Vox, Macarena Olona.

Resultados de las elecciones en Castilla y León 2022.
Resultados de las elecciones en Castilla y León 2022.
HENAR DE PEDRO

El resultado electoral que sí va a tener un claro efecto en el mapa nacional es el que ha conseguido principalmente ‘Soria Ya’, que simboliza la pujanza de los partidos que representan a la llamada España vaciada. Ha sido la primera vez que se ha presentado a unas elecciones, y ha logrado ya tres de los cinco escaños que se repartían en la provincia de Soria. Ahora le va a tocar a PSOE y PP analizar bien si tienen alguna forma de frenar que emerjan en otras provincias. Y si ya es inviable para ellos, empezar a tender puentes de cara a las próximas generales, ya que podrían ser un socio decisivo.

...............

 El PP ha ganado las elecciones de Castilla y León, con el 99% escrutado, aunque necesitará a Vox para poder gobernar, después convertirse en la tercera fuerza política y decisiva para esta legislatura. A estas alturas del recuento, Alfonso Fernández Mañueco conseguirá 31 procuradores, dos más que los conseguidos en las anteriores elecciones, aunque con la curiosidad de haber perdido más de 55.000 votos. Vox, por su parte, pasa de 1 procurador a 13.

................

Vox es un partido político constitucional de derechas, tan legal como cualquier otro. Si no fuera legal, no estaría en el Congreso, ne en las autonomias ni en ayutamientos. Si ha obtenido 13 diputados es porque les han votado democráticamente los ciudadanos. Vox nació por la deriva independetista de Cataluña y Vascongadas.

 

Los resultados electorales provocan dispares interpretaciones y lecturas de los que buscan que los números, los que sean, converjan con las estrategias propias o al menos no las desarbolen. En Castilla y León, el saldo final de unos y otros ofrece mínimas dudas sobre el voto abrumador al centroderecha y el agudo retroceso de la izquierda. Hay, por tanto, sin mayores cosméticas, notables derrotados que son las siglas, sin que se salve una, que ocupan hoy el Consejo de Ministros en Madrid. El revés tiene nombres y apellidos que, obviamente, no se ciñen a Luis Tudanca, el candidato socialista, sino a Pedro Sánchez, pero también a Yolanda Díaz, la sucesora de Pablo Iglesias para liderar Unidas Podemos. Uno por activo y la otra por absolutamente pasiva, ausente, en un vano intento de salvarse de la quema y controlar los daños que, sin embargo, la han salpicado de lleno sobre un liderazgo in pectore ya bajo sospecha y discutido. Había un consenso general, porque de ello se encargaron también los partidos, en dotar a los comicios castellanoleoneses de una dimensión nacional. La activísima presencia del presidente del Gobierno en la campaña no ha sugerido otra cosa que la lectura española del devenir de este nuevo paso por las urnas autonómicas. Para socialistas y comunistas ha supuesto una catástrofe sin paliativos. El PSOE, que ganó los comicios de 2019, ha perdido la hegemonía. El equilibrio de poder nos deja una fotografía concluyente sobre el sentir y el favor de los ciudadanos de la comunidad. El 53,56% ha respaldado las siglas liberalconservadoras, mientras que el 35,13% lo ha hecho con las de izquierda. La brecha es de más de 18 puntos, lo cual es una barbaridad en términos políticos y un mensaje rotundo. Se ha castigado con severidad la gestión de los socios de gobierno en La Moncloa, con una pérdida de casi el 7% de sus votantes, especialmente incisiva para los socialistas, con siete escaños y 117.613 sufragios menos, un 4,79%, y que en el caso de Unidas Podemos estuvo a punto de convertirlo en extraparlamentario como en Galicia. Y todo ello a pesar de no haberse ahorrado males artes y peores prácticas en la adulteración del clima de opinión y del proceso de reflexión en un intento de manipulación del elector con los manejos millonarios en el BOE y el fraude demoscópico del CIS. Desde el Gobierno y el PSOE han intentado escapar de esta nuevo descalabro, que ahonda el ciclo de derrotas con Madrid como paradigma –Sánchez ha caído en cuatro de las últimas cinco elecciones desde que se abrazó a la mayoría Frankenstein–, presionando al PP con Vox como la detestable opción de socio de gobierno. Que den lecciones de moral los aliados y cómplices de los proetarras, los comunistas y los separatistas catalanes es de una hipocresía infame. Para Sánchez el futuro aparece cada día más complicado, las mentiras no prenden y los españoles sufren demasiado los estragos de sus políticas incluso con una maquinaria de propaganda tan colosal a su favor. Sus problemas crecen como lo hace la contestación de una mayoría social que apuesta por el cambio.