Ramón Palmeral
¡Ah, qué maravilla! Un texto titulado: "¡Proposición de Ley Orgánica de Amnistía y el Gran Resuelve-El-Jaleo-Político Español Entre Cataluña y los Sufridores Españoles!" que llega como un vendaval de sarcasmo a la agitada arena política para investir a Pedro Sánchez como un dios viviente. En este mamotreto, alguien sugiere que en una democracia avanzada, el sistema judicial debería ser tan útil como un paraguas en el desierto para lidiar con asuntos políticos. Claro, ¿quién necesita tribunales y leyes cuando puedes gritar “Amnistía no”, y ondear pancartas y lanzar votos al viento? ¡Democracia en estado puro! En España no existe la división de poderes, existe la “totaldocracia” y la dedocracia como un sistema asumido desde siglos atrás.
Los legisladores atolondrados se sienten muy especiales al destacar lo importante que es este enfoque mágico en el conflicto español-catalán, que ya lleva más tiempo que una telenovela venezolana aburrida. Solucionar un hipotético conflicto para crear otro de consecuencias imprevisibles como una manada de patos cabreados. Después del fiasco de un intento de pacto estatutario en 2006, que fue como un intento de juntar agua y aceite cabreado, parece que la respuesta es liberar a todos los delincuentes políticos desde 2012 hasta hoy y pretender que se todo quede impune, nombrados solo como "activistas sociales" de proceso de regeneración ¡ay qué risa”. Sí, porque en una España donde la Constitución es papel mojado, es solo un instrumento para hacer amigos de conveniencia, cualquier decisión regional no puede ser empoderada por esos fastidiosos jueces de Madrid del CGPJ.
Pero, espera un minuto, aquí viene el giro de la trama. Este texto en realidad es un refrito de unas iniciativas anteriores de 2012 que fue tan popular como una fiesta de Halloveen en un cementerio. Y, por supuesto, las redes sociales están que arden entre amigos virtuales (que nunca se han visto) compartiendo esto por aquí aquello por allá, como si fuera la noticia del siglo, la nostalgia del pasado, sin preocuparse por verificar si es real o no. ¡Vamos, es como si el sentido común se hubiera ido de vacaciones permanentes! ¿Y yo con esto pelos!
En resumen, esta propuesta de ley es como un chiste malo que se niega a irse de fiesta a Benidorm. Y aquí estamos, en medio de la polarización política en España (otro conflicto de un inepto PSOE), donde parece que la ironía es más abundante que la cordura. ¡Así que sigamos disfrutando del espectáculo! Y cuando la semana próxima veamos el debate de investidura de Pedro Sánchez, lo mejor será acostarse con el rifle debajo de la almohada por lo que pueda pasar. Los ultras rodearán el Congreso como años atrás lo hiciera la izquierda radical podemista. Pedro Sánchez podrás ser investido de púrpura con marlota pero no convencerá a nadie. Porque convencer algo más complejo que tirar unas monedas al aire y que salgan caras, caras duras de bronce como los ases romanos.
Pedro Sánchez no es que sea valiente, es un negligente, que es diferente.
Nota.-
Este artículo se lo mandé a Opinión del Diario Información el 4 de noviembre actual y no lo han querido publicar, y ni siquiera acuse de recibo. Así se las gasta Prensa Ibérica. Su presidente es Javier Moll.
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