"Sesenta y nueve poemas y anexo" Disponible en
Amazon
Reseñas
R. Palmeral, Sesenta y nueve
poemas y un anexo, Alicante, Amazon, 2022, 125 pp.
De acuerdo con su fecha
de nacimiento en 1947, el escritor ciudarrealeño Ramón Fernández Palmeral, que firma sin el primero de sus
apellidos sus obras, puede ser considerado dentro de la nómina de los poetas de
los setenta, aunque de aparición tardía, eso sí, dado que su entrega poética
más temprana, Desolación sin nombre, no la dio a conocer hasta 1983. La más reciente
de sus producciones en verso la ha publicado
en 2022, y en el prefacio a la misma da a entender que esta pudiera ser la
última de las suyas etiquetables
dentro del marbete “poesía”, marbete que aquí utilizo en tanto que referido a
un género literario, con independencia de los resultados propiamente poéticos que hayan podido
conseguirse o no en un libro concreto. Por su indeclinable dedicación a la pintura, la
obra de referencia, Sesenta y nueve poemas y un anexo, la ha ilustrado
su autor con diversas y muy plausibles creaciones artísticas.
Explica Ramón Palmeral en su prólogo que
el título se lo sugirió el que había puesto Konstantino Kavafis a uno de sus
conjuntos, 65 poemas recuperados, de ahí que él optase por el de Sesenta
y nueve poemas y un anexo. Número ciertamente asociado al erotismo, en este caso se ha preferido asociarlo a la conjunción del hombre con la mujer desde la perspectiva del equilibrio
entre los conceptos taoístas del ying y del yang. Como se indica en la propia
titulación, la obra finaliza con unas páginas anexadas en prosa en las que se discurre
acerca de la poesía y de las técnicas de su realización, para lo que Ramón Palmeral expone unas ideas que ya anticipó en
escritos precedentes. Poco proclive a teorizaciones de índole metapoética, entiende el autor que la poesía no es sino “un camino, una forma de
enunciado, de comunicación personal” (114).
A tenor de las citadas palabras, lo que
más se evidencia en este libro es su naturaleza mayormente comunicativa, manifiesta en el propósito
de hacer partícipes a sus posibles lectores
de sus personales y a veces bien peculiares puntos de vista, de sus filias, y desapegos, así como de su
vocacional dedicación al ámbito de la plástica, en ocasiones decantándola hacia
los factores visuales. Por lo que hace a la cronología de los textos
insertados, señalo que algunos llevan fecha de 2022, pero otros la tienen de no pocos lustros atrás,
datándose bien en la primera,
bien en la segunda de las décadas del presente siglo. Sesenta y
nueve poemas y un anexo muestra no pocas estrategias estilísticas, siendo un libro variado en sus asuntos,
entre los cuales anoto y destaco un par:
el testimonio de la reciente
pandemia, y la denuncia del genocidio llevado
a cabo por el ejército del
Kremlin contra el pueblo ucraniano.
No entraré en valoraciones
cualitativas concernientes a la escritura factual de este libro, porque al leerlo he optado por fijarme con preferencia en un aporte que me parece de relieve, el hecho de que deja
constancia de la estela de Miguel Hernández en
sus versos. No extraña en quien es uno de los hernandistas más comprometidos y
constantes en el empeño de promover la lectura, el esclarecimiento de obras del
alicantino, y la difusión de la vida y de su poesía.
El autor de libros como El rayo que no cesa, Viento del Pueblo, El
hombre acecha y Cancionero y romancero de ausencias ha ido dejando
y sin duda dejará mucha impronta en numerosos creadores
hispanos, aunque difícilmente encontraremos entre ellos a nadie tan entusiasta y fiel como lo ha demostrado
desde hace décadas Ramón Palmeral.
Las huellas del oriolano en Sesenta y nueve poemas
y un anexo las vemos reflejadas
en distintas composiciones. En unas se hace eco del emblemático sintagma de
Miguel Hernández “tristes guerras”, que Ramón Palmeral asume en más de un
momento de su libro, así en los textos titulados “No a la guerra ni a las
guerrasssss” y “Mientras caen misiles en los colegios” (pp. 21 y 33). Las vemos igualmente en poemas en los que
gravitan intertextualidades basadas en conocidas expresiones hernandianas, por
ejemplo en “Nadie diría que estos troncos…”
(34), en “La crueldad gobierna
el mundo”(53) y en “Con un dolor en el costado” (73). Las vemos asimismo, entre
otros lugares, en la “Elegía a José Antonio Charques” (71).
Amén de referencias expresas a Miguel
Hernández que se hallan en varios textos más, me parece muy significativo al
respecto que Ramón Palmeral haya incluido en su libro el poema conmemorativo
“80 años después de tu muerte”, en obvia referencia a quien murió en prisión en
Alicante el 28 de marzo de 1942. En esta composición se dirige el autor al
oriolano en primera persona para darle cuenta de los sucesos de España, resaltando los del natal Levante español,
acaecidos después de su trágica desaparición física. También
le pone al día de cómo su presencia se ha ido engrandeciendo en la memoria
colectiva del país gracias no solo a los méritos
literarios de su poesía, sino igualmente a su ejemplar conducta,
rebosante de tantos valores positivos. De este poema entresaco estas líneas:
una corta
aventura fue tu vida de poeta,
periodista y dramaturgo, ambicionando
la libertad de los pobres jornaleros
en el triste crepúsculo de los sueños inconclusos (76).
José María Balcells Doménech
ISSN: 0213-1382
(impresa) y 2444-023X
(en línea) DOI: 10.18002/ehf
238 Estudios Humanísticos: filología 45 (2023).
237-251
............................
El profesor José María Balcells
Enlace a la revista Estudios Humanísticos. Filología (Servicio de publicaciones de la Universidad de León).
Enlace
al PDF original