ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

viernes, 15 de enero de 2016

Gellatardismo, sindrome de la impuntualidad


Si siempre llegas tarde a los sitios cuando quedas con amigos o el jefe te echa demasiadas broncas porque no estás a tu hora en la oficina, tal vez ahora tengas un motivo para justificar tu impuntualidad. Al menos sí lo tiene el escocés Jim Dubar, que literalmente no es capaz de llegar a su hora en ninguna ocasión. Este hecho ha provocado que la vida de este hombre sea un auténtico caos, puesto que a causa de su impuntualidad ha sido despedido de muchos trabajos, ha estropeado posibles relaciones amorosas y ha perdido alguna que otra amistad.
Casi todos conocemos a alguien que tiene este mismo defecto, pero nunca se nos habría ocurrido que podría tratarse de una patología crónica. Al parecer, a Jim Dubar le han diagnosticado un trastorno que le impide llegar puntual a sus citas. Según los resultados de las pruebas a las que fue sometidas, el cerebro de este escocés no es capaz de estimar cuánto tiempo trascurre desde que empieza a realizar una actividad, por lo que no puede calcularlo de forma precisa y, por lo tanto, no puede llegar a la hora acordada, a no ser que se produzca una casualidad.
«Una vez quedé con un amigo en que lo recogería a medio día para irnos de viaje y llegué cuatro horas tarde. Mi amigo estaba furioso porque perdimos el ferry que teníamos reservado», confiesa al diario Evening Telegraph. «En otra ocasión, otro amigo me invitó a comer y llegué más de tres horas tarde. Me he estado culpando toda mi vida por mi terrible impuntualidad ¿por qué no puedo llegar a tiempo a las citas? Ahora sé que es un trastorno y esto me ha aliviado mucho», añade este impuntual crónico.