ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

sábado, 2 de septiembre de 2023

La envidia como elemento esencial de la convivencia hispana: epidemia enfermiza

 

 

      (Solitaria Avenida de Maisonnave de Alicante)                     foto de Palmeral

 

Por Ramón Palmeral 

La envidia en España es una plaga endémica, una epidemia insana, en este territorio que llamaban los antiguos Hispania o el país de los conejos y liebres o lepóridos, por la abundancia de este mamífero cobarde y asustón en nuestra geografía hispano-lusa, puesto que es un ejercicio común de cobardía y mezquindad, debido a nuestro complejo de inferioridad desde que perdimos el Imperio español en 1898, y desde entonces no sabemos en qué madriguera meterse. Pienso que este ocultarnos en la madriguera a ver que pasa (pensamiento único) o que lo hagan otros, lo hemos heredado de nuestros queridos y alimenticios ricos conejos. Los envidiosos no felicitan abiertamente, les cuesta mucho trabajo dar felicitaciones abiertamente, le corroe algo interior una especie de bilis infecciosa.

¿Cómo se denota la envidia? Cuando un vecino se compra un coche de una buena marca se los rayamos con las llaves. Cuando no tienes envidia lo felicitas por poder haberlo comprado. Si un amigo progresa, el envidioso lo critica, lo vilipendia, hace demostraciones de "rayarle" sus progresos "que se fastidie aunque a mí me rompan un brazo o me perjudique en mis propios intereses". En cambio, la persona no envidiosa felicita franca y abiertamente sus progresos, que haya aprobado una oposición etc" Aquí radica la diferencia

El tema de la envidia, similar al tema de Abel que asesinó a su hermano Caín, por envidia, aparece en la Biblia como un ejemplo de este pecado Capital, es insano.  Se manifiesta de manera notable en la obra de Miguel de Unamuno, un bilbaíno con dos pelotas que se enfrentó al coronel  legionario Millán Astrai. Luego acabó desterrado en la isla del Hierro (Canarias). Carlos Clavería, quien ha estudiado con detenimiento este tema en la obra de Unamuno, señala que este tema se encuentra claramente delineado en un libro tan temprano como "Paisajes" (1902) y se repite el tema de la envidia de manera constante a lo largo de toda la obra de Unamuno, culminando en su análisis más detallado en un artículo titulado "La ciudad de Henoe" (1933).

En un ensayo titulado "La envidia hispánica," escrito en 1909, Unamuno exclama: "¡La envidia! Esta, esta es la terrible plaga de nuestras sociedades; esta es la íntima gangrena del alma española. ¿No fue acaso un español, Quevedo, quien escribió aquella terrible frase de que la envidia está flaca porque muerde y no come?". La envidia necesita tratamiento psiquiátrico como una enfermedad, en ambos sexos. La envidia es un ejércico solitario como esta avenida de Maisonnve en Alicante de la foto. Suele ser un tipo de castigo para que no te muevas de donde estás y no hagas nada, así no te criticaremos ni te castigaremos. Sin embargo, las personas con cierta edad y echas a sí mismo a puñetazos, no les importan las críticas ajenas, porque tienen muy claro cuáles son las debilidades humanas y saben lo que quieren y lo que buscan.

La preocupación por la envidia como un vicio característico y evidente del pueblo español ha llegado a ser casi un tópico recurrente en la literatura española. Sin embargo, en el caso de Unamuno, este tema va más allá de una simple preocupación, convirtiéndose en una verdadera obsesión. Este hecho nos lleva a sospechar que en la vida de don Miguel, el vasco español de Salamanca,  existió una experiencia sumamente personal que lo llevó a dedicar tantas y tan inquietantes páginas a la exploración de esta pasión en todos sus múltiples aspectos.

Ante un ataque de envidia, lo mejor es pasarse a reflexionar y decirse "Voy  a actuar en contra de los que siento ahora mismo, me como una barra de chocolate negros y espero" Hacer un alto en una reacción es sano, porque te podría perjudicar más que beneficiar. Mirar los pros y los contras, mirarte a ti mismo en tus propias miserias y verás que eres más grande cuando halagas que cuando vilipendias. 

Decía el gran Dale Carnegie en un libro best-seller y recomendables titula do "Cómo ganar amigos e influir sobre las personas" (1940 en castellano), que había que ser abundante en elogios a los pequeños progresos de nuestros allegado, empleados y amigos, y qué lección human y cristiana más grande nos dio este escritor estadounidense. 

Ramón Palmeral

Alicante, 2 de septiembre de 2023

Palmeral es autor de "Tus zona de éxito", un libro muy bien acogido en Amazon.