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¿Por qué es hoy en día tan importante la función educativa de los
padres? Este libro trata de dar cumplida contestación a esta pregunta
trascendental. Si siempre la función de los padres (padre y madre) ha
sido esencial, lo es más en nuestros tiempos.
Los progenitores cumplen una función primordial en el desarrollo de
la personalidad de sus hijos. Una tarea educativa que ha de ser
eminentemente en valores para que el día de mañana sean unas personas
que aporten a la sociedad lo mejor de sí mismas.
El libro aborda una candente cuestión: orientar a padres y madres en
esta difícil tarea. Tiene dos grandes partes. La primera, establece el
marco general de la importancia de esta labor. La segunda, da las pautas
para la creación de una Escuela de Padres y Madres.
No basta a padres y madres el tener una buena voluntad. Hoy, se les
exige una cierta preparación técnica, tanto en valores humanos como en
aspectos específicos de índole «instructiva.
Los padres no son pedagogos, pero pueden tener una base sólida para
su labor. La presente obra pretende proporcionar esa base necesaria. No
olvidemos que la familia, los progenitores, los padres y madres son una
pieza clave de la mejora de la sociedad. Una obra imprescindible dentro
de la pedagogía familiar.
Editorial ECU, San Vicente del Raspeig, Alicante
PRÓLOGO
La moralidad
ante el desafío educativo
Entiendo que un prólogo o prefacio no es un juicio crítico de la obra
presentada, sino un escaparate de lo que trata el libro y para quién va dirigida,
que debe ser sinóptico o especie de tratado esquemático enunciativo. Por ello,
cuando José Moratinos Iglesias me pidió que le prologara su libro Escuela de padres. (Una necesidad educativa),
en principio me extrañó, porque mi especialidad es la teoría de la expresión
poética y no las ciencias pedagógicas. Pero como me insistió le pedí que me
hiciera llegar el original para leerlo y poder hablar de su contenido, que es
lo razonable y lógico. Aunque, por otra parte, es instructivo entrar en otras
materias diferentes a la habituales de mis ensayos literarios.
No iba yo a hacer como el gran “Azorín” con el libro del alcoyano
Rafael Coloma Viajes por tierras de Alicante (1957) que, ante la
petición de un prólogo, el maestro de Monóvar le mandó su artículo titulado
«Campo sin nada» y al final escribió que el libro de Rafael Coloma Payá era «muy
bonito», que es como no decir nada; pero Coloma quedó contento en su empeño,
porque es que, además había viajado a Madrid a pedírselo personalmente, en
aquel piso cuya puerta la abría una criada con cofia. Porque hemos de aclarar que el autor de La Ruta de don Quijote no era partidario de escribir prólogos a los
amigos ni admiradores. Años atrás en 1923 “Azorín” le respondió al escritor y
periodista Ernesto Giménez Caballero, de seudónimo Gecé, cuando éste le pido un
prólogo para su libro Notas marruecas de
un soldado, que: «Si el libro es
bueno no necesita prólogo» y no se lo escribió, y Gecé se quedó a la luna de Valencia: frustrado en lo que se
desea, o derrumbado en un propósito loable.
Me
pregunto ¿qué tengo yo de pedagogo? y,
cuando, pausadamente, reflexiono me encuentro que soy padre de dos hijos
estupendos a los que les he inculcado que, sin disciplina de trabajo no se puede
conseguir nada en la vida, y que había que estudiar duro – eran mis continuos
consejos– para obtener una carrera universitaria, y por tanto ser un miembro respetable en la sociedad en la
que iban a vivir, y, sobre todo debían
aplicar un lema familiar el de «actuar en conciencia y con lógica». ¿Y qué es esto de
«actuar en conciencia» que a la vez heredé de mis padres?, simplemente que los
seres humanos sabemos por intuición: ¡Qué está bien y qué mal!; es decir, que
tenemos conocimiento innato de nuestra existencia y de nuestros actos,
instintivamente, de los que somos responsables que es en definitiva: la
conciencia. Pienso que, siendo el estudio un esfuerzo, un trabajo debería estar remunerado con becas desde la infancia,
puesto que, en definida el individuo resultante acabará siendo útil al
Estado-Sociedad para el que se ha formado y, por supuesto, como ciudadano al
que pertenece con derechos y también con
obligaciones. Puesto que el eje piramidal de la prosperidad de una Nación
radica en la enseñanza de todos; que a la vez empieza por la educación de los
padres o tutores (en el más amplio sentido de la patria potestad).
Pero la
educación de los hijos es un tema más complejo de lo que parece, y que va más allá de la escuela primaria, y se imbrica
en los distintos tipos de núcleos familiares (parentales, monoparentales o del
mismo sexo, tutores…), y en la identidad de la etnia, raíces o apellidos que
llevan (la familia). En estos tiempos de paridad laboral son los abuelos tienen
también tienen un papel preponderante, porque lo cierto es que todos somos pocos para la educación de la
infancia. Recuerdo
el dicho africano de que «para educar a un niño hace
falta toda la tribu», metáfora cierta y se amplifica a que la
educación requiere la colaboración de toda la comunidad; pero, hoy con la
influencia indiscriminada de los medios
audiovisuales, como «una gran cabeza diabólica» (móviles, internet, correos
electrónicos o redes sociales) también influyen y dirigen los nuevos valores de los niños
y adolescentes. (Uso el masculino
lingüístico según las directrices de la Real Academia Española (RAE), se entiende
que se refiere a los dos géneros).
Pienso
que el niño sale de su claustro familiar incólume con sus pocos años de vida, y
ha de sociabilizarse (sin espíritu elitista ni clasista) y aprende el lenguaje inclusivo, no sexista,
desde párvulo, lealtad, compañerismo, fidelidad…, antes que las ciencias; pero
nunca sin perder su identidad de género, es decir, saber quiénes son en una
educación no diferenciada. Porque es obvio que para la educación integral de
los infantes no es suficiente la escuela sino también la de educar a los
padres. En estos días la prensa y la televisión nos hablan del «pin parental»,
que es el derecho los a vetar ciertas asignaturas en las aulas de acuerdo el
art. 27 de nuestras Constitución.
Bien, hecha esta reflexión personal, la acoto y la
dejo aquí de momento, para retomarla más adelante, y cumplo el encargo de prologar el libro del
pedagogo José Moratinos Iglesias, y para ello me he leído las más 200 páginas del original de su Escuela de padres. (Una necesidad educativa), que
como el propio nombre indica es un libro sobre la educación para padre dividido
en tres partes diferenciadas con once capítulos cada uno de las dos primeras
parte:
-Parte primera: El importante papel
educativo de la familia (bases pedagógicas de la escuela de padres). De la
familia como educadora.
-Parte
segunda: El funcionamiento de una escuela de padres. Que es el núcleo básico
del ensayo. Con las líneas directrices de la escuela de padres.
-Parte
tercera: Conclusiones, notas importante y bibliografía.
Contiene
una introducción del autor y una amplia bibliografía final que es necesaria en todo trabajo académico
que se precie, como el presente libro,
que se ha editado en ECU, (Editorial Club Universitario) de San Vicente del Raspeig de Alicante.
A nadie le
enseñan a ser padre, sino que uno actúa por instinto o recordando cómo lo hicieron
nuestros padres con nosotros, pero los tiempos cambian, y si antiguamente a los
padres se le hablaba con respeto «de usted» en las sociedades agrícolas, hoy la
cuestión y vigilancia directa de los hijos se hace necesaria, sobre todo, para prepararlos ante el reto de un mundo globalizado en todos los aspectos:
técnicos, laborales económicos y sociales. La autoridad patena ha ido cambiando
con los siglos, desde el padrea-autoridad indiscutible hacia los
«padres-amigos» actuales e incluso colegas;
cuando en realidad esta cuestión filial es una gran responsabilidad.
¿Dónde y cómo educar a los progenitores o padres? Moratinos nos da en este
libro las claves. La respuesta a este tema tan controvertido reside en este libro que tengo el honor de prologar,
donde se dan unas pautas en esquemas comprensibles, unas directrices que son como una guía, que
ayuden y contribuyan a facilitar el desenvolvimiento de una Escuelas de Padres,
además de a los padres, debería ser extensiva a educadores y docentes.
Breve
currículum de José Moratinos Iglesias
Pero antes de continuar con la sinopsis del
libro he de mostraros quién es José Moratinos Iglesias, además de un gran
deportista de fondo o “running” que corre maratones y medias maratones, ha sido
docente de carrera, nació José Moratinos en Tetuán en 1944 cuando era
Protectorado español de Marruecos, pero se considera alicantino, cursó la
carrera de Magisterio, plan 67, en la Escuela Normal “Concepción Arenal” de
Alicante, finalizando sus estudios con Premio Extraordinario y Premio Nacional
Fin de Carrera, siendo el primer alumno de la Normal que obtuvo tan preciado
galardón. Aprobó en 1974 las Oposiciones al Cuerpo de Maestros de Primera
enseñanza, después Profesorado de EGB, con el número uno de la Promoción.
Fue destinado en comisión de servicios a la
Escuela Aneja de Alicante -centro piloto de la Reforma-, donde ejercería como
profesor de la Segunda Etapa de EGB durante ocho años. En ese tiempo, superaría
los cursos de Especialización en Jefatura de Estudios y en Lengua Inglesa. Posteriormente fue nombrado
Técnico del Servicio de Orientación Escolar y Vocacional (S.O.E.V.) de
Alicante, ejerciendo durante dos años esa labor.
Aprobó en 1980 las Oposiciones al Cuerpo de
Inspectores de Educación Básica del Estado con uno de los primeros números,
siendo destinado a la Inspección de
Albacete donde ejercería durante dos años (desempeñando el cargo de Inspector
Secretario) para pasar después, por concurso de traslados, a la Inspección de
Educación de Alicante. Aquí ejercería su labor veinticinco años, hasta su
jubilación.
Es doctor en Pedagogía, Premio Nacional de
Ensayos Pedagógicos, y tiene las carreras
de Turismo (número 1 de la promoción) y
Magisterio (con Premio Nacional). Es el primer doctor egresado, por la
UNED. Estudios parciales de Psicología, Filosofía Pura, Derecho, Filología
Hispánica y Geografía e Historia.
Tiene más de veinte publicaciones, tanto en
el campo de la narrativa como en el del ensayo pedagógico, posee una fecunda
trayectoria como escritor. Pero con este breve currículum es suficiente para
presentarlo.
Cómo educar a
los padres para que eduquen a sus hijos
Volviendo al libro Escuela de padres he
observado es un riguroso ensayo científico sobre de la enseñanza a los padres y
de cómo educar a los hijos es una especie
diríamos de «el oficio de ser padre», como nos advierte Moratinos en la Introducción:
«La presente obra, pretende ser un trabajo de “síntesis” acerca de esta
apasionante cuestión» (de la educación).
Introduce
el autor, nada más empezar, una palabreja técnica de la jerga pedagógica como
es paidocenosis, que sintetiza
el ámbito educativo, natural como la familia o artificial como la escuela, que
debe ser estimado, cuidado y ordenado para que pueda realizar adecuadamente su
función formadora. La etimología de s (paidéuo = enseñar y koinos =
común) se fundamenta en todos aquellos estímulos que van a hacer posible que una sociedad
tenga a su disposición y de manera más eficaz, una herramienta educativa de
mayor nivel de socialización de los medios educativos que disponemos. La paidocenosis,
concepto inventado por el pedagógico
español Víctor García de la Hoz (1911-1998), según anota el autor y que se
desarrolla en el presente libro.
La educación hace a las personas más
libres y, además, completa sus dimensiones éticas y molares, intelectuales y
estéticas, y sobre todo nos enseña razonar y a disponer un acervo de espíritu
crítico. Cervantes puso en boca de Don Quijote la siguiente frase: «La libertad, Sancho, es uno de los más
preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden
igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la
libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida». (LVIII,
II. Don Quijote de la Mancha). Cierto
es que cuando no se tiene se desea y cuando se tiene no se aprecia.
¿A quién se le ocurrió crear una Escuela
de Padres?, y Moratinos nos lo cuenta: «Es en el año 1929 cuando Madame Vérine,
en un claro clima de defensa de los altos valores familiares, crea en París la
Escuela de Padres, cuya máxima era: “Unirse. Instruirse. Servir”. Pretende ser
ante todo, esta primigenia iniciativa, una “escuela mutua”, una inter-educación». Iniciado el Siglo XX la sociedad industrial preocupada
por las condiciones de la niñez, asume la educación como un aspecto formativo
hondamente importante para los escolares, orientándola a la coyuntura
permanente entre la escuela y las familias, y por ello se crean las escuelas de padres en Estados Unidos y
Francia, casi simultáneamente, como respuesta a estas necesidades formativas.
Y yo exclamo ¡chapó!, buena idea, pero lo
dificultad radica en poder llevarse a la práctica. Escuela de padres.
(Una necesidad educativa), nos da las pautas y las coordenadas con
numerosos esquemas, para crearlas dentro de los centros escolares y con la cooperación
de los directores de institutos, jefes de estudios y APMAS (Asociaciones de
Padres de Alumnos), porque son instituciones diferentes.
Moratinos, como gran pedagogo y estudioso
del tema de la docencia, expone detalladamente, en este libro-ensayo –obra fundamental– los antecedentes, caminos, beneficios
y organigramas para ayudar para todas aquellas personas e instituciones
dispuestas a poner en marcha una Escuela de Padres, así como para aquellos centros
educativos que ya la tienen en marcha y deseen perfeccionarlas. Pero sin duda
alguna en una era post-industrial y de la era digital paraíso de la información,
donde por lo general, trabajan los dos progenitores e incluso fuera de la
localidad de residencia, se plantea una cuestión de incompatibilidades, pues ya
no come la familia junta y se pierden las directrices de la sobremesa y otras
cuestiones sobre los deberes de los padres en la etapa de la educación
obligatoria. Todas y cada una de estas cuestiones se abordan en este libro Escuela
de padres. (Una necesidad educativa).
Y para concluir este enunciado, únicamente me queda felicitar a José Moratinos
por este, nunca mejor dicho, pedagógico libro publicado por la Editorial ECU de
Alicante, y animarle a que continúe con
su voluntad de erudición y pedagogía; y a los docentes y padres (en el amplio
concepto anunciado anteriormente), recomendar que es un libro que debe estar en
los Centros Educativos y darse como asignatura en Magisterio.
Ramón Fernández
Palmeral
Escritor
y conferenciante
Alicante,
21 de enero 2020
La dedicatoria de José Moratinos Iglesias dice:A Ramón Fernández Palmeral, con todo afecto y mi simpatía, agradeciéndole su excelente Prólogo, y su apoyo y aliento para poder culiminar este libro.
Y deseándole que su lectura sea de su completa agrado.
Alicante,23-07-2020
Día Internacional del libro
Firmado y rubricad el autor José Moratinos Iglesias
NOTA.- Mi nombre Ramón Fernández Palmeral no aparece en los créditos ni en la página 11, que es donde termina mi prólogo. Todo ellos debido a un error de la Editorial ECU de San Vicente del Raspeig.