ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

jueves, 25 de agosto de 2011

El Banco Vaticano


¿Alguna vez se detuvo a pensar cómo las Iglesias invierten su dinero?

La imagen popular de una iglesia es la de una organización altruista sin preocuparse por el beneficio económico. Esto se refleja en el hecho de que las iglesias reciben el estatus de exención de impuestos de los gobiernos federal y estatal. Y sin lugar a dudas, la mayoría de las iglesias se involucran en la obra de caridad sustancial. Cáritas y algunas misiones en el mundo son sólo una tapadera. Son unos hipócritas, no imitan a Jesucristo, que fue un carpintero pobre.

Pero eso no significa que las iglesias no son, al menos parcialmente, empresas para hacer dinero. Aunque los registros oficiales son escasos, las iglesias más importantes del mundo recogen ingresos anuales superiores a varios miles de millones de dólares. Al igual que cualquier otra institución, estas iglesias trabajan duro para ganar el mayor rendimiento posible de sus inversiones.

Iglesia Católica Romana

En 2005, la Iglesia Católica Romana poseía más bienes raíces a nivel global que cualquier otra organización o persona en la tierra. Curiosamente, una cantidad sorprendente de esta tierra no produce ingresos para la iglesia.

En 2001, un informe oficial señaló que los bienes inmuebles de actividades de la iglesia en el año fiscal 2000 produjeron 81,7 mil millones dólares en ingresos de 51,8 mil millones dólares en los gastos: a 30 mil millones dólares de beneficios casi.

En los últimos años, el Vaticano ha pasado a tener una cartera con un sesgo hacia las inversiones denominadas en dólares. The Guardian reveló que en 2008 la iglesia sufrió su primera derrota en cuatro años, debido a la caída del dólar respecto al euro más fuerte.