Cuando uno miente es que algo oculta
1. Carta de Maribel Vilaplana y contradicciones de Carlos Mazón, un dúo de mentirosos
¿Qué dice Villaplana?
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La periodista Maribel Vilaplana, más de 10 meses después de los graves incidentes de la DANA del 29 de octubre de 2024, lanzó una carta abierta en la que relata que su comida con Carlos Mazón fue un encuentro profesional. Afirma que durante la comida hubo varias llamadas telefónicas. También describe el acoso mediático y el estrés postraumático que sufrió tras revelarse la reunión. ElHuffPost
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En una versión más detallada, publicada el 5 de septiembre de 2025, aclara que abandonó el restaurante El Ventorro entre las 18:30 y 18:45, y no a las 17:45 como se había dicho anteriormente. Dice que, aunque Mazón recibió varias llamadas, ella no conocía de qué se trataban. Diario AS
-El presidente Carlos Mazón, otra vez objetivo de los medios, evita aclarar su cronología del 29-O mientras PSPV y Compromís le acusan de mentir, recuperan las peticiones de dimisión y aprovechan para impulsar su comparecencia en Congreso y Senado (Levante MV 09-09-2025)
¿Cuál es la controversia política?
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Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, criticó las versiones contradictorias vertidas desde el Consell durante la emergencia, incluida la de Vilaplana. Resaltó que su carta revela una nueva imagen de Mazón durante las horas críticas y acusó al gobierno valenciano de desinformación, reiterando que “la mentira y el cambio de versiones” fue la constante. Cadena SER
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Bernabé criticó que Mazón dio diferentes versiones según el foro (Parlamento, medios, etc.) e incluso pidió su dimisión por la confusión generada. El PaísCadena SER
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Vilaplana también señaló que no acabó de transmitir que hubiera una situación crítica durante la comida, pese a las llamadas recibidas por Mazón. ElHuffPost
Lo que es evidente como dice el Gran Wuayomi, es que no ha ha portado como una periodista. Sin embargo, el pueblo piensa que se ha portado como una cortesana, no como periodista.
¿Por qué esto llega corto?
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Sobre Mazón: Tus acusaciones de irresponsabilidad y mentiras están respaldadas por la propia carta de Vilaplana y las críticas institucionales. Se demuestra opacidad en torno al horario del encuentro, ausencia de ticket, versiones cambiantes sobre su llegada al Cecopi y falta de responsabilidad pública. ElHuffPostEl País+1WikipediaCadena SER
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Sobre Vilaplana como periodista: Aunque es comprensible tu frustración por lo que consideras falta de claridad, la carta muestra que su silencio inicial fue motivado por evitar una mayor politización del caso y fue un error quedarse callada. Eso sí, en materia periodística sí se puede cuestionar el impacto de sus declaraciones tardías y las dudas generadas en el debate público. ElHuffPost+1Diario AS
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La frase —“La mentira tiene las patas muy cortas”— refleja acertadamente cómo esta historia se ha ido ramificando sin control en el espacio público. Pero reducir todo a “mentiras” es legítimo políticamente, aunque requiere mayor precisión: estamos ante versiones contradictorias, falta de documentación y un encubrimiento mediático evidente. Cuando uno miente es que algo oculta
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2. Declaraciones de Susana Díaz en Todo es mentira (día 8-09-2025)
¿Qué ocurrió en el programa?
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En una emisión del 29 de enero de 2025, Risto Mejide confrontó a Susana Díaz por su ausencia en un vídeo institucional de apoyo a Pedro Sánchez realizado en pasado 2024. Díaz respondió que “no se enteró” y negó haber sido contactada. Risto insistió: “Se pidió a todo el Senado… pero tú no quisiste salir”. Finalmente Díaz afirmó: “Yo apoyo al PSOE y al presidente… lo digo a la cara, no tengo por qué hacer un vídeo”. Diario de MallorcaEl PluralInformación
¿Por qué lo consideras insuficiente?
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No hubo una “mentira”, sino una respuesta defensiva y evasiva que dejó muchas dudas sobre si efectivamente se le comunicó o no participar. Aunque no se detectó falsedad clara, sí resultó un momento incómodo que no disipó sospechas.
Cuando se celebra una comida institucional (laborar), se llevan secretarios o consejeros para que tomen nota, y cuando una comida es privada, no es institucional. Algo se esconde esta relación, que al final todo se sabrá.
Evaluación global y posibles consecuencias políticas
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Mazón (PP): si se presentara nuevamente a unas elecciones, esta crisis —junto al manejo político de la DANA— podría costarle votos dentro del electorado valenciano. La percepción de que mintió, cambió versiones y actuó negligentemente en una emergencia mortal es un lastre para el PP valenciano. Mazón ha enmudecido, habla tan rápido que no se le entiende nada. (Parece que dice pero no dice nada).
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PP como partido: la presión interna y externa puede forzar un cambio de liderazgo o estrategia, especialmente si la indignación ciudadana crece.
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Villaplana: aunque es víctima de acoso y ha intentado distanciarse políticamente, su credibilidad como periodista también podría verse dañado si se percibe que ocultó información crucial durante demasiado tiempo.
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Susana Díaz (PSOE): su intervención generó más un momento televisivo incómodo que un escándalo. Carlos Mazón se mostró insensible a lo que estaba pasado con la DANA del 29 de octubre. No parece haber consecuencias políticas directas, pero sí deja una imagen de reticencia y responder.
"En un momento determinado de la comida, el presidente empezó a recibir llamadas que interrumpieron nuestra conversación de manera continuada". (Carta de Maribel). Es decir, que Mazón sabía lo que estaba pasando y ni se inmutó.
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Conclusión con fuentes sólidas:
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La opacidad de Mazón durante la DANA y la tensión pública generada. La combinación de la carta de Vilaplana (10 meses después), las acusaciones de Bernabé y la inconsistencia de versiones convierten esa narrativa en algo perfectamente más grave que lo mostrado hasta ahora.
Es decir, estamos ante un dúo de mentirosos.
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En el caso de Susana Díaz, hay un vacío informativo que no se resuelve con una respuesta así; queda espacio para sospechas, aunque ya pasó más desapercibido. Las preguntas son ¿Cuántas veces Maribel y Carlos han comido junto en El Ventorro? Otra pregunta ¿por qué un juez o jueza no solicita la descargas de las llamadas telefónicas del día 29/10, del teléfono de Mazón? Hay que tomarle declaración al dueño y camareros de El Ventorro. Guardaespaldas. etc.
Todos somo iguales anta la ley.
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Los votantes del PP valenciano pasarán factura a Mazon si vuelve a presentarse a elecciones autonómica, Feijóo lo sabe y debe sustituirle. Aunque un buen mentiroso tiene mucho recorrido político, tiene el inconveniente de que en cuento se le "coge la trola", pierde todo el crédio que tenía.
Editorial de Nuevo Impulso.net
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Texto íntegro de la carta de Maribel Villaplana (8-09-2025)
“Antes de nada, quiero expresar mi respeto y mi solidaridad más profunda hacia todas las víctimas de la Dana y hacia sus familias. Soy plenamente consciente del sufrimiento que provocó aquella tragedia. Lamento de corazón si en algún momento mi decisión de mantenerme en un segundo plano pudo haber generado dolor. Esa decisión la tomé para no avivar el circo mediático y para evitar que mi nombre pudiera ser utilizado como un instrumento político, como lamentablemente ha sucedido.
Dicho esto, me he decidido a escribir estas líneas después de la continua oleada de ataques, falsedades y mensajes de odio que he recibido en redes sociales, amplificados además por otros canales, tras mi reciente intervención como consejera portavoz del Levante Unión Deportiva, una responsabilidad que asumo desde 2023.
Soy la primera interesada en que se clarifiquen absolutamente los hechos que acontecieron aquel día, porque es imprescindible que no se desvíe el foco hacia historias paralelas que lo único que han hecho es generar más dolor a los afectados. Pero también porque las consecuencias que esta situación está teniendo sobre mi persona, sobre mi familia, sobre mi vida laboral y sobre mi estado psicológico están siendo brutales.
Ese día mantuve mi agenda laboral tal y como estaba prevista, como cualquier otro día, porque no era consciente de la magnitud de la tragedia que se avecinaba.
Mi jornada comenzó a las 9:30h en Ford Almussafes, donde impartí un curso de formación para sus profesionales que finalizó sobre las 14:00h. Cuando los asistentes se marcharon, me quedé unos 30 minutos más en el aula, como hago habitualmente, para elaborar el informe de la sesión y dejar todo documentado.
Después recogí mis cosas, fui a por mi vehículo y me trasladé desde Almussafes al centro de Valencia, donde había sido citada por el presidente de la Generalitat para una comida de carácter profesional. Estacioné el coche en un aparcamiento cercano y llegué al restaurante pasadas las 15:00h.
Acudí a esa cita a petición del presidente, con el objetivo de explorar posibles vías de colaboración profesional. Durante la conversación se me plantearon varias opciones, entre ellas presentar una candidatura a un cargo en la televisión autonómica, que rechacé de forma clara por convicción personal y profesional. A partir de ahí, me pidió mi opinión sobre la situación de la televisión: qué aspectos consideraba que funcionaban bien o mal y qué cambios podrían aplicarse. Desde mi experiencia, expuse mi punto de vista, lo que derivó en un intercambio de pareceres y acabó en una sesión de consultoría de comunicación en la que se abordaron cuestiones propias de mi especialidad.
En un momento determinado de la comida, el presidente empezó a recibir llamadas que interrumpieron nuestra conversación de manera continuada. Yo seguí en el restaurante, completamente ajena a esas comunicaciones: no pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto. Actué, como siempre he hecho, desde la discreción y el respeto que me caracterizan.
Esas interrupciones, sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18:30 y las 18:45. En su momento, en medio de la vorágine con que se desencadenaron los hechos, el desconcierto y la presión vivida, sinceramente no dimensioné la importancia de ese desfase horario inicial que se hizo público. Sin embargo, con la distancia del tiempo y tras hablarlo con las personas más cercanas, he considerado necesario aclarar también ese punto.
Quiero dejar claro que en el momento en que me marché de la reunión no era consciente de la gravedad de lo que estaba sucediendo en otras localidades valencianas, porque en la ciudad no llovía y eso me hizo sentir todavía más ajena a la situación. Al regresar a casa, empecé a tomar verdadera dimensión de lo ocurrido. Nada más entender la magnitud de lo que había pasado, me puse en contacto con el presidente cuando le fue posible. En esa conversación le trasladé mi angustia y también le pedí, de forma muy clara, que por favor mi nombre no saliera. Le expliqué que me parecía profundamente injusto quedar vinculada a un capítulo tan doloroso cuando no había tenido absolutamente nada que ver. Ese fue mi error, porque ese silencio, aunque bienintencionado, alimentó la especulación y, cuando finalmente se supo, desembocó en un acoso brutal.
Los días posteriores fueron una auténtica pesadilla. Me sentí absolutamente perdida. Y cuando finalmente se dio a conocer públicamente que yo era la persona que había estado con el presidente durante aquella comida, mi cabeza estalló. Entré en un shock que me llevó a un ingreso hospitalario.
Cuando salí del hospital, mi situación seguía siendo extremadamente delicada. No me sentí con fuerzas para tomar yo las riendas y exponerme directamente. Por eso pedí a una persona de mi total confianza que explicara de mi parte lo sucedido. Así se hizo público entonces el relato de los hechos.
Pero con el paso del tiempo he comprobado que no fue suficiente. Hoy entiendo que es necesario hablar en primera persona. Hasta ahora no lo había hecho porque confiaba en que el tiempo y el sentido común bastarían para que se entendiera lo evidente: que yo no tengo nada que ver en esta historia. Pensé que quedaría claro por sí solo, pero no ha sido así.
La realidad es que me he convertido en una diana. Una diana utilizada políticamente y alimentada con insinuaciones machistas que han condicionado esta historia desde el principio. Y por eso hoy hablo: porque ya no puedo seguir soportando que este relato eclipse lo verdaderamente importante, que es esclarecer qué pasó aquel día y asumir las responsabilidades que correspondan.
Durante estos diez meses he vivido sometida a una presión insoportable. He sido objeto de un acoso constante, de insultos, de burlas y de un escrutinio injusto. Estoy en tratamiento psicológico con un diagnóstico de estrés postraumático. Es una terapia dura y compleja, que afronto con esperanza, pero la realidad es que mi salud mental se ha visto gravemente dañada. Cada nuevo golpe reabre heridas que aún no han cicatrizado.
Este proceso no solo me ha afectado a mí. Ha golpeado también a mi familia, que sufre al verme sufrir. Ellos han tenido que soportar conmigo este acoso, y ese es, sin duda, el dolor más grande de todos.
Dicho esto, no puedo obviar una triste realidad que me ha roto desde el principio y quisiera que estas líneas sirvieran de reflexión: ¿realmente habría pasado lo mismo si en lugar de una mujer hubiera sido un hombre quien se reunió con el presidente? ¿Se habrían dicho las mismas cosas, con el mismo tono y el mismo juicio? ¿Habría despertado tanto morbo, tanto machismo rancio y tanto prejuicio? Ese enfoque profundamente sexista ha servido como cortina de humo para desviar la atención de lo verdaderamente importante: esclarecer las responsabilidades que se derivaron de aquella jornada. No se puede construir un relato cargado de insinuaciones y morbo para distraer el foco de lo que realmente importa. Es realmente triste y decepcionante, porque no solo me ha hecho daño a mí, sino que ha distorsionado una historia que merece ser abordada con rigor y respeto.
Estar allí aquel día fue una maldita coincidencia y un horrible golpe de mala suerte. Pudo haber sido cualquier otro, pero fue ese día. El día más difícil y duro para miles y miles de valencianos. Ese es y será siempre mi tormento, y tendré que aprender a sobrellevar esa carga durante toda mi vida.
Lo único que pido ahora es respeto. Respeto hacia mi persona, hacia mi familia y hacia mi vida privada. Respeto para poder seguir adelante sin que mi nombre se siga utilizando como arma política ni como entretenimiento morboso.
Pero, sobre todo, pido respeto para las víctimas. Porque a ellas es a quienes les debemos sensatez. Les debemos que su dolor no se utilice ni se banalice.
Y a los responsables les corresponde dar las explicaciones que yo no puedo dar, porque nunca he ostentado ningún cargo público ni ese día tuve capacidad de decisión alguna. Ojalá hubiera estado en mis manos hacer algo, pero no fue así. Por eso el foco debe estar donde corresponde: en las personas que aquel día tenían responsabilidades y poder de decisión. Son ellas las que deben dar explicaciones.
Y para concluir, me gustaría agradecer a todas aquellas personas que me han acompañado en este proceso. Han sido muchas: desde mi círculo más cercano hasta mi entorno profesional, compañeros de medios de comunicación y ciudadanos completamente anónimos que han querido hacerme llegar su solidaridad y su apoyo. Gracias de corazón, porque es lo que me ha sostenido en pie“.