Un gran puesta en escena del discurso del rey en la Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid, delante del bronce del Emperador Carlos V de Leoni.
ANALISIS
En su discurso de Navidad, pronunciado desde el Palacio Real, el rey Felipe VI volvió a situar la convivencia como eje central de su mensaje institucional. Esta apelación, más allá de su carácter genérico, puede interpretarse como una reflexión sobre el deterioro del clima político y social que atraviesa España en la actualidad con noticias constantes de corrupción. La reiteración de llamamientos al respeto institucional, al entendimiento y a la cohesión social sugiere que no resulta sostenible prolongar una situación marcada por la indignación ciudadana, alimentada por los escándalos de corrupción y por una profunda crisis de confianza en las instituciones democráticas.
Desde esta perspectiva, el discurso del monarca no se limitaría a una exhortación moral, sino que contendría un mensaje implícito de responsabilidad política dirigido a los actores de gobierno. En un contexto de creciente polarización y desafección, la convivencia a la que alude el rey difícilmente puede restablecerse sin una renovación del pacto entre representantes y ciudadanos. De ahí que su intervención pueda leerse como una llamada indirecta a la convocatoria de elecciones generales, entendidas no como una sanción, sino como un mecanismo legítimo para devolver la palabra al electorado y reforzar la legitimidad democrática.
Sin formularlo de manera explícita —algo que la neutralidad constitucional de la Corona impide—, Felipe VI parecería señalar que la normalidad democrática exige decisiones que permitan cerrar una etapa de desconfianza y abrir otra basada en el refrendo ciudadano. En ese sentido, la eventual convocatoria de elecciones por parte de Pedro Sánchez se presentaría como un gesto de responsabilidad institucional y como una vía para recomponer la convivencia, restaurar la credibilidad del sistema y fortalecer la estabilidad democrática del país.
Ramón Palmeral
Alicante, 25 de diciembre de 2025
Enlace al discurso íntegro de Rey Felipe VI
Museo del Prado. El Emperador Carlos V y el Furor. Esta escultura de bronce fue realizada por Leone y Pompeo Leoni en 1564 y se encuentra expuesta en la entrada de la puerta de Goya Alta. Existen dos réplicas de esta escultura, una en el Palacio Real de Madrid y otra en el patio interior del Alcázar de Toledo.


