Bolaños contra Peinado: la tensión entre Moncloa y la Justicia
El caso enfrenta al ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, y al juez Juan Carlos Peinado, instructor de una de las investigaciones más sensibles para el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
El origen del conflicto
El juez Peinado centra sus pesquisas en Cristina Álvarez, asesora en Moncloa, y quiere esclarecer quién la contrató. Según informaciones publicadas en prensa, tras conocerse el foco de la investigación, Moncloa habría llegado incluso a anular tres líneas telefónicas de la asesora, lo que ha alimentado las suspicacias judiciales.
Para el Gobierno, sin embargo, la actuación del juez constituye un exceso: aseguran que lleva “año y medio buscando delitos donde no los hay”, erosionando tanto la credibilidad de la institución como la confianza ciudadana en la imparcialidad de la Justicia.
La reacción en Moncloa
El nombre de Peinado provoca auténtica irritación en el Ejecutivo socialista. Según fuentes internas, en el gabinete hay indignación y la sensación de que el juez actúa más por afán de notoriedad que por fundamentos jurídicos. El núcleo duro del Gobierno querría que instancias superiores del Poder Judicial –desde el Consejo General hasta el Supremo o la Audiencia Provincial de Madrid– pusieran freno a sus actuaciones.
En el trasfondo late la idea de que en España un juez no puede inmiscuirse libremente en el funcionamiento interno de la Moncloa sin generar un choque institucional. Por eso, en privado, algunos en el Ejecutivo hablan de la necesidad de "ponerle camisa de fuerza" a Peinado.
Movimiento del Poder Judicial
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha abierto diligencias
informativas por el interrogatorio que el juez Juan Carlos Peinado
sometió al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las
Cortes, Félix Bolaños, en calidad de testigo en la causa que se
investiga a la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez. (Un claro ejemplo de intimidación a la Justicia)
El Consejo General del Poder Judicial ha informado que abre diligencias informativas contra Peinado por la forma en que está instruyendo la causa. No obstante, todo apunta a que esas pesquisas internas se traduzcan, como mucho, en una amonestación.
Esas diligencias nacen precisamente de las denuncias presentadas por el propio Félix Bolaños, lo que subraya que la pugna no es solo jurídica, sino también política: un pulso abierto entre Moncloa y un juez incómodo. (Los ciudadanos de a pie, percibimos un intento amedrantamiento a Peinado).
Lo que está en juego
El enfrentamiento simboliza un dilema de fondo:
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Para el Ejecutivo, se trata de frenar lo que ven como un juez descontrolado, dispuesto a socavar la estabilidad del Gobierno con investigaciones que consideran infundadas.
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Para el juez Peinado, es la defensa de la independencia judicial y del principio de que nadie está exento de rendir cuentas, ni siquiera el núcleo de la Moncloa.
Así, el caso trasciende lo concreto y se convierte en un nuevo capítulo de la eterna tensión entre el poder político y el poder judicial en España.
Editorial de Nuevo Impulso.net