ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

martes, 19 de septiembre de 2017

Artículo censurado de Gregorio Morán en "La Vanguardia". Sobre independentismo catalán

Gregorio Morán, escritor, periodista y columnista en 'La Vanguardia'.

VETO EN UN DIARIO CATALÁN

El artículo censurado de Gregorio Morán sobre la prensa independentista catalana

El columnista de 'La Vanguardia' habla en su columna semanal del papel de la prensa en el movimiento independentista catalán propulsado por el 'Govern' de Carles Puigdemont
Aunque parezca mentira, en pleno siglo XXI todavía existe la censura en los medios de comunicación y el último en sufrirla ha sido el periodista y escritor español, Gregorio Morán. Famoso por sus libros basados en la Dictadura y en la Transición, Morán escribe desde hace algunos años una columna en el periódico, 'La Vanguardia', bajo el título de 'Sabatinas Intempestivas'. Pero esta semana el diario catalán ha decidido no publicar la columna de Morán, "por orden de la Dirección". Se desconocen los motivos que han motivado esta censura, pero lo cierto es que la columna ha visto finalmente la luz gracias a la filtración de la misma en internet. El artículo que narra el papel que juega la prensa en el movimiento secesionista de Cataluña ya ha comenzado a correr como la pólvora en las redes sociales. Aquí reproducimos, palabra por palabra, la opinión de Morán que 'La Vanguardia' ha decidido vetar:

 LOS MEDIOS DEL MOVIMIENTO NACIONAL
No estaba entre mis intenciones escribir sobre la situación en Cataluña. Imaginaba que un lector habitual estaría ya saturado y poco se podía añadir a lo ya dicho. Cambié de opinión a partir de varios artículos que me han conmovido y que parecen exigir cierto grado de compromiso. Basta citar los de Màrius Carol, de Xavier Vidal-Folch y el sensible y rotundo de Isabel Coixet. No podemos callar aunque estemos en pleno agobio veraniego y tengamos la sensación de que vivimos entre camellos pero sin ninguna experiencia de beduinos. Los artículos son un llamamiento a la responsabilidad y dejan una agridulce sensación de que estamos en un callejón de difícil salida a la que nos han llevado los talibanes que nos gobiernan y sus jaleadores, ¡que no supimos desenmascarar a tiempo!

Conozco a Màrius Carol desde hace años; fuimos amigos durante algún tiempo y luego dejamos de serlo. Punto. Me es indiferente que sea el directorde este periódico, porque a lo que voy es a que su artículo del sábado –“Turbulencias”- me conmovió y al tiempo me lleno de zozobra. “Cuesta entender lo que está pasando, dice...Quedan días y veremos más cosas que no sorprenderán al mundo, pero sí que nos dejarán sin palabras a los catalanes”. No es una amenaza sino un desconsuelo que pretende aliviar una cita del socorrido Gaziel, que acaba en una frase inexorable: “El separatismo es una ilusión morbosa que encubre una absoluta impotencia”. [Muchos catalanes independentistas viven de ello, es su modus vivendi como los diputados de ERC en el Congreso]


Escrito todo esto por quien tiene muchas razones para conocer la situación mejor que yo, no deja de inquietar y de obligarnos a postergar otros textos para asumir lo que se nos viene encima. Cuando el tiempo pase, nadie querrá asumir nada, y repetirán, como en antiguas épocas, “ yo era un disidente al que nadie quería hacer caso”. Los “nadies” en Cataluña se cuentan por miles y kilos de desvergüenza. Como en el resto de España, más o menos. Los muchachos de la CUP, más ignorantes que jóvenes, han cometido una patochada que les define. Un cartel de Franco para desprestigiar a quienes rechazan el referéndum. No hay dictador en la historia de España que haya convocado tantos referéndums como Franco y con un avasallador parecido con este en cuanto a las manipulaciones.

Entre el pasado sábado y éste ha ocurrido algo sumamente grave, dentro de las diversas gravedades de un proceso condenado al fracaso. No como dicen los fantasmas llamándolo “choque de trenes” sino a la ruptura brutal de la sociedad civil ¡No seamos petulantes, aquí no se trata de un choque de trenes, sino del enfrentamiento entre un expreso antiguo y apolillado, frente a un tranvía conducido por reclutas del servicio de transportes! Humildad por favor, abandonemos de una maldita vez el pujolismo de los delincuentes de altura y admitamos que somos un tranvía con aspiraciones de tren bala japonés.

Ahora bien, el cese de Albert Batlle como jefe de los mossos d ́ esquadra y su sustitución por el delincuente legal, Joaquin Forn, –podría llamarse así a aquel que rompe la legalidad cuando le peta en función de sus intereses políticos-. Lo hizo en los Juegos Olímpicos del 92; la pitada al Rey; la campaña “Freedom for Catalunya”...Es decir, que a partir de ahora, quien controlará los “mossos d’esquadra” es un tipo dentro de toda sospecha, que no cumplirá la legalidad que no le exijan los ilegales. No quisiera incluir aquí su amplio currículo como talibán de la barretina.

Estamos en manos de un personal que bordea la ley, y que lo hace con el ánimo de no sólo de incumplirla, sino de imponer la suya, que no es otra que ir a la ruptura y provocar un conflicto no sólo cívico sino violento. Necesitan algún muerto que sirva de símbolo a la asonada. En ocasiones pienso que estamos rememorando las guerras carlistas a los que son tan agradecidos gran parte de estos fanáticos del enfrentamiento. “Un muerto salvaría a Cataluña”, es el lema escondido entre los conspiradores de esta farsa.
Baste decir que Artur Mas confiesa a los suyos que llegará el momento oportuno de ocupar los edificios estratégicos de Barcelona. Seamos serios, con un líder de mando único como Joaquín Forn, eso obligaría a situaciones sin salida y de alto riesgo para vidas y haciendas, no sólo para la ciudadanía pastueña que ve el panorama como si no fuera con ellos.

Nunca se hizo tan evidente, desde los tiempos del franquismo, el dilema de estar con el poder o contra el poder. Y aquí entramos los plumillas. Los fondos destinados a diarios como Ara, Punt Diari, TV3, que superan Canal Sur de Andalucía o el canal de Madrid, que ya es decir, cantidades de todos modos exorbitantes que pagamos todos los ciudadanos, desde Cádiz a Girona, y donde sobreviven 7 directivos de TV3 con salarios superiores a los 100.000 euros, podrán parecer una nadería frente a las estafas reiteradas del PP, pero describen un paisaje. Cobrando eso, ¡cómo no voy a ser independentista!

¡Qué simples somos cuando decimos que esos medios no los ve ni los lee nadie! Se equivocan y por eso estamos donde estamos. El columnista- tertuliano podrá ser despreciado, y lo merece, pero crea opinión. En muchos casos es su única fuente de información. Son los Jiménez Losantos del Movimiento Nacional catalán. ¿Acaso el viejo “Arriba” del franquismo, o “Pueblo”, o las agencias gubernamentales las leía alguien? Pero estaban ahí, presentes, supurando la bilis contra el enemigo. Ayer como hoy.

Son una especie de diarios virtuales, anónimos, a los que los idiotas echan una ojeada que les basta para saber por dónde va la cosa. Perdónenme que eche mano de la memoria, mi pariente más querida. ¿Se acuerdan del exilio de Joan Manuel Serrat en México durante el franquismo? ¿Qué cosas venenosas no se dijeron y tanto en los medios de Barcelona como en los de toda España? ¿Quieren que les haga un repaso de las cartas al director en la prensa catalana? Por cierto, que entonces esa bazofia se firmaba; ahora los canallas son anónimos.

Mi viejo amigo el nacionalista vasco Iñaki Anasagasti inventó el feliz término de la “Brunete mediática” para designar ese macizo de la raza castizo de la pluma y la palabra, que embiste contra todo lo que ni le gusta ni entiende. Habría que recuperar ahora los Nuevos Medios del Movimiento Nacional catalán. Te crujen por una disidencia, por una opinión que no sea la de las instituciones corruptas de la Generalitat. ¿Se han fijado en el interés reiterativo en las fotos de Pujol hecho un pimpollo, como si apenas hubiera salido del juzgado o de la Generalitat?. Un intocable. Casi siciliano, entre Toto Riina y Berlusconi. Se ha iniciado su recuperación. Los edecanes de antaño reivindican al Padrino. “¡Hizo tanto por nosotros!” Tanto, tanto que se convirtieron en una familia de comisionistas.

Nos vamos al carajo, señoras y caballeros, pero la diferencia entre Patria y Patrimonio se mantendrá intacta. Es lo que suele ocurrir con este tipo de contrarrevoluciones pletóricas de banderas, que siempre están pensando en el mañana. El presente siempre queda para los sicarios y los tontos inútiles.

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  por ejemplo, de La Vanguardia, el buque insignia del Grupo Godó. El actual conde de Godó, Javier de Godó, es el presidente del grupo empresarial de comunicación, que también controla otros medios como 8tv o Rac1. Desde su primera edición, el 1 de febrero de 1881, ha sido un diario vinculado estrechamente a la alta burguesía barcelonesa y a los intereses de la patronal. A lo largo de su historia ha demostrado una rápida capacidad de adaptación a los cambios, como cuando el día después de la llegada de las tropas franquistas a Barcelona, el 27 de enero de 1939, tituló en portada “Barcelona para la España invicta de Franco” o, en el interior, “Entrada apoteósica del Ejército Nacional en Barcelona”. Desde la Transición, los catalanes han identificado La Vanguardia con CiU, dada su línea editorial conservadora y próxima a los intereses del Gobierno de la Generalitat que presidió Jordi Pujol desde 1980 hasta 2003. Bajo la dirección del periodista José Antich, que estrenó su cargo en el año 2000, la cabecera se fue mostrando cada vez más cercana al movimiento independentista moderado, en sintonía con la línea ideológica de CDC y su líder, Artur Mas. En este contexto, Marius Carol sustituyó a José Antich como director de La Vanguardia en diciembre de 2013, con el encargo implícito de devolver cierta moderación a la línea editorial del periódico.

Los funcionarios y empleados públicos de Cataluña no cobrarán el mes de septiembre.

Hacienda pide al Govern catalán la lista de nóminas de los funcionarios y empleados públicos catalanes para pagarlas directamente desde Madrid. Asimismo, los altos cargos de la Generalitat deberán justificar ante la Administración central los gastos de las tarjetas de crédito. Los restaurantes alrededor del Parlament catalán quieren efectivo.
Si la Generalitat no facilita la relaciones nominales de sus empleados, estos no cobrarán el mes de septiembre 2017. La culpa será de Carles Puigdemont y su insensata desobediencia que no sabe todavía que la soberanía nacional residen en el pueblo español.
 Gregorio Morán columnista de La Vanguardia escribió:  “El separatismo es una ilusión morbosa que encubre una absoluta impotencia”. Pero no dijo que muchos catalanes viven de ello.

Sin urnas no hay referéndum. Referéndum 1-0 en Cataluña 2017.




¿Dónde están las urnas?

Hipótesis:

1º) Que no haya urnas todavía
2º) Que haya urnas.
3º) Los Mossos d´Escuadra hasta ahora ni ven, ni oyen, ni hacen nada contra el referéndum. Sería como poner la lobo a cuidad las ovejas.
4º) Dónde no iría la Guardia Civil a buscar las urnas. A una comisaría o puesto de los Mossos d´Escuadra. Por ello, lo más fácil es que los palet con las urnas de cartón estén custodiadas por los Mossos, bajo las órdenes del Govern. Seguramente serán ellos las que las lleven a los colegios electorales en sus coches oficiales.
5º) El 25 de agosto, Puigdemont dijo al “Financial Times” que tenía 6.000 urnas. Por ello lo más fácil sería llamar a Puigdemont y Junqueras a declarar en la Fiscalía, y no salen de allí hasta que no digan dónde las tiene ocultas.
6º) En caso de que no se encuentren las urnas, el domingo 1 de octubre Rajoy se pone en plan Maduro, se cierran los Metros, los autobuses urbanos, se ponen controles en las carreteras, pueblos y ciudades, y se corta el funcionamiento de los SMS de los móviles.
7º) En caso de burlas todas la normas anteriores. Por la noche se entra en la Generalitat y se incautan todos los votos, y se impide dar los resultados. 


Un coche de patrulla de los Mossos con estelada. (Trapero, si quiseras averiguría quienes son, simplemente identificado el paisaje del fondo de la foto). Pero hay un asocaciónde Mososo en pro de la independencia.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Pintor Joaquín Ferrer Guallar (Feguar) de Caspe (Zaragoza)

(JoaquÍn Ferrer (FEGUAR)


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https://drive.google.com/open?id=0B3yYSsAL0SnuTDlZdUNqVHkwdjg


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Paul Preston dijo en 2014, que un pueblo tiene derecho a decidir

Efectivamente, Paul Preston, tiene razón, el pueblo español tiene derecho a decidir, en la Carta Magna o Constitución, art 1.2 dice que la soberanía nacional  reside en el pueblo español. Respecto a Cataluña, es un pueblo dentro de común de todos los españoles, por ello, los catalanes independestistas no puede decidir sobre un territio que no es suyo, sino del pueblo español. Un secesión supone un robo o una sustracción de parte de una Atunomia, no colonizada y que no es una nación. Que es lo que pretendía que dijera el Estatuto Autonómico de 2006, enmendado por el Tribunal Constitucional en 2010. Lo culpable de la revueltas catalanas han sido siempre ERC  (Izquierda Republicana de Cataluña), un partido resentido heredero de los republicanos catalanes desde II República, y los anarquista tradicionales. La democracia no tiene armas contra esta lacra de la democracia. Si hay que ir a una guerra civil, habrá que ir con todas las consecuencias.

Mariano Rajoy.
Soralla Sáez de Santamaria.
Charles Puigdemon.
Junqueras.
Carmen Forcadell.
Ada Colau.
Generalitat Catalana.
Referéndum NO cabe en la constitucion

domingo, 17 de septiembre de 2017

Imprimir la papeleta del Referéndum autonómico en tu impresora


Cuando imprimes la papaleta del Referéndum 1-0 lo mejor que la tires al water.
No vale para nada.

Carles Puigdemont
Junqueras
Carme Forcadell
Catalunya
Ada Colau
Alcaldes independentistas catalanes

Cuando imprimes la papeleta del portal oficial, un dispositivo te mete un virus en el ordenador.
Te controlan  la Guardia Civil, ellos sabrán que has sido tu ordenado, y te fichan.


Que no se te olvidde nunca que Cataluña es territorio Español.
Todos los catalanes sois españoles morad vuestro DNI y el Permiso de Conducción.

El referéndum se va a convertir en una gran manifestación contra Rajoy.



Después del 1-0 habrá vida, el Sol seguirá saliendo todos los días, y la Luna cuando le dé la gana parecer.
Es evidente que Mariano Rajoy no puede negociar nada con la Generalitat catalana antes del 1 de Octubre, día del referéndum ilegal y unilateral que se diluye para convertirse en una gran protesta contar Rajoy .
Después del día 2 de octubre Puigdemont, su gobierno y Forcadell serán inhabilitados. Y el deseo independentista aumentará porque todos se pondrán con contra de Rajoy. Pero el PP, se engrandecerá fuera de Cataluña. La unidad de España es su gran baza potente e ineludible.
A continuación Mariano Rajoy se verá obligado a pactar, e incluso a modificar la Constitución según los deseos del PSOE.
Habrá unas nuevas elecciones autonómicas, seguirá ganando el independentismo, y entonces habrás un pacto económico con el Estado.
A los catalanes les quedan unos 10 años más de divisiones y luchas internas, hasta que ellos mismos recapaciten. El sentimiento separatista seguirá, pero a niveles bajos, como en el País Vasco ahora.

El Estatud Autonómico de 2006 era incontitucional. El Palament se salta todas la garatías democráticas aprueba en dos días dos Leyes: La de Referendum y la de Transitoriedad. No escuchan al Consejo de Garantías Estatutarias. No escuchan a la Oposición. Forcadell parecía una ministra de Puigdemont en lugar de la presidenta de todos los catalanes. Un Diada independentita. El Día de la Rosa, el Referendum. Están los catalanes todos los domingos de fiestas. ¿Qué más queréis, que os llevemos la nómina a casa?

Ada Colau quería una movilización en lugar de referéndum y ya la tiene. No habrá referéndum, porque su logística ha sido desarticulada por la Guardia Civil. Se convertirá en una movilización por la república catalana independiente. Cuando la gente dice que votará significa que protestará. Llevarán una papeleta, impresa en casa, y la meterán en una urna, que también llevarán o de casa o del club. Lo hará mucha gente, sin duda. Pero no habrá censo, ni mesas, ni urnas homologables, sino una mera ficción de referéndum. Quizá habrá quien pretenda dar unos resultados, pero no tendrán ningún tipo de credibilidad.
Las garantías son la gente, nos dicen los convocantes: el referéndum eres tú, la garantía eres tú, la papeleta eres tú, nos dicen los independentistas. Es decir, cuando más gente participe más garantías, tal como las explican los organizadores. Es decir, que no son garantías para un referéndum sino para la movilización. Las garantías para el referéndum eran las condiciones de neutralidad y de legalidad, mientras que las garantías de la movilización significa la máxima participación y luego la máxima resistencia.
Ramon Fernández Palmeral

Un pacto de conveniencia. Lola Larcía. Directora adjunta de La Vanguardia

Un pacto de conveniencia

Hace poco más de una semana, los partidos independentistas dilapidaban su prestigio político con una actitud inadmisible en el Parlament, donde dinamitaron la Constitución y el Estatut aplicando el rodillo y por la vía exprés, sin ningún respeto por la otra mitad de la Cámara. Pues bien, en unos pocos días, algo tan grave ha quedado enterrado en la trepidante sucesión de acontecimientos gracias a las actuaciones del Gobierno de Rajoy, que corre el riesgo de perder la batalla del relato y el apoyo de una parte de los catalanes que no desean la independencia, pero que consideran inconcebibles los métodos aplicados para impedir el referéndum.
El PP siempre ha ido a remolque en este conflicto. “Esto no nos ocupa ni dos tardes al mes”, fue la respuesta de un alto cargo de la Moncloa preguntado en privado por el auge independentista allá por el 2013. Y ahora, cuando el choque llega a su clímax, se percibe que el Gobierno sigue sin tener un plan más allá de impedir lo que considera una humillación: que se coloquen las urnas. Ese ha sido el encargo preciso que ha recibido Soraya Sáenz de Santamaría, y en él se ha volcado. Pero cuando se persigue un objetivo de forma obsesiva, se pierden los matices y se incurre en fallos. El independentismo ha fiado toda su estrategia al error que espera que cometa Mariano Rajoy: que la escenografía represora provoque sarpullidos entre una mayoría de los catalanes, más allá de los convencidos.
“Qué van a hacer: ¿enviar a la Guardia Civil?, ¿llevar a cientos de alcaldes a los tribunales? Que lo hagan...”. Es una frase repetida por dirigentes independentistas en los últimos meses. Los puntos suspensivos llevan implícito el deseo de convertir el 1-O en una protesta contra Rajoy, sea con una papeleta o con una pancarta en la calle. Carles Puigdemont espera que si el Gobierno del PP aplica una “persecución” indiscriminada, le ocurra como en la sentencia de Keynes: “Si yo te debo una libra, tengo un problema; pero si te debo un millón, el problema lo tienes tú”.
En los primeros mítines de esta campaña imposible (una campaña es un espacio en el que confrontar ideas, no un bombardeo de pensamiento monolítico), Carles Puigdemont y Oriol Junqueras han enviado dos mensajes básicos: el primero consiste en ridiculizar las actuaciones judiciales y policiales encaminadas a impedir el referéndum como propias de una dictadura bananera, y el segundo se dirige a captar a quienes se sientan violentados por esa actitud aunque no deseen la independencia, ya que su voto por el no contribuye a legitimar el 1-O como un deseo transversal de la sociedad catalana.
A ese objetivo va a contribuir Ada Colau. Los comunes mantienen la ambigüedad sobre el fondo –dada la división de su electorado– con argumentos formales como el de calificar el 1-O de movilización, olvidando que no son ellos los convocantes y que estos consideran que no sólo es un referéndum, sino además, vinculante. Pero lo cierto es que, después de meses de cortejar a los comunes, Puigdemont se ha cobrado la pieza.
La alcaldesa no aportará locales para la votación. No pondrá en riesgo a funcionarios ni su carrera política, pero ejercerá de altavoz del relato independentista. El acuerdo entre Puigdemont y Colau no consiste en abrir locales para colocar urnas. La Generalitat ya cuenta con edificios de su propiedad para la votación, como ocurre en Tarragona o Lleida. Pero los alcaldes de estas poblaciones ven cómo el president llama a los ciudadanos a presionarles mientras se fotografía con la edil barcelonesa. El pacto entre Puigdemont y Colau es político. La alcaldesa permite al president decir que en Barcelona también se podrá votar el 1-O con normalidad, y él la sitúa fuera del bloque del PP. Un acuerdo de conveniencia con mucha escenificación: la carta pidiendo el referéndum a Rajoy con copia al Rey, la recepción del Ayuntamiento de Barcelona a los alcaldes citados por la justicia y, probablemente, veremos la foto de Colau votando el 1-O.
Los comunes no desean una victoria de ninguno de los dos bandos. Alegan que es lo mejor si luego hay que dialogar. Pero aún quedan dos semanas y unos y otros van a emplearse a fondo, a la espera de un error del rival que le lleve a capitular. Quizá después haya espacio para negociar porque, como escribió Stephan Zweig, “forma parte de la esencia de las concesiones políticas que lleguen siempre demasiado tarde”.

Entrevista a Montilla en La Vanguardia, por Raúl Montilla

José Montilla: “Aún no estamos rotos”

  • El expresidente catalán ve con preocupación la actual situación política en Catalunya


El presidente de la Generalitat, José Montilla (Iznájar, 1955), advirtió hace diez años cuando estaba al frente del Govern, durante el segundo tripartito, de la creciente “desafección” de Catalunya hacia España. Su predicción, dice ahora, “desgraciadamente” se ha cumplido. “Por la crisis económica pero, sobre todo, porque a finales del año 2011 hay un gobierno con mayoría absoluta del PP que no ha querido ver el problema que tenía encima de la mesa”, lamenta el ex líder del PSC que no esconde su preocupación por la situación actual. También por el hecho de que el Govern y la mayoría parlamentaria que le da apoyo hayan decidido “prescindir del Estado de Derecho mediante la aprobación de unas leyes exprés que, en pocas horas, liquidan la Constitución, el Estatut y se violenta el derecho de los diputados”.
¿Por qué no se pudo evitar la sentencia del Estatut?
Hicimos todas las gestiones posibles. Hablamos con todo el mundo y cuando digo con todos es con todos. Para tratar de evitar la sentencia y para que se produjera la renovación del Constitucional, porque con aquella composición era difícil que saliera una sentencia interpretativa que no declarara ningún artículo inconstitucional. Desgraciadamente, en el TC en aquellos momentos hubo personas con una nula visión de estado. Como nula visión de estado tuvieron los que interpusieron el recurso, entre ellos el actual presidente del Gobierno central.
En el TC en aquellos momentos hubo personas con una nula visión de estado. Como nula visión de estado tuvieron los que interpusieron el recurso”

¿Todo comenzó entonces?
El origen de la situación actual no está exclusivamente en la sentencia, pero hay un antes y un después. También está la crisis económica, su gestión, la actitud del Gobierno del PP con cuatro años de mayoría absoluta que han contribuido a que las cosas se vayan deteriorando… En las elecciones del año 2010, en las que pierdo, el independentismo saca unos resultados que no son buenos. Quien gana las elecciones, CiU, lo hace con un programa en el que no sólo no se hablaba de la independencia, no se hablaba de la consulta. El cambio fundamental de tendencia ha venido después, en el año 2012, cuando ya estaba gobernando el PP y ha habido una actitud de cerrazón, cuando no, de incremento de las ofensas.
En el 2010 se produce una primera manifestación masiva bajo el lema ‘Som una nació. Nosaltres decidim’, y luego desde el 2012 no han parado hasta ahora.
En el 2011 no hubo. Cuando Artur Mas gana las elecciones en el 2010, ¿con quién gobierna? ¿quién le da apoyo? ¿quién le aprueba los presupuestos del 2011? El PP. Le apoya en las leyes, le apoya en los cambios legislativos, por ejemplo los que tienen que ver con la corporación catalana de los medios de comunicación. Y los presupuestos del 2011 y del 2012. Son presupuestos compartidos por Convergencia i Unió y el Partido Popular.
El expresidente de la Generalitat, en su despacho
El expresidente de la Generalitat, en su despacho (Ana Jiménez)
Pero en el 2012 sí que convoca elecciones con la promesa de la consulta
Supongo que Mas se ve obnubilado por la gran afluencia de manifestantes. Hay personas que le convencen que si avanza elecciones ganará por mayoría absoluta. Juega esa carta y la pierde.
El expresidente José María Aznar dijo hace años y repitió hace poco que «antes de romperse España, se rompería Catalunya». ¿Estamos rotos?
No, pero podemos llegar a estarlo. A mí una de las cosas que más me preocupa de este proceso es la creciente división en el seno de la sociedad. Ya sé que hay a muchas personas, especialmente del mundo independentista, que no le gusta que se diga: pero es negar una realidad. ¿La sociedad catalana hoy está dividida? No, pero puede llegar a estarlo. Facilitar eso, sí que me parece la más grande irresponsabilidad. Y de eso no hay un culpable, hay más de uno.
No soy optimista pxorque puede que el día 2 podamos estar peor que el día 30”
¿Había dos Catalunyas pero no se veían porque estaban tapadas por las palmeras del oasis?
Yo no creo que hubiera dos Catalunyas. Hay muchas personas de diferente ideología, de izquierdas y de derechas; nacionalistas y no nacionalistas que, durante décadas, han estado trabajando para conseguir la unidad civil del pueblo de Catalunya, que no está garantizada porque sí. La unidad civil se puede romper si hay actitudes irresponsables que trabajan para la parte y no para el todo.
El diálogo… Parece difícil.
Más pronto que tarde aparecerá.

El PP ha perdido la mayoría absoluta y está gobernando después de una legislatura fallida que duró meses. Está necesitado de pactos. El principal problema que tiene encima de la mesa, que tenemos todos, es lo que algunos llaman el problema catalán que sólo se puede solventar dialogando, pactando y negociando. Y lo tendrán que hacer.
Montilla observa con pesimismo el actual momento catalán
Montilla observa con pesimismo el actual momento catalán (Ana Jiménez)
¿Pero hay interlocutores?
Los interlocutores a veces lo acaban siendo por necesidad. Antes ha aparecido Aznar: Él pactó con CiU, y CiU estaba encantada. Y pactó con el PNV. Xabier Arzalluz dijo aquello de “he conseguido más en 14 días con Aznar que en 13 años con Felipe González”. Ya no sólo por responsabilidad, sino también por necesidad, se tendrá que negociar.
Entonces es optimista.
No. No lo soy, porque puede que el día 2 podamos estar peor que el día 30. Pero eso no quiere decir que no tengamos la obligación de intentarlo. Y creo que los ciudadanos deben de exigir a sus gobernantes, en este caso el Gobierno de España y al Govern, que dialoguen, negocien y pacten.
La unidad civil se puede romper si hay actitudes irresponsables que trabajan para la parte y no para el todo”
¿Qué se tendría que negociar y pactar?
Algo que pueda ser aceptable para la mayoría y eso excluye los extremos. En España hay quien no quiere tocar nada y en Catalunya hay también una parte importante de la población que lo que quiere es marcharse. Yo creo que ni una cosa ni otra son posibles si queremos garantizar la convivencia en el futuro.
La reforma federal de la Constitución…
Una reforma que pueda dar acogida a reivindicaciones de Catalunya, que permita modernizar el Estado de las autonomías, que tiene casi 40 años. Y es evidente que en 40 años han cambiado mucho las cosas. El Estado de las autonomías necesita adaptarse, aprender, sacar conclusiones de las cosas que han funcionado en este período precisamente para poder renovar ese contrato de respetar la diversidad, la diferencia, la personalidad de los diferentes pueblos y naciones que viven en España y, a la vez, para seguir viviendo juntos en un proyecto compartido.
El Estado de las autonomías necesita adaptarse, aprender, sacar conclusiones de las cosas que han funcionado”
¿Y el pacto fiscal?
El pacto de financiación del año 2009 es un pacto fiscal y, de hecho, ha habido más de uno. El del 2009 fue un avance muy importante si lo vemos en perspectiva de donde veníamos, lo que pasa es que coincidió con la recesión económica. En estos momentos ha habido por parte de la comisión de expertos una serie de estudios que a lo que han de dar pie es a que la ley se modifique como prevé la propia ley que, por sí misma, preveía que se tenía que haber modificado hace más de dos años. Hay unos documentos que pueden servir de punto de partida precisamente para negociar eso. Un nuevo sistema de financiación que ha de ofrecer más autonomía.
¿Qué le parece que la Fiscalía haya citado a más de 700 alcaldes y que le diga que si no colaboran los puede detener?
Como lo han hecho no ha sido lo mejor... Cualquier ciudadano, si recibe una notificación para ir al juzgado, ha de ir. Los alcaldes, los diputados y los senadores: los miembros de cualquier gobierno no tienen más derechos que los que tienen los ciudadanos. No están por encima de las leyes. Y cada uno ha de ser consecuente con sus actos. Si un juzgado o la fiscalía te llama para hacer unas diligencias tu obligación es ir: seas alcalde o no lo seas. Has de ir porque, si no, te pueden obligar a ir.
¿Y con respecto a que se les interpele para que cedan locales?
A los alcaldes se les ha de dejar en paz, que ejerzan sus funciones según ellos crean, y por lo tanto siendo responsables de sus propios actos. Y los que quieran cumplir con las leyes y no situarse fuera del estado de derecho, lo han de poder hacer. Es que es el gobierno que lo tiene que garantizar también, no sólo la justicia. Y deseo que los que opten por otros caminos que acaben reflexionando que desde luego hacen un flaco favor a los ciudadanos.
Lo que se tendría que negociar sería algo que pueda ser aceptable para la mayoría, y eso excluye a los extremos”

La situación en Cataluña es de desafección total hacia el Estado español

Los catalanes estan ahora como nosotros los andaluces en los años 80 sometidos a la manipulación politica. Ahora nuestro poblema es encontrar por la noche una mesa libre donde comernos un pescadito frito. Así es la vida qué le vamos a hacer.

 Los catalanes estan ahora como nosotros los vasco en los años 80 sometidos a la manipulación politica. Ahora nuestro poblema es encontrar por la noche una mesa libre donde comernos un chuletón. Así es la vida qué le vamos a hacer.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Los nieto de la ira. CUP. Tradición más politica de Cataluña.

CUP: los nietos de la ira



CARLOS RODRÍGUEZ CASADO
          EL MUNDO. 16-09-2017


Lo primero que conviene saber de la CUP es que la CUP no existe. Existen las CUP, así, en plural. Un plural en forma de paraguas bajo el que se cobija una miríada de grupos, la mayoría de ellos de estricta implantación local o, como mucho, comarcal, cuyo nexo común reside en encarnar la versión contemporánea de dos tradiciones políticas muy antiguas en Cataluña. Por un lado, las CUP son el resultado organizativo de la herencia sentimental y política del independentismo combativo, el eufemismo que se utiliza siempre en la órbita intelectual nacionalista para hacer referencia al terrorismo de estricta obediencia autóctona. Por el otro, las CUP se singularizan por practicar una suerte de revival del estilo asambleario y ateneístico propio del más añejo anarquismo catalán. Unos modos y unas formas, los característicos del movimiento libertario del primer tercio del siglo XX, que después tendrían una efímera continuación con los brotes contraculturales de finales de los 60.

Así las cosas, del mismo modo que Ciudadanos, el Ciudadanos germinal, fue una reacción casi desesperada tras la claudicación del PSC frente a los nacionalistas cuando la formación del primer tripartito -el de Maragall-, la súbita irrupción desde la nada de las CUP respondió a una irritación opuesta, la de las bases de ERC a raíz de la firma del segundo tripartito -el de Montilla-, algo percibido en esos ambientes poco menos que como una traición a la causa.


Por lo demás, eso son las CUP, una muy dispersa constelación de radicalidades juveniles, utopismos mesiánicos, extremismos esencialistas y fundamentalismos identitarios que, a diferencia de lo que ocurriría en cualquier otro rincón de Occidente, en Cataluña forman parte no solo de la mayoría parlamentaria que sostiene al Gobierno, sino también de lo que la cultura oficial del lugar considera respetable, homologable y digno de todo aprecio y consideración.
De ahí que nadie se escandalizara lo más mínimo al trascender que su primer diputado en el Parlament, David Fernàndez (no confundir con Fernández), se había ganado la vida trabajando en Ardi Beltza, aquella publicación dirigida por Pepe Rei que el juez Garzón clausuró en su día bajo la acusación de ofrecerse de forma continuada para señalar futuros objetivos a ETA. Bien al contrario, Fernàndez (que no Fernández como su padre, abuelo y demás ancestros de la provincia de Zamora) se convirtió al poco en una gloria local tras mostrar amenazante una de sus chancletas no a Jordi Pujol, a quien trataría con exquisito respeto en la comisión parlamentaria reunida a fin de investigar sus innúmeros hurtos, saqueos y pillajes, sino al espanyolRodrigo Rato.
Pero quien dentro de las CUP encara en su persona el vínculo con el legado histórico del catalanismo asilvestrado y violento, una tradición silenciada que se remonta a los orígenes mismos del nacionalismo catalán, no es el Fernàndez del acento abierto sino otro de los grandes referentes de la organización, Carles Sastre.
Sastre, que hace bien poco compareció en un acto oficial junto a Puigdemont para presentar en sociedad el acuerdo de los grupos secesionistas sobre la procedencia de convocar el referéndum, fue uno de los miembros del comando que asesinó al empresario José María Bultó por el método de adosarle con esparadrapo una bomba en el pecho. Los bomberos necesitarían varios días para poder recoger todos los restos de la víctima que habían quedado incrustados en las paredes y techo de la habitación donde se produjo la explosión. Ocurrió el 9 de mayo de 1977. Poco después, el 26 de enero de 1978, el mismo grupo volvería a asesinar por idéntico procedimiento al ex alcalde de Barcelona, Joaquín Viola, y a su esposa, Montserrat Tarragona. A consecuencia de la deflagración, el cadáver de Viola apareció decapitado.


Pero Carles Sastre, ahora liberado sindical y dirigente de Poble Lliure, uno de los principales grupos que integran las CUP, no fue más que un simple brazo ejecutor, apenas eso. El verdadero jefe de la rama llamada militar del Frente Nacional de Cataluña, el partido que cobijaba a los autores de los crímenes, era un histórico del movimiento catalanista, Josep Maria Batista i Roca. Alguien tan respetado que a su muerte el Ayuntamiento socialista de Barcelona decidió honrar su memoria -y su obra- dedicándole el nombre de una calle, que para mayor escarnio está situada a escasos metros de la sede central del PSC.
Por su parte, Jordi Pujol, otro admirador de Batista i Roca, se presentó a las primeras elecciones democráticas, las del 15 de junio de 1977, en una coalición electoral de la que formaba parte el Frente Nacional de Cataluña. Había transcurrido un mes escaso desde el asesinato de Bultó. Y es que el hombre en cuyo honor la Generalitat ha instituido el galardón más importante a la proyección internacional de la cultura catalana, el premio Josep Maria Batista i Roca, amén de por su contrastada pericia como instructor de carniceros, también será recordado por haber fundado en los años 30 la muy peculiar variante catalana de los Boy Scouts, los Minyons Escoltes. Una forma paramilitar de socialización en la mística nacionalista, la de las marchas por la montaña, las acampadas fraternales, las canciones patrióticas entonadas a coro en el corazón del bosque y las fogatas nocturnas en torno al mástil de la señera con la luna de fondo, esa liturgia iniciática por la que han pasado a lo largo de su infancia y adolescencia prácticamente la totalidad de los dirigentes actuales del movimiento catalanista. De ahí la devoción ecuménica por la figura de Batista.
De aquel Frente Nacional de Batista, organización huelga decirlo que nada tenía que envidiar en cuanto a xenofobia y racismo a su homónima francesa de Le Pen, surgió a mediados de los 60 una escisión izquierdista, el PSAN (Partido Socialista de Liberación Nacional de los Países Catalanes) que, con el tiempo, acabaría constituyendo el origen último, la nodriza de las CUP. Y antes de las CUP, de Terra Lliure, la plataforma del independentismo combativo en la que se reagruparon los antiguos pistoleros del brazo armado del Frente Nacional, entre ellos Sastre, el flamante interlocutor de Puigdemont.


Pero tanto dentro de Terra Lliure como en el interior del partido político que le ofrecía cobertura, el MDT (Movimiento de Defensa de la Tierra), convivieron siempre dos facciones enfrentadas. Por un lado, la de los proclives a priorizar el objetivo de la independencia por encima de cualquier otra consideración; por otro, el de los imbuidos de un maximalismo revolucionario que propugnaba lograr al mismo tiempo la destrucción total del orden capitalista y la creación de un Estado soberano que unificase a los llamados Países Catalanes.
Este desencuentro estratégico llegó incluso a provocar una batalla campal entre militantes de los dos sectores del MDT durante la Diada de 1988, reyerta en la que ambas partes utilizaron como argumentos de debate cadenas de hierro, puños americanos y bates de béisbol. Hubo docenas de heridos y contusionados. Hoy, tantos años después, la disputa todavía sigue abierta.
Así, dentro de las actuales CUP, habitan en inestable equilibrio los inclinados a suscribir acuerdos con el establishment del catalanismo conservador, ese cuya expresión canónica representa el PDeCat, junto con los puristas reacios a toda colaboración con las fuerzas del sistema. Anna Gabriel, dirigente de Endavant, la facción más izquierdista de las CUP, ejerce de portavoz oficiosa de esa corriente reticente tanto a participar en la vida parlamentaria como a prestar apoyo alguno a los antiguos convergentes. No por casualidad en los medios de prensa controlados por el Gobierno de la Generalitat se han lanzado insistentes insinuaciones en las que de forma apenas velada se acusaba a Anna Gabriel de ser en realidad una agente encubierta al servicio del CNI.
En el flanco opuesto, Poble Lliure, el partido que cuya dirección forma parte Sastre, predica establecer alianzas tácticas con otros sectores más tibios del nacionalismo, sobre todo, con ERC. Al punto de que fue el propio Sastre quien promovió un manifiesto firmado por antiguos miembros de Terra Lliure en el que se reclamaba a la dirección de las CUP llegar a un acuerdo de gobierno con Esquerra y el PDeCat, acuerdo que finalmente se produjo.

Las CUP están viviendo los cinco minutos de gloria que Andy Warhol prometió a todos los don nadie de la Tierra, pero su techo, no obstante, es de cristal. El viraje en la política de alianzas llevado a cabo por la nueva dirección de Esquerra que encabeza Oriol Junqueras, un viaje de vuelta a las prioridades identitarias dentro de la gran familia nacionalista, pone plomo en las alas a su potencial de crecimiento electoral. La mayoría de las catas demoscópicas prevén que pierdan, como mínimo, la mitad de su representación parlamentaria en caso de un más que previsible adelanto electoral tras el 1 de octubre. Aunque, eso sí, siempre les quedará Arran.

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Erederos de la Semanan Trágica de Barcelona de 1909