ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

sábado, 6 de marzo de 2021

El presidente de la II República Nicelo Alcalá Zamora era consuegro de general Queipo de LLano

 

Niceto Alcalá-Zamora Castillo fue el primer hijo varón del matrimonio entre Niceto Alcalá-Zamora y Torres —primer presidente de la II República Española— y María de la Purificación Castillo de Bidaburu. En 1934 contrajo matrimonio con Ernestina Queipo de Llano, hija del general Gonzalo Queipo de Llano, militar que participaría destacadamente en la sublevación contra la República en julio de 1936 que daría origen a la guerra civil española.

Niceto Alcalá-Zamora Castillo estudió la licenciatura de derecho en la Universidad Central de Madrid y recibió educación también en lengua alemana en el Real Colegio Alemán de Madrid. Mantuvo estrecho contacto con el profesor Luis Jiménez de Asúa, el cual fue su guía en la tesis para obtener el grado de doctor por la misma universidad en 1928, con una tesis titulada El desistimiento espontáneo y el arrepentimiento activo.3

En 1930 disfrutó de una beca de estudios en Alemania de la Junta para Ampliación de Estudios, especializándose en el derecho procesal y orientando su actividad hacia la preparación de oposiciones a cátedra. En 1932 obtuvo la cátedra de derecho procesal de la Universidad de Santiago de Compostela, puesto que desempeñaría después en las universidades de Murcia y Valencia.

Con la guerra civil, comenzó el destierro de toda la familia, que sufrió un penoso y largo viaje que los lleva a Francia, Argelia, Cuba y, finalmente, Argentina. Durante la travesía falleció su madre.

En Argentina, Luis Jiménez de Asúa le ofreció continuar trabajando como profesor de derecho procesal penal en el Instituto de Altos Estudios Penales y Criminología de la Universidad Nacional de La Plata. En el año 1945 recibió una invitación para ser parte del colectivo de la Escuela Nacional de Jurisprudencia de México. Fundó el doctorado de Derecho de la UNAM y el Instituto de Investigaciones Jurídicas, donde ocupó cargos directivos y de coordinación. A esta época pertenece su obra más celebrada: Proceso, autocomposición y autodefensa (contribución al estudio de los fines del proceso).4​ En México desarrolló un gran trabajo por la difusión del estudio del derecho procesal. Llegó a ser reconocido como una de las personalidades claves en el desarrollo del derecho procesal hispanoamericano.

En 1976 regresó a Madrid, ciudad donde residió hasta su fallecimiento, ocurrido el 20 de febrero de 1985. 

 

Cosas del destino. La sublevación militar del 18 de julio de 1936 le pilló a Niceto Alcalá-Zamora camino del Polo Norte. El hombre que hasta abril de ese año ocupara la presidencia de la Segunda República, se había decidido a realizar un viejo sueño: ir al Ártico con su familia. No llegó a cumplirlo. Se quedó en París, donde le concedieron asilo político. Regresar a España le hubiera costado, probablemente, la vida, porque Alcalá-Zamora (Priego de Córdoba 1877-Buenos Aires 1949) había conseguido ser casi tan odiado por las fuerzas del Frente Popular, cuyo Gobierno le depuso nada más tomar el poder, como por los sublevados. Pero si el ex presidente y prestigioso jurista salvó la vida, no consiguió salvar los documentos que había ido acumulando para preparar sus memorias. Guardados en el banco Crédit Lyonnais de Madrid, sus papeles volaron junto al dinero y las alhajas de la familia, nada más estallar el conflicto. "Las cajas fueron saqueadas, se supone que por orden de la junta de orden público de Madrid, aunque hay una cierta nebulosa sobre ese punto", dice Julio Gil Pecharromán, profesor de Historia de la UNED y autor del libro Niceto Alcalá-Zamora. Un liberal en la encrucijada.

¿Qué conservaba el político cordobés, testigo de tantas cosas como presidente de una Segunda República ahogada por la violencia pocos años después de nacer? Todo lo que se conocía de este material eran los extractos de su dietario, publicados en 1937, en Valencia, en una revista dirigida por camaradas de Santiago Carrillo. "Pero aquellos extractos fueron manipulados", dice Pecharromán. "El propio Carrillo en sus memorias lo reconoce". Este historiador cree que a Alcalá-Zamora le perdió su posición centrista en una España de extremismos furibundos. "Era una especie de Adolfo Suárez de la época, pero al contrario que en caso de Suárez su proyecto fracasó". Alcalá-Zamora se consideraba a sí mismo un representante de la tercera España. Un centrista ajeno a los excesos de izquierda y derecha. Católico a ultranza, terrateniente y liberal, uno de sus seis hijos, José, moriría defendiendo a la República, mientras otros dos, Niceto y Teresa, le emparentarían respectivamente con el general Queipo de Llano, uno de los protagonistas de la sublevación, y con el coronel de la Guardia Civil José Navarro, también del bando nacional.

Alcalá-Zamora murió en Buenos Aires, segunda y definitiva escala de su exilio, y sus papeles quedaron en el olvido