En el argot policial, los asesinos se huelen pero este olor solo es perceptible por aquellos policias o guardias civiles que llevan 30 años en el oficio, que son de tropa y no de los llamados de "sangre azul" que salen verdes desde las academias especiales con una gran formación criminológica y legal, pero sin olfato. Este olfato se adquiere en la calle.
El olfato lo adquiere un comandante de puesto qúe empezó de guardia raso, que ha esta en rural, en policia judicial ya se ha pateado las calles buscando chorizos y delincuentes y drogatas, que hizo el curso de cabo y el de sargento por antigüedad, porque no tenía tiempo de estudiar.
Aquellos guardias civiles del "colmillo retorcito" decían que la veteranía era un grado, y es absulutamente cierto. Muchos oficiales salidos de la academias con carreras universitarias no salen de los despachos, son los guardias o policias veteranos quienes descubren a los delincuentes o asesinos, porque se los huelen, porque tienen una nariz policial entrenada. Huelen a los sicarios sudacas venidos a asesinar a España.
Se aprende a ser policias o guardia civil en la universidad de las calles, tratanto con chorizos, delicuentes, confidentes... poniendo el oído y no los títulos.
Un guardia o policía veterano es una joya olfativa, un sabueso del crimen. Esto no se valora, y las medallas se los llevan los que están en trabajos burocráticos en oficinas o comandancia, que es donde las reparten.
Una mirada policial a la cara del sospechoso es suficiente porque los ojos nunca mienten, es un delator de mentiras y eso solo se alcanza con el oficio de los años de servicio.
El olfato lo adquiere un comandante de puesto qúe empezó de guardia raso, que ha esta en rural, en policia judicial ya se ha pateado las calles buscando chorizos y delincuentes y drogatas, que hizo el curso de cabo y el de sargento por antigüedad, porque no tenía tiempo de estudiar.
Aquellos guardias civiles del "colmillo retorcito" decían que la veteranía era un grado, y es absulutamente cierto. Muchos oficiales salidos de la academias con carreras universitarias no salen de los despachos, son los guardias o policias veteranos quienes descubren a los delincuentes o asesinos, porque se los huelen, porque tienen una nariz policial entrenada. Huelen a los sicarios sudacas venidos a asesinar a España.
Se aprende a ser policias o guardia civil en la universidad de las calles, tratanto con chorizos, delicuentes, confidentes... poniendo el oído y no los títulos.
Un guardia o policía veterano es una joya olfativa, un sabueso del crimen. Esto no se valora, y las medallas se los llevan los que están en trabajos burocráticos en oficinas o comandancia, que es donde las reparten.
Una mirada policial a la cara del sospechoso es suficiente porque los ojos nunca mienten, es un delator de mentiras y eso solo se alcanza con el oficio de los años de servicio.