Ficción por encima de todo. Mucho espectáculo y poco rigor histórico. Así ve el historiador zamorano Miguel Ángel Mateos la adaptación televisiva de la novela de Nieves Herrero "Lo que escondía sus ojos", basada en la figura de Ramón Serrano Suñer. El que fuera ministro de Franco y, a su vez, cuñado, compartió con Mateos "largas conversaciones fruto de horas de encuentros en su despacho de Marbella, con ese cuadro de Zuloaga a sus espaldas que pertenecía a doña Zita", explica el zamorano en referencia a Ramona Polo, hermana de Carmen Polo, esposa de Franco. Su último encuentro tuvo lugar un año antes de que Suñer muriera, "en plena lucidez", y fruto de esas conversaciones Miguel Ángel Mateos tiene material suficiente como para dar a luz una biografía sobre Serrano. Un hombre "de personalidad muy acusada y por el que Franco sentía una admiración notable pero, a la vez, cierta desconfianza por su excesiva inteligencia... y Franco era un hombre que guardaba rencores". El dictador aprovechó de Serrano "su profesionalidad en derecho civil, que era lo que necesitaba ante su régimen campamental, así como su talento privilegiado y su formación ética que yo pude comprobar", narra Mateos.

El amor entre el cuñado de Franco -"que él nunca llamó cuñado en nuestras conversaciones, sino familiar, sin más"- y Sonsoles de Icaza, marquesa de Llanzol y figura clave en la sociedad madrileña de la época, fue uno de los grandes escándalos de la dictadura. Sin embargo, la serie imprime "un enfoque excesivo en esos detalles extramaritales hasta el punto de trascender su figura". Además, "ofrece la imagen de un hombre guapo, que lo fue, pero lo pintan continuamente en torno a su vida extramarital, cuando él tomaba decisiones muy importantes a diario y era muy amante de sus hijos". Mateos percibe de la serie "una imagen marginal, nada intelectual", cuando fue capaz de "reconducir a su grupo a los intelectuales que tuvo Franco, de hecho, todos abandonaron al dictador cuando se fue Serrano". También llama la atención la recuperación del personaje de Carmen Díez de Rivera, fruto de la relación ajena al matrimonio, y que nació un día después de que Serrano cesara. Su marcha "no tuvo una exclusiva finalidad política sino sentimental", puntualiza Mateos. La figura de su hija está muy presente en los capítulos de la miniserie, sin embargo, "su existencia apenas se conocía".

 
               Zita Polo y Martínez-Valdés y Serrano Suñer tuvieron 6 hijos

Mateos no pasa por alto tampoco la figura de Carmen Polo que, al final de la guerra, fue definitiva: "Ésta entró en liza por celos y ella decidía más de lo que la gente creía, tomaba decisiones importantes porque aunque Franco le decía que no se metiera, ella lo hacía... le perdieron los aires de grandeza", reproduce Mateos, fiel a las palabras de Serrano Suñer, a quien acompañó en su funeral para darle su último adiós.

Entre los principales gazapos históricos que el zamorano detecta hay uno que atribuye al desconocimiento: "Él no era amigo de los nazis ni de Hitler, pero tuvo que dar la cara para evitar que Hitler nos invadiera porque pudo haberlo hecho y él buscaba la neutralidad de España. Franco, sin embargo, sí quiso entrar en la guerra, pero los militares le cargaron con el mochuelo de artífice del vínculo con Alemania". De nuevo, "ficción al servicio del espectáculo".

 
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Cunato más comunistas haya en el gobierno más nacionalista crecerán como los trigos