El día 21 de diciembre 2012 se acaba el mundo según el calendario maya. A mí me cogera pelando gambas porque me habrá tocado la Lotería de Navidad.
La teoría de que el mundo se acaba el 21 de diciembre con la excusa del
calendario maya o del supuesto choque de un planeta ficticio contra la
Tierra -que han supuesto una pesadilla para los científicos de la NASA y
han obligado al gobierno de EE UU a asegurar que el mundo seguirá
después del próximo viernes-, es un ejemplo más de que los mensajes
sobre el fin del universo calan en cualquier sociedad y a lo largo de
civilizaciones, a pesar de que ninguno ha surtido efecto. Sociólogos,
astrónomos y antropólogos rechazan estas teorías "oportunistas" que se
disfrazan de "pseudociencia" y que, como mantienen, abundan en tiempos
de crisis como el actual.
"No hay fin del mundo ni nada que se le
parezca, solo termina un ciclo y empieza otro. Cada civilización ha
tenido su calendario -los chinos, los mayas, los egipcios, los
mesopotánicos...- basado en la luna, el sol, la mezcla de ambos o las
estrellas. El maya tiene un ciclo largo, de 4.000 o 5.000 años, que
concluye ahora, pero incluso los mayas sabían que no acababa el mundo",
explica el astrónomo Enrique Aparicio, que recuerda que con el cambio de
milenio y la entrada en el año 2000 también surgieron tesis
catastrofistas y añade, como pequeño ejemplo, que "nosotros lo hacemos
cada año tomando las uvas, despedimos lo malo y creemos que empieza lo
bueno".