ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

viernes, 26 de abril de 2019

Bicentenario de la muerte del Dr. Francisco Javier Balmis y Berenguer, por Ramón Fernández Palmeral



                                           Dr. F.J. Balmis (Retrato a lápiz de de Palmeral)
Francisco Javier Balmis y Berenguer (Retrato a lápiz de Palmral)




Por Ramón Palmeral



Bicentenario de la muerte del Dr. Balmis: director de la expedición que llevó la vacuna de la viruela a América, Filipinas y China.


   Si por algo es conocido universalmente el médico alicantino Dr. Balmis, es por la gesta de llevar la vacuna de la viruela a América, Filipinas y Asia, en el cuerpo de 22 niños expósito o huérfanos en la llamada Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, en la corbeta militar española «María Pita» que zarpó de la Coruña el   30 de noviembre de 1803, de los que se han cumplido  215 años. La expedición fue dirigida  por el médico y cirujano alicantino Dr. Francisco Javier Balmis y Berenguer, y como subdirector  el  médico catalán Dr. José Salvany y Lleopart, con practicantes y enfermeros, más una mujer Isabel Zendal Gómez como enfermera gallega a cargo de los niños.
     El próximo 12 de febrero del 2019 se cumple el bicentenario de la muerte en Madrid del Dr. Francisco Javier Balmis y Berenguer, nacido en Alicante en la antigua Plaza de las Frutas el 2 de diciembre de 1753, hijo y nieto de cirujano. A los 17 años ejerció como practicante en el  Hospital Militar de Alicante. Doctor en medicina  por la Universidad de Valencia. Ejerció como médico en La Habana y México, luego cirujano de la cámara del Rey  Carlos IV en Madrid.
     En Alicante se rotuló una plaza el 7 de febrero de 1919 que lleva su nombre, la conocida actualmente por la Plaza del Dr. Balmis (en suyo subsuelo se encuentra un refugio antiaéreo construido en 1938), cerca de otra plaza, la de Calvo Sotelo. También existe un busto de bronce de autor desconocido en  la Facultad de Medicina de la UMH de San Juan de Alicante. El lema del Dr. Balmis era: «Amar y sufrir defendiendo lo que se ama es la única forma de vivir con plenitud y dignidad».


    La vacuna de la viruela

    La viruela «Variola virus» era un enfermedad infecciosa que estaba diezmando la población infantil desde que apareció, hacia 10.000 a. C., enfermedad considerada la más mortal que haya azotado a la humanidad, desde tiempos de la prehistoria. En el siglo XVIII, hubo un brote grave en Europa. En el año 1796  un médico rural inglés Edward Jenner  observó que las ordeñadoras de vacas lecheras adquirían ocasionalmente una especie de «viruela de vaca» o «viruela vacuna» «cowpox» por el contacto continuado con estos vacunos, que era, a su vez, una variante leve de la mortífera «viruela humana» contra la que las vaqueras quedaban así inmunizadas. Tomó suero de esta vacuna y consiguió inocular  al niño de 8 años James Philips. El pequeño mostró síntomas de la infección de viruela vacuna, pero mucho más leve y no murió. El resto de los niños inoculados no contrajeron la viruela.  En pocos años la vacuna pasó a España en 1800, gracias a Francesc Piguillem, médico de Puigcerdá, y posteriormente a sus territorios coloniales de ultramar, salvando a millones de vidas.
 

 Real Expedición Filantrópica de la Vacuna

    A tal grado de amenaza llegó la enfermedad  de la viruela a Europa y a las colonias americanas y Asía (incluso, el Rey Carlos IV había perdido a su hija María Teresa de tres años de edad a causa de la viruela en 1794) que, disponiéndose ya de la vacuna se organizó una expedición humanitaria compuesta por 37 adultos y 22 niños probetas, que serían inoculados cada 9 ó 10 días para conservar la vacuna «in corpore» o in vivo (dentro de un ser vivo) contrario a in vitro (en vidrio) fuera de un organismo vivo. La vacuna duraba 12 días.
    Dirigía la expedición por mandato real el Dr. Francisco Javier Balmis, que a su vez nombró como subdirector al  Dr. José Salvany y Lleopart nacido en Cervera, Lérida, hacia 1778, médico cirujano y militar, quienes nombraron además a  los ayudantes Manuel Julián Grajales y Antonio Gutiérrez Robredo, a los practicantes Francisco Pastor Balmis, y Rafael Lozano Pérez y los enfermeros Basilio Bolaños, Antonio Pastor y Pedro Ortega, e Isabel Zendal Gómez como encargada del cuidado de los 22 niños huérfanos gallegos. Uno de ellos Benito, hijo de Isabel Zendal. (Existe una película que se llama "22 ángeles").
    La expedición llega a Santa Cruz de Tenerife donde pasan un mes vacunando y salen el 6 de enero de 1804 dirección a Puerto Rico a donde llegan el 9 de febrero de 1804. No se necesitó vacunar a la población de Puerto Rico ya que la vacuna fue llevada a la isla desde la colonia danesa de Saint Thomas. En Puerto Rico la expedición se divide en dos partes, la del Dr. Balmis hacia La Habana y  México (Nueva España), y desde Acapulco a Filipinas y China, con Gutiérrez Robledo hacia Texas y Arizona, y Francisco Pastor hacia Centro América; la segunda expedición a cargo del Dr. José Salvany por  Nueva Granada que comprendía: Venezuela, Colombia, Ecuador, y Panamá. En Quito se dividieron en dos partes, la del Dr. Salvany a Perú y Bolivia; y la de  Basilio Bolaño a Santiago de Chile, Estrecho de Magallanes y Buenos Aires. 

      La heroica gesta  Dr. Balmis en China

     El marco histórico resulta borroso y fascinante a la vez, puesto que el Dr. Balmis, agotado, llegó en 1805 a Macao (China) en un junco chino y tres niños, a Cantón con un niño chino y trató de ofrecer la vacuna a las autoridades sin conseguir aparentemente resultados por culpa de las injerencias de la «maquiavélica política de los hijos de Albión [Reino Unido]», según Gonzalo Díaz de Yraola. El propio Edward Jenner (descubridor de la vacuna) y otros notables científicos europeos fueron los primeros en reconocer la importancia de la empresa de los médicos españoles Balmis y Salvany como una idea  médica revolucionaria. Los niños ya utilizados  fueran en ocasiones abandonados en hospicios, orfanatos y hospitales por culpa de la incomprensión de los políticos, así como de los prejuicios de los religiosos, que se oponían a la vacunación. El Dr. Balmis llegó el 14 de agosto de 1806 a Lisboa, después de haber dado la vuelta al mundo durante tres años tras sufrir múltiples penalidades y muchas incomprensiones e inconvenientes.  
    El Dr. Salvany y su equipo continuaron en Sudamérica, donde falleció en Cochabamba (antiga Oropesa fundada por Francisco Álvarez de Toledo en el s.XVI), Bolivia, el 21-7-1810 a los 34 años de edad, intentando llevar la vacuna a Buenos Aires.  En Colombia había perdido la visión de un ojo, las crónicas cuentan que en estas alturas del viaje sufría de malaria, difteria y tuberculosis, además de tener la muñeca derecha mal curada después de habérsela dislocado en una caída.

       
     Sellos de Correos

      En 2004 Correos emitió un sello con un valor facial de 0.77 € con la imagen de la corbeta «María Pita» saliendo del puerto de La Coruña, por el Bicentenario de la Real  Expedición Filantrópica de la Vacuna, cuyo sello se presentó en el Ayuntamiento de Alicante. Pero no era un sello dedicado al Dr. Balmis, lo que demuestra lo fácil que es olvidar en España a científicos que realizaron gestas tan importantes para la humanidad.


Publicado en la revista  impresa nº 45 de AUCA, literario y artistico de Alicante

Ramón Palmeral es cronista de periódico Diario de Alicant.

Lo fue de: Mundiario, Alicante Press, Culturamas, Información y Levante EMV