ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

viernes, 19 de abril de 2019

Glosa e ilustración de las “Elegías de Duino” de Rilke



Glosa e ilustración de las “Elegías de Duino” de Rilke   
  
 Autor de la crónica y del libro: Ramón Palmeral 

 Texto:

     Exégesis de las Elegías de Duino de Rilke (LULU, 2019) de Ramón Palmeral, autor del libro y de la presente crónica, advierto que no es una biografía de René (Rainer Maria Rilke (1875-1926) sino una glosa ilustrada de las Elegías de Duino (1912-1922), que han sido ilustradas por el autor de este trabajo, para visualizar algunas escenas complejas de la obra maestra de  Rilke que es un poeta de los más importantes del siglo XX, de los llamados puros, que nunca trabajó en labores de las llamadas de sustente. Se sentía poeta y nada más, es decir que limosneaba para su arte poético de mansión en mansión o de castillo en castillo de sus amigos de la aristocracia, nunca trabajó para su sustento porque fue mantenido por mujeres poderosas, no por sexo sino por admiración del poeta «artista de la palabra».
    Incluso su mujer la escultora Clara Westhoff con la que tuvo una hija llamada Ruth en 1901,  lo abandonó unos años después de casado en 1902, para que se dedicara en exclusivamente a  la escritura, además no pudo adaptarse a vivir en un hogar de clase media, tal vez heredó de su madre Sophie Entz, los delirios de grandeza, quien decía que descendía de la nobleza, abandonó al hijo cuando este tenía unos nueve años y a su marido por otro hombre.
    Supo rodearse Rilke y dejarse proteger por  mujeres cultas, fuertes de faltriqueras y sensibles como la pintora Albert-Lasard, la poetisa suiza Regina Ullmann, Gertrudis Ouskama Kmoop, la princesa Marie von Thurn and Taxi, la editora de Insel, Catalina Kippernber, la condesa Aline Dietrichstein, y su esposa la escultora Clara Westhoff. Durante estos últimos años tuvo una relación con la pintora de origen alemana-polaca Baladine Klossowski (Elisabeth Dorotea Spiro, de soltera) a la que llamaba «Merline» en su correspondencia.
    Pero, además de la penosa situación económica de Rilke, hemos de examinar la composición de las Elegías de Duino desde el contexto histórico del momento, 96 años después. Se inician en el castillo de Duino en 12 enero 1912 con el preludio de la Primera Guerra Mundial, por el desmoronamiento del Imperio  austrohúngaro y se concluyen diez años después en 1922 una vez finalizada la guerra, con la derrota alemana y la firma del humillante armisticio en un tren en el bosque de Comapiègne (Francia) en 1918, que dejó entre nueve y diez millones de muertos y unos veinte millones de soldados heridos.  Y un año después en el  Tratado de Versalles de 18 de junio de 1919, se acordó que Alemania debía desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales y pagar exorbitantes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos.
    Será en 1918 cuando se crea el estado de Checoslovaquia, en dos Repúblicas: Checa y Eslovaquia, por ello decir que Rilke era checo es impreciso, ya que cuando nació Rilke en 1875, Praga pertenecía al Imperio austrohúngaro. 
     En 1897 Rilke conoció en Múnich a la rica escritora rusa natural de San Petersburgo, Lou Andreas-Salomé, casada con un arabista, quien le cambiará el nombre de René («Renacido» en francés) por Rainer («puro» de pureza, en alemán). Cuando Rilke finalizó su estado matrimonial en 1902 marchó a París para escribir un ensayo sobre el escultor Augusto Rodin, del que fue su secretario entre 1905 y 1906, Rodin dijo de Rilke que era inaguantable por su egocentrismo.
     En 1910 conoció a la princesa alemana Maria von Turn und Taxi-Holenlohe, en el palacio de Loucen, próximo a Praga, que fue su gran valedora y mecenas, propietaria del castillo de Duino en (Trieste, Italia) donde inició la composición de sus famosas Elegías de Duino (1912-1922), publicadas en 1923.
     En mi doble función de escritor y pintor (en lo que se conoce con el neologismo de  «escripintor») e ilustrado las 10 elegías con l0 láminas con un estilo surrealista donde predominan los ángeles, seres sobrenaturales y representaciones oníricas.
 Ramón Palmeral, cronista.

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