ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Ai Weiwei, el más famoso de los actuales artistas chinos



Ai Weiwei, el artista que provoca dolores de cabeza al gobierno chino...

Activista, defensor, crítico, provocador, ingenuo, payaso, pícaro o diablo. Ai Weiwei es un santo o un bandido. El artista más famoso de China y uno de los 100 personajes más influyentes del mundo, según la revista Time, fue detenido hace un mes por las autoridades de su país y su caso se convirtió en un dolor de cabeza para la segunda superpotencia mundial.

Por Natalia Tobón Tobón para "Revista Don Juan"
Algunos decían que nunca le iba a pasar nada. Además de ser hijo de uno de los poetas más importantes de China, el fallecido Ai Qing, se había convertido -según The New York Times y The Guardian- en el artista chino vivo más famoso del mundo. El gobierno chino nunca se metería con él. Este año apareció en la lista de la revista Time de los 100 hombres más influyentes del mundo y su perfil fue firmado por el exembajador de Estados Unidos en China, Jon Huntsman.
Su trabajo y su marketing en el exterior habían ayudado a posicionar el arte chino en el mundo y demostrado que en China no todo es copia sino que hay una bomba de creatividad. Y esa confianza lo llevó a estar en el borde de la línea que divide lo que se puede y no se puede hacer en China. En su camino terminó mezclando arte con activismo y creando una imagen de sí mismo que gusta en Occidente: un artista irreverente, mártir y que se enfrentaba a un gobierno todopoderoso.
El “Andy Warhol chino” tiene 53 años, la apariencia de un gordo bonachón y parece más un sabio chino que un artista estrambótico. Sus conversaciones no giran en torno a las nuevas tendencias del diseño o la última expresión artística sino a temas como la democracia, la apertura, las libertades y las reformas políticas en China. En 1957, cuando Ai tenía un año, su padre fue expulsado de Beijng en la purga de intelectuales y luego en el 66, con la revolución cultural, fueron enviados a un campo de trabajo en Xinjiang.
Allí permanecieron hasta 1975 y en 1978 ingresó a la Academia de Cine de Beijing, junto a algunos miembros de lo que sería la quinta generación de directores chinos, como Zhang Yimou (Héroe) y Chen Kaige (Adiós a mi concubina). En esa época formó con Wang Keping, Ma Desheng y otros diez artistas, el grupo Stars, el primer colectivo de artistas políticos de China. Las presiones gubernamentales y los deseos de escapar llevaron a Ai Weiwei a Estados Unidos por casi una década, sin saber inglés y con 30 dólares en el bolsillo.

(instalación de taburetes)

Llegó a Nueva York y cuenta que lo más difícil fue pasar de una vida restrictiva a la libertad ochentera de la ciudad: “Perdí la gravedad, vivía flotando e hice lo que quise”. Ingresó al Parsons School of Design, pero no se graduó por “inasistencia” porque odiaba estudiar historia del arte. Por diez años vivió como carpintero, jardinero, artista primíparo del East Village y asiduo jugador de blackjack. Allí se inició en el círculo del arte mundial con amigos como el galerista Ethan Cohen o el poeta Allen Ginsberg.
La enfermedad de su padre, quien había sido rehabilitado por el gobierno chino, lo trajo de vuelta. Sabía que era un viaje sin regreso.
Gracias a las conexiones familiares y sus antiguas amistades rebeldes y artísticas, comenzó una carrera que lo llevaría a ser pintor, escultor, fotógrafo, diseñador, arquitecto, director de cine, blogger, activista y estrella universal de las artes. Su trabajo, desde el inicio, fue un tire y afloje con su país, usando su obra como medio para criticar, hablar fuerte y sobrepasar los límites que hasta en otros países serían tildados de fuertes.

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Art as an Expression: Are artists part of “the problem”?
By Mike van Graan

During this week, Juliano Mer-Khamis, the founder and director of the Freedom Theatre in Jenin, Palestine, was assassinated. Shot dead in his car by masked gunmen. One tribute describes him as someone who was “totally committed to his belief that experience with art is a means to exercise freedom”.

Also in the past week, one of the most well-known (and outspoken) artists in China – Ai Weiwei – was detained by his government, and according to reports, like dozens of bloggers and dissidents arrested in the last few months, his name has just about been removed from the Chinese internet.

El extraño erotismo de un hombre oriental desnudo.